✧─ CAPÍTULO 7: ARREGLARLO
- Sí, nos jugamos la vida, pero porque este caso es importante para nosotros. Annabel Ward era una gran actriz que alguien asesinó cruelmente. Durante demasiado tiempo las autoridades del DICP han permitido con su silencio que esta cruel injusticia no se resolviera. Nos han fallado a todos. Y que ocurriera hace épocas no implica que hoy no importe, por suerte en la agencia Lockwood contamos con un nuevo fichaje, la señorita Lucy Carlyle que no solo nos ayudó a neutralizar un cruel tipo dos, sino que además uso su extraordinario talento auditivo para conectar con el fantasma de Annabel. Gracias a eso creemos que estamos más cerca de encontrar al asesino de Annabel que el DICP...
Y apagué la tele, no podía continuar viéndolo a él en la tele hablando sobre mí y la agencia. Y Gorge callado sin decir nada y Lockwood sonriendo por el logro.
- Te pedí que me dejarás al margen.
- Y te dije que yo me ocuparía- dijo Lockwood con una sonrisita, esto de salir en la tele le hacía feliz-. ¿Por qué te agobias? Es todo verdad.
- Aún no hemos resuelto el caso. ¿Y si Hugo Blake lo ve y viene a por mí?
- Pues entonces, te protegemos, Luce. Eres nuestro mejor recurso.
No podía creer lo que acababa de escuchar salir de la boca de Lockwood. Me quedé atónita.
- ¿Recurso? Es lo que soy, algo que te hace ganar dinero. Crees que tu método es diferente, pero eres igual que los demás. ¡Tan malo como todos!
Y salí enfurecida de la cocina, todavía estaba dolida por el comentario de Lockwood hacia mí, pero la rabia me podía, pero solo me quedé en la puerta de la cocina a escuchar.
- Buena cagada Lockwood.
- ¿Por qué? La he adulado en una televisión nacional.
- Después de que te pidiera específicamente que no la nombraras.
- ¿A ti qué te pasa?- dijo Lockwood con tono sorprendido- Anoche querías que la echara. Puede que tuvieras razón, puede que se me haya nublado el juicio un poco últimamente. Barnes sabe que ella es ilegal, tenía que hacer algo.
- Yo tampoco estoy muy fino. No tiene a donde ir, no creo que debas despedirla.
- Dejemos que se tranquilice un poco.
Decidí no escuchar más, no quería. La rabia me consumía más que el dolor. Así pues, bajé al sótano a practicar con el estoque, que era mejor que practicar con el estoque contra ellos. Cuando acabé fui a la despensa que había, donde guardábamos todas las fuentes neutralizadas, donde estaba el anillo. Iba a cogerlo, pero entonces escuché que llamaban a la puerta y pedían entrar. Así que subí para ver que pasaba.
- Traiga a la chica- oí que le decía una mujer a Lockwood.
˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖
Estábamos en el DICP esperando.
- Todo irá bien, te lo prometo. Sea lo que sea, lo arreglaré.
Entonces bajaron un señor y una señora y se quedaron delante de nosotros. Lockwood se levantó.
- Usted espere aquí- le dijo el señor-, quiero hablar con ella.
- No, lo que tenga que decirle a ella puede decírmelo a mí.
- He dicho que espera aquí, o esperará en una celda.
Me levanté dispuesta a ir a hablar con ellos.
- No necesito que nadie me cuide. Y menos tú- dije. Aunque iba más dirigido a Lockwood.
Les seguí escaleras arriba.
- Estamos encantados de tener a una famosa, aquí, ayudándonos en el DICP- dijo el señor.
- No lo soy...
- Los tipo dos ofrecen declaraciones completas.
- Yo no he dicho eso.
- Creí que estaba usando su extraordinario talento para descubrir quien fue el asesino de Annabel Ward.
- Sí, sí, se llama Hugo Blake.
- ¿A sí? ¿No lo habrá leído en un periódico antiguo?
- No, es mucho más que eso.
- Ah, bien. Porque lo hemos traído, pero no tenemos pruebas. Quizá pueda ayudarnos.
Me comenzaron a pitar los oídos, no quería enfrentarme a esto. Entramos en una sala con una silla y un espejo de pared delante.
- La casa de la calle Sheen era una pensión. Blake dice que la dejó allí, pero que no entró. Siempre se ha afirmado que solo eran amigos.
- Pues no es verdad.
- Consiga las pruebas- señalo la silla.
Fui lentamente a sentarme, tenía miedo.
- Lo acusó de asesinato. Use su extraordinaria conexión para demostrarlo.
