ᴅɪᴇᴄɪsɪᴇᴛᴇ
      
        

Clawdeen no sabía realmente cómo había terminado en esa posición, recostado sobre el chico de cabellos ____________, en su casa y su habitación, teniendo a un joven tembloroso que jadeaba inconscientemente bajo suyo.
       
        

Trataba de confortarlo como podía, lamiendo sus mejillas empapadas de una mezcla sudorosa de lágrimas. Reflexionaba mientras tanto en lo equivocado que estaba cuando afirmaba que ese normie en específico era un peligro potencial.
     
       

Recapituló los hechos en su mente, Lawrence tuvo la osadía de mentirle a su mejor amigo con su «dieta vegetariana», no le cabía en la cabeza como un vampiro podía ser vegetariano, y hubo un tiempo en el que molestó al de piel pálida respecto a eso.
     
       

Ver a Lawrence bebiendo la sangre de ___________________ hasta hacerlo desmayar era algo que jamás podría predecir.
      
       

Creía poder entender mejor la razón por la que el chico faltaba a la escuela frecuentemente, era muy débil, o Lawrence se había sobrepasado con él; consideraba que la primera opción era la respuesta.
    
      

Sin embargo, carecía de información para hacer esa suposición, indagar más en lo que recientemente ocurrió, solo lo hacía llegar a la conclusión de que no sabía absolutamente nada del otro. Para que los demás consideraran al chico como parte de su círculo de amistades, habían más incógnitas respecto al de ojos __________ de las que podrían responder.
    
     

No sabría que __________________ en realidad estaba acostumbrado a desangrarse y salvarse de milagro, y tampoco sabría de su miedo a la noche —la oscuridad no tendría nada que ver, sino las pesadillas frecuentes que se presentaban únicamente en horarios nocturnos—, así como el normie no sabría de los miedos de Clawdeen.
     
      

Ni que en el celo de los hombres bestias podrían transformarse voluntariamente para evitar "accidentes".
    
      

Juan vendría a buscar a ___________________ de inmediato tras avisarle por teléfono lo que había ocurrido, no le dijo nada a Amón porque sabría que asesinaría a esos pobres bebés monstruo tan pronto se los cruzara.
     
        

No pensé que mi sobrino tuviera tantos pretendientes, pensaba el castaño cuando más de un chico se ofreció a ayudarlo a llevarlo en sus brazos. Al final escogió al hombre de las nieves, pues ya lo conocía.
    
      

Por otro lado, temía por la salud de __________________, quien era abrazado por criaturas oscuras invisibles para los demás; solo aquellos que han visto la muerte de sus seres queridos obtendrían ojos anormales, más el clan Abrahel era diferente, ellos heredaban los ojos de brujas pasadas.
       
            

Si le preguntaban a una bruja cómo veía el mundo, respondería que no es tan bonito como lo ven los comunes. Tantas culturas diferentes, tantas creencias, y seres verdaderamente existentes que se aprovechaban de ese conocimiento, eran una mala mezcla. No era secreto para ellos que los espíritus y demonios eran capaces de tomar la forma de tus peores miedos, o incluso adueñarse de la apariencia de otros mortales.
        
         

De ahí que los avistamientos mitológicos no fueran tan descabellados. Desde los ayakashis del folklore japonés hasta los kelpies del Reino Unido, aunque fueran creencias populares, habían leyendas más aterradoras que la mayoría conocía. Como la Llorona, era horrible para las brujas cruzarse con ella por accidente —ni siquiera tendrían la certeza de su existencia, pues bien podría ser un demonio disfrazado tratando de comerse el miedo de su víctima—.
         
          

Juan se estacionó frente a su hogar, preguntándose como le haría para cargar a __________________ hasta su habitación.
       
        

── ¿ Me vas a explicar por qué mi hijo está inconsciente ? ──La voz fría de Amón lo espantó lo suficiente para hacerlo golpear la bocina del auto.
         
          

── ¡ Yo no fui, señor presidente ! ──Gritó del susto, antes de cubrir su boca y voltear a ver al asiento trasero, no quería despertar a su sobrino.
       
        

── ¿ Y bien ? ──El demonio levantó una ceja.
       
