[32] Desaparece.
Su cabeza pesaba, necesitaba descansar, desde que había terminado con Error quedado sumergido en un dilema, podía volver a su rutina de ser desordenado, podía ser él mismo, pero la culpabilidad se mantenía, el dolor persistía en sus venas y en su corazón. No podía dejar de pensar en el moreno incluso mientras atendía la lavandería.
La hora de cerrar pronto llegaba, y el último en la fila era un personaje que recordaba muy bien, no obstante la impresión le hizo sobresaltar y demorar en su diálogo, tiempo suficiente para que el adverso tomara la palabra, con una sonrisa amable y cálida.
— Buenas noches, Ink.
— Ho-- Hola, Geno...
—
— ¿Cómo te sientes después de terminar con Error? —Fue lo primero que preguntó una vez ambos decidieron por una comida liviana en aquel local, el mayor había invitado al de iris de distinto color a comer para poder conversar, era necesario, argumentó Geno ante la duda.
— Mal, hay días que me arrepiento, es decir, ¡Error me llenaba! Él solo quería que yo diera lo mejor de mí.
— ¿Entonces por qué terminaste con él?
El menor apartó el rostro, jugando con la cuchara entre sus manos.
— Porque... Porque él siempre quiso que dejara de hacer ciertas cosas y le hice caso, traté de hacerlo pero ya no soporté más... No podía hacerlo feliz si yo tampoco lo estaba.
— ...Lo suponía.
Ink estuvo confundido por esas palabras, dedicó su mirada confusa y perdida a su ex-cuñado, tampoco tenía el mejor esbozo, no parecía enojado, sentía que estaba preparándose para decir lo peor, como si Error de alguna manera no haya soportado que le terminara y se suicidó, hasta ese punto estaba su mente, solo eran ideas desmesuradas.
— Ink, ¿Recuerdas lo que te conversé junto a mi esposo el día que nos visitaste por primera vez?
— No mucho, la verdad...
— No importa, —suspiró— Ink, Error no es así porque quiere, cuando era adolescente se le fue diagnosticado con trastorno obsesivo compulsivo, específicamente en la limpieza. Lo que has vivido con él fueron sus hábitos que necesita realizar o no puede estar tranquilo.
El receptor parpadeó varias veces hasta que sus orbes se abrieron al caer en cuenta de lo que acababa de decir, carraspeó antes de hablar.
— ¡Es por eso que veía que algo pasaba! Antes no me hubiera dado cuenta, pasó mucho tiempo para que notara esos detalles.
Geno alzó una ceja.
— ¿No será que eres un poco despistado en los detalles, Ink? —El albino rió apenado— No te lo contamos porque Error siempre ha querido hacer que no tiene eso, que es alguien normal y bueno, perfecto, sus parejas no duraban porque él terminaba con ellas al no ser suficientes.
— ¿Cuánto duraban...?
— Como un mes, eres el que más lejos ha llegado y quisiera ayudarte a ayudarlo.
— ¡Sería fantástico! Yo realmente extraño a Error, ¿Cómo puedo ayudarlo?
— Evitándolo.
— ¿Quéeeee? —Casi se atraganta por esa petición— ¿Cómo así podré ayudarlo? ¿Que de verdad terminemos por siempre? ¡Eso es...!
— Ink. —Interrumpió el de cabello más esponjoso, suspirando, era increíble su personalidad— Déjame terminar, quiero que Error acepte que tú ni él son perfectos, que acepte que tiene un trastorno y que más que eliminarlo, pueda vivir con ello, no puedes acompañarlo en todo el viaje, él debe hacerlo por su cuenta, es por eso que te pido que cuando sea el momento, no le respondas, evita que te encuentre, es por su bien y por el de vuestra relación.
Era un tema serio, tan denso que necesitaba pensarlo con más tiempo, pero si era por el bien de Error, siendo que se lo pedía su propio hermano, debía ser lo mejor.
— Está bien...
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