✧─CAPÍTULO 8: EL NUEVO CASO
- ¿Que estamos mirando?- preguntó Lockwood
- He puesto el anillo detrás del cristal plateado para examinarlo con seguridad- dijo George haciendo lo dicho.
- Pero si es de día...- dije.
- Ya, bueno, es evidente que me gustan los riesgos mucho menos que a ti. Bien, el intruso quería el anillo. Pero, por que? El grabado.
- H 22 115. Tal vez, H de Hugo?
- Eso he pensado yo, pero quien era la otra gran H de la vida de Annabel? Acto 2, segunda escena- me dió un librito.
- Dudo de que sean de fuego las estrellas, dudo de que el sol se mueva, dudo de que la verdad sea mentira pero nunca dudes de mi amor. Eso es, el grabado es una carta de amor, por eso Annabel quería que yo cogiese el anillo, porque demuestra que ella estaba con Hugo. Será suficiente para encerrarlo, no?
- No, no demuestra nada. Sí, demuestra que estaban juntos, pero no que el la asesinará. El anillo se queda en la caja fuerte y yo me quedo la llave, porque bueno, no se puede confiar en ti- Lockwood me miró con cara de graciosillo, cogió la llave y se la metió en el bolsillo de la chaqueta.
- Pero es su fuente.
- Y tú la has robado, tenemos la resolución sobre el caso de la calle Sheen, y si no ponemos orden, esta agencia estará acabada- sacó un papel.
- Supervisión indefinida obligatoria- leyó George.
- ¿Que significa eso?- pregunté.
- Significa que aún debemos sesenta mil, pero no podemos hacer nada sin la supervisión de un adulto.
- No, no... Esto... tiene que ser broma- dije.
- No, es una manera de ahogarnos. Pero tengo un plan: tenemos que hablar sobre un fantasma.
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Estabamos en el ascensor del edificio de Fairfax.
- ¿Tu gran plan es que nos den un trabajo en Fairfax Iron, para el que estamos legalmente incapacitados?
- George, por esta negatividad no te cuento nunca nada.- Lockwood me dió un periódico.
- Se buscan agentes para una ivestigación sobrenatural especial. La remuderación se corresponde con el peligro- leí-. Será muy peligroso, no?
Geroge me lo quitó de las manos.
- Espero que valga al menos 60000 libras.
De repente el ascensor se paró, no era nuestra planta, entraba más gente. George se apartó para que puedieran tener espacio, y se pusó al lado de Lockwood.
- Cuando estemos allí arriba- me susurraba Lockwood a mi lado-, tenemos que ofrecer nuestra mejor versión. Muy profesionales, así que hablaré yo.
- Vi a sir John Fairfax una vez, donó defensas de hierro a mi escuela y dió un discurso sobre su montaje- dijó George-. La señorita Kingston fué a la peluqueria.
- A ver, George, esos son los comentarios que quiero evitar que digas- le replicó Lockwood un poco enfadado, a mi se me escapó una sonrisita.
- Has dicho que venimos a hablar sobre un fantasma, sabemos con quién?- le pregunté.
- No, solo la planta. Veinte.
- La última, no será...
Lockwood y yo nos miramos, sabíamos que estabamos pensando en lo mismo. Cuando se abrieron las puertas en la última planta nos encontramos con un despacho extremadamente grande. Geroge silbó con asombro.
- Pedazo de oficina- dijo.
- Es el despacho de sir John Fairfax- le replicó Lockwood.
- No tiene ningún sentido, John Fairfax no nos necesita. Es famoso, es rico, construyó la siderurgia Fairfaix Iron.
- Y este edificio.
- ¿No os parece un poco feo que alguien haya ganado tanto dinero con el Problema?- pregunté.
- Es el precio por mantener el país a salvo por la noche, no?- dijo una voz detrás nuestro.
Nos giramos, era John Fairfax.
- Oh, vaya. Lo... Lo siento.
- No, tienes razón, es feo. El Problema ha desfigurado al mundo entero.
- Es un placer conocerlo señor- dijo Lockwood alargando la mano para estrecharla con Fairfax-. Anthony Lockwood- y el la aceptó-, George Cubbins y Lucy Carlyle. Somos la Agencia Lockwood.