        

── Hablemos después, ayúdame a llevar al niño a su cuarto ──habló en voz baja, haciendo algunas señas con sus palmas para calmar al enojado padre.
       
         

Amón reapareció fuera del auto, para abrir la puerta trasera y llevar sus manos hasta los hombros y piernas del menor, posteriormente levantó su cuerpo con lentitud, temiendo despertarlo de su sueño. Sabía por sus ojeras que necesitaba dormir, y las marcas en su cuello le decían que cuando se despertara seguramente él mismo lo iba a regañar. Era tan ligero como una pluma, tan pequeño y peligroso a la vez, nadie pensaría que ese niño era capaz de invocar a un demonio y causar desgracias espeluznantes.
          
           

Juan lo ayudó abriendo la puerta de la casa, y decidió entretenerse viendo que pedirían de comer esta vez para calmar sus nervios.
      
       

Hace mucho no comemos comida china, pensó el castaño, frotando su inexistente barba con sus dedos índice y pulgar. Finalmente se decidió por lo que pediría, y mientras se aseguraba de cerrar la puerta, tomó el teléfono que se hallaba en una mesita justo a lado de la entrada.
     
        

── ¿ Hola ? ¿ Venden comida china ?
     
       

A veces Juan podía ser un completo tonto.
     
      

Por otro lado, Amón se aseguraba de poner en las condiciones adecuadas al adolescente, colocándole su pijama de mangas largas por el miedo a que muriese de hipotermia.
       
       

Los humanos son muy frágiles, podría morir si entra una brisa fuerte por la ventana, pensó.
      
       

Su habitación careció de luz cuando las cortinas y ventanas fueron cerradas, más no hicieron más que relajar al menor, quien se acurrucó en su cama como si fuera un gatito. Toralei pudo haberle pegado sus mañas, pero innegablemente eran muy cómodas.
     
        

El demonio llevó sus manos a la sábanas de Spider-Man de _________________, que eran suavecitas, perfectas para mantenerlo calientito. Lo arropó mientras acariciaba sus cabellos, descendiendo hasta sus frías mejillas.
     
       

Sus labios pálidos se curvearon en una sonrisa, y con los párpados entreabiertos débilmente, alcanzó a visualizar a su padre demoníaco, quien le devolvió la sonrisa para alejar sus manos.
     
      

── ¿ Por qué te detienes ? ──Susurró suavemente, buscando con sus dedos la mano que hace unos segundos le brindaba amor con el tacto.
    
     

── Lo lamento, ¿ te desperté ? ──Habló en voz baja, se preguntaba si hablar con un volumen estridente le haría sentir dolores de cabeza, no se arriesgaría a averiguarlo.
    
      

Amón finalmente pudo exhalar el aire que retenía en sus pulmones, que mostraban el desasosiego típico de un padre primerizo. Sus manos temblaron ni bien se acercaron al diminuto rostro mortal, pues temía herirlo de alguna forma; incapaz probablemente de imaginar cualquier escenario catastrófico posible, se limitaba a cumplir su objetivo. Acatar la órden de un pequeño brujo para satisfacer tanto su propia mente como la ajena.
       
       

Sintió la suavidad de la piel ________, que entre la falta de sangre no mostraba sus vibrantes colores. Sus ojos captaron la expresión amorosa que decía más que mil palabras para él, como si sus oídos escucharan la más bella melodía, disfrutó del momento mientras sus dedos se paseaban entre los cabellos ___________ medianamente largos.
     
         

── No me despertaste ──solo un hilo de voz se alcanzó a escuchar, pues se hallaba extenuando.
          
          

Giró hasta alcanzar la puerta con la mirada, notando la apacible presencia de Juan. El demonio entonces supo que era el momento de ponerse serios, necesitaba nombres y apellidos, esas heridas no se hacían solas.
     
       

── Soy consciente de que el mayor misterio en el infierno son los tipos de rituales que hacen las brujas pertenecientes a los clanes, pero no me veas como si yo supiera porque ___________________ se dejó herir por uno de sus amigos vampiros ──se excusó el humano en un murmullo audible.
    
      

── Con que fue un vampiro ──. La sonrisa del demonio no le expresaba precisamente confianza.

