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Capítulo 20 ✘ TE ENCONTRÉ ☑️

“Sin ser lo que buscaba, terminaste siendo lo que necesito”

  ✝ A Y L I N

«Vergüenza»

Es lo único que sentí por mi arrebato y fue peor ante la mirada de Darren. Ignoré por completo a Carlos y su molestia conmigo cuando toda mi atención se mantuvo en mi vecino vampiro.

Mis mejillas ardieron.

El silencio fue tenso y quise desaparecer sin dar explicaciones.

—Será mejor que me vaya y los deje solos —escuché decir a Carlos con molestia.

Lo vi pasar por mi lado hasta que llegó a la puerta y Darren le permitió el pasó. Su confusión desapareció siendo la burla y sin agregar más, Carlos se marchó de mi departamento.

«¿Qué le hacía tanta gracia al vampiro?»

«Que lo elegiste antes que a Carlos»

«Cállate voz interna»

En cuanto nos quedamos solos, tuve toda su atención de nuevo y nuevamente su mirada seria.

—¿Q–Q haces... aquí? —emiti con dificultad.

—Escuché que me mencionaron.

Abrí la boca para hablar cuando las palabras se quedaron estancadas en mi garganta que preferí guardar silencio.

Sí, por primera vez Ana Aylin Villanueva del Río se quedó sin palabras ante Darren Collins.

Era demasido tarde para afirmar lo contrario. El vampiro, me había escuchado a la perfección.

—Mira humana —prosiguió ante mi silencio— solo te aviso que para la próxima vez no voy a estar cuidándote cuando tú tranquilamente te largas a pasear. Si te arriesgas a salir cuando un maldito vampiro te está buscando haya tú, no pienso arriesgarme por ti.

—Nadie... te pidió que me vigiles —retomé valentía más bajé la vista.

Escuché sus pasos, Darren se acercó cada vez más a mí. Sentí su cercanía como sus dedos fríos levantar mi cara y su rostro se mantuvo cerca del mio.

—Deberías agradecerme por lo menos —retiró sus dedos de mi barbilla.

—Tú no estabas esperándome —le reclamé.

—Fueron malditos segundos tarde, Ayline y tú preferiste irte con un maldito mortal —retrocedió un paso— cuando llegué, te busqué hasta que di contigo. No respetaste el acuerdo.

Bufe y desvíe la vista.

—Solo quise distraerme, tú mismo me dijiste que siguiera con mi vida normal.

—Tú vida ya no es la misma de antes.

—Lo sé, por culpa de vampiros —regresé a verlo y pasé saliva ante su mirada.

Él gruñó.

—Ni siquiera debería ser tú maldita sombra —tocó sus sienes— pero sigues siendo mi donante y no dudo que Owen te va a rastrear. Por una humana como tú, no nos van a encontrar. —De su bolsillo de su pantalón sacó un pequeño papel—. Ten, es mi número de celular, debemos estar en contacto, cualquier cosa me llamas a cualquier hora— me entregó el papel a la mala rozando sus fríos dedos con los míos y rápidamente, la retiró— ¿entendiste?

Asentí sin ver su número.

Cerré mi puño con el trozo de hoja.

—¿Eso es todo? —le pregunté con intención de correrlo. No quería que me interrogara por mi impulso más una parte de mi, quiso explicarle y dejarle en claro que no me gustaba.

No podía gustarme un vampiro.

Darren asintió, se dio la vuelta y se dirigió a la salida.

Respire aliviada.

—Por cierto —hizo una corta pausa y se giró.

Me congele en mi lugar.

«Que no lo diga, por favor»

Repetí a mis adentros.

—Mmm— logré articular.

Su pausa fue asfixiante.

Darren rasco su nariz con cierta incomodad muy raro de él.

—Cada día estás más loca.

Tomé una profunda respiración.

Debía enfrentar la situación.

—Lo que escuchaste... era una broma... tú tuviste la culpa. Te ví y...

—No te estoy pidiendo explicaciones —me interrumpió— es suficiente con lo que escuché.

—Darren, tú a mi no... —guardé silencio. Ni siquiera pude pronunciar el “me gustas” Lo señalé y me señalé negando varias veces.