- Ah, claro. Los infames. Bueno, podeis sentaros bajo los rociadores.
Miramos al techo y nos sentamos.
- Debo reconocer que no esperabamos hablar con usted personalmente cuando leeímos el anuncio.
- Es una situación delicada, debo ser discreto. He decidido vender algunas propiedades, incluida Combe Carey Hall en Berkshire. Es un sitio muy bonito, pero tiene una colección de visitantes bastante tozudos. Algo que me ha costado mucho que no salga en los periódicos y de lo que el possible comprador no sabe nada.
- Y tiene que ser segura antes de que el comprador la visite- dije.
- Exacto. Y no puede sufrir daños, así que nos se puede usar bangalas ni tampoco explosivos. Es un trabajo peligroso, que se debe hacer rápido y sin llamar la atención. He pedido presupuesto a todas la agencias importantes de Londres, así que sinceramente la única manera de que una agencia de su nivel consiga el trabajo es rebajar mucho el precio.
- Nuestro servicio es tan bueno como el de nuestra competencia- dijo Lockwood seguro- y no nos hace falta entrar en una guerra de precios- nos miró buscando la aprobación.
- Miente como un político, pero yo empezé en el mundillo de los casinos, señor Lockwood. Siempre detectó un farol.
- Cree que conseguirá discreción en Fittes y Rotwell?- dijo Geroge- Cada decisión que toman se debate en un comité.
- Y usted necesita algo más ágil, como nosotros, pequeños e independientes- dije.
- Somos la única agencia que puede hacer este trabajo como usted lo necesita- dijo Lockwood para acabar.
- Buen argumento. Pero trabajo mucho con el DICP y no creo que os dejen ocuparos de esto.
- Por eso lo mejor sería que no se enteraran.
- Rotwell me acaba de presupuestar 90000 libras, no os pagaré más de la multa que le debeis al DICP. Cuanto es? Cuarenta? Cincuenta?
- 60000 libras. Es usted un hombre muy ocupado sir John, así que lo vamos a simplificar. Usted nos paga la multa y nosotros le arreglamos la casa. Entonces, hay trato?
Cuando salimos del despacho eramos los más felices del mundo.
- 60000 libras, nos va a pagar 60000 libras.
- No los tenemos, vale, y hay que ser rápidos. Lucy haz las maletas y preparalo todo. George investiga lo que puedas sobre Combe Carey Hall. Yo voy a Satchell's a ver que tienen que no explote. Nos vemos en casa, no digais nada.
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Ya en casa George nos explicó en la cocina todo lo que sabia sobre Combe Carey Hall.
- Este trabajo nos va a matar- dijo.
- No seas agonias. Vaya, todo esto es sobre Combe Carey Hall- dijo Lockwood mirando la mesa con todos los papeles.
- Si todo lo que Fairfax se olvidó de mencionar, no es solo una casa de campo, antes era un monasterio satánico medieval de adoradores del diablo.
- Genial- dijo cogiendo una cerveza de la nevera-, monjes malvados. Al menos sabemos a que nos enfrentamos. Alguien quiere otra cerveza?
George se levantó de la silla enfadado.
- No, en realidad no tenemos ni idea. Allí ha muerto un montón de gente, incluidos los invitados de una fiesta hace 30 años, por eso no se relacionó con los monjes sinó con una escalera de los gritos y una sala roja.
- Sin bengalas es un suicido. No somos los primeros en intentarlo- dije enseñando una foto de un equipo de Fittes.
- Al principio del Problema enviaron a un equipo de élite de Fittes. Solo hubo una superviviente, otro agente, Samaran Oandey, sigue desaparecida.
- Fairfax nos ocultó todo esto.
- No, coniguió un buen acuerdo, igual que nosotros, un trabajo a la altura de nuestro talento. Pero como somos un equipo, si alguno tiene otra idea para mantener la agencia a flote, soy todo oídos.
George me miró indignado yo le devoldí la mirada y los dos miramos a Lockwood igual.
- Bien, pues decidido.
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Más tarde cuando estaba en mi habitación después de ducharme alguien llamó a mi puerta, esperaba que fuera Lockwood pero fue George con una llamada.