El olor a comida inundó las fosas nasales de cierto chico peli-____________. Estaba hambriento.
     
        

Podría morir de hambre en ese momento.
     
     

En serio, alguien por favor que le de algo de comida a ese niño.
    
       

Sus ojos se abrieron de par en par, sintiendo que su boca ya estaba preparada para masticar alimento. Se dejó guiar por el aroma, mientras jugaba en su cabeza a adivinar que tipo de comida habían preparado o traído a la casa. Igual se la comería aunque acabara desilusionado, no es como que hubiera mucho de comer en el mundo de los humanos.
     
        

Abrió la puerta de su habitación, el olor se había intensificado con esa simple acción, y se apresuró a bajar las escaleras como si su vida dependiera de ello.
     
       

── Huele rico, ¿ qué hay de come-
     
        

Su tío había aprovechado la oportunidad ni bien el adolescente quedó inconsciente, lo vio besar al demonio con amor, repartiéndole piquitos por todo su rostro. Decidió no interrumpir, e irse al demonio ─chiste malo, jaja, pensó─.
    
       

Los adultos estaban demasiado concentrados dándose su dosis de amor matutino, que no se percataron del sonido de la puerta abriéndose y cerrándose.
     
      

________________ estaba acostumbrado a vagar por las calles como un lobo solitario, le gustaría decir que lo único positivo de dar paseos fuera de casa eran para sentirse independiente, pero sus mal acostumbrados viajes repentinos causaban sustos a sus cercanos.
     
       

Él solo necesitaba tiempo para sí mismo, alejado de sus memorias o lo que consideraría melancólico. Su costumbre empezó a finales de la sexta guerra civil, su madre tenía constantes «invitados», que ofrecían hasta órganos con tal de comprar sus servicios.
     
        

Él odiaba tener que estar ahí, porque salía involucrado en los rituales. Era común que su madre lo utilizara como paga para los demonios, y siempre salía con mordidas en sus delgados brazos y piernas. Finalmente, respirar un poco de aire fresco en cualquier lugar alejado de su hogar era un alivio.
     
      

El peli-___________ no tardó mucho en encontrar una especie de parque, estaba medianamente vacío, a esta hora seguramente los niños estarían esperando la hora de la comida.
    
      

Divisó un columpio, y supo que es lo que tenía que hacer. Sin importarle estar descalza, caminó entre las pequeñas piedras que estaban esparcidas por el suelo, hasta alcanzar el columpio con sus manos y sentarse.
     
      

Se recargó en una de las cadenas, mientras subía una de sus piernas para acomodarse. El columpio era bastante grande, y su cuerpo muy pequeño para estándares monstruosos. Con la punta de sus pies, tomó un poco de impulso, y decidió columpiarse levemente a la vez que sus memorias del pasado venían solas.
     
       

Su madre le había enseñado bien el trabajo familiar, sabía lo que le esperaba en un futuro, y le temía a su pasado al recordarlo. No estaba seguro de querer hacer sacrificios tan grandes para obtener beneficios poderosos, le dolía por sobre todo el comportamiento escéptico al respecto de los adultos.
     
       

Ninguno se veía dolido por ello.
    
      

"Cuando seas mayor, lo entenderás" le repetía su madre.
    
     

Ya estaba cerca de la mayoría de edad y seguía sin comprenderlo. ¿Cómo su madre podría mostrarse tan indiferente cuando le suplicaba que solo por una ocasión no le hiciese daño?
    
       

Negó con la cabeza, ella tenía sus razones, seguramente estaba en lo correcto y lo comprendería. Desearía poder hablar contigo, pensaba inquieto, desde que llegó al mundo de los monstruos, había tenido demasiados momentos en los que pudo reflexionar sobre sus acciones.
      
     

Unas risas lo sacaron de sus pensamientos, alzó la vista, ahí estaban una madre y su hijo jugando en el «sube y baja», el niño reía eufórico cada vez que su madre alcanzaba el suelo con brusquedad, y el niño subía en consecuencia.
     
      

── ¡ Más alto ! ¡ Más alto ! ──Chilló alzando los brazos, agarrándose con sus piernas del tubo de metal para no caerse.
    
