Capítulo 24
–Por favor, Kyungsoo... escucha todo lo que tengo que decirle, luego escóndete y regresa cuando ella se haya ido.... por favor... por favor.
***
–Te veo de un humor mucho más alegre últimamente, eso es bueno. Has mejorado increíblemente, los médicos me lo repiten una y otra vez. ¿Será que es momento de regresar a casa?– Jongin vio a su madre apretar su bolso contra su pecho, nerviosa, intentando miserablemente parecer tranquila.
–No creo que sea una buena idea volver. He mejorado bastante, pero no creo estar listo para regresar a casa. Sigo enfermo, mamá, y es triste, pero no es algo que se supera de un día para el otro. He hecho cosas horribles, pero no es como si papá me ayudara precisamente.
–No puedes estar aquí para siempre cariño. Tal vez lo que te falta es regresar a tu casa, dormir en tu cama, estar con tu familia.
–Eso es justamente lo que me ha hecho mal– respondió el chico de inmediato. –Nuestra casa no es un lugar donde me sienta protegido. Si regreso, estaré de nuevo en esa vida que tengo miedo, esa que me quita las ganas de vivir.
–¡Oh, por favor! Ni se te ocurra mencionar eso– reaccionó ella de inmediato, entre fastidiada y asustad.
–¿Todas las cosas que él dijo no cuentan? Cada palabra escupida con rabia, fastidio y odio en mi contra. Todos esos recuerdos que persisten en mi mente ¿No cuentan? Nada va a ser suficiente para él. Pensé que venir aquí era un castigo, pero en realidad me sacaron de un infierno y he podido mejorar, pero no superar. Estoy enfermo. Soy un enfermo. Hay cosas de las que no me puedo deshacer por mucho que intente. Sigo preguntándome cómo pasó, de dónde saqué la fuerza para hacerlo. Cierro los ojos, pero la idea regresa a mi mente una y otra vez. Mi mente es un pozo de muchas cosas feas, yo lo mezclo todo y termino sintiéndome arrinconado y desesperado.
–Hijo, no puedes querer estar con un muchachito que no conoces en vez de tus padres. ¿Acaso no lo entiendes?
–¿Esto es por Kyungsoo? ¿Están haciendo una escena de celos, acaso? Él es la única persona que de verdad me ayuda y me comprende. Sus presiones y sus reacciones me enferman más. ¡No estoy curado y ustedes sólo lo empeoran!– El reclamo hecho en voz alta hizo que la mujer se sobresaltara y no fue la única. Kyungsoo, que estaba escuchando todo obedientemente, brincó del susto.
–Jongin...
–Cruce la línea, ¿verdad?– el chico respira varias veces, intentando recobrar la calma. –Lo hice– con su mano derecha peinó todo su cabello para atrás. –Mami, mírame por favor.
Esos ojos, tan parecidos a los suyos, se encontraron y fue conmovedor. La mirada de su hijo era la de un chico perdido, dolido, golpeado por la vida y por una enfermedad que lo consumía. No era hermoso, no era poético. Era duro, real y triste. Eso la golpeó y le hizo evitar el contacto visual.
–¿Acaso alguna vez podré ser libre de todo esto que me hostiga? Nunca lo sabremos, pero por lo menos ahora el dolor no es tan fuerte. ¿Quién iba a pensar que ni la medicina me ha podido salvar y aliviar tanto como Kyungsoo? No me alejes de él ahora. Me siento mejor cada vez que viene.
–¡Puede visitarte en casa!– insistió su mamá, intentando convencerlo.
–Papá jamás lo permitiría. Lo más triste es que lo sabes.
Kyungsoo estaba parado en uno de los pasillos aledaños a la habitación 88 de psiquiatría, cuando unos repetitivos golpes de tacones contra el piso del hospital le hicieron notar que la madre de Jongin se estaba marchando. Valientemente, ante la posibilidad de ser descubierto, se asomó sólo para comprobar que sus suposiciones eran ciertas.
Fue Yeo Yang Min quien entró enseguida en la habitación del paciente en cuanto su madre se marchó. Kyungsoo no tenía el valor para hacer lo mismo. Como si estuviera cometiendo un crimen, no se dejó ver hasta que Jongin quedara solo ya así cumplir su promesa. Unos minutos después, la corpulenta enfermera se asomó y lo llamó por su nombre. El muchacho se asustó y salió de su escondite al ser tan enérgicamente solicitado. La mujer tenía una expresión extraña, como de reprobación, pero también como rendida ante los hechos.