—Un consejo Ayline —se cruzó de brazos— es mejor la distancia con ese maldito mortal y en cuanto lo que dijiste...

—No me gustas —dije con rapidez y me sentí más pequeña ante su mirada.

—Fue una completa, locura.

Dicho esto y se dio la vuelta. Salió sin cerrar mi puerta y logré recuperar el aliento. Logré moverme, así que corrí hasta la puerta y sin querer asomarme, cerré la puerta de golpe y me recargué en ella.

—Estúpido vampiro —le dije molesta.

«¿Por qué tontamente esperaba lo mismo?»

«Ja, sigue soñando»

«Silencio, consciencia»

Suspiré.

Todo pareció darle igual.

Sin duda, creí Darren no tener sentimientos y mucho menos, tenía que desarrollar sentimientos por él.

(...)
 
No volví a ver al vampiro en todo el resto del día y eso le agradecí.

Seguiría siendo raro tener que verlo después de lo que pasó.

Seguíamos igual ¿verdad?

Las cosas no tenían que cambiar.

Lo consideraba un monstruo y el solo me veía como su donante, por mi sangre y por supuesto, Darren solo pensaba en su beneficio.

...

Al día siguiente, tuve que asistir a la preparatoria y para mi sorpresa, Darren no apareció frente al edificio cuando juró ser mi sombra y llevarme.

Todo parecía que seguía molesto.

Mis palabras, lo alejaron.

A salvo, llegué a la instalación.

Me sentí segura, lejos de vampiros o eso creí.

Después de la tercer clase, tomé un pequeño break. Sentada en una banca de la cafetería, mientras bebía una malteada.

Observé a mi alrededor, tensa cuando solo miré estudiantes y varios docentes. A la mayoría, no conocía más ninguno debería ser vampiro.

A cierta distancia, vi a Samantha hablar con un grupo de chicas. Las mismas que eran las más populares y varias veces nos habían molestado.

Me extrañó verla con ellas, lucia sonriente y todo parecía que quería encajar.

No evite la molestia cuando me sentí reemplazada.

Así que desvíe la vista y vi a Carlos avanzar a la tienda de la cafetería, pidió un sándwich y tan rápido se fue.

Recordé el consejo de Darren:

«Es mejor la distancia»

Suspiré y acepté mi soledad.

Mis amigos se habían alejado de mi y la sensación de vacío, fue peor.

...

Cuando terminó el pequeño receso, me dirigí a mi casillero y al abrirlo, vi un sobre negro sobre mis libros.

Confundida lo sostuve y lo revisé más no tenía un nombre de quién lo había enviado.

Dudé ser una carta de Darren.

Lo creí más de Carlos, tal vez era su disculpa por su comportamiento conmigo.

Intrigada y extrañada, abrí el sobre, saqué una hoja doblada. Con una mueca, desdoble la hoja y revisé su contenido.

Fueron dos palabras que me paralizaron y sentí un escalofrío:

T E   E N C O N T R É”

Volví a releer el recado varias veces.

La caligrafía era fina y peligroso el mensaje que enseguida pensé en ese vampiro nombrado Owen.

Pasé saliva y observé asustada a mi alrededor.

¿En qué momento había entrado?

¿Cómo dio con mi casillero?

Miles de preguntas me invadieron que pensé en marcarle a Darren. No obstante, detuve mi idea.

«¿Y si fue una broma?»

«Por Dios Aylin, nadie jugaría con eso»


Tuve un dilema más decidí esperar.

Guardé la hoja en el sobre y lo lancé a mi mochila. Después cerré mi casillero y me dirigí a mi siguiente clase con un mal presentimiento.

+++

Por fin las clases terminaron y cada segundo, minuto y hora, aumentó mi paranoia.

Con mi mochila en mi espalda, me dirigí a la salida y tuve miedo de irme sola.

Esperé ver a Darren, deseé verlo afuera esperándome. Realmente necesitaba su protección.

—Tranquila Aylin —me dije a mi misma y seguí mi camino sin dejar de ver atenta a mi alrededor.

