Capítulo 5° ✘ PERDONAR NO ES OLVIDAR ☑️
“El perdón no es olvidar simplemente
es negar a tu dolor el derecho a controlar tú vida”
✝ A Y L I N
¿Qué clase de extraña confesión, fue esa?
Me había dado cuenta que Darren Collins solía ser muy directo sea cual fuera su respuesta, pero no pensé que demasiado. Cada vez que hablaba, sus palabras me causaban escalofríos, su mirada, esa profunda mirada, me hinotizaba.
Después de su rara confesión, mi cabeza no dejó de pensar en sus palabras:
—¿Y... qué quieres?
—Lo único que me interesa está frente a mí, lo único que quiero, es a ti. Simplemente, para mi.
Su confesión me sorprendió, me dejó atonica, en shock.
Me quiere a mi.
¿En qué sentido?
No me conoce, ni yo a él.
Somos unos completos desconocidos, pero tampoco me interesa conocerlo.
»¿Segura loca? «
»Silencio voz interna que está más loca que yo«
Acaso yo... ¿le gusto?
No, no lo creo ¿o si?
O peor ¿si me quiere matar y vender mis órganos?
Si me quiere hacer daño.
Tal vez, mi vecino sea un asesino.
O simplemente fue una especie de broma solo para jugar conmigo y ver mi cara de confusión.
Miles de preguntas se apoderaron de mi cabeza y sin respuesta. Me frustró no encontrar una sola respuesta y no ser valiente para responderle.
Estaba más molesta con Darren que con Zack.
Me gustó más la compañía de Darren que la presencia de Zack.
Así de loca era.
Cuando él me soltó, no articule palabra. Simplemente lo vi por segundos analizando esa faceta suya. Esperaba verlo sonreír o hasta reír. Esperé su voz:
»Ey, fue una broma niña. No me interesas«
Pero ese no sería Darren, poco tiempo tratándolo y llegué a la conclusión de que habló muy enserio.
Sin embargo, no lo enfrente por miedo. Miedo a su nueva respuesta. Me fui corriendo a mi habitación como una niña asustada.
»Lo odio«
Después me encerré en mi habitación con seguro, me pegué a la puerta al escuchar ruido en la sala y como la puerta fue cerrada de golpe. Sin embargo, fui cobarde para salir y comprobarlo.
Preferí quedarme en mi habitación.
Las horas pasaron hasta que quise dormir sin embargo no pude.
Mi madre llegó en su habitual horario. Entró a verme más no preguntó por Darren y no quise ni mencionarlo y mucho menos contarle sobre Zack.
Tras una corta platica, ella me deseo buenas noches, me dio un beso en la frente y se fue a descansar.
Cuando la vi salir y cerrar la puerta. Volví a pensar en ellos:
En mi vecino.
En mi novio.
Traté de dormir y tal vez lo hice hasta a altas horas de la noche.
+++ HORAS DESPUÉS +++
El sueño no se apiado de mi. Abri los ojos, frustrada con mi cerebro y cuerpo que se niegan a descansar.
Gire a ver el reloj del buro y marcaban las 3:00 am.
Solo quiero dormir.
Solo quiero olvidar.
¿Es mucho pedir?
Frustrada seguí dando vueltas en la cama.
Leer un rato pasó por mi mente sin embargo con las miles de escenas que invadieron mi cabeza de mi propia historia de vida, ya fue suficiente. Además, dudé que prestaría atención cuando solo pensaba en ellos.
Fue una lucha no poder dormír y solo me quedé a esperar a que el sueño me venciera aunque me esperaría una desvelada.
...
Levantarse temprano para ir al estudiar y con sueño fue algo que siempre odie.
Pensé en no asistir, por sueño y porque sé que me encontraría con Zack cuando mi idea era evitarlo.
No me encontré con mi madre, al parecer se fue a trabajar y es algo que agradecí, no quiero su interrogatorio de lo bien que me la pasé con el vecino (Sarcasmo) si es que recuerda.
De mal humor, me bañé, me arreglé y desayuné sola odiando más un Lunes.
(...)
Cuando llegué a la preparatoria, no esperé a Sam. Seguía enojada con ella, prefirió estar con un chico que antes que con su mejor amiga.