–Dice que has prometido regresar– Kyungsoo se limita a asentir con la cabeza. –Dice que no quiere volver a ver a sus padres otra vez. Entiendo que sea difícil , pero no está bien que se aproveche de su situación para caprichos. Ayúdame a que entre en razón, esto sería sólo un retroceso.
Kyungsoo recibió una palmadita en la espalda y respiró hondo antes de atreverse a abrir la puerta y enfrentar la situación. Jongin estaba recostado, haciendo figuras imaginarias en la blanca sábana de su cama de hospital. Tiene un marcado mohín en los labios y los ojos llorosos. Al entrar tan cautelosamente y con todo el escándalo de afuera con las enfermeras y los pacientes, parecía no darse cuenta que la persona que tanto ansía ver estaba por fin tan cerca de él.
–¿Por qué actúas así, Jonginnie?– con dulzura, la pregunta fue formulada sin intensión de alterarlo. Afortunadamente, Kyungsoo fue recibido con una sonrisa.
–¿De qué forma?– se atrevió a responder el majadero, cuando sabía perfectamente a lo que el otro chico quiere decir.
–Negarte a ver a tus padres no te va a llevar a nada positivo. Tu vida social, la que tanto anhelas, no puede ser sólo familia o sólo amigos. Debes aprender a encontrar un equilibrio.
–Ellos sólo me hacen sentir peor– admitió el enfermo, incorporándose para sentarse sobre el colchón y abrazar sus piernas. Preocupado, Kyungsoo se acercó y se sentó en la orilla de la cama, para darle apoyo, pero mantenerse firme con su idea.
–Es parte del proceso aprender a lidiar con tus problemas. Todos hemos tenido encuentros con nuestros padres, todos tenemos problemas en entenderlos y que nos entiendan. Sé que eres muy inteligente y muy fuerte. No vas a ir a ninguna parte si no eres capaz de avanzar en este tipo de enfrentamientos que, en parte, son los causantes de tus problemas.
–No sé como explicarlo. Me siento totalmente perdido con ellos, siento que me he convertido en un objeto que los estorba y que tienen que moldear a su conveniencia para no quedar mal con sus amigos. Si pido ayuda, es porque tú, y sólo tú, has logrado que abra mis ojos. Sé que muchas de las cosas que hago están mal, pero no hay críticas, hay soluciones. ¿Alguna vez pude pensar en una posibilidad tan perfecta? Jamás. Siempre las cosas eran mi culpa y se añadían a la lista de mis miserias. Ahora hay una esperanza, por eso mi único sueño es salir de aquí, para huir a un lugar donde sólo estemos tú y yo, sin nadie más– el muchacho se movió con dificultad, con la única intensión de acercarse a su ser amado. Kyungsoo hizo lo mismo y se abrazaron –¿Soy egoísta por soñarlo y desearlo por los dos?
–No es como si yo no lo quisiera. Pero no podemos ser sólo los dos.
***
Kyungsoo buscó a tientas su celular para ver la hora, unos golpes se escucharon en la puerta e hizo un esfuerzo muy grande para abrir sus ojos. Eran las ocho de la mañana y normalmente sería una hora decente para despertarse, pero la noche anterior se había quedado hasta tarde igualándose con muchas de sus tareas. Se levantó, porque creyó reconocer la voz de Baekhyun y sabía que si era él, no se iría hasta ser recibido. El impacto fue enorme, no se esperaba que no sólo uno, sino dos de sus amigos entraran sin el menor problema a su cuarto. Se sintió bastante incómodo porque probablemente tenía un aspecto de que hace cinco minutos todavía estaba en el quinto sueño, pero le podía más la impresión de que Chanyeol y Baekhyun se presentaran juntos para animarlo. Armaron un un escándalo en la entrada de su puerta a una hora muy temprana para un dormitorio de estudiantes universitarios.
–¿Pero qué...? ¿Qué haces ustedes dos aquí?
–¡Ya te dije! Vamos a celebrar, hoy es un hermoso día. Ponte tu mejor ropa y te esperamos abajo porque vamos a desayunar algo delicioso– exclamó Baekhyun sin perder una pizca de entusiasmo.
–Sí, sí, te escuché. Creo que no entendiste mi pregunta, ¡hace poco ustedes no se hablaban! ¿Qué hacen aquí los dos juntos bailando al entrar por mi puerta?
