Capítulo 43
Capítulo 43
#Extraparte3
Julieta
Diez meses después.
-Claro mama, en navidad estaremos con ustedes. Y en año nuevo con la familia de Alex.-Le digo por décima vez a mi madre por teléfono.
-Está bien. Aunque no me gusta que pases las fiestas lejos de mi.-Se queja.
-Entonces no las pasemos lejos. Podríamos hacer la cena de fin de año en mi casa. Tú y papa, la familia de Alex y la familia de Ada.-Le cuento mi propuesta a ver que dice.
Ya que la verdad a mí tampoco me gustaría pasar las fiestas lejos de ella.
-Me parece una idea estupenda mi niña. Yo te ayudare a decorar tu casa y con los platillos. Sera asombroso.
Ay Dios mío, en que me metí. Pienso riéndome.
-Disculpe señorita Villagrán. La buscan los inversionistas.-La voz cantarina de mi asistente, hace que gire a mirarla.
-Dale Claudia, diles que en cinco minutos estoy con ellos. Digo de forma gentil. Ella asiente repetidas veces y sale de mi oficina.
-Mama tengo que dejarte, tengo trabajo que hacer.
-Eso escuche. Ves que las clases de administración si te iban a servir.-Dice reprochándome.-Mama sabe lo que te conviene.-Ruedo los ojos ante su tono de "Yo te lo dije"-Ey, no me ruedes los ojos.
-¿Tienes cámaras por aquí o qué?-Me quejo mirando hacia todos lados.
-No, pero te conozco. Es como si te hubiera parido.
-Bien mama, me tengo que ir. Te amo y saludos a papa.
-Yo también te amo, cuídate.
Luego de cortar la llamada. Me tomo un tiempo para procesar todo. Mi madre tiene razón ella sabía lo que me convenía.
Luego de estar prácticamente desempleada porque Ariana estaba presa y la empresa en quiebra. Tuve que hacer algo al respeto, por qué no era yo nomas la que estaba desempleada sino más de 300 personas que contaban con este trabajo.
Asique invertí en la compañía, con ayuda de la gerencia que me brindo la compañía "Contreras" la cual se especializa en sacar este tipo de empresas al flote. En menos de seis meses pude lograr recuperar casi al cien por ciento lo que era.
Mi mama me aconsejo que terminara la carrera de administración, ya que no eran tantas materias las que me quedaban, lo hice. Gracias a eso puedo estar hoy, aquí al frente de la empresa.
Estoy sumamente contenta de todo lo que logre. Esto es solo el comienzo de lo que sería mi imperio de moda.
***
-La junta fue exitosa.- Le comento a mi asistente, quien levanta la vista de libro electrónico y me mira con una sonrisa.
-Yo lo sabía. ¡Felicidades!
Estoy emocionada y extasiada. Es decir logre que tres inversores firmaran contratos hoy y los otros dos lo pensarían, pero estoy segura de que van a firmar.
-Si me siento contenta.-Digo feliz.
De pronto empecé a sentir calor, desabrocho unos botones de mi camisa. Uff...que calor que está haciendo.
-Bárbara ¿Hace calor?-Pregunto mirando que el aire acondicionado está a 25C°.
-No, señorita...
Y no escuche nada de lo que dijo, ya que puntitos negros nublaron mi visión.
-Señorita...Señorita Julieta...-Escuchaba la voz de Bárbara a lo lejos.
Vi una luz muy brillante, la cual me hizo cerrar los ojos. Mi cabeza me duele.
-Está despertando, que suerte.-El tono de alivio era evidente.
-Bárbara hace el favor y llama a Ada.-Digo algo aturdida, cuando enfoco su sus ojos cafés. Ella asintió muy rápido y la vi irse a su escritorio y usar el teléfono.
Me quede en el piso tirada, era mi oficina podía estar como quisiera.
Intento pensar en cuando fue mi último periodo...No lo recuerdo.