Sin embargo, sé que estaba mal estar enojada con ella. Sam tenía todo el derecho a estar con chicos y no podía estar siempre conmigo. Ella tiene una vida que debo respetar, pero estoy lo suficiente molesta para pensar las cosas con claridad y sobre todo, admitir que me equivoqué.
Tampoco esperé a Zack, evite sus mensajes y llamadas.
Comenzaron las primeras clases y fue un esfuerzo en prestar atención.
Después de horas de clases, una, después otra. Tuve un corto descanso. Entonces, sali del salón. Me disculpe con varias de mis compañeras al chocar con ellas. Dos tenian cubierto su cuello por una bufanda pese a ser un horrible calor.
Sin darle importancia, me alejé.
Parecía un zombie, unas notorias horribles ojeras bajos mis ojos. Tuve que fingir poner atención en clases y ocultarme al bostezar.
Por el pasillo, me dirigi a la cafetería, por un café muy cargado para evitar dormirme. No obstante, escuché que alguien gritó mi nombre. Alguien que tanto reconocía pero no quise hablar con ella.
—Lin espérame —sus pasos escuché detrás de mi. —Amiga, ey —cada vez se acercó más. —¡Carajos, Ana Aylin Villanueva detente!
—Tengo prisa —le respondi molesta sin detenerme.
Avance más rápido. Para la mala suerte, Sam me alcanzó. Me hizo detener con su agarre en mis hombros y me hizo dar la vuelta.
—¿Qué quieres Samantha?
Ella suspiró y me observó triste.
—Con que Samantha, solo me llamas así cuando estas enojada conmigo —me soltó lentamente.
—¿Tú qué crees? —retrocedí un paso y me cruce de brazos para ser más creíble.
—Lin, lo siento es que ayer yo tenía que ver a un chico y...
—Ya déjalo así Sam, ya no importa.
—Pérdoname —me súplico con la mirada —para la próxima será.
—No Sam, no habrá próxima —bajé mis brazos y suspiré —quiero estar sola.
—Lin, tienes que escucharme...
—Samantha, ahora no. No quiero hablar con nadie ¿si lo comprendes? Ayer era cuando te necesitaba.
Me di la vuelta y seguí mi camino dejándo sola a Sam, muy atrás.
Cuando llegué a la cafetería, tomé asiento en la primera silla vacía. Le pedí un café muy cargado a la encargada. Ella enseguida me lo trajo, se lo pagué y se marchó dejándome sola. Comencé a beber pese al sabor amargo sin embargo tan necesario para despertar.
Mi celular volvió a sonar, lo revisé comprobando que era una llamada de Zack. Le colgué rapidamente cuando era obvio que no quería hablar con él.
»¡Que no pueden dejarme en paz por un maldito día, solo quiero estar sola! ¿Es mucho pedir? «
Coloqué mi el celular boca abajo sobre la mesa y observé a mi alrededor.
—¿Y esa carita?
Desvíe la vista, vi a Carlos de pie cerca de la mesa con su mochila en su hombro.
Fingi una media sonrisa evitando descargar con él mi molestia. La única persona que no lo merecía.
—Hola Carlos
—¿Todo bien? —note esa mirada analizadora— parece que no dormiste nada.
—Es que no dormí nada.
—¿Por?
—Problemas
—¿Con tú novio?
»¿Eres adivino? «
—Algo así
Él asintió.
—Si se nota que estas molesta, haces muecas —Carlos suspiró — ¿Puedo tomar asiento? —señaló la silla frente a mi.
—Claro
»Tal vez su compañía me ayude«
Enseguida Carlos se sentó en la silla frente a mi y apoyó sus brazos sobre la mesa.
—¿Qué te hizo ese imbécil?
Tomé una profunda respiración.
—Es complicado, ayer discutimos y rompimos o se creo —le explique sin darle detalles.
Una sonrisa se plasmó en su rostro.
—¡¿En serio?! woo que bien... —notó mi mirada, carraspeo y se acomodó en la silla—. Digo, que mal.
—No finjas —le respondí. —No estoy bien.
Él me observó con lástima.
—Ese imbécil no merece que estés así.
—Lo sé Carlos es solo que... ya no sé que pensar de Zack.
No lo conté sobre los tratos que él tenía conmigo mucho antes de llegar mis vecinos.
—¿Te dijo o hizo algo? Puedo golpearlo por ti Aylin.
