Capítulo 15
Cuando vio el reloj de números rojos que se dejaba distinguir entre la oscuridad de su habitación, notó que eran las cinco y treinta y tres de la mañana. Kyungsoo calculó que había estado despierto por lo menos unos veinte minutos, más o menos. La noche anterior había caído dormido después de pasarse desde las siete de la noche pensando en cualquier forma de arreglar las situación de sus amigos. Sus preocupaciones habían estado centradas en Jongin, y eso de alguna forma hizo que por un momento olvidara la tensión entre Baekhyun y Chanyeol. Pero recapacitar al respecto,no podía simplemente descuidarlos
Está recostado sobres u cama. Sabe que todo lo relacionado con Jongin, lo desconcentraba. Las ideas se metían en su mente a juguetear con sus sentimientos. Especialmente porque había estado considerando que tal vez era malo y egoísta de su parte corresponder a los sentimientos de alguien que no estaba en sus cinco sentidos. De inmediato, sintió culpa de sólo considerarlo. Era horrible pensar que Jongin no era una persona emocionalmente capaz sólo porque estaba pasando por una etapa depresiva. Era difícil, sí, pero en general había demostrado ser una persona centrada e inteligente. Sí, necesitaba ayuda médica para su parte mental afectada, pero su parte intelectual estaba en perfecto estado.
Otro miedo lo invadió. La sociedad podría tacharlo a él como un horrible depravado y abusivo que se estaba aprovechando de una persona mentalmente inestable. La idea le hizo tener un temblor en todo su cuerpo y se sacudió, era incómodo. Afortunadamente, los ronquidos de Kris lo sobresaltaron y como se escucharon por toda la habitación, se calmó un poco. El gran muchacho se acomodó en su cama y todo volvió a estar en completo silencio otra vez.
¿Qué importaba lo que dijera la sociedad o lo que dijeran los demás? La gente jamás iba a ser capaz de entender lo que había entre ellos porque era algo privado, era algo que no podrían experimentar, era suyo. ¡Estúpidas normas sociales! ¡Estúpidos mojigatos! ¿Qué podían importar la opinión o las habladurías de los chismosos? Esas tonterías no podían compararse e la sonrisa de Jongin cuando estaba emocionado con cada visita. ¿Por qué debería preocuparse de lo que digan los demás si él podía ir y cantar con su amigo? Jamás había sido tan feliz cantando, ni cuando le dieron un solo en la escuela primaria. Jamás había sido tan feliz haciendo cosas cotidianas, todo era a causa de Jongin. Ese afecto que se tenían era tan puro, tan sincero, que no se podía comparar con nada.
A veces, incluso sentía que podía explotar de sólo pensar en él. Kyungsoo se revolcó en su cama en silencio, tapó su boca para no hacer ruido y se emocionó por poder visitarlo, verlo y por todo lo que le hacía sentir. ¿Cómo algo tan hermoso podía ser malo? ¿Quién era la persona encargada de decidir eso? Su corazón saltaba, como si tuviera vida propia dentro de su pecho. Las emociones eran tan fuertes que resultaban una locura. No, una locura no, no quería nunca pronunciar esa palabra. Jongin no estaba loco. La gene podía decir lo que quisiera, pero ese dulce y amable muchacho no era un maniático, sólo necesitaba ayuda. Esas palabras eran fuertes e hirientes y podrían provocar que todos los sueños de se arruinaran por la falta de sensibilidad y empatía de los ignorantes. No podía permitirlo.
Otra idea se cruzó por su mente. ¿Así se sentía Chanyeol por Baekhyun? ¿Era por eso que no podía superarlo? Era algo que podía entender, él mismo no se sentía ni lo más remotamente listo para abandonar a Jongin en ningún momento, era imposible. La culpa lo volvió a invadir: había sido muy egoísta con sus amigos. Se limitó a pensar en sus cosas y no pudo evitar que pelearan ni los ayudó en sus momentos duros. No fue capaz de ser un apoyo para ellos como ellos habían sido siempre para él. Debía cambiar eso, era hora de buscar una solución. Incluso si tomaba mucho tiempo, debía ser capaz de colaborar con la causa, para que todo se arreglaba. Tenía un nuevo propósito.