¿Sera que estoy embarazada? No, no, no...No me quiero hacer ilusiones. Esta sería la cuarta falsa alarma, y no quiero.
Con Alexander habíamos quedado en tener un bebe. Me quite el DIU, hasta me hice estudio para saber si podía quedar embarazada. Y aunque tener sexo, no fue un problema para nosotros.
El problema era que no lograba quedar embarazada, pero ahora estoy tirada en el suelo. Sin moverme por si las dudas, acaricio mi vientre con cuidado.
¿Serás un varón o una nena? Pienso.
No, no, no puedo ponerme a pensar que tengo un bebe. Si ni siquiera me hice un test.
-Señorita Julieta.- Interrumpe mis pensamientos Bárbara.-¿Le digo a la señorita Ada que venga?
-Sí, y dile que compre un test de embarazo.
La cara de mi asistente es todo un poema.
-Seguro y mandare a pedir un jugo de frutas. Dicen que es bueno para los embarazos.
Yo asiento y vuelvo a tirarme en el suelo, como si estuviera muerta.
***
-Dale Julieta, estamos aquí muy nerviosa queremos saber...-Chilla Ada desde afuera del baño.
Estaba en cuclillas esperando que salga el pis, pero no lo hace. Dios, acabo de tomar dos litros de jugo de frutas y nada.
-Es que no puedo ir...Sabiendo que me están escuchando.-Me quejo.
-Bueno nos iremos, pero no tardes.-Dice Bárbara preocupada.
-¿Cómo que irnos? No, yo me quiero quedar.-Se queja Ada.
-Vallan las dos.-Sentencio algo malhumorada, se me estaban cansando las piernas.
Al sentir que la puerta del baño se cierra, por arte de magia hago pis.
En cuclillas, en una posición verdaderamente incomoda. Saco la prueba de embarazo.
Solo tengo que esperar cinco minutos, solo cinco minutos.
Acomodo mi ropa, saliendo del baño. Lavo mis manos, mojo un poco mi cara. Dios me siento rara... Me siento embarazada.
Niego con la cabeza, tengo que esperar a que este la prueba. No quiero ilusionarme, pero ya lo estoy haciendo. Es decir un bebe, el fruto de demasiadas noches de amor y pasión con el hombre de mi vida. Sin duda debe ser lo mejor que puede estar pasando en estos momentos.
Miro por décima vez la prueba de embarazo. En ella se observaban dos líneas verticales de color rosa pastel.
No puedo ser.
¡Dios mío! Estoy embarazada, la prueba dio positivo.
Salí corriendo del baño hacia el recibidor, en donde mi mejor amiga y mi asistente/amiga, me esperaban ansiosas. Ambas me miraban atentas mis gestos faciales. Tenía la mejor cara de póker que podía hacer.
-¿Y?- Pegunta Ada emocionada.
-¡¡Estoy embarazada!!-Grite feliz.
Ellas me abrazaron y chillaron a mi lado. Hicimos una especia de círculo saltando emocionadas. Los demás empleados nos miraban con alegría y curiosidad.
Pero no me importaba la felicidad que sentía ahora mismo, nadie podría quitármela.
***
Estaba nerviosa, salí temprano del trabajo para preparar todo. Quería sorprender a Alex, sé que él se siente mal por no haber estado cuando nació Ariel o haber compartido el embarazo con Ada. Por esa razón quiero que el disfrute y recuerde siempre, el momento en el que le cuente sobre nuestro pequeño bebe.
Reviso la cena en el horno, si le cocine. Sé que nunca lo hago, pero esta ocasión lo amerita. El pollo estaba casi terminados y las papas al horno estaban perfectas, no sé si será el embarazo o que eh cambiado de gustos. Pero disfruto de comer cosas agrias, llevo medio frasco de pepinillos enlatados.
-Hola pelirroja, ya llegue.-Saludo Alexander. Escuche como la puerta se cerraba.- ¿En dónde está mi sexy pelirroja?
