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⭐Sentimientos⭐

-¡Está loco!-.

-Esa es una historia muy romántica- exclamó el albino con alegría.

-¡De romántico no tiene nada!-.

-Esto es algo... Normal para ti ¿No? Digo... Siempre se te declaran o te coquetean, está vez no es diferente, solo es rechazarlo, como siempre- dijo el pelinegro con obviedad.

-Si esa puede ser una... Idea-.

-Al menos de que a ti también te guste- expresó el albino de forma coqueta.

-¡¿Que?! ¡Par nada! Solo es una persona más...-.

-Eso no te lo crees ni tú-.

-Callate payaso-.

-¡Chuuya-chan!-.

-Yo sugiero que simplemente lo ignores-.

-Es que...-.

-Uuuh a Chuuya-chan le gusta Dazai-chan-.

-¡Que te calles maldito payaso!-.

-Si eso es cierto, pues creo que no hay de otra-.

-¿A qué te refieres Fyodor?-.

-¿Que te parece comprobar tus sentimientos?-.

-¡¿Eh?!-.

-Fyodor-chan se refiere a que aclares tus sentimientos-.

-Eso lo se, pero... ¿Como?-.

-¡Chuuya! ¡ya estoy aqui!-.

Nadie contestó al grito del castaño.

-No debe de estar- se dijo para si mismo, dejándose caer a la cama.

No supo en qué momento cayó a los brazos de Morfeo, que cuando estaba por abrir los ojos escucho la puerta del cuarto, y por instinto fingió el estar dormido, para luego escuchar una voz conocida.

-Oh... Está dormido-.

Chuuya se sentó en el borde de su cama, sin apartar su vista del todo de Dazai, y eso lo podía sentir él castaño. Poniéndolo algo incómodo.

Chuuya solo pensaba lo que le habían dicho sus amigos, aunque no le podría hacer mucho caso a esos dos locos, no valdría la pena intentar ¿Verdad?

Además...

Se levantó de su cama en silencio, acercándose a paso lento a la cama del más alto, llegó y observo bien, si su observación era correcta. Entonces...

Mostró una sonrisa pícara, y con sumo cuidado de no aplastar a el otro que se supone dormía, se subió a la cama, posicionando sus dos rodillas, una a cada lado de las caderas del castaño, que trato de no mostrar signos de nerviosismo a tal acto del pelinaranja. Quién sin aviso alguno, se inclinó sobre el cuerpo, sosteniéndose con sus dos brazos, los cuales estaban acorralando a él ahora nervioso castaño. Acerco su cara a la contraria, en un casi intento de juntar sus labios, pero después se desvío a el oído del más alto.

-¿Estas nervioso? Osamu Dazai- la voz utilizada por aquel mediocre enano le causo un sonrojo, al abrir sus ojos de golpe y encontrarse a un Chuuya sonriendo en forma de burla -Sabia que no estabas dormido-.

-Tonto enano- dijo en forma de susurro -¿Que tratabas de hacer?-.

-La verdad ni yo se-.

Dazai se sentó en la cama, mirando fijamente a Chuuya, para luego levantarse de la misma cama, dirigiéndose al baño, aún sin dirigirle una palabra al pelinaranja. El cual tampoco dijo nada, solo se adentro dentro de sus pensamientos, preguntándose, ¿Por qué había hecho semejante locura?

Definitivamente no le haría caso a sus amigos, para de locos desquiciados.

Había comenzado una nueva semana, nuestros dos protagonistas seguían sin hablarse, ninguno de los dos sabían el por qué su notable distancia.

-Entonces... Eso fue lo que pasó...-.

Chuuya estaba reunido con sus compañeros de equipo, o bueno, nada más con Atsushi y Akutagawa, al parecer los dos eran un poco más atentos que Nikolai y Fyodor.

-Eso fue muy imprudente de tu parte- mencionó el azabache.

-Lo se...-.

-¿Que resultados esperabas tener?-.

-No... Lo sé...-.

-Si lo sabes, por algo lo hiciste-.

-Solo seguí los consejos de Nikolai y Fyodor-.

-¿Te parecía buena idea seguir los consejos de esos dos locos?-.

-¿Que se supone que hiciera?-.

-No seguirlos-.

-Aku, no seas tan frío con Chuuya-.

-Se lo merece por zopenco-.

-Bueno... No te puedo negar que fue algo tonto, pero... No es como si supiera si lo que hacía estaba bien o mal-.

-Si sabía-.

-¿¡Podemos dejar el hecho de que fue algo estúpido!? Por qué eso ya lo sé-.

-¿Entonces por qué viniste si no fue para que nos burlaramos de ti?-.

-¡Aku!- regaño Atsushi.

-Queria que me dieran mejores consejos, pero acabo de recordar que Atsushi aún no puede impresionar a esa chica misteriosa, y Akutagawa ni tiene a alguien-.

Ambos se miraron, con una sonrisa de complicidad.

-Chuuya, definitivamente no sabes nada de nosotros- dijo el albino sonriendo.

-¿Ah?-.

-Te daremos mejores consejos que aquellos dos individuos- mencionó el azabache, levantándose de su asiento.

-¡Asi es!- apoyo el albino.

Chuuya estaba algo confundido con la actitud de sus amigos, a veces parecía que compartían la misma neurona, no sé sorprendería si fueran pareja la verdad, pero bueno, total.

-Entonces ¿Te gusta?-.

-Nunca había sentido algo así por nadie-.

-¿Eso es un si o un no?-.

-Pues... Sueño con él-.