- Es Barnes, es para ti.
- Ah, y esos guantes?
- Limpieza antiestrés.
Entré otra vez a mi habitación y contesté.
- ¿Si?
- Carlyle? Soy el inspector Barnes.
- Ah, hola.
- ¿Ya le ha dicho a Lockwood que se marcha?
- Si, ya se lo he dicho. Me voy en un par de días.
- Puede que quiera irse antes, hemos liberado a Hugo Blake esta mañana. No tenemos suficiente para retenerlo, nadie lo situa dentro de la casa. Tal vez si no la hubieran incendiado tendríamos alguna prueba física. Dígale a Lockwood que iré mañana para informarle sobre su supervisor.
- Es que mañana no estaremos.
- ¿Por qué no?
- Porque vamos a fumigar la casa.
- Pues pasado mañana. Buen viaje- y colgó.
Se me quedó la cara de piedra. Entre lo de que me tenía que ir, lo del caso y ahora lo de Hugo, tenía un miedo que no había sentido nunca en mi vida. Así que me vestí y bajé para ir a la biblioteca a despejarme, pero me encontré a Lockwood, y tal y como entré salí, no podía verle.
- Ey- me paró- desde cuando me evitas cuando estoy en una habitación- me vió la cara-. Estas bien, Luce? No haces buenas cara.
- Si, si, estoy bien.
- ¿Segura?
- No, estoy cansada, me voy a dormir.
- Está bien, buenas noches.
Me fuí a mi habitación y pues me heché a llorar en mi cama, tenía miedo y le estaba mintiendo en la cara a Lockwood. Cuando estaba a punto de dormirme entró Lockwood, no me dió tiempo a secarme las lágrimas y me vió antes de que yo pudiera decir nada.
- Oye, sé que me has dicho que estabas bien- dijo acercandose a mi cama y sentandose a mi lado-, pero es que tenía que comprobar... Estás bien, Luce? Estabas llorando?
- No, no, se me ha metido algo en el ojo.
- Ya, en los dos.
- Pues...
- Lucy.
- Está bien, no me encuentro muy bien, tengo miedo. Han liberado a Hugo Blake esta mañana.
- Oh, bueno, em, Lucy no te preocupes todo saldrá bien.
- Ya...
- Enserio Luce, mientras esté yo nadie te tocará, jamás. Ahora eres lo más importante en mi vida igual que George. Y si cualquier persona intenta haceros daño yo estaré ahí para evitarlo. No voy a dejarte marchar tan fácilmente.
- Siempre me dices lo mismo Lockwood, pero luego cuando estamos en público no dices lo mismo, eso de que "en ti no se puede confiar" o lo de "dejadme hablar a mi". No te muestras como realmente eres.
- Lo sé, y no es que no quiera, es que... Me cuesta, tú eres con la única con la que no me cuesta ser yo mismo- entonces se le escapo una lágrima.
Todo lo que ha tenido que pasar él solo desde que sus padres no están. Mostrarse siempre positivo e indiferente de ciertos comentarios, ser siempre profesional. Un niño no merece pasar por todo eso el solo.
De esa lágrima brotaron más y no solo por parte de Lockwood. Era una manera que tenía de demostrarme que yo le gustaba de verdad. Le cogí la cara entre mis manos y pegé su frente a la mía.
- No estás solo, Anthony. Estoy contigo.
- Tú tampoco lo estás. Yo estoy contigo.
- Ah, y también tenemos a George.
- Sí y también George- se rió un poco.
Después de unos segundos así me abrazó y fue el abrazo más delicado que me habían dado en mi vida, me hacía sentir como una rosa de cristal que no podía romperse.
- ¿Quieres que me quede?
- Porfavor- dije.
Y otra noche que pude dormir bien, gracias a la compañia de Lockwood o debería decir Anthony.
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Ya vemos que tienen un nuevo caso que resolver y una manera de conseguir el dinero por fin. Lockwood y Lucy se van acercando más y George sigue siendo George. Repito que si les ha gustado no olviden en votar y comentar. Y perdón si hay faltas de ortografía.
Xoxo,
Sofía.
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