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Capítulo 27

–Bien, creo que es hora de hacerte esta pregunta. Desde mucho tiempo que he querido tener la valentía y ahora la tengo. 

–Chanyeol: no– respondió inmediatamente Baekhyun. Era de noche y estaban en la habitación del mayor de los dos. Estaban a punto de ver una película después de un largo día juntos. Alarmado, se puso de pie y miró al otro muchacho con nerviosismo. El gigante parecía tranquilo y hasta le causó gracia su reacción. 

–¿Quisieras...?

–¡No! Para. No quiero escucharlo, íbamos ver una película. No sé por qué estás haciendo esto– la ansiedad del dueño de casa era evidente. 

–Baek...

–En serio, podemos dejar esta conversación para después. Sabes que yo para todo necesito prepararme mentalmente. ¡Me inscribiré en una clase de yoga y meditación y luego me dirás lo que quieras! ¿Qué opinas?

–Baek, por favor.

–¿No deberíamos invitar a Kyungsoo? Es una buena idea, lo llamaré ahora. Sabes que ha estado triste por todo esto de Jongin. Mala idea dejarlo solo, ¿no crees?

–¡Baekhyun!

–¿Qué?– el mayor se cruzó de brazos y clavó sus ojos en el piso, evitando de cualquier forma el contacto visual.

–Quiero que algo quede claro. Somos una pareja, ¿estás consciente de eso? Cumplimos con todos los requisitos, menos aceptarlo. No quisiera hacerlo público o forzarte a nada, pero quisiera que entre nosotros las cosas están dichas. 

Baekhyun se sonrojó tanto, que si pudiera verse, se sonrojaría más por estar tan avergonzado. Se sentía absurdo y dejó salir todo el aire de sus pulmones. Regresó a la cama y se acurrucó al lado de Chanyeol y simplemente le puso play a la película. Por un largo rato, no dijeron nada, hasta que finalmente tuvo el valor para voltearse y dejar un suave beso en los labios de Chanyeol.

–No necesitamos más drama en nuestras vidas. Así que simplemente aceptaré las cosas como son. Sí: somos novios. Somos una pareja y deberíamos dejarlo claro.  No es fácil para mí, pero  en serio me importa esto y me importas tú.  Sólo dame un poco de tiempo, porque todavía me resulta extraño y repentino. 

–Sin presiones– comentó el gigante con una sonrisa. 

–Bien. Mientras podamos estar así, juntos y sin pelear, tengo un poco más de paz. Podré estar completamente tranquilo cuando ayudemos a Soo. ¿No crees que sería lindo que lo apoyemos como pareja?

–Suena como algo increíble para mí. Gracias, Baek, por darme una oportunidad después de todo. 

–Chan, no creo darte una oportunidad a ti, es algo que los dos nos damos mutuamente. 

***

Kyungsoo miró su reloj por cuarta vez. Los chicos lo habían citado a las cinco de la tarde y ya estaba media hora sentado sin señal de ellos. Baekhyun le mandaba mensajes de que estaba cerca, hasta que finalmente aparecieron, corriendo hasta él, exhaustos. 

–¡Lo lamento tanto. Todo es culpa de Baek!– se disculpó Chanyeol. –Se demoró hasta llegar.

–Sí, claro, culpemos a Baekhyun. Esa siempre es la solución– se quejó el aludido mientras recuperaba el aliento.

–¿Estaban juntos antes de venir aquí?–Preguntó Kyungsoo y ambos dijeron que sí en coro.

Sus inmediatos sonrojos fueron sospechosos. Finalmente, los tres amigos entraron en el restaurante, al que iban con frecuencia, y pidieron algo de comer mientras relataban como Baekhyun tuvo que luchar contra su computadora y un programa, siendo esa la causa de que no pudieran llegar a tiempo. 

–No es necesario que den tantas explicaciones. No es como si fueran normalmente puntuales– bromeó Kyungsoo, pero no sonrió con su propio chiste.

–Tenemos que hacer una confesión– Chanyeol dijo sorprendiendo a Baekhyun.

–¿Qué me van a decir? ¿Que ya por fin son novios?– Nuevamente, su propia broma ni lo inmutó. Pero no fue así para sus amigos, se pusieron increíblemente torpemente nerviosos. Baekhyun carraspeó antes de responder. 