Negué varias veces.
—No es necesario Carlos —le sonreí—Darren ya lo hizo.
»¿Otra vez, pensando en él? «
»Agh, me regañe a mi misma internamente«
—Con lo que me cuentas y por tú cara, no vale la pena. Deberías dejar de ser su novia.
Lo miré fijamente.
—Tal vez tengas razón —más la parte cobarde me invadió. Agache la vista y observé mi café en silencio.
—La tengo, ahora que terminaron tal vez tenga una oportunidad ¿no crees?
Levanté la vista y enarque una ceja.
—Carlos ya hablamos de eso, yo...
—Si si, tú solo me vez como un amigo, justo en mi corazón, me dueles Aylin —respondió y dramatizo al colocar su mano en su pecho.
Rodee los ojos sin evitar desde la mañana, mi primera sonrisa sincera.
—Carlos, sabés mis razones. Además, debo estar segura de mi relación futura con Zack. Todo es tan confuso.
Tomé mi café, le di un pequeño trago y lo regresé a su sitio. No obstante escuché que alguien gritó mi nombre.
—¡AYLIN!
Desvíe la vista y vi a Zack con molestia, dirigirse a mi mesa.
—No puede ser —susurre.
Suspiré
Cuando llegó, colocó ambas manos sobre la mesa y se acercó a mí.
—Mi amor por fin te encuentro, te estoy buscando como loco. Le pregunté a tú amiga y me dijo que no sabía donde estabas, te llamé mil veces y no contestas mis llamadas ni mensajes.
Le sostuve la mirada y no evite revivir esa molestia con él.
—Ya no soy tu amor y no quiero hablar contigo.
—P–pero... mi amor.
—No me llames así —tomé una profunda respiración— no soy tú amor porque tú y yo terminamos.
Él frunció el ceño.
»Eso, estoy orgullosa de ti«
—Terminamos, ¿por qué?
—Tú sabes perfectamente el porqué.
Zack negó y suspiró.
—Si es por lo de ayer, vale lo siento fuí un completo idiota, no debí hablarte así. Es solo que verte con ese tipo me hizo enojar y me dieron unos malditos celos, no quiero perderte amor.
—¿De qué tipo hablan? —escuché a Carlos preguntar.
Lo ignoramos y le contesté a Zack:
—Demasiado tarde, ya me perdiste.
—Es enserio, ¿Mandaras a la basura ocho meses de novios?
Zack apartó sus manos y se enderezo.
—No, yo no, tú fuiste, eres el único culpable —lo señalé y quise ser valiente ante él.
—Pero Aylin yo... te amo.
Pasé saliva.
—Lo siento Zack, ya tomé mi decisión y es lo mejor.
Me levanté de la silla más molesta, agarré mi café y gire a ver a mi amigo.
—Adiós Carlos.
—Adiós, ¿quieres que te acompañe?
—No, estaré bien, gracias por escucharme.
—De nada, si necesitas algo ya sabes donde buscarme.
—Gracias —le sonreí a medias.
Antes de irme, le di una última mirada a Zack que seguía confundido.
Me ajuste mi mochila y pasé por su lado huyendo de mi ex.
Z A C K
Ella no puede dejarme.
No así, no a mí.
La perdí de vista cuando Aylin salió de la cafetería.
»Por un carajo, Zack. Ya la tenias comiendo de tú mano«
—Ya estarás contento ¿no? Por tú culpa, Aylin está muy mal.
Gire a ver al maldito acosador de ella. Aquel que se hace pasar por su amigo cuando sé sus intenciones más Aylin es tan tonta por no darse cuenta.
—Tú no te metas imbécil.
Creenme, estoy muy enojado tan solo recordar que no pude golpear al imbécil de su vecino.
—Me meto porque Aylin me importa.
—Si pero entiende que a ella no le interesas, me quiere a mí —me apunte sin dejar de sonreírle con superioridad.
—Según yo, acaban de terminar ¿no? —mencionó con burla— Esta vez tengo una oportunidad con ella.
Dejé salir una risa aunque por dentro estaba lleno de rabia.
Ella no será suya, si será mía.
—Ni lo sueñes, ella va a regresar conmigo —pronuncie muy seguro.
—Para eso tendría que perdonarte y dudo que lo haga.