Cada vez, la preparatoria se quedó solitaria y para mi mala suerte, no vi a Darren.

Mi única opción era esperar el bus.

Suspiré y estuve por dirigirme a la parada cuando una silueta causó mi atención.

Era un joven del otro lado de la calle, de negro que casi lo confundí con Darren y en ese momento, lo reconocí.

—Owen —pronuncie en un hilo de voz.

Retrocedí y para mi mala suerte, él avanzó. Cruzó la calle, me alejé muy asustada y por un auto, lo perdí de vista.

Con la respiración acelerada, esperé segundos y cuando el auto pasó, para mi sorpresa ese vampiro ya no estaba ante mis ojos. Comencé a buscarlo sin dar con él.

«Solo es una alucinación»

Pensé.

Mis pies siguieron retrocediendo hasta que choque contra algo.

—Te encontré, humana.

Mi corazón se aceleró por su voz que no había olvidado. Rápidamente me di la vuelta y me aleje de él cuando lo tenía frente a mi, a pocos pasos.

—Tú...

Él sonrió sin exponer sus colmillos.

—Vendrás conmigo —emitió con seriedad, con sus manos en sus bolsillos de su abrigo.

«Corre»

Obedeci a mi voz interna y salí huyendo de él. Sin detenerme, sin mirar atrás, volví a entrar a la preparatoria. Pedir ayuda, descarte, nadie iba a creerme. Nadie me ayudaría cuando estaba siendo perseguida por un maldito vampiro.

Casi resbalo cuando doble al pasillo y logré verlo seguirme. No usó su velocidad más era rápido al caminar.

«Escondete»

Agradecí a mi cerebro que me guiara.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos y me dirigí en dirección al baño de chicas. En cuanto cerré la puerta, la soledad me recibió y de todas maneras, revisé cada baño.

En efecto, estaba sola.

Ahí, me arrepentí.

«Un baño, ¿en serio, Aylin?

Más fue demasiado tarde para salir. Cuando abrí la puerta, vi a Owen a poca distancia, buscándome.

Rápido cerré la puerta y coloqué el seguro.

Salir sería ser vista y atrapada más fácil por él. Así que solo acepté la opción de ocultarme en un baño.

Mientras me encerraba en el último, busqué mi celular en mi mochila. Me arrepentí de no avisarle a Darren mucho antes.

«Te hubieras evitado esto, Aylin»

«No me regañes, consciencia»

Mis dedos temblaron al buscar su contacto. Anoche lo agende como D y por orden, su número parecía lejos de mi alcance.

Por un milagro, lo encontré después de tanta búsqueda y estuve por marcarle cuando detuve mi dedo al escuchar la puerta ser abierta y un silbido burlón.

—Humana —canturreo.

«Me encontró, está aquí»

«No quiero morir»

Escuché sus pasos y con un gran miedo, le escribí un mensaje a Darren tras picar el silenciador.

  AYLIN:
Darren, ayúdame. Owen está aquí en la preparatoria. Estoy encerrada en el baño de chicas. Ven rápido por favor.

Lo envié con torpeza, bloque mi celular y lentamente lo dejé en mi mochila. En el baño, retrocedí y con el mayor cuidado, subí un pie y después el otro a la tapa baja del inodoro.

En eso, escuché la puerta de un baño ser abierta de golpe.

—Deja de esconderte, te volveré a encontrar.

Cubrí mi boca con mis manos, callando los sollozos inevitables.

Otra puerta, golpeó.

—Escogiste el peor lugar para morir —capté su molestia— lastima que mi Rey, te quiera con vida —otra puerta. Hice memoria y solo faltaban dos baños más para llegar hasta donde estaba— puedo sentir tú miedo, escuchar tú pobre corazón acelerado—abrió otra puerta con más fuerza— Maldita— sus pasos escuché más cerca—. No fue difícil encontrarte. Después de todo tienes una excelente amiga que rápido me dió toda la información sin renegar.

Rápido pensé en Sam.

«Dios mío, Samantha ¿qué locura hiciste?»

—Es fácil de engañar, palabras de consuelo, falsa atracción y cayó y me contó mucho de ti —hizo una corta pausa—. A diferencia de Darren yo no me involucro con humanas sentimentalmente.