Se encendió una luz en el espejo y pude ver a Hugo Blake sentado frente a mí.
- Espere, no, no. No funciona así. No puedo traerla sin más. Conecté con Annabel porque sentía algo por ella, quería hacer algo bueno.
- Pues tiene la oportunidad de hacer algo mejor. Ayúdenos a encerrarlo.
- No, ya se lo he dicho. No puedo.
- No sabe que está aquí, vamos. Inténtelo.
- ¿Que espera que haga?
- Canalícela- dijo la mujer- díganos algo que solo pueda saber ella.
- Identifíquelo como el asesino. Vamos, ¿no dice que es culpable?
Me quedé mirándolo, empecé a sentir como me ahogaba otra vez, pero esta vez como Annabel.
- Nota algo.
Hugo se levantó. No podía respirar.
- Dígame que oye.
- Necesito salir de aquí, tengo que irme.
- ¡No hasta que nos diga lo que sabe!
Hugo empezó a golpear el cristal. Me levanté.
- No sé nada. No siento nada. Aquí no hay nada- señalé mi cabeza.
- Así que mintió...
- Déjeme, déjeme- le decía a la mujer
Hugo seguía y el señor me estaba gritando.
- ¡Déjeme!- le grité a este.
Apagó la luz y Hugo desapareció. Solo me veía a mí.
- Tranquila. Ya no está, pero escúcheme, tiene amigos importantes que le han conseguido buenos abogados, y muy buenos. No podemos retenerlo aquí, salvo que usted tenga algo más.
Suspiré en forma de decir que no tenía nada más.
- Lástima.
Se sacó una tarjeta, era un billete de tren.
- Vale por un viaje de vuelta a casa.
- Esa ya no es mi casa.
- Lockwood es un charlatán, un chapucero que pone a la gente en peligro. Vio una chica vulnerable sin la titulación necesaria, sola y superada en una gran ciudad. Y se aprovechó de ella. Por favor, márchese a casa mientras pueda.
˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖
Íbamos en el taxi a casa, Lockwood y yo, después de estar en el DICP.
- Sabía que haría eso, lo supe en cuanto Wade apareció en casa- Wade debía de ser la mujer-. Solo a esta gente se le puede ocurrir algo tan poco imaginativo, ¿verdad? Intentar usar tu talento para conseguir pruebas, eso demuestra que no tienen nada. Has estado excelente, Luce, por cierto.
No me sentía bien, no después de ver a Hugo Blake y tenerlo delante de mí. Ni siquiera escuchaba bien a Lockwood, todavía me pitaban los oídos.
- Puede parar el coche, por favor- le pedí al conductor.
- ¿Qué haces?
- Me marcho, lo dejo- le dije a Lockwood y salí del taxi. Lockwood me siguió.
- ¡Luce, Lucy! ¿Podemos hablar de esto en el coche? Esto es demasiado...
No le dejé acabar.
- ¡No hay nada de que hablar! Querías despedirme de todas formas, no lo has hecho porque soy un buen recurso.
- No, no es verdad. Está claro que ha habido un malentendido.
- Ya que curioso. No has entendido nada sobre mí- me giré para mirarlo a la cara-. No tienes ni idea de lo que me está pasando y te da igual mientras puedas salir por la tele.
- Ya te he dicho que lo siento.
- ¡No! ¡No lo has dicho!
- Pues lo siento y fui yo el que intentó detenerlo antes de que se nos fuera de las manos.
- Y eso demuestra que no entiendes nada- estaba al borde de llorar, no podía mirarle-. Tú podrás abrir y cerrar la corriente de tus sentimientos como un grifo, pero yo me estoy ahogando, Lockwood- y me puse a llorar-. A veces creo... creo que estaría mejor muerta.
- Lo entiendo- le miré-, y no es verdad, Lucy. Te necesitamos, te necesito y no es porque seas un recurso.
- Entonces, ¿por qué?
- Por qué... Por qué eres Lucy Carlyle, y no podemos dejar que te vayas. No puedo dejar que te vayas.
- Debes hacerlo, Barnes te va a cerrar la agencia, sabe que soy ilegal.
- Por eso salí en la tele, tonta- dijo mientras se acercaba a mí-. Para que Barnes viera que no puede amenazarme. Al cuerno las reglas, ellos las violan continuamente, por qué nosotros no. Por qué no podemos cambiar las reglas.
- Porque no somos nadie.
- De eso nada, somos la agencia Lockwood. George, tú y yo. Lo siento Lucy, por favor quédate.
- Pero no vuelvas a mentirme, júramelo.
- No volveré a hacerlo, lo juro- y encendió una bengala.