Tense la mandíbula.
—Me perdonará, eso estoy seguro. Tú no la conoces. No es la primera vez y siempre me perdona.
Palabras cursis, arrepentimiento, un falso juramento de no volverá a pasar e iba a caer otra vez.
—Entonces, suerte con eso.
El imbécil se levantó de la silla, pasó por mi lado dándome un pequeño golpe en el hombro y se fue.
Si no fuera porque era el amigo de Aylin ya le había roto su maldita cara, ya me tiene harto. Sin embargo, lo que menos quiero es más problemas con ella en este momento, pero juro que ese tal Carlos me las va a pagar de cualquier forma.
Permanecí varios minutos en la misma posición.
Tal vez tiene razón, para regresar con Aylin tengo que buscar una forma de que me perdone pero ¿cómo?
Ella tiene que regresar a ser mía.
Mi novia.
(...)
Tuve que ir a entrenar al campo con mi equipo para nuestro próximo juego donde ganaremos y nos llevaremos el trofeo.
Más no pude dejar de pensar en ella.
Me fué difícil poner mi máxima concentración en el juego. Finalmente el entrenamiento terminó y me fui corriendo a sentar a la banca mientras agarre una botella de agua.
—¿En qué tanto piensas?
Dejé de beber agua y gire a ver a quién se atrevió a hablarme.
—¿Qué quieres Trebol?
—Alguien no está de buen humor —se burló.
Bufe molesto.
—Cállate
—¿Y ahora qué te pasa tío? ¿Problemas con una chica?
Asentí
—Si, terminé con mi novia.
—¿Enserio? ¡Eso hay que celebrar! —expresó él emocionado.
—Cállate Trebol, tengo que regresar con ella.
—Si ya tronaron ¿para qué regresar? Es tu puta libertad tío, disfruta tu soltería y busca otra chica o varias.
»No estaría mal, pero... «
Negué.
—Ella me terminó, no yo a ella.
Él me observó un momento. De pronto estalló en una risa y se sentó a mí lado.
—Espera tío ¿ella te terminó? Al mismísimo Zack Ray —se burló.
—Cierra la puta boca Trebol y ayúdame a pensar algo para que me perdone.
Él dejó de reír.
—¿Por qué quieres regresar con ella? ¿Tanto te gusta? Tú no eres de los que se obsesiona. No tardas demasiado con novias.
—No es eso, no desperdicie ocho malditos meses de novios sin recibir nada a cambio.
—¿De qué hablas tío? —Trebol me observó varios segundos con seriedad — querés decir que ella y tú nunca...
Asentí
»Hasta que lo captas imbécil«
Aylin me convenía si nunca había estado con nadie. Virgen y hermosa ¿qué más podía pedir?
Y debía ser mía, yo ser el primero.
—Exacto, por eso tengo que hacer que me perdone, ya después que consiga lo que quiero, la boto. No siempre voy a encontrar una chica virgen, es una oportunidad que no voy a desaprovechar. Además, ella ya me dio muchas excusas. Yo seré el primero.
—Oh ¡Eres un maldito Zack!
Trebol me conocía.
Trebol conocía mis secretos, mi compañero de fiesta y sabía que yo lograba lo que quisiera, fuera quien fuera. Además, tenía su silencio cuando ninguno de los dos, era santo.
—Me tienes que ayudar, Bro.
—Cuenta con eso tío ¿Cuándo no te he ayudado con las chicas?
Me tense al escuchar su indirecta.
Sabía lo que había hecho con Cloe.
—No empieces cabron —le advertí.
Fue pasado, no hubo daño. Todo siguió como antes.
—Ya, esa santa va a regresar hoy contigo —chocamos los puños.
—Si, Aylin volverá a mi —dije muy seguro de convencerla.
#
A Y L I N
Terminé con Zack.
Sin embargo, me sentí distinta y extraña. Por una parte aliviada y por otra, recordé esos momentos con él. Cuando se lo proponía Zack no actuaba como un patán. Solía darme regalos o esas salidas sin ser controlador conmigo.
Más debía olvidar lo nuestro.
No debía aferrarme a un solo noviazgo.
Estuve tan invadida por mis pensamientos cuando no me di cuenta de la presencia detrás de mi hasta que un agarre en mi hombro me hizo detener.