Ese vampiro estaba confundido. Si supiera como me trataba mi vecino.

—Él no entiende que solo son nuestros alimento —agregó— son humanas por un beneficio —sus pasos se detuvieron—Me extrañó que el imbecil de Esteban te protegiera si no eres  valiosa. Además, a Darren le importastes. El tiene fama de relacionarse con humanas como tú y no simplemente por su sangre —ni una vez respondí — ya lo imagino. No eres solo su donante y sabés sobre mi, lo que somos y eso es una regla que él no debió romper —lo escuché reír con malicia— me gustaría averiguar el sabor de tú sangre. Darren tiene gustos especiales.

A un baño estaba de mi y no había nadie para detenerlo. Me iba a atrapar, me iba a llevar.

Logré ver sus zapatos frente al baño que estaba y más temble de miedo.

—Maldición —logré escucharlo y en instantes desapareció sin abrir.

Fue angustiante el silencio.

Por un momento, pensé que se había ido. Así que me arme de valor para averiguarlo.

Lentamente bajé mis pies, mis piernas temblaron y di pasos cortos a la puerta.

«¡Alto! ¿y si sigue allá afuera?»

Me detuve, tal vez era una trampa para salir por mi cuenta.

Tan pronto, desistí mi idea y mi valentía se esfumo.

No obstante, la puerta fue abierta de golpe que causó mi grito. Rápido moví mis brazos y con mis manos golpee  sin evitar y por miedo cerré los ojos.

—¡No! ¡Suéltame! ¡Ayúdenme!

Sentí su agarre en mis brazos.

—¡Soy yo! —dejé defenderme al escuchar esa voz que tanto reconocía—Controlate, Ayline.

Fue ese Ayline, fue la voz de Darren que me alivió.

Lentamente abrí los ojos y lo vi frente a mi. Su fuerza en mis brazos, disminuyó.

—Dar... Darren.

—Estoy aquí —emitió más calmado y me soltó.

Dejé las lágrimas deslizarse por mis mejillas y me repetí ser real.

Vino a salvarme.

—Darren —repetí y sin evitarlo, lo abrace. Al principio, él lució tenso hasta que accedió a mi abrazo y su mano guió a mi espalda—. Owen... estuvo aquí, venía por mí —le dije con voz temblorosa.

Darren me apartó de él y sus frías manos, guió a mis mejillas. Por la diferencia de altura, se inclinó un poco.

—No voy a dejar que nada te pase, te protegeré. Nadie puede causarte miedo más que yo.

No aparté mis ojos de los suyos.

Le creí.

Confíe en un vampiro.

—Gracias —le respondí.

Él asintió y retiró sus manos.

—Salgamos de aquí, no es buen lugar.

Asentí, agarré su mano y comencé a caminar hasta salir del baño con él. Lloré en silencio a medida que seguía mi camino y vi todas las puertas de cada baño, abiertas.

De pronto, la puerta principal se abrió y rápido, me oculte detrás de Darren.

—Lo siento, no quería asustarla.

Una voz femenil me tranquilizó, me asome y vi a la media hermana de Darren, en la puerta de la salida.

—¿Estás bien Aylin? —se dirigió a mí.

Negué.

Ella se adentró al baño.

—¿Dónde está Esteban? —le preguntó Darren.

—Afuera, se quedó vigilando. Todo parece que Owen de fue.

—Ire a dar un recorrido, quédate con ella.

Darren se alejó de mí y estuvo apunto de caminar cuando lo detuve del brazo.

—¡No me dejes! —le pedí asustada.

—Será mejor que te quedes con ella, eres él único que puedes calmarla y confía. Iré con Esteban.

Recibí la mirada de Darren por segundos y asintió.

Me di cuenta de mi impulso así que lentamente, lo solté.

—Vigila, Ashley —le pidió Darren.

Más ella, apenas se dio la vuelta cuando un rubio vampiro se asomó.

—El lugar está despejado, es mejor irnos ahora —observó a todos— chiquilla, estás pálida igual que nosotros.

—Esteban, déjala en paz.