- ¿Por qué has encendido eso? ¿Vas de guay?
- Porque veo cinco sombras y tres acechadores que se acercan.
- ¿Es mentira?
- ¿Que te acabo de prometer?
Me giré para comprobarlo y me coloqué al lado de Lockwood.
- Oh, mierda.
- Estamos cerca del patíbulo de Tyburn, el sitio más encantado de Londres. Sinceramente, eres más un lastre que un recurso, Lucy.
Le miré y él me miró y nos olvidamos por un momento de los fantasmas. Me dió la mano y yo se la cogí.
˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖
Cuando llegamos a casa la puerta no abría así que tuvimos que entrar por la ventana de la habitación de Lockwood. Escuchamos un ruido, y Lockwood cogió el estoque.
- Ocúpate de buscar a George, yo me encargo de esto.
- Ve con cuidado por favor.
Me acerqué y le di un beso en la mejilla.
- Todavía tienes que cumplir tu promesa.
Abrió la puerta y enfocó con la linterna al ladrón.
- ¿Puedo ofrecerle una taza de té mientras remueve mi casa, un terrón o dos?
Entonces le tiró la linterna, pero este la esquivó y sacó el estoque. Y empezó la pelea, yo fui a buscar a George que estaba en sótano atado. Este empezó a decir cosas.
- ¿Aún quieres despedirme?
- Pero qué dices?!?!?!
Subimos a ver que tal iba Lockwood y le ayudamos. Cuando le teníamos acorralado fue a la habitación de Lockwood y saltó por la ventana. Lo único que vimos fue como huía.
- ¿Sabes quién era? ¿Dijo algo?- le preguntó Lockwood a George.
- No, pero sé que quería.
Bajamos al sótano temiendo lo peor.
- Hugo Blake sabría que teníamos el anillo. Ha enviado a ese cerdo a buscarlo por si lo relacionábamos con el caso.
- Tal vez. Fuera quien fuera, esto demuestra su valor como prueba.
- Prueba que ya no tenemos. Estamos jodidos.
Lockwood golpeó unas cajas.
- Cada vez que damos un paso adelante, alguien se encarga de hacernos retroceder.
Yo solo admiraba la escena.
- ¿Qué?- me preguntó Lockwood- ¿Por qué pones esa cara?
- ¿Qué cara?
- Esa cara, no es tu cara normal. Es tu cara de sé algo que vosotros no- dijo George.
- Prometedme que no os vais a enfadar
- ¿Por qué nos íbamos a enfadar?
Saqué el anillo
- ¿El anillo?- preguntó Lockwood con una sonrisa.
- Está chalada- dijo George con asombro-, pero qué put...
˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖˖
Estaba en mi habitación descansando después de todo lo que había pasado en el día de hoy, cuando alguien llamó a mi puerta.
- Pasa.
Me acomodé.
- Hola Luce.
- Ya te estás acostumbrando a estas visitas nocturnas.
- No podía dormir.
- Tranquilo, yo tampoco puedo. Tengo demasiado miedo como para hacerlo.
- Oye, estás a salvo, nosotros te protegemos, yo te protejo.
- Lo sé, pero aun así...
Se sentó a mi lado, en la cama.
- No te preocupes, Hugo no te va a tocar mientras estés cerca de mí.
- Gracias.
- ¿Por qué? No he hecho nada especial.
- Por todo. Yo... Yo no tengo donde quedarme, ahora estoy sola en este mundo.
- No lo estás, ya no. Estas conmigo y con George, Lucy.
- Sí, ya, prefiero estar contigo antes que con George.
- ¿Y eso?
- Bueno...- carraspeé- Tú eres más guapo y más inteligente.
- Vaya cuanto halago. Tú también eres así Luce, aunque no te des cuenta.
- Ya... Lockwood, yo... emmm... creo que me gustas.
- Tú también me gustas, Luce.
- Ya, ya, ya, pero más que amigos.
- Ya, tú también.
Entonces me abrazó, ya no de forma protectora sino también amorosa.
- ¿Quieres quedarte a dormir, aquí, conmigo?
- Por favor.
Así que nos quedamos los dos dormidos abrazados, en mi cama, estirados. Y por primera vez pude dormir una noche entera.
════════ ⋆☆⋆ ════════
Espero que os haya gustado, la cosa se está poniendo más interesante en todos los sentidos, así que no os lo perdáis. Lockwood y Lucy se están acercando de una forma más amorosa, la agencia está a punto de resolver el caso o eso creen y bueno, George, sigue siendo George, de momento.
Xoxo,
Sofía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro