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Capítulo 2

Kyungsoo caminaba lentamente por los pasillos del atareado hospital, buscando la habitación 88 del área de psiquiatría. Tenía su mascarilla puesta y su bata también, pero encima llevaba una chaqueta con el logo de su universidad, cortesía de Baekhyun, para que pudiera estar abrigado a pesar de sus andanzas por todo el lugar. Jongin le había dicho que lo esperaría en la habitación, para que fuera más fácil para él encontrarlo. Entendió a qué se refería cuando se dio cuenta que las instalaciones eran gigantescas. Le tomó un poco de tiempo pero, cuando por fin llegó, encontró la puerta abierta. Dudó un poco antes de aventurarse a entrar. El cuarto, como la mayoría de los del hospital, estaba dividido en dos. La diferencia entre un lado y otro era impresionante. 

Mientras el lado izquierdo se veía como cualquier otra, el lado derecho parecía una obra de arte. Tenía dibujos colocados en las paredes, velas aromáticas, cobijas de colores y muchos otros objetos. Por un lado, Kyungsoo estaba impresionado de la capacidad del chico de crear un ambiente tan cómodo en un lugar tan monótono, pero al mismo tiempo se sintió muy triste. Jongin debía estar demasiado tiempo internado como para poder poner una parte de sí mismo en todo el ambiente. Aquella habitación prácticamente le pertenecía. Era deprimente, ¿por qué su habitación era la 88 del área de psiquiatría y no el segundo piso de una casa o el cuarto de un campus universitario? ¿Por qué?

–Llegaste– la voz del muchacho se escuchó muy cerca e hizo que Kyungsoo se sobresaltara.

–Dije que lo haría, ¿no?– Kyungsoo sonrió y extendió su mano para saludar. Jongin respondió chocándola y luego haciendo puño para juntarlas de nuevo.

–No todas las personas cumplen sus promesas, Kyungsoo.– La respuesta dejó al mayor de los un poco desconcertado por el mensaje lleno de tristeza y decepción que escondía. 

–¿Qué personas no cumplen sus promesas, Jongin?– preguntó el chico, incluso si temía escuchar las posibles respuestas.

–La mayoría de personas que vienen por aquí, siempre prometen regresar, pero rara vez lo hacen. La gente prefiere cuidar a los niños o leerle a los ancianos que regresar a psiquiatría. Peor lo entiendo, no es un lugar lindo.

–Pero tú si tienes personas que vienen a verte, ¿verdad?– Kyungsoo se estaba arriesgando y lo sabía. Si una negativa se dejaba escuchar, su corazón estaría roto.

–Oh, claro. Mi mamá jamás me fallaría, ella viene todas las semanas con comida deliciosa. Pero soy joven, me gustan las personas jóvenes como yo y esas son las que más fallan. Los adultos suelen hablar de cosas aburridas.

–Yo no te fallaré– por alguna razón, se lanzó al vacío sin pensarlo. Estaba haciendo una promesa basada en la sensibilidad del momento.  –Mi facultad está cerca de aquí, estudio en la misma universidad de este hospital. Sería un placer para mí regresar para visitarte con frecuencia. 

–Sería lindo si fuera así.

Jongin miró la ropa extra que Kyungsoo estaba usando y decidió que también quería algo más, no porque tuviera frío, sino por la sensación de normalidad que le daba eso de no usar la misma bata que el resto de los pacientes. Luego, miró por un largo rato a su visita mientras se colocaba una sudadera de cierre frontal y respiró tranquilo.

–Voy a dibujar para ti. Me encanta dibujar, ¿sabes? Todo lo de las paredes lo hice yo– impresionado, Kyungsoo miró alrededor y se fijó en los pequeños detalles, cada trazo hecho con un cálculo perfecto.

–Eres muy talentoso, me encanta– comentó, halagando a su nuevo amigo.

–Gracias.– El chico se sonrojó un poco, pero recobró su seguridad –Ahora siéntate ahí por favor. Si no te mueves mucho, podré hacer un boceto. El viernes, cuando vayamos a bailar, te daré el resultado final.

–¿El viernes?

Para Kyungsoo, ir a bailar un viernes tenía otro significado. Se imaginaba más un club, donde tomaría un par de cervezas con Baekhyun y Chanyeol mientras ellos se reían escandalosamente y coqueteaban con chicas que pasaban por ahí. En su mente, no entendía cómo Jongin podría querer algo así, o peor, conseguir permiso para hacerlo. 

–Sí, los viernes hay bailoterapia para todos los que quieran a las diez de la mañana en el patio grande, hace poco dejaron que sea uno de los instructores.

–Oh, también bailas. ¡Estás lleno de sorpresas, Jongin!– Kyungsoo aplaudió complacido y se alegró por él. Jongin se veía tan saludable, tan tranquilo. Seguía sin entender qué estaba mal con en su salud mental.

–Hagamos esto divertido, ¿te parece? – el invitado asintió con ganas –¿Cuál es tu música favorita?

–No lo sé, me gusta bastante el pop en inglés. ¿Por qué?

–Para que te relajes y puedas posar para mí.