***
–Nini– la enfermera tenía el turno de la mañana y se dio un tiempito libre para conversar con el chico.Se veía alegre, incluso se le notaba que había subido un poco de peso. Ella tenía en sus manos dos plásticos llenos de deliciosa comida casera que por fin se acordó de traer con ella. –Supongo que no has comido aún, ¿verdad?– preguntó mientras los alocados cabellos de un Jongin recién despierto mostraban un aspecto bastante gracioso y tierno.
–Buenos días– saludó, acompañado de un bostezo, luego se restregó un poco sus ojos. Se veía tan normal, que la enfermera experimentó una especie de paz interior. –Todavía no.
–¡Maravilloso! Porque he traído la comida que te prometí.
Yang Mi soltó una carcajada que se esuchó por toda la habitación al ver la emoción del paciente cuando encontró un delicioso desayuno coreano casero en su mesita, tal como si lo hubiera hecho por una mamá. Para sus oídos sonaba delicioso. La enfermera después de disfrutar el verle comer con tantas ganas, acomodó todas las cosas y se sentó pesadamente cerca de la cama donde el muchacho permanecía todavía recostado.
–¿Cómo han estado las cosas? ¿Ha venido Kyungsoo?– hablar de forma casual le ayudaba a obtener la atención deseada.
–Sí, como siempre. Me avisa los días que puede según su horario de clase. Pensé que estaría ocupado, a veces me siento mal por acaparar todo su tiempo, incluso sus amigos no han venido mucho últimamente. Supongo que la universidad es difícil, y aún así él se da el trabajo de venir.¿No es... lindo de su parte?– Las mejillas rojas y la sonrisa tierna del chico le hicieron tener la fuerza a la señora para hacer una pregunta muy difícil.
–Jongin, ¿en serio crees que sea una buena idea querer a Kyungsoo de esa manera?
Por unos segundos, parecía que iba a responder, incluso exaltadamente. Al final no dijo nada, bajó su mirada y se acomodó más en su cama. Yang Mi no quería arruinar todo el buen ánimo, pero esto era necesario para él.
–No es como si pudiera evitarlo– admitió el jovencito finalmente. Sus ojos llorosos y la sonrisa triste, abrieron alguna herida antigua en su corazón. La mujer tuvo que hacer muchos esfuerzos para no echarse a llorar con él.
–Yo sé, cariño, pero siempre hay que pensar en tantas cosas cuando uno se enamora. Piensa que puede traerte problemas con tu padre.
–Mi padre no importa– sus palabras fueron firmes, su semblante mismo cambió por completo.
Jongin se veía tan seguro, tan diferente pronunciando esas palabras con fuerza. Era la primera vez que ella le veía atreverse a enfrentar la idea de ese padre restrictivo que siempre imponía miedo al ser solamente nombrado. No había miedo o duda en su mirada y eso quería decir que había algo que era más fuerte que su temor.
–¿No importa?– quiso saber Yang Mi, sin poder disimular su sorpresa.
–Mi padre es un hombre muy poderoso. Él siempre piensa que puede hacer lo que quiere, piensa que es mi dueño porque paga mi estadía aquí, mis medicamentos, mi comida. Si yo tuviera la oportunidad, no recibiera nada de él. Pero, soy tan débil, que no soy capaz ni de salir de aquí. Por eso prefiero quedarme callado, por eso no le digo lo que pienso, porque mientras esté enfermo... él va a seguir siendo mi dueño. Lo malo es que él mismo es quien me tiene así, es un círculo del que no puedo salir–Jongin limpió sus lágrimas y respiró hondo. –Por eso Kyungsoo es tan maravilloso. Él está sacándome de este lugar, él va a conseguir que yo me cure, y podré ganarme mi propia vida, fuera del hospital y de la presión de mi papá. Sé lo que me está pasando, sé las consecuencias y las causas de mi enfermedad. Yo en serio lo sé, yo entiendo, no soy tonto. Pero no puedo luchar solo. Cuando la debilidad se apodera de mí, lloro y grito, intento matarme. Pero ese no soy yo, es un Jongin diferente. Es el Jongin que está desesperado y no puede ver la luz en ninguna parte.
