Capítulo 19
La imagen fue un deleite para todos los sentidos de Kyungsoo, incluso percibió que Jongin llevaba puesta la colonia de Baekhyun. Pudo olerlo en cuanto salió del cuarto, reconoció la "deliciosa y fresca brisa marina" de la que su amigo estaba tan orgulloso. No sabía como expresar lo agradecido que se sentía al saber que Baek se había ofrecido con toda la buena voluntad para arreglar a su cita en esa ocasión especial.
Los pases a una presentación de baile en un teatro habían costado un poco más de lo que Kyungsoo esperaba, pero que había valido cada centavo y cada minuto en la fila porque vio a Jongin llorar de felicidad. Estaba tan entusiasmado de saber que sería capaz de estar en una presentación que tanto amaba y además con la persona que le gustaba, fue lo que le repitió a Baekhyun mientras lo preparaban en su habitación del hospital.
–¿Me dices que Kyungsoo cortó tu cabello?– le preguntó el muchacho animadamente. –Debe quererte mucho, no es muy fan del skinship. Pero contigo es diferente, a mí nunca me toca– añadió en tono dramático –¿Crees que quiera ser mi estilista y me haga un corte también?
–No lo sé. Tal vez si quiera, pero espero que no lo haga– respondió el chico y Baek se sorprendió.
–¿Por qué?– quiso saber curioso y un tanto divertido por el tono que el otro había usado.
–Soy algo celoso.
La risotada de Baekhyun se pudo escuchar hasta afuera, donde Kyungsoo esperaba mientras leía, estudiaba y adelantaba unos deberes. Eso le hizo sentirse tranquilo y continuó con sus quehaceres, intentando dejar su ansiedad a un lado.
–Vaya, lo tomaré en cuenta. Ya no se puede confiar en nadie– esta vez fue el turno de Jongin de soltar una risita y Baekhyun terminó de peinarlo.
–Gracias por ayudarme, Baek. Kyungsoo y las enfermeras son las que se encargan de mi aspecto normalmente. Ahora tendré un estilo diferente para nuestra primera cita– el mayor de los dos esbozó una sonrisa. Le dio ternura el dulce agradecimiento. Empezaba a entender cómo se sentía Kyungsoo. Jongin era una hermosa persona, que invitaba a querer ayudarlo.
–Sabes que siempre es un placer para mí. ¿Estás emocionado? Yo tengo muchísima curiosidad, ¿por qué es la primera cita, si ya han salido otras veces?– Jongin se sonrojó al escuchar aquellas palabras.
–Porque me declaré. Le dije a Kyungsoo que lo quiero y que espero que también me quiera en ese sentido. Sé que soy una persona llena de problemas, pero ahora tengo una razón para luchar en contra de todo lo malo que hay en mi. Me dejó de importar lo que opinen los demás. Aprendí a apreciar las cosas verdaderamente importantes en mi vida. No quiero desperdiciar el poco tiempo que tenemos.
Baekhyun sonrió con incomodidad y asintió. Repentinamente, el pantalón de Jongin se convirtió en lo más interesante del lugar, fijó su mirada ahí y no se movió por unos instantes. ¿Cómo intentar disimular dolor frente a alguien que lo conoce tan bien?
–No estés triste, Baek– le pidió con suavidad al notar que el chico se estaba tragando sus lágrimas. –Lo estamos haciendo bien por el momento. Es algo que he querido decir desde hace mucho tiempo. Perdóname, por amarlo y convertir a Kyungsoo en una persona diferente de la que era. Como su amigo, debes estar preocupado y espero que puedas entender que todo esto también es nuevo para mí. Estoy tan alucinado con todas estas nuevas emociones que no sé como controlarlo. Prometo que así como Soo me ayuda ahora, cuando esté mejor también haré que él una mejor persona.
–Confío plenamente en eso– Baekhyun limpió las gotitas acumuladas en sus ojos y no se dejó ver, tampoco hizo contacto visual. –Kyungsoo está cambiando para bien. Tal vez el camino es duro, pero sólo se está siendo mejor persona de lo que ya era. Por lo demás no te preocupes, para eso estamos los amigos, ¿no? Para apoyarnos entre nosotros. Yo también voy a estar aquí para ayudarlos.