-En la cocina amor.-Grite mientras sacaba los platos.
El entro a la cocina rápido y miro preocupado hacia todos lados.
-¿Qué pasa?-Pregunte confundida.
-Es que dijiste que estabas en la cocina. Vine a ver que no estuviera nada quemado.
Lo miro enojada y le saco el dedo del medio.
-Fue una sola vez. Supéralo.
-Yo puedo superarlo, pero las pobres ollas essen .No opinan lo mismo.-Dice levantado sus manos.-Pero tengo que admitir que huele bien aquí.
-Ya lo sé.
Me acerco a él y con un sutil movimiento, tomo sus mejillas y beso sus carnosos labios. Nunca me cansare de sentir esa chispa, cada vez que lo beso.
El corresponde mi beso gustoso apretándome contra su torso. Una de sus manos abaja por mi espalda hasta mi trasero, al cual aprieta sin ningún tipo de pudor.
-Te extrañe muchísimo mi pelirroja.-Dic separándose de mí en busca de aire.
Inmediatamente volvió a juntar nuestros labios, jamás me cansaría de ellos. De su dulce sabor, es una adicción cada vez que los pruebo quiero más y más.
-Yo te extrañe más. Pero si me seguís besando, se me quemara la comida.-Digo separándome un poco de él. Muerdo su labio inferior de forma suave, pero seductora. El usa sus dos manos para apretarme a su cuerpo, pegando mi espalda al mesada. Podía sentir su erección apretándome la cadera.
Este hombre es mi perdición.
-Eso sería una lástima.-Dice mirando mis labios, podía ver el deseo en su mirada.
-Si lo seria.
No tardamos ni dos nanosegundos en volver a besarnos. Esta vez el beso subió de nivel a tal punto de que nuestros cuerpos emanaban pasión y lujuria, queriendo fundirse.
Una parte de mi cabeza, recordó porque estaba cocinando. Y el porqué de tener que esperar hasta después de la cena para poder disfrutar toda la noche de mi novio.
-Espera amor. La cena es algo importante.-Digo separándome un poco de él. Él tenía sus manos en mi cintura levantando el dobladillo de mi vestido.-Quiero que tenas energía para estar toda la noche.
El beso la comisura de mis labios, con cuidado bajo mi vestido.
-Está bien, pero no te dejare ir en toda la noche.
-¿Lo prometes?
-Lo juro.
Cuando el salió de la cocina para irse a refrescar, termine de poner la mesa.
En el televisor puse nuestra serie favorita Supernatural estábamos en la temporada diez.
-No empieces a ver la serie sin mi.-Grito el desde arriba.
-Claro que no, pero apúrate que creo que aquí sale Deán sin camisa y no puedo aguantar para verlo.-Lo moleste.
-Creo que es mejor no ver la serie.-Dice mientras entra al comedor.
- A él lo veo. Pero a ti te beso.-Digo atrayéndolo hacia mí para besarlo.
Luego de una sesión de besos, nos sentamos a comer viendo la serie a gusto. Para mi suerte Deán salió sin camisa, no pude evitar reírme del gruñido que emitió Alex.
Cuando comimos el postre, lo cual consistió en fresas con crema. Empecé a sentirme nerviosa y ansiosa.
El levanto la mesa, mientras me contaba sobre su día.
-¿Quieres ir a la sala?-Pregunte cuando el volvió de la cocina.
-Claro, yo sabía que ese sillón seria cómodo.-Dice de forma pervertida.
-Que cochino.
El soltó una leve carcajada, tomo mi mano y juntos fuimos hacia la sala.
En donde había acomodado una pizarra.
-¿Qué es esto?-Pregunto él.
-Un juego, el ahorcado. Tendrás que adivinar la palabra y si lo haces haremos el amor hasta cansarnos.-Digo lo más seria posible.
El me mira y sonríe.
-¿Y si no adivino?
-Solo haremos una vez el amor.
-Tendré que adivinar, me niego a solo darte un orgasmo.-Confeso.