–Entonces, tal vez lo que ves en Kyungsoo es un salvador, y no un amor, Jongin– le intentó persuadir la enfermera, arriesgando su suerte al ir un poco más allá de lo que debería.
–He tenido mala suerte en mi vida, pero este no es el caso. Por primera vez, soy afortunado porque la persona que me quiere salvar también me quiere a su lado.
–¿Por qué estás tan seguro de algo que no te han confirmado? Cariño, no creas que quiero ser mala– explicó enseguida la mujer.– Es sólo que quiero que estés preparado para ciertas decepciones que se pueden presentar.
–Kyungsoo tiene fe en que voy a salir de aquí. Hemos conseguido tantas cosas, y yo pongo mucho de mi parte porque sé que él estará aquí y esa es mi mayor recompensa. Desde que se hizo mi amigo, no he pensado más que en regresar a una vida normal. Ya no quiero estar encerrado con esta depresión grave, no quiero estar internado. Voy a salir y estudiar, dibujar para ganar dinero y poder visitar a mi mamá. También quiero hacerla feliz al saber que he logrado superarlo. Desde que Kyungsoo está aquí jamás he pensando en matarme, sólo en ocultar cualquier rastro de mis intentos. No quiero que lo sepa.
–Por eso quería hablar contigo, Jongin.
–¿Van a prohibir que Kyungsoo venga?– preguntó repentinamente el paciente, como si hubiera tenido una revelación extraña que lo puso ansioso.
–No, no, para nada. Él te hace muy bien.
–Yang Mi ajumma. Por favor, nunca deje que Kyungsoo se vaya, nunca deje que se entere que he hecho cosas horribles contra mi vida porque se va a asustar. Se lo diré yo mismo, cuando esté curado y no tengamos nada de que temer. Pero, por ahora, quiero que él me vea como soy en este momento. No haré algo tan estúpido como intentar matarme en el evento de papá otra vez, eso se acabó para siempre. Esa es la razón por la que estoy aquí, ¿no? Jamás volverá a pasar... por favor.
–Kyungsoo no te va a abandonar, mi niño. No debes temer. Pero, si yo te ayudo, tu debes jurarme que realmente jamás volverás a hacer nada de ese estilo, ¿entendido?
–Lo juro. Lo juro por cualquier cosa.
Una de las enfermeras intentó saludar a Kyungsoo por el pasillo, pero el chico no fue capaz de verla, porque prácticamente corría por el hospital para que nadie pudiera saber que estaba llorando. Un mal presentimiento se apoderó de la joven y ella también se apresuró a la habitación 88 de psiquiatría. Yang Mi estaba saliendo del cuarto en ese momento.
–¿Algo pasó con Jongin?– quiso saber de inmediato, mostrando sincera preocupación.
–¿Con Jongin? Está perfectamente– respondió la mujer con una sonrisa grande, pero la expresión de la chica le hace asustar. –¿Por qué?
–Acabo de ver a Kyungsoo salir llorando, ¿pelearon?
–¿Kyungsoo?– la mujer mayor toma de la muñeca a su compañera de trabajo y se la llevó lejos, asegurándose de que Jongin no pueda escucharlas.
–¿Pasó algo?– insistió la chica.
–Nada, Kyungsoo ni siquiera entró a la habitación, pero tal vez escuchó algo. Sólo no se lo digas a Jongin, ¿está bien?
–E-está bien.
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