Él sonrió y asintió.

—Vámonos —agregó Ashley.

El rubio fue el primero en desaparecer.

Después, la vampira salió del baño y con Darren, salí sin evitar agarrar su mano. Fue una gran diferencia de temperatura más con él, me sentí a salvo.

+++

Darren me llevó a su departamento y lo agredeci a quedarme sola en el mio. Extrañamente, acompañada de dos vampiros y una vampiresa. Con los tres, me sentí protegida, raro si eran parte de vampirismo.

En los tres, confíe.

Iba a estar más a salvo con ellos que con ese vampiro, Owen.

—¿Quieres comer algo? —me preguntó Ashley.

Negué.

Ella se encontraba sentada a mi lado en el sillón más grande. El rubio estaba sentado en el sillón individual y Darren de pie, en el centro cruzado de brazos.

Tres pares de ojos me observaron y causaron mi incomodidad.

—¿Un té quizás? —insistió la vampiresa.

—No gracias —logré decir.

—Traele uno de esos —espetó Darren, ignorando mi decisión.

Ashley se levantó y la perdí de vista cuando entró a la cocina.

—Necesitas calmarte chiquilla, es un milagro que sigas viva. Tú corazón mortal, no soportará mucho.

Gire a verlo y pasé saliva.

«Si, fue todo un milagro»

—Esteban —le advirtió Darren con esa profundidad en su voz.

El rubio borró su sonrisa, lució serio y se inclinó apoyando sus manos en sus rodillas.

—A ver chiquilla —me observó fijamente—, tengo entendido que lo viste ¿verdad? —asentí — ese maldito convertido te siguió y estaba en el baño contigo antes de nosotros llegar —volví a asentir—. Ultima pregunta ¿venía solo o con alguien más?

—Solo —respondí— o eso creo.

—Bien, fin del interrogatorio —Esteban Williams se enderezo y se recargó en el respaldo del sillón. —Esto es raro Darren, el convertido jamás actúa solo —giró a verlo.

—Algo trama y hay que averiguarlo —le respondió su amigo sin despegar la vista de mi.

—No entiendo, si tanto quería llevársela o hacerle daño a esta pobre mortal ¿por qué no lo hizo? Tuvo tiempo y mejor se marchó— mencionó el rubio y su mano guió a su barbilla— tengo muchas teorías.

—Tal vez solo quizo darle un susto —habló Ashley tras salir de la cocina con una taza en sus manos. Regresó conmigo y me entregó el té.

—Gracias —le dije en voz baja.

A diferencia de Darren, sabía preparar un té cuando lo sentí caliente tras beber y su sabor era dulce, de manzanilla.

—Pues lo logró —espetó mi vecino vampiro.

—¿Te dijo algo más cuando te encontró? —me preguntó Esteban.

Dejé de beber el té y lo retiré de mi boca.

—Mencionó que había dado conmigo gracias a Sam, la engañó y ella le dijo todo de mí.

—Sabía que ella sería un maldito problema —espetó Darren más molesto.

—¿La chica hermosa que se enojó por su auto? —cuestionó el rubio— esa belleza andante.

Asentí varias veces.

Él asintió y volvió a sonreír dejando en evidencia sus colmillos.

«¿Por qué no le temía?»

«¿Por qué me agradaron de pronto los tres?»

—¿Algo más que quieras decirnos?

Guardé segundos en silencio.

Tenía la duda sobre la información de Owen.

Darren se había involucrado con más humanas, no era la única. Entonces, pensé ¿qué fue lo que pasó con esa otra humana? ¿Cómo es qué terminó?

Temí la respuesta así que solo mencioné:

—Owen dejó una nota en mi casillero.

—¿Qué nota?

—Esta en mí mochila.

Esteban agarró mi mochila y se la lanzó a Darren como si fuera una pelota. Tan liviana que mi vecino, la sostuvo, la abrió y la revisó.

Ante nuestros ojos, sacó el sobre negro.

Lanzó mi mochila al suelo y sacó la hoja leyendo el mensaje internamente. Su expresión se volvió sombría y arrugó la hoja con sus dedos.