–Sí. Ahora cállate y cambiemos de tema.

–¿Es en serio?– Exclamó Kyungsoo más emocionado de lo que hubieran esperado y sonrió amplia y sinceramente por primera vez en mucho tiempo. –Me alegro mucho. ¡Por fin! En serio estoy feliz por ustedes.

–Gracias, Soo. Es de gran ayuda que lo tomes así, créeme que nos sentimos apoyados de esa forma– Chanyeol acarició su brazo con cariño.

–Y hablando de ayuda, queremos conversar contigo– intervino Baekhyun repentinamente serio. –Tú has estado para nosotros en las buenas, en las malas y en las peores. Queremos hacer lo mismo. Ayudarte a que puedas estar tranquilo.

–Yo agradezco mucho su preocupación, su ayuda y su cariño por mí. Pero, esto es complicado. Yo tengo que empezar a aceptar la realidad.

–Es difícil. Sé que siempre he estado diciendo cosas en contra de tu relación con Jongin, pero no te des por vencido– Baek respiró hondo antes de continuar. –No es un buen momento para ninguno de los dos, pero hay tiempo aún. Son jóvenes y Jongin ha mejorado muchísimo. Tal vez en el futuro, cuando esté mejor, puedas hablar con él y ver cómo van las cosas. Si realmente lo quieres, tal vez esperar sea una buena idea.

–He tenido tiempo para reflexionar. Tal vez realmente deberíamos dejar de ser tan dependientes el uno del otro. Si Jongin se recupera bien y puede seguir adelante, estaré apoyándolo así no pueda estar a su lado. Pero también tengo que empezar a considerar, que tal vez no pueda curarse. Si es así, no podré estar jamás a su lado.

–¡Bueno!–intervino Chanyeol, intentando cambiar el mal ambiente que se había creado.–No nos adelantemos a los hechos. Sí, la situación no es para nada normal y es complicada. Todavía deben conversar, ya casi se cumple un mes y podrás verlo. Pueden dejar todo claro para que no haya malos entendidos en el futuro. 

–Sí, estaba pensando en hacer algo así, pero no sé como– Kyungsoo sonrió con tristeza. 

–Tenemos que hacer el intento para hablar con él– Baek abrazó a su amigo con fuerza. –Encontraremos la manera. 

De camino al hospital, la flamante pareja quiso dar todo el apoyo posible a su amigo. Le insistieron en que las cosas iban a mejorar, que podían pedirle ayuda a las enfermeras o dejarle una nota debajo de la puerta sin que nadie viera, como Kyungsoo hizo con su carta de despedida la primera vez. Pero, al llegar a la zona de psiquiatría, nadie les impidió que fueran para la habitación número 88, porque estaba vacía. Total y completamente vacía. No había dibujos en las paredes, ni mantas, ni personas internadas. Estaba limpia, y parecía cualquier otra habitación del hospital. La impresión, hizo que Kyungsoo buscara donde apoyarse, porque sintió que se iba a desmayar. Debí encontrar a Yang Mi. Pero la mala suerte parecía perseguirlo, porque la única enfermera de turno a la que conocía realmente era la chica que tenía el crush con Jongin. Parecía estar encantada en dar las malas noticias.

–Jongin se ha ido. Su médico le dio de alta y regresó a casa con sus padres ayer. No dejó nada para ti, si eso es lo que venías a preguntar.

Kyungsoo regresó devastado a su habitación. Había perdido a Jongin, no tenía forma de encontrarlo y sabía que seguramente lo habían llevado en contra de su voluntad. ¿Qué podía hacer para encontrarlo? 

Nada, en realidad.

***

Su habitación había quedado tal como la había dejado. Jongin sabía que habían pasado literalmente años desde la última vez que sintió que ese lugar era "suyo". No sólo había estado en el hospital, sino en casas en el campo y en la playa en varios intentos  de sus padres de mejorar su estado de ánimo después de su último intento de suicidio. Siempre fue difícil mantenerlo estable, pero esa vez Jongin parecía totalmente dispuesto a poner de su parte. Deseaba curarse y no se dejaría vencer por esa estúpida enfermedad, no cuando tenía que regresar a los brazos de Kyungsoo. Su madre parecía bastante feliz de verlo, pero la emoción le duró poco tiempo, porque su relación con su padre, además de cordial, no iba más allá.

