Capitulo 40
Capítulo 40.
Julieta.
Miro por la ventana del avión, el cual me llevaría a casa. El mar se ve tan calmado y relajante, permito sentirme en paz. Hace tanto que no me sentía aliviada. No puedo creer que esto acabo.
Viví tanto tiempo con este pesar en mi alma, este sentimiento tan horrible que me destruía día a día. Aunque el amor de Alexander me hace feliz, nada se compara con cerrar este ciclo.
Fabián está muerto, junto a él todos los recuerdos de mi pasado.
Jamás pensé poder superar la muerte de mi bebe y superar el fracaso que fue mi matrimonio. Con la persona que pensé que sería el amor de mi vida.
Llevo mis manos a mis ojos, estoy llorando. Son lagrimas a de alegría. Al fin seré feliz y eso nada, ni nadie me lo va a quitar.
Sé que soy muy fuerte, porque esto que viví no todo el mundo lo hace. Estuve un par de días en el hospital en observación, ya que la droga usada por Fabián, causo problemas a mi corazón. Pero por suerte y gracias a Dios, con dos pastillas al día, puedo seguir teniendo mi vida normal.
Mi vida no fue sencilla. Me equivoque, aprendí, llore y ahora solo me queda superar esos recuerdos y seguir adelante.
Me cubro los brazos con mi suéter ya que en el avión hace un poco de frío. La policía fue muy buena al dejarme ducharme y darme ropa. La verdad fueron unos días pesados y me alegra que todo acabe hoy.
No veo las horas de llegar y ver a todas las personas que amo, mis padres, mis tíos, Ada, Carlos, mis hermosos sobrinos y sobre todo a Alexander, el amor de mi vida.
Lo extraño y lo necesito aquí en mi vida .Molestando me, siendo pervertido y amándome. Y sobre todo quiero gritar mi felicidad a los cuatro vientos.
Desde ahora todo es alegría.
***
- Señorita...señorita...- Una voz a lo lejos me despierta.
Abro mis ojos y veo a una policía mirándome con cansancio.- ¿Que sucede? –Pregunte adormilada.
- Señorita llegamos.-Me responde.
Esas palabras me hacen despabilarme completamente, estoy a punto de verlos a todos. Mi corazón da un vuelco a saber que lo veré a él. Siento cosquillas en mi interior. La felicidad se incrementa en mi interior.
Me levanto muy rápido, mareándome en el camino. Pero no me importa. Sigo a la policía. Varios uniformados están en el avión y bajan conmigo.
Estamos en un lugar VIP por lo que veo, un policía alto y robusto me mira y me saluda, junto a él se encuentra una mujer bajita también vestida de policía.
- Me alegra ver que este bien, señorita Julieta.- Me dice el hombre con una sonrisa.
- Muchas gracias por ayudar a encontrarme.-Agradezco con una amplia sonrisa.
-La verdad debería agradecerles a su novio y a su padre. Fueron quienes nos movieron por cielo y tierra para lograr encontrarla.-Me comenta la oficial.
Mi corazón martillea mi pecho, quería llorar. Mi pobre padre, me imaginado lo que debió sentirse al no saber nada de mí, al pensar que estaba muerta. Creo que sintió el mismo dolor que yo sentí al pensar que ellos habían fallecido.
Un segundo ¿Dijo mi novio? ¿Sera que habla de Alex? Entonces... ¿Eso quiere decir que Ada lo sabe?
Debe estar furiosa porque no le conté, pero ya habrá tiempo para tener esa charla pendiente.
- Bien, creo que debe querer ver su familia.-Vuelve a hablar ella con una sonrisa, creo que pase varios minutos sumergida en mis pensamientos.
- Sí, claro ¿En dónde están?-Pregunte ansiosa. La palabra familia hace agrandan mi corazón, saber que veré a mis seres amados, los cuales pensé que no volvería a ver más.
- Ellos la esperan dentro del aeropuerto.-Me informa el oficial esta vez.
Sigo a los oficiales como si ellos me guiaran a un tesoro mágico. Entramos al aeropuerto, muchas personas iban y venían con sus maletas o con sus hijos corriendo por que llegan tarde a sus vuelos. Veía a las personas pasar y todo parecía tan irreal. Como la vida cambia tan rápido, sin pensarlo, sin darme cuenta estoy cerca de la felicidad.
Acelero el paso mirando hacia todos lados. Pero no veo ni rastro de mi papa o de Alexander o Ada. Llegamos al lugar de espera, en donde hay sillas súper cómodas para esperar tu vuelo.
Estoy ansiosa, empiezo a pensar lo peor. Que Fabián volvió y ahora quiere cobrar venganza. Mi corazón se oprime al pensar en esa posibilidad, pero rápidamente ese sentimiento de miedo y amargura. Se ven reemplazados por felicidad y paz al verlos. Allí estaban ellos. Empecé a llorar al solo verlos.
- Señores. – Habla el policía con ímpetu. Haciendo que se paren mi papa, Carlos y Alexander.
Solo puedo pensar en que ellos están aquí. En que me buscaron y gracias a ellos estoy aquí.
-Dejare que se saluden y hablen... Luego iras a la policía a dejar todo declarado así queda el caso cerrado.
- Este bien. – Contesto aturdida.
El oficial se va dejando nos solos .Corro a los brazos de mi papa, llorando.
- Lo siento mucho papa.-Sollozo en sus brazos. Miedo y culpa es lo único que siento. No entiendo como los padres tienes ese sexto sentido para saber cuándo tu novio es malo o es bueno. Debí hacerle caso desde el principio, Dios no sabía cuándo necesitaba sus abrazos hasta ahora.
- No hija, yo lo siento hija, perdón por no cuidarte como es merecido.- Dice con la voz cortada, está por llorar.