Sentí mis mejillas arder, agarre su mano llevándome la a la boca y bese sus nudillos.
-Eso espero.
Él se sentó en el sofá, yo me encargue de hacer el dibujito de la orca y escribir los renglones. Exactamente quince renglones que confirmarían la frase. "Estoy embarazada"
-¿Listo?-Pregunte. El me miro con una sonrisa que me derritió ¿Por qué tendría que ser tan jodidamente hermoso?
-Más que listo preciosa.
-Empieza.
-A.
Escribí las cuatro A. El miro atento para luego decir E y así una por una dijo las vocales y la letra S. Al muñequito que iba a ser ahorcado ya le había dibujado las dos piernas y el torso.
-Mmm está difícil la cosa...M.
Escribí la M, me sentía nerviosa unas pocas letras más y averiguaría mi pequeña sorpresa.
-B.
Mi corazón martillaba a mil por hora, estoy segura de que él lo estaba escuchando. Alex se quedó unos minutos viendo la palabra.
-Z.
En los renglones llevaba escrito E_ _O_ EMBA_AZA_A. Era muy obvio, tan obvio que él alternaba la vista de la pizarra hacia mí.
-¿Estas embarazada?-Pregunto mirando me.
-Si Alexander estoy embarazada, vamos a ser papas.
No sé en qué momento paso, pero tenía a Alex abrazándome muy fuerte.
-Te amo, te amo, te amo mi amor.-Dijo mientras me besa por toda la cara, dándome vueltas en el aire.
Empecé a llorar de felicidad. Estaba feliz, me siento plena. Voy a ser mama y lo mejor de todo compartiré cada momento con el amor de mi vida.
-Te amo mucho más Alex.
-Vamos a ser papas.-Dice besando me de vuelta. Cuando despego sus labios de los míos, tomo mi vestido y lo subió hasta dos dedos debajo de mi sostén. Él se agacho y beso mi vientre.-Hola hijo o hija, te habla tu papi. Solo quiero decirte que te amo y que ya quiero verte.
Las lágrimas seguían rodando por mi cara. ¿Era posible ser tan feliz? Yo creo que si, por que desde este día, todas las lágrimas que llore en el pasado. Se convierten en risas y alegría.
Alexander
9 meses después.
Mientras dormía soñaba con algo raro algo pegajoso y húmedo se pagaba a mi cuerpo.
Me muevo inquieto y abro los ojos. Miro a mi costado y veo a Julieta hacer un quejido de dolor.
Prendo la luz de noche e intento despertarla.
-Amo.-Digo fuerte y claro, ella se despierta y grita.
-Maldición, se me rompió la fuente.-Grito. Y yo grite con ella, el volvió a gritar.
-¿Por qué gritas estúpido?-Grito ella.
-No lo sé, me asuste.
-Pues no te asuste, es como lo practicamos. Cámbiate, busca el bolso, yo me cambio y me esperas en el auto. Mientras tanto llama a Ada y a mis padres y a tu padre.
Yo asiento recordando el plan "Llegada inesperada de los mellizos". Todo fue tan inesperado. Recuerdo cuando fuimos a la primer ecografía y nos dijeron que no era un bebe sino dos. Julieta lloraba como una niña y para que mentir yo igual, era un mar de lágrimas en ese momento.
-Hey campanita, deja de andar en boludeolandia y ve por lo que te pedí.-Gruño Julieta.-Aiiii mierda duele.-Se quejó.
Rápidamente la socorrí y ella me corrió con la mano.-Las contracciones son cada 5 minutos, dale no tenemos tiempo.-Me apresuro.
Yo hice todo lo que ella me ordeno, en menos de dos minutos estábamos en el auto rumbo a la maternidad.
No voy a mentir estoy aterrado y nervioso. ¿Y si nace en el auto? ¿Qué hare? Anatomía según Grey no me preparo para este momento.