—¿Qué dice? —preguntó impaciente el rubio.

—Te encontré —respondió, la hizo bola y la dejó caer al suelo.

—Que ingenioso convertido —percibí la burla de Esteban.

—¿Por qué no me avisaste pronto?

—Pensé que no era importante.

—¡Te encontró y no es importante! ¡Te puso en aviso y solo te cállaste y esperaraste hasta la salida que apareciera! —me gritó Darren.

—No sabía como tomarlo... si me pareció extraño, pero después pensé que era una cruel broma.

—Te dije que me avisaras de cualquier cosa ¡¿No entendiste nada, humana?!

Las lágrimas se acumularon en mis ojos.

—Lo siento.

Darren avanzó hacia mi.

—Con un lo siento no arreglas nada —dejó de gritar más seguía usando tu tono alto y molesto— ¿Qué hubiera pasado contigo si no hubiera visto el mensaje? Estarías muerta Ayline, por ellos.

—Darren —lo llamó Esteban— calmate, aún está asustada, esto es nuevo para ella.

Él gruñó, retrocedió y trató de calmarse.

—Es un maldito problema.

—Tenemos que hacer algo con Owen.

—¿Qué sugieres Bombón?

—No lo sé pero Aylin, no debe pasar de nuevo por esto.

—No creo que Owen le haya hablado de ella a Salvatore, si así fuera no hubiese aparecido solo, vendría con más y solo llegarían a matarla después de sacarle la verdad.

—Lo mismo pienso —espetó Darren más calmado—. El maldito de Owen trama algo y tenemos que averiguarlo antes de que se nos adelante.

Su amigo rubio y su hermana, estuvieron de acuerdo.

Rápido limpie una lágrima rebelde de mi mejilla. Pasé saliva ente el nudo en mi garganta y en silencio, volví a beber mi té.

«Vamos Aylin, sé valiente»

Me animé a mi misma cuando no quise vivir siempre siendo perseguida por el vampirismo.

—¿Y si le tendemos una trampa? —hablé y dejé la taza sobre la mesa de centro.

—No suena mal, chiquilla.

—Tendrá que ser un buen plan para atraparlo —inquirio Ashley—. Owen nos debe respuestas a todos.

—Podriamos usar a la chiquilla para llegar a él. La busca ¿no? Estoy seguro que lo volverá a hacer, solo hay que lidiar un plan, cuando se acerque a ella estaremos ahí para atacarlo y sacarle la verdad. Es un plan maestro y salió de aquí —el rubio tocó su frente.

—Me parece buena idea —lo apoyó Ashley.

—De ninguna manera voy a ponerla en peligro de nuevo —habló Darren sorprendiéndonos a todos.

—Es la única manera.

—No Ashley ¿y si no funciona? La va matar y llegarán fácil por nosotros.

—Tendremos que correr el riesgo.

—Dije que no, Esteban —observó a cada uno—. No vamos a involucrarla a ella en esto.

—Es mi decisión Darren —mencioné.

—Pues no estoy de acuerdo.

Molesta me levanté.

—Deja de ser un poco egoísta y piensa en nosotros. Todos estamos involucrados y aún así intentamos salvar tú maldita vida a costa de la nuestra —le dije molesta.

Otra vez, la Aylin valiente se hizo presente para enfrentarlo.

Darren dio un paso adelante.

—No soy egoísta, soy realista. No va a funcionar, no sabés como realmente es ese maldito. Tú sólo eres una simple y débil humana que no sobrevivira.

—Solo te preocupas por ti, dejá de ser cobarde y enfrenta la situación —lo señalé— yo no me voy a esconder siempre. No puedo creer que una humana como yo, sea más valiente que un vampiro como tú.

Con peligro se acercó más a mi.

—¿Estas dispuesta a poner en peligro tú vida, la de tú maldita madre, la de nosotros? ¡Enfrentarse a Owen no es fácil! ¡Te utilizamos, si está bien! ¿Y si no funciona? ¡Es hábil y solo lograrás que te mate y yo no pienso salvarte de nuevo!

—Eres un....—no encontré las palabras correctas cuando en parte tenía razón.