–Gracias, Baek. En serio.
–No, niño, no, gracias a ti. Nos has enseñado muchas cosas importantes desde que te conocimos. Nosotros deberíamos estar agradecidos y no al revés. Pero...– añadió con un toque de picardía– Si no puedes encontrar otra forma mejor de decir gracias, puedes dibujarme. Ya sabes, con esos trazos tan impresionantes que sabes hacer. ¡Píntame como a las chicas francesas, Jack!– A pesar de que Jongin no entendió la alusión, y no se atrevió a preguntar, asintió emocionado al ver el siempre exagerado entusiasmo de Baekhyun.
–Haré algo lindo para ti.
–Lo sé–más risas se dejaron escuchar.
Kyungsoo, incapaz de concentrarse en otra cosa una vez que terminó sus tareas, no pudo con la curiosidad y escuchó parte de la conversación con la oreja pegada a la puerta. Así fue como tomó la decisión de que hablaría con sus padres por teléfono y respondería algunas dudas que tenía con sus profesores más cercanos. Arreglaría las cosas con Chanyeol y le demostraría a Jongin que también era positivo en su vida. Debía demostrarlo con hecho y no darle preocupaciones.
Cuando Baekhyun abrió la puerta para presentar su trabajo, el chico se sintió tan nervioso, que no pudo evitar que sus manos temblaran. Jongin tenía su negro cabello, ahora un poco más corto que antes, un tanto alborotado hacia un lado. Una delicada tela de un gris muy suave caía delicadamente por su delgado cuerpo, con un escote notable. Sus labios se veían bastante hinchados, seguramente se los había estado mordiendo como tenía por costumbre. Su mirada no se atrevía a encontrarlo y cargaba un bolso negro que el otro chico no reconocía. Estaba deslumbrante, con semblante serio, pero tan increíblemente hermoso. Y fue ahí cuando percibió la colonia de Baekhyun, y aún así el sentimiento era diferente. Todo con Jongin era diferente. Kyungsoo se sintió tan simple con su cabello apenas acomodado hacia un lado, una camiseta blanca y llana con una camisa celeste encima. También pensó que era obvio que estaba aterrado, respirando agitado y moviéndose por los nervios.
–¡Vualá! – exclamó orgulloso Baekhyun. –Te he preparado a todo un bombón para el día de hoy.
Kyungsoo escuchó eso y rió nervioso. Supo en ese momento que había perdido. ¿Qué podía hacer, seguir ocultando lo que sentía? Absurdo. Jongin no era una persona para jugar al tira y afloja. Era alguien a quien debía darle todo el cariño, afecto y atención posibles para ayudarlo a salir adelante.
–Estás guapísimo– le dijio sinceramente, pero en voz muy baja, no es como si se pudiera superar su timidez de un día para el otro.
–Yo, no lo sé, gracias– el más joven se rascó la cabeza – Tú estás igual de hermoso que siempre.
Sonrojados, los muchachos miraban en direcciones contrarias intentando disimular su vergüenza, dándole un espectáculo de infarto a Baekhyun.
–¡Por favor! Van a matarme de la ternura. Váyanse antes de que alguien se arrepienta de dejarlos ir.
Jongin se sentía muchísimo más cómodo caminando por las calles del centro de Seúl. Comentaba sobre los cambios que notaba, hablaba de las cosas que quería probar y de los lugares que quería visitar. Habían ido otro día a un museo y se sintieron frustrados cuando no pudieron entrar a la sala audiovisual por falta de tiempo. Ya no le tenía miedo a la calle y ese era un gran avance y hasta ayudó a una niñita que soltó la correa de su mascota. Con naturalidad, empezaba a adaptarse a salir y eso hizo que Kyungsoo sintiera que todo valía la pena.