-Conduces como mi abuela, ve más rápido Ambroni.-Grito mi hermosa novia embarazada.
-Perdón, voy lo más rápido que puedo. No me grites.
-¿Qué no te grite? SI ESTOY ASÍ POR TU CULPA.-Chilla llorando.
Ruedo los ojos, esta mujer y sus cambios de humor.
Llegamos al hospital y con cuidado baje a Julieta y al bolso.
-Ayuda mi mujer está por dar a luz.-Grite desesperado. Un grupo de enfermeras se nos acercaron y pusieron a Julieta en una silla de rueda.
-Al fin llegaron.-Grito Ada, quien venía acompañada de Carlos, mi padre, la abuela María, los padres de Julieta.
-Ves te dije que conducías muy lento.-Se quejó la pelirroja.
-Perdón por querer que llegaras a salvo.-Me queje mirándola ceñudo.
-Aii me duele.
Rápidamente las enfermeras la transportaron a la sala de maternidad. Vi como mi esposa iba rumbo a tener a mis bebes. No sé cómo describir la felicidad que ciento en mi pecho, es tan mágico.
-Yo sabía que ibas a ser feliz hijo. Tu madre y yo siempre lo supimos.-Dijo mi padre rodeando con su brazo mis hombros.
***
Habían pasado dos horas y todavía no me había dejado entrar a la sala de maternidad. Ya que se habían presentado complicaciones.
¿Cómo te pueden decir que se presentaron complicaciones y dejarte varado en una sala de espera? Estoy indignado.
-Familiares de Julieta Villagrán.-Dice el doctor Mendoza. Él fue el ginecólogo que nos atendió durante estos nueves meses.
-Aquí.-Digo para que me viera.
Él se acerca a nosotros.
-Felicidades Alex, eres el padre afortunado de una hermosa niña y un hermoso niño.
¿Tengo una princesa? Habíamos pensando que eran dos varones con Julieta, pero era una niña un niño.
-¿Puedo ir a verlos?-Pregunte.
-Claro, sala 456.
No espere a que nadie me dijera que me acompañaba, ya que salí disparado como una bala hacia la sala.
Al llegar a la puerta 456 tome aire y entre.
Allí fue cuando me volví a enamorar, ella estaba despeinada y con rastro de sudor en su frente. Algunos cabellos pelirrojos estaban pegados a su cara.
Sostenía una cabecita pelinegra a la cual le hacía cariñitos. En cuanto sus ojos vieron los míos, no pude evitar sentir mariposas y una punzada en mi vientre.
-Tenemos un príncipe y una princesa.-Dice con los ojos llenos de lágrimas. No pierdo más tiempo y me acerco a ella, no fue hasta que me separe de sus labios que me di cuenta de que también estaba llorando.
Miro a mi hijo mi bebe, y beso su cabeza. No puede existir cosa más perfecta que este bebe, mi otro campeón.
-Él es Pablo.-Dice mirándolo con amor.
¿Pablo? Me encanta.
-¿Y mi princesa?-Pregunte, ella me señala a la derecha en donde estaban las dos cunas. Allí vi a la otra mujer de mi vida, una hermosa bebe de risos pelirrojos.
-Nuestra Ornella.-Digo tomándola en brazos.
Me siento en la cama de Julieta.
-¿Puedes creer que hicimos a los seres más hermoso de este planeta?-Pregunta ella mirando con amor a nuestros hijos.
-Claro mi pelirroja.-Digo mirándola, ella posa sus ojos en mi.-Te amo, gracias por darme la mayor felicidad de todas. Nunca había entendido lo que era amar, hasta que te conocí. Y antes pensaba que conocía la felicidad absoluta, pero hoy confirme que uno puede ser mucho más feliz de lo que creía.
-Te amo Alex. Gracias por hacerme la mujer más feliz del mundo.
Nos quedamos por minutos, horas quien sabe. Mirándonos enamorados. Sabía que la vida iba a ser perfecta si estaba junto ella.
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