—¿Me vas a decir que tienes?
Tan pronto, me di la vuelta y vi a la responsable:
—Sam —hice una corta pausa—. No me sucede nada.
—No me mientas, Lin.
Suspiré con cansancio y ajuste las correas de mi mochila.
—Terminé con Zack.
—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Tomé una profunda respiración para contarle.
Necesitaba tanto a mi amiga.
—¿Te acuerdas que ayer mi madre no iba a estar porque se iría a trabajar y te invité a tí pero no pudiste venir al departamento?
—Si y lo siento tanto, Lin.
—Bueno, pues invité a Zack pero mi madre no quizo que viniera y me dejó sola con el vecino.
—¿Qué? —vuelve su sorpresa— ¿El vecino y tú...?
—Si con Darren Collins. No sé como convenció a mi madre de que él seria mi mejor compañía.
—Debió usar su encanto si dices que es todo un galán.
—No Sam, no solo fue eso. Darren es muy extraño con las palabras —una vez más, lo volví a recordar— Bueno, lo peor es que Zack llegó al departamento inesperadamente, pasado de copas y me vió con el vecino.
—Ay, no ¿Qué pasó después?
—Se puso como loco. Le quise explicar pero Zack, ebrio y molesto; no me escuchó. Quizo golpear a mi vecino pero él lo superó de fuerza. Entonces, interveni y salí de mi propio departamento a hablar con Zack, le dije que mejor mañana habláramos y lo mejor era que se fuera pero él —otra una corta pausa— se comportó muy agresivo conmigo, insinuó cosas que no son ciertas y le di una cachetada. Me estaba lastimando Sam. Al final se fue muy molesto y hasta ahora a insistido con su estúpido perdón.
—Lin, entiendo, cuando lo mire le voy a cortar las pelotas. Nadie trata a mi amiga así.
Le medio sonreí. Sam me abrazó y recibí su abrazo hasta que alguien nos interrumpió:
—Hola, ¿quién de ustedes es Aylin Villanueva?
Me alejé del Sam y fije la vista en una chica frente a nosotras, bajita con cabello negro y ojos cafés. Llevaba el uniforme de porrista puesto.
—Yo —le respondí confundida— ¿por?
—Bien, el maestro de educación quiere hablar contigo, dijo que fueras al campo en este momento.
Frunci el ceño y miré de reojo a Sam.
—Gracias por avisarme.
—De nada, adiós chica.
Ella se dio la vuelta y se marchó por el pasillo moviendo sus pompones de porrista.
Gire a ver a Sam. Ambas confundidas.
¿Para qué quiere hablar conmigo el maestro de educación?
Pensé y con ese pensamiento, me dirigi al campo acompañada de Sam.
+++
Al llegar, bajamos por las gradas. En el campo vi al equipo de fútbol y entre ellos a Zack.
Pensé en darme la vuelta antes de que él me viera pero fue demasiado tarde cuando capté su mirada y corrió hasta mi.
—Amor
Suspiré
—Vámonos, Sam. —le dije cuando estuve apunto de darme la vuelta.
—Aylin, espera.
Me detuvo por su agarre en mi brazo. Enseguida me solté de mala gana.
—Me tengo que ir, el maestro de educación me busca.
—Eso no es cierto, lo tuve que inventar para que vinieras —confesó sin dejar de verme.
Lo miré con molestia.
—Tarado
—Aylin solo deja que te muestre algo.
—No Zack, no quiero saber nada de ti.
—Por favor, solo mira... —lo vi confundida. Se giró viendo a su equipo— ¡Chicos ahora!
Ellos empezaron a formarse en una línea recta con cartulinas. Todos frente a mi y las acomodaron enseñando cada quien una letra escrita. Todos formando una palabra que al leerla claramente formaba:
¿M-E P-E-R-D-O-N-A-S?
—¿Me perdonas, amor? Te juro que no se volverá a repetir. Te amo y no quiero perderte —habló Zack con su mano en su pecho.
Nunca pensé que Zack fuera capaz de hacer todo esto por mí. Sin embargo volví a recordar lo que hizo.
—No debiste hacer esto y mucho menos involucrar a todo el equipo. Era un problema de solo nosotros.