–No seas desconsiderado, la puerta también es de Kris– bromeó Chanyeol mientras le ponía un gorrito de papel (mal) hecho, probablemente, por sus propias manos. No duró mucho en su cabeza, resbaló hasta caer al piso.
–¿Acaso no estoy siendo directo con mis preguntas? ¿Cuándo se reconciliaron?– quiso saber Kyungsoo impaciente. Baekhyun sonrió de lado mientras Chanyeol se sonrojó un poco, había estado cargando sentimiento de culpa y vergüenza por su actitud últimamente.
–Es una historia muy larga y entretenida que te comentaremos en cuanto te saques esas lagañas de los ojos, pequeño cochino. Lávate los dientes, péinate y ponte bonito. Parte de nuestra celebración es desayunar los tres por primera vez en mucho tiempo y luego iremos a visitar a Jongin. Te lo digo desde ya, para que tengas ganas de salir de aquí– Baekhyun le dio un beso en la frente a pesar de las negativas del chico, intentando separarlo.
–Esto es una locura. ¿Me pueden explicar qué está pasando? ¿Acaso lo de su pelea era falsa o algo? No es gracioso.
–No lo fue– intervino el gigante. –Tenemos muchas cosas de las que hablar, tengo muchas cosas que explicar y también te debo disculpas. Todo será dicho a su tiempo, Soo. ¿Nos das la oportunidad? Esta vez queremos ser esos amigos de antes, de los que intentan ayudar tanto como pueden.
–Bueno, a mí también me gustaría hablar de ciertas cosas, hacer preguntas. Jongin va a estar encantado de verlos. Ha estado un poco triste y su ánimo mejorará con ustedes– dejó salir un suspiro. –Acabo de levantarme, ¡claro que voy a tener que levantarme! ¡No soy un cochino!
Alrededor de una hora después, Kyungsoo se enteró que no tiene que pagar nada de lo que iban a consumir, como un regalo de sus amigos. La conversación empezó ligera, como antes ,y eso lo hizo sentirse bien, como un respiro de felicidad entre tanta tragedia. El chico bombardeó de preguntas a Baekhyun y Chanyeol. La situación se manejó bastante bien, le dieron información suficiente para dejarlo satisfecho, sin comprometerse. No podían hablar mucho de su relación, ni ellos sabían aún cómo iban las cosas.
–Entonces, ¿hablaron y decidieron que no pelear? No suena como algo que ustedes harían, suelen ser más irracionales al respecto.
–Gracias– respondió irónicamente Baekhyun, ofendido, así que cruzó los brazos al escuchar esas palabras.
–Sin ofender, por su puesto.
–Demasiado tarde– acotó Chanyeol despeinando a Baek, mientras sonríe con alivio. –Han sido épocas bastante complicadas y no me enorgullezco de mis tonterías, pero, ¡vamos, Soo! Todos hacemos tonterías. Incluso nos saltamos cultura física para estar toda la mañana contigo. Es tu día libre.
–Tengo la clase de tecnología en el laboratorio de computación a las seis de la tarde.
–¡Es como un día libre! ¿No la quieres pasar con nosotros?– Chanyeol hizo un puchero fingido y Kyungsoo rodó los ojos. –He descuidado a mis amigos, las personas que han estado para mí en los momentos más difíciles. Lamento haber huido como un cobarde. Entiendo que estés resentido e incluso podría alejarme por un tiempo prudente, pero sólo quiero mejorar las cosas, Soo. Hay tanto qué decir y no sé por dónde empezar. Realmente estoy avergonzado y entenderé si no me quieres cerca por ahora.
–No dije eso– sus palabras fueron suficientes para tranquilizar a sus ansiosos amigos que, en parte, esperaban una negativa del chico. Pero Kyungsoo no era cualquier persona, y estaba agradecido por tenerlos de vuelta. –Es sólo que sigo sorprendido por el repentino cambio entre ustedes.
–¡Y vaya que lo vas a estar de ahora en adelante!– Baekhyun llenó su boca de comida y la conversación cambió de rumbo.
–Intento pensar a qué te refieres con eso, pero por respeto a nuestra hermosa amistar recién recobrada, me quedaré callado y dejaré que ustedes manejen esta situación como crean conveniente– Kyungsoo hizo gala de su madurez, buena voluntad y respeto a la amistad, alzó su vaso con el dedo meñique de su mano derecha en alto. Tan distinguido, que hizo reír a sus amigos por su show.
–¡Salud por eso!– brindó el gigante.
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