No estaba lista para ese plan.

Mi miedo lo iba a arruinar todo.

Tan pronto, Esteban como Ashley se levantaron y se interpusieron entre los dos.

—Deberíamos todos tranquilizarnos. Debemos pensar con la cabeza fría para que el plan funcione  —espetó el rubio.

—Si ella está involucrada no cuenten conmigo, no voy cargar con una muerte más y mucho menos la de ella. Si actúas, fácil buscaré otra donante.

Dicho esto y Darren molesto se fue a su habitación.

Retrocedí y me dejé caer en el sillón.

—Se le va a pasar —me dijo Ashley.

No obstante, escuchamos ruido de cosas chocar contra algo, el sonido de vidrios rotos y todo ese ruido provenía de la habitación de Darren.

—Yo me encargo.

Esteban se dirigió a su habitación, lo vi irse por el pasillo hasta que lo perdí de vista.

Ashley, se sentó a mi lado y amarró su cabello con una dona en su muñeca.

—Tranquila, esto pasa cuando Darren tiene arranques de ira, destruye todo a su paso. Ahora tendremos que arreglar de nuevo la habitación —río sin ánimos.

—Oh —me límite a decír.

De pronto, el ruido se detuvo.

No alcancé a escuchar sus voces y en poco tiempo, Esteban regresó con sangre brotando de su nariz.

—No pude tranquilizar a la fiera —rió mientras se limpió con su dedo— es mejor esperar a que se calme por su cuenta.

Lo miré impactada.

¿Cómo se atrevía Darren a hacerle eso a su amigo por su intención de ayudarlo?

Realmente note preocupación en ellos por él.

—D–deberia hablar con él.

—¡NO! —gritaron al unísono.

—Si vas ahí solo lograrás sentenciar tú muerte —agregó Esteban— será mejor dejarlo solo, ya se le pasará.

Gire a ver a Ashley, ella asintió.

—Esta bien —descarte mi idea.

El rubio, guió su dedo con sangre a su boca y la lamio bajo mi atenta mirada. No evite hacer una mueca.

Ashley carraspeo.

—Esteban, no seas asqueroso —lo regañó —no enfrente de Aylin.

Él nos observó.

—¿Qué? ¿Acaso nunca han probado su propia sangre?

—De hecho no —contesté asqueada.

—Limpiate, Esteban —le pidió Ashley. Él gruño y se marchó a la cocina—. Incómoda giró a verme—. Perdona a veces es tan... él.

—No te preocupes.

Él se demoró poco tiempo en regresar con la nariz limpia.

—¿Contentas? —las dos asentimos— Bueno, yo tengo hambre iré por algo de comer— usó su velocidad.

Frunci mis cejas extrañada.

¿Acaso él va a...?

—No va a comer sangre si es lo que te asusta —respondió la vampiresa mi duda.

—¿Entonces? —más extrañada pregunté.

—Esteban es un poco raro. Le gusta comer comida real, como lo que todos los humanos comen. A veces creo que se cree humano y otras veces, vampiro. Así es él.

—Oh, deben de tener comida aquí.

—Asi es.

—¿Darren y tú también...?

—No, claro que no. Solo Esteban, es quien trae siempre comida aquí para él. Ese té que probaste, él trajo una caja. Como burla, se los obsequio a Darren para que se calme, Esteban cree que su mal humor e ira, se resolverá con un calmante cuando no es así.

—Entiendo, ese rubio es extraño.

—Es poco lo que conoces de él pero es agradable.

Asentí.

El susodicho apareció con un sándwich en su mano, le dio un mordisco y sus ojos grises, notaron mi mirada.

—¿Quieres?

—No gracias.

Se encogió de hombros.

—Más para mí —le dio otro mordisco—sabés chiquilla, esto calma mi sed de sangre. Como vampiro, tenemos que tener un control, no a cada rato beber sangre. Así que, esto ayuda —hizo una corta pausa— mmm, olvidé mi bebida.

Rápido lo perdí de vista y esta vez, se demoró en regresar.

Entendí su punto.

Ante la compañía de la vampira, me atreví a hablar con ella.