–¿Estás bien?– Era su primera mañana amaneciendo en casa y su madre le había traído ella misma el desayuno a la cama. Jongin se sintió extraño, pero la cama era tan cómoda que no pudo evitar disfrutar de su suavidad y gran espacio.

–Sí, estoy bien. Gracias mamá.

–Tu padre se ha ido a trabajar ya, son las ocho de la mañana. Me ha pedido que almorcemos fuera los tres. ¿Te parece?– Le preguntó con voz suave, y Jongin asintió con la cabeza.

–Es una buena idea– su madre lo abrazó con ganas y le agradeció por su buena actitud, Jongin solo esbozó una sonrisa.

El almuerzo familiar fue monopolizado por su padre, que hablaba del trabajo, la empresa y los eventos sociales a los que debían asistir. Jongin comió en silencio y sólo respondió cuando se le preguntaba algo, no mencionaron para nada su estancia en el hospital o cualquier cosa de interés del muchacho. En parte está agradecido por eso, porque le ayudaba a mantener su máscara y su actuación.

–¿Has pensando que vas a hacer ahora?– preguntó su padre repentinamente, interrumpiendo sus pensamientos.

–Puedes inscribirte en algún club o algo para hacer nuevos amigos, ¿no lo crees?– le propuso su madre.

–Es una muy buena idea– acotó el hombre satisfecho. –¿Estás dispuesto?

–Sí– contestó el muchacho sorprendiéndolos. –Incluso podría tener un celular. Puedo hablar con ustedes y con otras personas. No podré relacionarme sin uno.

–¿Quieres un celular?– Durante mucho tiempo, el empresario había luchado contra su hijo siendo un anti social que no quería tener contacto con nadie. Ahora estaba pidiendo un celular para poder comunicarse con nuevos amigos que iba a ser el clubs sugeridos por su madre. Ese sí era un cambio.

–¿Es algo malo?– Jongin parecía preocupado y su papá negó enérgicamente con la cabeza.

–Es algo bueno. Tú y Song Ji irán a ver uno lo más pronto posible.

–¿Song Ji?– madre e hijo hicieron la pregunta al mismo tiempo. ¿Quién era esa persona?

–Es una enfermera que contraté para que cuide de ti mientras yo trabajo y tu madre se hace cargo de sus cosas. No es una niñera o algo por el estilo, pero no quería que pases solo ahora que regresaste a casa. Si haces amigos pronto, podemos prescindir de ella.

Jongin aceptó silenciosamente sus palabras. Sabía que en realidad la chica vendría a ser algo así como una espía que lo mantendría controlado mientras ellos seguían normalmente con sus vidas. Necesitaría escapar más rápido de lo que pensaba.

–¿Cuando llegará la enfermera?– quiso saber la mujer, intrigada por la información que acababa de recibir. 

–Esta tarde, probablemente esté en casa cuando lleguemos.

–Está bien– aceptó Jongin con calma. –¿Puedo salir a la calle con ella? Me gustaría caminar un poco– pidió Jongin y su padre parece contento de escucharlo hablar.

–Pueden aprovechar e ir a comprar tu celular.

–Muchas gracias.

Jongin asintió y volvió a quedarse callado. Sus padres comentaron la buena actitud que había tenido y cómo había cambiado para bien. Sus ganas de arruinarlo todo diciendo que odiaba estar de vuelta y que sólo quería irse porque se sentía miserable se atoraron en su garganta. Tal vez si sólo se iba sin dar un adiós sería más fácil para todos.

***

Un número desconocido apareció en su pantalla. Kyungsoo lo miró por un rato, intentando reconocer los números, pero la llamada se cortó. Estaba un poco inseguro, pudo haber sido una de esas compañías ofreciéndole seguros para estudiantes, pero la idea de que tal vez era alguien del hospital le hizo arrepentirse de no contestar. Pensó que era poco probable porque tenía el número de las enfermeras y, cuando llamó a Yang Mi, ella dijo que sabía tanto o menos que él. Pero la esperanza era lo último que se perdía. Su celular empezó a sonar y vibrar nuevamente, Kyungsoo respiró y decidió contestar 

–¿Aló?

–¿Kyungsoo? ¿Mi amor?

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