El show fue todo un espectáculo. Jamás vio a Jongin divertirse tanto, incluso gritó al final y se puso de pie para aplaudir. Estaba encantando con los pasos y juró que los buscaría en internet con ayuda de las enfermeras, para imitar el baile. Le hizo jurar a Kyungsoo que en algún momento lo bailarían juntos frente a los enfermos, para ponerlos tan alegres como él se había sentido al verlo por primera vez. Después de la función, Jongin no podía parar de hablar, hacía comentarios del evento e incluso de tomó la libertad de intentar imitar algunos de los pasos que más le llamaron la atención. Kyungsoo no podía parar de sonreír. Fue mucho después que se dio cuenta el camino que estaban siguiendo.
–¿Qué? ¿Ya es hora de volver?– la decepción se apoderó de su rostro y eso hizo que el otro muchacho se sintiera un monstruo. Era el carcelero que se estaba asegurando de encerrar al preso en su jaula otra vez. La magia se había acabado.
¿Por qué tenía que hacerlo? Pensó enseguida Kyungsoo. No quería que Jongin durmiera otra vez solo, en una habitación fría, rodeado sólo de personas que revisaban su cuerpo y hacían preguntas incómodas.
–Tal vez pueda llamar al doctor. Podemos ir al hospital a ver si te dejan estar por más tiempo fuera. O no sé, podemos hacer una piyamada.
–¿Dormirás en el hospital otra vez?– la emoción del joven casi podía tocarse. Su reacción positiva enterneció a Kyungsoo.
–Estaba pensando en que sería lindo que pudieras dormir en otro lado que no fuera el hospital.
Jongin se quedó estático, su expresión era de total desconcierto. Parecía ser incapaz de procesar la propuesta que Kyungsoo le estaba haciendo, al punto que lo hizo asustar.
–¿No quieres?– preguntó el mayor con un poco de recelo. –Porque está bien si no quieres, yo puedo entender.
–¿Crees que puedas conseguirlo? Dormir fuera, amanecer en un lugar diferente. Poder pasar más tiempo contigo, ¿crees que puedas conseguirlo?
¿De dónde había salido tanta fuerza y valentía? ¿De dónde? Kyungsoo no podía saberlo, pero tampoco iba a desaprovecharlo. No sólo tomó su mano, sino la entrelazó con la suya para caminar lo más rápido que podía hasta la estación de autobús. Cuando llegaron, no se soltaron, se sentaron al final del transporte casi vacío y dejó que Jongin se acomodara sobre su hombro todo el camino. Cerca ya de la universidad, por la facultad de medicina donde estaba el hospital, Kyungsoo tomó su celular, respiró muy hondo, y marcó. El médico los recibió en su consultorio, pero entró sólo él. Esa era la primera vez que Kyungsoo estaba ahí. Normalmente se sentiría nervioso, pero su afán por hacer feliz a Jongin era más fuerte que cualquier otra cosa en ese momento.
–No creo que sea una buena idea, Kyungsoo. Como médico, yo podría dejar que Jongin salga por una noche. Podría hacerme de la vista gorda, has demostrado tantas veces lo preocupado que estás por él. Pero el tema de sus familiares y muchos otros aspectos, me preocupan.
–Si tan sólo hubiera visto su rostro, doctor. Es diferente a las otras salidas. Está tan confiado y feliz. Sólo pensar que me quedaría yo a dormir lo puso tan frenético, la idea de dormir por primera vez en tanto tiempo en otra cama, hacer una piyamada con sus amigos lo ha llenado de dicha. Déjele demostrar que puede integrarse de nuevo a la sociedad. No va a salir de la universidad de todas formas. Yo estoy en la carrera de ingeniería ambiental, está tan cerca. Él no está curado, es algo sé, pero encerrarlo de esa forma sólo hace que recaiga una y otra vez. Déjelo salir de ese círculo vicioso. Lo voy a cuidar con mi vida doctor. Lo juro.
El médico suspiró y empezó a revisar papeles y luego todos los relojes disponibles en su consultorio. Sabía que Jongin debía estar afuera, esperando lleno de ansiedad por su respuesta. Kyungsoo había jugado sucio, diciéndole sus planes al chico antes de consultar, sería el villano si decía que no. A pesar de que Jongin lo aceptaría con calma, sería un golpe duro que el que se sentiría culpable en el futuro. Realmente podía probar si Jongin realmente era capaz de salir. Sería como parte de su terapia médica. Ese era su consuelo.
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