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Capítulo 12

Kyungsoo podía sentir el triunfo de una buena acción bien hecha. Estuvo extremadamente feliz, cuando había conseguido permiso de los médicos de llevar a Jongin a pasear fuera del hospital. Tenían un horario restringido y no podrían ir muy lejos, pero era un avance, uno gigantesco que lo llenaba de orgullo. Jongin terminó de vestirse con la poca ropa limpia y bonita que su madre siempre le llevaba y se sentía ansioso, nervioso y emocionado por salir, así sea un rato, pero sentirse fuera del hospital le daba un agradable aire de libertad.

Tomaron un autobús y su primer destino fue la heladería del centro comercial que estaba cerca de la universidad. Comieron cosas deliciosas y se pasearon por una plaza. Regresaron caminando, porque Kyungsoo había hecho todo un informe de actividades previamente y hasta puso una hora de regreso. Dejó anotado su número de teléfono, de sus amigos y juró que sería responsable por Jongin en caso de cualquier imprevisto. Su única intención era conseguir que Jongin regresara un poco a la normalidad para que fuera capaz de superar su enfermedad con la ayuda de amigos. Encerrado en un cuarto de hospital no iba a mejorar su estado de ánimo jamás. La intención del muchacho era ayudarlo a dejar a un lado cualquier cosa que lo pusiera triste. Mostrarle lugares bonitos y regalarle momentos especiales sería la mejor terapia. 

Jongin parecía sinceramente feliz, entusiasmado, nervioso y ansioso. Pero no por salir del hospital o pasease entre le gente. Sus pensamientos tenían otro rumbo, ya que sólo era capaz de pensar lo cerca que estaban, lo interesado que parecía Kyungsoo en él. Estaban sentados en el autobús, al lado de la ventana, a centímetros del chico que consumía sus noches, deseándolo de todas las formas posibles. Si bien su ansiedad se había calmado, los nervios permanecían porque era la primera vez que sentía que estaban finalmente a solas. 

El cariño que sentía y que acumulaba por Kyungsoo había estado creciendo desmesuradamente. Era complicado intenta apagar ese pequeño fuego que alimentaba con ilusiones y ensoñaciones basadas en los encantos de su nuevo mejor amigo. Para Jongin, este enamoramiento casi infantil era una sensación increíble y poderosa. Sentía que todo a su alrededor podía desmoronarse, y aún así todo estaría bien. Estar al lado de Kyungsoo provocaba que su día se iluminara, que sus sueños se hicieran realidad y que cada segundo se convirtiera en un regalo. 

Él, un chico que se había sentido solo la mayor parte de su vida, que estaba acostumbrado a una vida llena de tonos grises, estaba descubriendo nuevos y brillantes colores que el otro chico le regalaba. Era como estar en otra realidad, lejos de la oscuridad de su vida cotidiana. Salía de la prisión de su propia mente y de su corazón cerrado por el miedo. Cuando estaba con Kyungsoo podía relajarse, podía sonreír incluso si algo salía mal, el muchacho era tan amable que le resultaba imposible resistirse a alguien que daba amor hasta con la forma de sus labios. Esos labios que lo tentaban y lo llenaban de curiosidad por un mundo totalmente diferente que tenía muchas ganas de explorar. 

Y todo eso se veía reflejado en sus medios de expresión. Las cosas cotidianas empezaron a llamar su atención, tenía buen ánimo y sus dibujos se llenaron de imágenes bonitas, de expresiones alegres. Hasta los días lluviosos eran hermosos y llenos de encanto. Jongin estaba consciente de que tal vez estaba cayendo en una situación peligrosa. Era complicado enamorarse de alguien que venía de un mundo totalmente ajeno al suyo. Había leído en los libros, visto en los dramas o en las películas y escuchado en las canciones que la gente era diferente por la sociedad, por la religión, por la raza o por el dinero. Su caso era distinto, estaba limitado por sí mismo. Tenía una mente frágil, difícil de controlar, tenía que lidiar consigo mismo. ¿Podía Kyungsoo aceparlo sabiendo que era inestable? ¿Lo iba a mirar con dulzura cuando tuviera una recaída? Jongin no lo sabía y no quería averiguarlo. 

–Si nos dejan venir el próximo fin de semana, creo que sería lindo que vayamos al cine. ¡Sé que te gustan las películas!– exclamó Kyungsoo animado.

–Me gustan mucho– respondió el menor de los dos, sin quitarle los ojos de encima al otro chico. Lo observó con toda la adoración que una persona le puede brindar a otra.

–Entonces podemos hacerlo.

Kyungsoo no estaba ciego. Era capaz de percibir que esos ojos no lo observaban cariño fraternal o admiración de ningún tipo. Era una mirada que exigía atención, que expresaba sentimientos, reales y que eran muy intensos. Pero no se atrevía a indagar todavía por esos peligrosos caminos, no después de las cosas que le habían aconsejado sus amigos. Aunque era difícil.

–Tengo un sueño que ya se ha repetido varias veces– comentó Jongin inesperadamente, luego apegó más su hombro al del más bajo.

–¿Es un sueño bueno?– quiso saber Kyungsoo, preocupado de la siguiente revelación.

–Es bueno al principio, pero se va volviendo malo– admitió, un tanto decepcionado el enfermo.

–¿Por qué se vuelve malo, Jongin?

–Sueño que estamos acostados, juntos, acurrucados y que todo es suave alrededor, se siente cálido. Tú sonríes y vemos como amanece. Pero, cuando despierto, tú no estás ahí.