- Hiciste todo bien papa. Yo debería haberte escuchado, perdón por haberte hecho sufrir. Te juro no quería...
- No mi amor, estas aquí y eso es lo único que me importa-Dice interrumpiéndome.
Nos seguimos abrazando por un tiempo. Luego lo suelto y abrazo a mi primo, el cual era un mar de lágrimas. Al abrazarlo no sabía si eran mis lágrimas o las suyas, las que mojaban mi suéter.
- Dios no sabes lo que te extrañe, estos malditos días sin saber de vos.-Dice separándose de mi acariciando mi cara.- Sabes que sos la mejor prima del mundo. No sé qué haría sin ti en nuestra vida. Lo sos todo para mí, para Ada y para los chicos.-Dice con lágrimas en sus ojos, volvió a estrujarme en sus brazos.
- Tú eres el mejor primo de todos. Gracias por hacerme siempre parte de tu familia y de tu vida.-Le respondo.
Nos seguimos abrazando hasta que escucho una tos falsa.
Era Alexander, lo miro sonriendo.
- Bueno...-Dice mi padre carraspeando.- Mejor vamos al auto Carlos, que ellos nos alcancen en un rato.- Dice mi papa guiñándole un ojo a Alexander.
Suelto una pequeña risa ante ese gesto de amista ¿Desde cuándo son amigos?
-Pero ¿Por qué me tengo que ir?- Pregunta confundido Carlos. Luego mira a Alex y sonríe de forma rara.- Ah ya entendí.
Los dos se van al auto, cuando desaparecen de mi vista. Miro a Alex, él tiene los ojos llorosos y la mirada cansada. Observo su cabello está más largo, se ve tan hermoso.
- ¿Te me vas a quedar mirando o me vas abrazar? – Pregunta sonriendo. Amo cuando sonríe, sus ojos azules resplandecen como el mismo cielo.
- Te voy a besar.-Respondo.
Me tiro a sus brazos uniendo sus labios con los míos. Sus brazos me reciben en un fuerte abrazo.
Mis manos recorren su espalda de arriba a abajo apretándolo a mi pecho. Lo necesito, necesitaba su aroma, sus manos en mi cintura y sus carnosos labios pegados a los míos. Rodeando mi cuerpo con amor y con su forma tan cálida de ser.
Mis labios siguen saboreando los suyos .Cada parte de mi cuerpo dice que lo extraña y que lo necesita.
Las manos de él se aferran a mi cintura y no me suelta.
Nos separamos unos segundos para mirarnos a los ojos.
Sus hermosos ojos azules brillan pongo mis manos en sus mejillas y lo acaricio.
-No puedo creer que estés aquí.-Dice con un hilo de vos, me abraza más fuerte.-No puedo creer que casi te pierdo. Pelirroja no miento cuando digo que sos mi vida y mi felicidad. Nunca más vuelvas a alejarte de mí.
Mi corazón late con fuerza ante su declaración. Si antes pensaba que lo amaba, ahora estoy segura de que lo amo y quiero mi vida con él.
¿Es normal sentirme la mujer más feliz del mundo?
- Te amo.- Digo acariciando con m pulgar sus labios.-Te amo Alexander, te amo como nunca ame a nadie.
- Te amo mucho más mi amor.
Nos volvemos a besa, esta vez el me alza y me hace girar en el aire. Las personas al alrededor nuestro nos miran con gracia. Y la verdad no me importa, estoy con el amor de mi vida.
- Te amo, te amo, te amo Alexander.- Le digo dando le besos en toda la cara.- Te amo mi vida.
Él me tiene sujeta de la cintura muy pegado a mí. Puedo sentir su respiración en mi cara y su corazón latiendo rápido como el mío, en la misma sincronía.
- Mi pelirroja, no sabes lo que te extrañe lo que sufrió quiero estar más separado de ti, no quiero una vida si no es contigo. Quiero estar con vos, porque sos el amor de mi vida y la persona con la que quiero estar.
Lo miro a los ojos, es tan sincero .Me siento tan feliz, toda la mierda termino al fin .Puedo ser feliz dejando el pasando en donde tiene que estar atrás, como una memoria vieja o un diario olvidado. Un recuerdo de lo que fui.
- Sabes quiero exactamente lo mismo .Quiero todo con vos Alex.- Le afirmo mirando lo a los ojos.
Nos volvemos a besar diciéndonos lo mucho que nos queremos.
- Creo que deberíamos ir al auto, mientras más rápido lleguemos a casa... Más rápido nos podremos sacar la ropa.
Me río de sus bobas palabras.
- Vamos a casa.
Nos tomamos de la mano entrelazado nuestros dedos y salimos del aeropuerto.
La vida no es muchas veces como lo planeamos, a veces nuestros planes fracasan y las cosas que queremos no salen. Pensamos que ya nada tiene sentido, ya que lo que siempre quisimos no se logra.
Pero pasa el tiempo y la vida cambia. El destino te pone personas al frente que te dan amor, alegría y la paz necesaria para seguir.
Cuando miro esos ojos azules, me doy cuenta de que él es lo que estaba esperando.
El amor, la alegría y la paz que tanto busque, vinieron como un remolino hacia mí. Ese remolino, ese arcoíris que despejo las tinieblas de miv ida tiene un nombre y apellido. Y ese es Alexander Ambroni.
Al final la vida no es tan mala después de todo, y al final no estaba tan sola como lo pensaba.
Fin
Hola con lagrimas en los ojos , les digo que emos llegado al final de la historia .Fue un camino largo pero aquí estamos .
Espero que les halla gustando tanto como a mi y que se hallan divertido con estas raras locuras .
Les deseo lo mejor un beso de su escritora
No se olviden falta el epílogo .
Un beso y hasta la próxima..❤❤❤
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