      

── Última y nos vamos a comer, acuérdate que tu abuelita está preparando la comida ──le respondió suavemente su madre.
      
       

La diversión de ese momento tan tierno hirió el destrozado corazón del normie, quien se llevó la mano a sus pijamas, sintiendo un dolor conocido que hace mucho no recordaba. La envidia que sentía hacia otros niños.
     
      

Sus ojos tristes se cristalizaron, quería que su madre lo columpiara solo una vez, no se lo pediría nunca más, pero deseaba un momento así que pudiera recordar con cariño.
       
      

Se abrazó a sí mismo, no quería sentirse triste ahora, preocuparía a su padre y a su tío nuevamente.
      
       

El sonido de los arbustos moviéndose bruscamente le llamó la atención, de aquellos salió disparado un gato, que era perseguido por un perro lleno de lodo con un collar bastante peculiar.
    
      

El gato logró escapar gracias a que el lobo se fijó en el solitario adolescente del columpio. Sus ojos cubiertos de lágrimas retenidas por su sorpresa no le daban una buena imagen, sobre todo al llevar únicamente una pijama.
       
      

Antes de que _______________ pudiera percatarse, la madre y el niño que hace unos momentos jugaban, ya se estaban alejando de su vista, seguramente para regresar a su dulce hogar.
     
      

El lobo castaño se sentó —con notable confusión— frente al oji-___________. El chico desvió la mirada, dándole nuevamente su atención.
       
      

── Acaso. . . ──comenzó a hablar con un tono suave y bajito, no quería que algún vecino lo escuchara hablar con un perro. ── ¿ Estás tratando de consolarme ? ──Le cuestionó, sonriéndole con ilusión.
      
     

El lobo de ojos ámbar inclinó la cabeza, mostrando una mueca extraña. Eso le pareció gracioso al humano, quien no había convivido con un perro normal en su vida —probablemente lo más normal sería un perro de tres cabezas—.
       
        

Se levantó del columpio, para agacharse con la intención de buscar el nombre del cachorro en el collar del mismo, y sorprendiéndose al no encontrar nada.
       
        

── ¿ Tienes dueño ? ──¿Por qué le preguntaba eso a un perro?
         
     

El canino negó de un solo movimiento, mostrando sus dientes como si estuviera ofendido por la pregunta.
       
      

── Estás muy sucio ──murmuró, tratando de pensar en qué haría con ese nuevo amigo que acababa de hacer. ── Ya sé, lo llevaré a casa con papá ──se dijo a sí mismo, para luego mirar al lobo con emoción.
       
        

Este no pudo hacer nada cuando el humano lo cargó como bebé entre sus brazos, arriesgando sus limpias pijamas solo para llevarse al perro. Nadie en su sano juicio haría algo así.
         
         

El lobo gruñó para sus adentros, se había metido en esa situación por compadecerse del normie.
      
        

Maldito seas, _______________, pensó Clawdeen, negándose a aceptar que le gustaba que lo cargaran como bebé.
       
         

Al menos ambos habían encontrado a alguien para distraerse en esos momentos de shock.

2516⨾ palabras

Me tardé mucho, perdón,
no me maten 😭🔫

La escuela anda de puñetas
últimamente, con sus cosas
de: Haber, chiques, vamos a
dejarles un PUTERO de tareas
porque jaja, somos bien
buena onda.

Y todavía se atreven a decir
que la tarea es nuestra única
motivación en la vida.

¿¡Qué no ven que tengo otras
cosas que hacer?! Los
hielocos no se meten solos
al refri, cabrones 😡👊

En fin, imágenes del día de
hoy:

Rayito y su mamá be like ☝

(Créditos a sus respectivos
autores).

Rayito sad (alguien que
le de un abrazo, por
favor 😫🙏🙏💓)

No tengo mucho que decir
al respecto, pero se viene
próximo caído.

¿Quién creen que sea?

(Ya es muy obvio, si no
adivinan pues mejor para
mi JAJJA-)

Sin más, nos vemos en
el próximo capítulo.

ATTE⨾ La morra que
los quiere hacer llorar
de la risa 😜🤙