–Esa... ¿esa es la parte mala?– La mano del más joven de los dos viajó lentamente hasta posarse sobre la de Kyungsoo que esperaba la respuesta con ojos expectantes.

–Sí. Yo quiero que me salves, Kyungsoo.

–¿Qué te salve de qué?– los ojos del muchacho se agrandaron, sin entender realmente a qué se refería su amigo.

–Sálvame de ese sueño, no dejes que se repita. Es el pedido que te quiero hacer el día de hoy. 

–Bien, pues algún día podremos ver el amanecer juntos. Te lo prometo.

***

Estaba ya oscuro cuando Kyungsoo había regresado del hospital y estaba en su cuarto. Recibió una llamada de Chanyeol, que se escuchaba bastante alterado. No hizo otra pregunta que no fuera para averiguar dónde estaba y tomó la primera cosa abrigada que encontró, se la puso y salió camino a la habitación de su mejor amigo. Cuando llegó, descubrió que estaba solo, ni su compañero de cuarto ni Baekhyun estaban ahí. Le tomó media hora a Kyungsoo intentar descifrar lo que el gigante intentaba explicar, hasta que finalmente llegó a una conclusión que consideraba acertada. 

–Entonces, se te declaró, eso fue lo que pasó– los ojos de Kyungsoo brillaron de la emoción e incluso dejó caer un poco de las papas que tenía en el pozuelo que estaba abrazando.

–¿Por qué te ves feliz?– Exigió saber Chanyeol, fastidiado, se suponía que esa era una mala noticia.

–¡Es maravilloso! Por fin alguien que no teme querer estar contigo como pareja, alguien que te gusta y que conoces. ¿Por qué sería malo? Digo yo...

–¡Porque....! Porque no, no está bien– el gigante no encontraba un argumento que sonara razonable para poder lamentarse. 

–No puedo creer que seas tan cerrado. No me obligues a ser malo contigo– amenazó el más bajo de los dos. 

–Mira como tiemblo– Chanyeol movió sus manos exageradamente y luego se cruzó de brazos con mirada burlona.

–Hablo en serio. Esta puede ser una oportunidad para que superes a Baekhyun. Él no te quiere, ¿no es suficiente para ti saber eso y simplemente pasar de página?

–Bueno, creo que algo dentro mío se rompió.

Kyungsoo se sintió mal al ver como su amigo se sentó sobre la silla más cercana en su propia habitación. Lo había llamado para contarle todas las cosas que estaba pasando y él, sin consideraciones o empatía con su mejor amigo, fue cruel con la intención de hacerle entender su punto.

–Lo siento tanto, vaya, que torpe soy. Lo que intento decir es que Baek no es como nosotros. Mira, la gente suele dejarse llevar por la imagen. El chico delicado es gay y el chico rudo debe ser hetero, y las cosas no son así. Todos hemos tenido un crush con alguien que no nos corresponde, pero no es el fin del mundo– Chanyeol mantuvo su expresión penosa y el muchacho suspiró antes de continuar. –Lo que quiero decir es que mereces una oportunidad, ¿por qué no salir con alguien más? Puedes establecer una relación que no se limite a besarse con desconocidos en aulas vacías hasta que algún día alguien te encuentre, como el mismo Baek hizo. No dejes que esto te estalle el rato menos pensado. 

–Sé a lo que te refieres y lo entiendo. Pero yo no quiero estar con Park Seok Jun. Es decir, el chico me gusta y todo, pero todo esto me tomó por sorpresa. Jamás pensé que le gustaría formalizar nada. 

–Entonces, sólo lo estabas usando– le recriminó Kyungsoo. –Mientras tuvieras oportunidad de manosearlo, todo estaba bien. Pero, como el chico quiere dar el siguiente paso, ya no quieres nada y lo abandonas. ¿Quieres convertirte en ese tipo de persona? Chan, a este paso vas a terminar solo. 

–Iba a terminar solo de todas formas, ¿no te acuerdas? Baekhyun no me quiere– el resentimiento en la voz del más alto era palpable, pero Kyungsoo no había terminado su sermón aún.

–Creo que tienes una fijación con él. Hablas como si ya no se tratara de amor, sino de un capricho. No conviertas tus lindos sentimientos en algo enfermo. Debes superarlo, si quieres callar para seguir a su lado, también deberías seguir con su vida. No seas egoísta con los demás y contigo mismo sólo para seguir con alguien que no te ve como otra cosa que uno de sus mejores amigos. 

–Entonces, ¿no es egoísta querer estar en una relación con alguien que yo no quiero?

–No estás obligado a tener una relación, no te digo que sean novios y que se vayan a vivir juntos– explicó el menor de los dos. –Yo entiendo que no estés listo para un noviazgo, pero podrías darle una oportunidad para conocerlo. Quién sabe y el verdadero amor de tu vida resulta no ser Baek. 

–Es doloroso. ¿Nunca voy a poder estar con Baekhyun de esa manera?– la voz del gigante se quebró y Kyungsoo lo abrazó e intentó consolarlo. 

El líquido se acumuló en sus ojos hasta convertirse en gordas lágrimas que, ante tanto peso, cedieron y rodaron por la blanca piel hasta caer una por una en la camiseta del chico. Eso las así tan reales los sollozos se escucharon fuerte y Kyungsoo palmeó su espalda con dulzura. 

Una delicada mano cubrió su propia boca para no dejar salir ni un sólo sonido. No quería ser descubierto por sus amigos después de haber escuchado, a escondidas, la conversación que Chanyeol y Kyungsoo habían tenido con la puerta semi abierta. 


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