—No me dejaste opción Aylin. Tenía que hacerlo —dio un paso adelante— Lo siento amor, estoy muy arrepentido, reconozco mi error y merezco todo tú enojo. Tuve celos, creí que me cambiarías. No debí pensar ni decir eso de ti. Sé que tú me amas —guardé silencio— Amor, lo siento. No debí ir en ese estado a verte —bajó la voz.
—No puedo olvidarlo Zack.
—Amor, por favor. Merezco una segunda oportunidad. Todo el mundo la merece.
Él me observó fijamente.
—No Zack —demande segura— y ya basta de esto, estas causando la atención de todos —miré a ambos lados, las porritas, Sam y el equipo nos miraban con atención—. En cualquier momento van a grabarnos.
—Entonces vale la pena la humillación —lo miré confundida hasta que él mismo se inco de rodillas al suelo —¡Amor de mi vida...!
Estuve sorprendida e incómoda.
—Zack, no lo hagas. Llevántate.
—¡...te amo tanto y lo siento, no quiero perderte! ¡Por favor perdoname y enfrente de todos, como testigos, no volveré a actuar como estúpido contigo!
El rubor invadio mis mejillas y más al darme cuenta que comenzaron a grabar.
—Zack
Coloqué un cadejo de mi cabello detrás de mi oreja.
—En tú corazón no existe el odio Aylin, tú eres un amor —me susurró—. Dame una segunda oportunidad por favor —me sonríe — ¡Perdóname!
Dudé un instante de mi decisión y más al escuchar a varios chicos y chicas gritar:
¡Perdónalo!
Busqué ayuda en Sam, ella se cruzó de brazos y se encogió de hombros.
Suspiré y observé a mi alrededor. Era el centro de atención que no me gustaba ser.
Lo fui para él cuando me di cuenta de su presencia.
¿Darren?
Él a cierta distancia, alejado y solitario de todos. En el mismo campo. Inmóvil como un espectador más.
Su presencia me incómodo más, sentí una extraña sensación.
Ya lo había vivido antes.
Me confundí más porque no lo recordaba pero ser vigilada y observada por él fue un deja vú.
Él no estudiaba aquí.
Entonces ¿por qué estaba aquí?
—Amor —Zack insistió.
Aparte la mirada y regresé a ver al chico que suplicaba mi perdón. Sin embargo, sentía la mirada de mi vecino y volví a recordar sus palabras:
Darren me quiere.
Quize cambiar eso.
Por una fracción de segundos, la idea de darle celos me invadió apesar de no ser nada. Sin embargo, sería una razón para que él se alejara de mi y no volviera a hablarme en toda su vida.
Sonreí y sin dejar de ver a Zack, le respondí.
—Si te perdono.
Él sonrió ampliamente.
—Gracias amor ¿Quieres ser otra vez mi novia?
Asentí.
Zack se levantó, me agarró de la cintura y se inclinó a darme un beso que le seguí con vehemencia.
Senti la seguridad de que Darren, me habia visto.
Cuando Zack se alejó, celebró con su equipo mientras fingí sonreír.
Dejé de verlo cuando volví a fijar la vista en la misma dirección que lo vi. Sin embargo, Darren no estaba ahí. Fue extraño que desapareciera de la nada, tan pronto.
Ahí, después de mi estupidez, el arrepentimiento me invadió.
¿Por qué volví con Zack? Si la idea era escapar de una mala relación?
Y sobre todo, ¿por qué pensé y involucre a mi vecino?
»¿Qué te pasa?«
Gritó mi voz interna cuando la ignore por completo. Cuando fui consciente de mi decisión ser un gran error.
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Nota de autora:
Holaa, gracias por seguir leyendo la historia. Quiero aclarar que no intento mostrar un personaje perfecto, así somos y todos cometemos errores a base de una mala decisión y Aylin no es la excepción. Esta mal, si pero se dará cuenta de su error. No significa que estoy de acuerdo en su decisión pero así es el personaje y me baso como es, yo soy bien rencorosa y no perdono fácilmente. No estoy de acuerdo y tal vez me apoyen pero entiendan que Aylin es una chica humana, que comete errores y no es perfecta para no equivocarse. Espero entiendan y no dejen la lectura solo por ese detalle del personaje, si no es de su agrado tienen el derecho de dejar de leer.
Nos vemos en el próximo capítulo mis vampilovers 🖤
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