–¿Posar?– Kyungsoo soltó una risita nerviosa y miró alrededor buscando otros retratos, como intentando encontrarle lógica  a semejante propuesta. Habían pocos rostros entre los bocetos, la mayoría eran paisajes y abstractos.

–Puedes retirarte por completo la mascarilla y así podré ver tu rostro. Estamos en una habitación de hospital, no creo que te haga daño.

La canción escogida fue "Too good at goodbyes" de Sam Smith porque era la obsesión de los últimos tiempos de Kyungsoo. Y, así,  la magia comenzó. Desde que se sentó, en una de las sillas cerca de la cama que generalmente estaban ahí para las visitas todo parecía estar bien en el mundo. Tarareó la letra siguiendo la música y observó a Jongin deslizar su mano por arriba y por abajo, alzando la mirada cada cierto tiempo para atrapar sus rasgos y dejarlos plasmados en el papel. Kyungsoo no era capaz de ver el resultado, pero sentía como si su alma estuviera siendo robada por Jongin, que intentaba plasmar no sólo su físico, sino su personalidad también en el papel.  Fue toda una decepción enterarse que no podría ver el resultado hasta el viernes, incluso si Jongin se lo había advertido antes. El mayor de los dos pensó que por lo menos sería capaz de darle una ojeada al boceto. El dibujante fue inquebrantable con su decisión, no podría verlo hasta que estuviera terminado.

–Bueno, supongo que será más emocionante si espero, ¿verdad?

–No deberías ver la obra en su proceso, eso es algo que está guardado sólo para el artista. De  otra forma se pierde el encanto.– Argumentó  Jongin de manera tan convincente, que Kyungsoo incluso perdió la gana de ver el dibujo inconcluso, pensando que tenía toda la razón. No pensaba robarle ese placer.

–¡Pero, mira la hora! Es casi momento de comer, es increíble– comentó Kyungsoo sinceramente asombrado, aunque buscando la forma de cambiar de tema.

–¿Qué pasa con eso?– quiso saber su amigo.

–Pensaba dedicar la mañana a leer a los niños, pero supongo que lo dejaré para la tarde. Tengo que ir a mi habitación, la enfermera generalmente me reta cuando estoy tanto tiempo fuera.

–¿Vas a hacer de voluntario todos los días?– Jongin no parecía muy convencido, como si fuera algo absurdo. Kyungsoo incluso pensó si no se veía muy bien para los pacientes que hiciera algo así.

–Si me siento bien, me gustaría poder hacerlo. Estuve muy enfermo y por tres días puedo decirte que me sentía más muerto que vivo. Quiero este momento recuperarme por completo pero sentirme activo, de otra forma me volveré loco, acostado todo el día en una cama– en un instante, Kyungsoo estuvo arrepentido de su selección de palabras. 

–No es bonito– la expresión del chico se ensombreció por un momento, pero enseguida movió la cabeza y sonrió. –Así que te entiendo. También me aburro a veces, ¿te importa si te acompaño?

–¿Soy totalmente honesto?– Kyungsoo sonrió aliviado de que no lo había ofendido. –También me gusta estar con gente joven, así que sería todo un placer.

–Entonces, ¿es un trato? Puedo ayudarte, también conozco lugares entretenidos por aquí. O simplemente podemos inventarnos algo, como los niños.

–¿Por ejemplo?– Kyungsoo se siente repentinamente curioso ante las palabras del otro chico.

–Por ejemplo, ¿te han dicho que tus labios tienen forma de corazón?– el chico sonrió divertido, era una buena forma de cambiar de tema, pensó.

–Sí, lo he escuchado antes– respondió todavía con una expresión entre curiosa y pícara.

–Bien, busquemos cosas que tengan forma natural de corazón, como tus labios.

–¿Cosas con forma de corazón?– no podía salir de su sorpresa, realmente era una idea que sólo vendría de la cabeza de un niño pequeño.

–Encontremos similitudes, descartemos las cosas que no nos sirvan y lleguemos a una conclusión. Así piensan los niños inteligentes y curiosos, al igual que los científicos que buscan soluciones y respuestas. Lo leí en un libro. Sé que parece algo totalmente al azar este momento, pero no sabes todas las cosas que podrías descubrir.

Y en ese preciso momento, Kyungsoo se sintió encantado por todo lo que Jongin representaba. Era ese tipo de personas que no dejaban morir las cosas buenas de su personalidad porque no se exponía los suficiente a ese horrible mundo donde lo único que podías hacer era corromperte. Jongin todavía era puro y por eso es que encantaba tanto.

–¿Siempre tienes buenas ideas, Jongin?

–Cuando estás solo, tienes mucho tiempo para pensar en las cosas que les dirías a las personas si pudieras estar con ellas. Es como decir que he tenido tiempo para ensayar mientras los demás deben improvisar en el día a día.

Aunque era triste, Jongin tenía razón y Kyungsoo se la daba. Sus sentimientos se encontraban entre la necesidad de sacarle a ese mundo que tanto parecía querer conocer, la tristeza que le provocaba escuchar ese tono de voz tan apagado y el miedo de que en el momento que logre mezclarse con el mundo exterior, se manchara de tantas cosas malas.

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