Sip, pasamos con Dazai y sus amigos interrogando al castaño como si hubiera hecho algo malo, el simplemente para relajar el ambiente hablaba de vez en cuando de manera infantil.

-¿Entonces si?-.

-Pero lo odio-.

-¿Entonces no?-.

-Pero es guapo-.

-¡Decídete por dios!-.

-No puedo-.

-¿No puedes o no quieres?-.

-50/50-.

-¡Eso no cuenta!- Ango ya estaba hasta la madre, el castaño solo ponía pros y contras acerca de su gusto por Chuuya. No sabía cómo Oda estaba tan calmado con eso -¿No vas a decir nada? ¿Oda?-.

-No tengo nada que decir-.

-Que buena ayuda, Odasaku, ¡muy buena! ¡por algo eres mi mejor amigo!- exclamó el castaño sin dejar de sonreír.

-Ambos están igual- el pelinegro se levantó de la cama y salió de la habitación, sin mencionar nada.

-Se fue, ¡Angoool no te vaaaayaaaaas!-.

-Lo de ayer, lo que mencionaste ¿Es cierto?-.

-Sip, cada cosa-.

-En ese caso si te gusta de verdad-.

-¿No es temporal?-.

-Creo y espero que no-.

-Dame una mejor explicación-.

-Mmmh, veamos... Dices que nunca te habías puesto nervioso con nadie... También el hecho de que besaste a un montón de chicas, nunca sentiste nada, pero de la nada con Chuuya, que ni siquiera lo has besado, te sientes feliz, además tienes buenas memoria, ¿Cuantos años tenían ambos cuando se conocieron?-.

-El no lo recuerda, teníamos 5 años, el me defendió de unos niños-.

-¿Como te sentiste con eso?-.

-Me sentí... Era un sentimiento extraño... Cuando lo vi me puse muy feliz, mucho más cuando extendió su mano hacia mí, ayudándome a levantarme, su mano era tan calidad, lo recuerdo como si fuera ayer... Su sonrisa al ayudarme fue única... Mi corazón aceleró muy rápido aquella vez, nos presentamos, pero no nos volvimos a ver, en ocasiones soñaba con él-.

-¿Necesitas más explicaciones?-.

-Si y muchas-.

-Esto va a ser difícil... Y más cuando te invada algo llamado, celos-.

-Eso no va a pasar... Espero-.

-¡Si supieras!- grito desde lejos Ango, el cual había vuelto por si las moscas... Osea por si había chisme del bueno.

Ambos estaban hay, cara a cara.

-Dazai-.

-Chuuya-.

-Lo que hice la otra vez fue impulso de mi mismo de un sentimiento desconocido para mí no pienses nada fuera de lo normal no significó nada- exclamó de manera veloz, sin ningún tipo de pausa, estaba nervioso y no sabía por qué.

-Lo dijiste modo rápido, no entendí nada- ¡mentira! si entendió.

-No lo repetiré-.

-Que malo Chuuya-.

-Entonces... ¿Estamos bien bastardo?-.

-No entiendo si estábamos bien, pero supongo que si-.

-¡Ponle más seriedad al asunto! ¡Estupida!-.

-¡¿A quien le dices estúpida?! ¡Estupido!-.

-¡¿Como me llamaste?!-.

-¡Sordo! ¡Enano! ¡Estúpido!-.

-¡Ahora sí!- se abalanzó arriba del castaño, se estaban agarrando de las greñas como señoras peliandose por el papel suave.

Su pelea de greñas paso a los pocos minutos a una pelea de cosquillas, Dazai de algún modo encontró en punto débil del pelinaranja, pero el pelinaranja no encontraba el suyo, además el castaño no lo dejaba, hasta que pidió tregua.
El castaño bajo la guardia, el pelinaranja lo sostuvo del cuello, y cambio de posición, quedando ahora él, arriba del castaño, con sus brazos a lado de la cabeza del más alto, y sus rodillas sosteniéndolo.

Ambos iban calmando su risa, se miraron a los ojos por un momento sin tener en cuenta en la situación en la que se encontraban. Fue un momento lindamente silencioso.

Dazai admiraba todo de Chuuya, su cabello suave, eso lo podía asegurar aún que no lo había tocado, además el largo le quedaba bien, su piel tersa, sus labios húmedos y rosados, por último... Sus ojos, azules como un diamante con destellos, azules como el cielo lleno de nubes, azules como el mar lleno de peces de colores nadando en ella, azules como si del mismísimo espacio se tratase lleno de estrellas.

Le encantaban esos ojos, no había duda.

-Chuuya... Que bonitos ojos tienes-.

-¡¿Eh?! ¡Idiota!-.

-Perdon... Me dejé llevar-.

-No... Te preocupes bastardo-.

-Vamos a dormir, gasté mucha energía en ti-.

-Igual... Pero no lo digas suena... Raro-.

-Ya es rara la posición en la que nos encontramos-.

Chuuya giro su cabeza a los lados observando, al darse cuenta se levantó en seguida. Dazai no iba a dejar pasar ese sonrojo antes de levantarse de encima de él.

Ambos se acostaron en silencio.

-(Me gusta el enano)-.

-(Genial... Me gusta el poste de luz)-.

Lo sé, lo sé, tengo una obsesión por los ojos, pero es que, son hermosos.

En los siguientes caps ya viene lo bueno, tenganme paciencia por favor.

Por cierto, del aburrimiento me puse a medir cosas, en eso se me ocurrió a Chuuya y yo, ¡Tanto que me burlaba de Chuuya por su altura, resulte medir lo mismo! No sé si reír o llorar.

Bueno tal vez algo un cap relacionado a esa experiencia, nos vemos disfruten.

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