—¿Puedo hablar contigo un
momento? —gire a verla y cause su atención.

—Claro, Aylin —se acercó a mi— ¿De qué quieres hablar?

Tomé una profunda respiración.

—Es sobre lo que dije ayer y Darren escuchó, no tengo con quien hablarlo ya que perdí a mi única amiga.

—Si algo referente a eso nos contó Darren.  Pero, dime, ¿qué dijiste ayer que mi hermano escuchó?

Suspiré.

—Lo que pasa es que... ayer tuve una discusión con mi mejor amigo.

—Oh ¿el mortal obsesionado por ti? O eso cree Darren.

—No, Carlos no está obsesionado conmigo, bueno, no tanto. El chiste es que por la discusión dije algo que no debía y Darren me escuchó.

Ella cruzó sus piernas. Colocó sus manos en sus rodillas y note sus largas uñas pintadas esta vez de negro.

—¿Qué dijistes? —preguntó Ashley intrigada.

Hice una corta pausa.

—Que me gusta Darren —murmure en voz baja.

—¡¿TE GUSTA DARREN? ! —el grito del rubio vampiro me asustó.

Cuando desvíe la vista, lo vi frente a nosotras con sus manos en su cintura con su burla evidente.

—No, por supuesto que no —dije rápidamente.

—Lo acabas de decir.

—No, lo que pasa que quise quitarme de encima a Carlos y pensé que usando a Darren —moví mi mano— me equivoqué, okey.

—Eres malvada chiquilla —me apuntó con su dedo—. Darren no nos contó nada, que maldito.

—Esteban no seas chismoso.

—¿Por quién me tomas Bombón? —ofendido guió su mano a su pecho—. No soy tan chismoso como parece, se guardar secretos, le guardo secretos a mí amigo. Incluso no le he dicho a Darren sobre nuestra relación —le guiño el ojo—. Además, a estás alturas ya debió escucharlo.

—¿Ustedes dos...? —pregunté señalandolos.

—Un pequeño romance, si.

—No le hagas caso, no existe nada entre nosotros —inquirio Ashley.

El rubio rio.

—Bombon ¿te avergüenzas de lo nuestro? —negó varias veces— me dueles, tanto que lo disfrutamos.

—Que te jodan Esteban —ella le respondió molesta.

El rubio río.

—Me encanta molestarla —emitió.

—No le hagas caso, Aylin —tuve la atención de la vampira—. Esteban, está loco.

—Mal concepto de la locura, tienes Bombón —le dijo el rubio al dejar de reír—. Mejor hablemos de ti, chiquilla.

—¿De qué? —pregunté a la defensiva.

—Sobre lo que sientes por nuestro amigo.

—No me gusta Darren —emití rápidamente— ya les dije que solo lo dije porque...

—Aja, porque mejor no lo repites más veces hasta que te lo crees —me interrumpió y se burló de mi.

—No me gusta y punto.

—Igual no puedes negar tus sentimientos hacia él. Es más, si has pensado en él no dudo que Darren ya esté enterado, puede leer tus pensamientos.

Eso me confirmó mi sospecha.

Tan pronto, me arrepentí de muchos pensamientos en presencia de Darren.

«Doble vergüenza»

—No lo sabía.

Esteban hizo una mueca.

—Creo que hablé de más pero es cierto, todos nosotros tenemos por así decirlo un don especial. No es en todos el vampirismo. Darren lee los pensamientos entre otras cosas, yo tengo una excelente vista, oido, velocidad y Ashley ve el futuro. Pero nadie se compara conmigo, en comparación con ellos yo soy el mejor, apenas son unos aprendices.

—Jaja, por eso eres el más viejo de todos nosotros ¿no? —le contestó Ashley con burla.

—Aún estoy joven, vez —se señaló a si mismo— sigo en la juventud, en lo mejor de la eternidad.

Eso tampoco me sorprendió.

Había dicho algo similar en el bosque.

—Así que puedes ver el futuro.

—Solo a veces —me contestó Ashley.

Asentí.

—Vio tú futuro.

—Cállate Esteban —lo amenazó ella.

—Lo sé, mencionaste algo en el bosque —me dirigí al rubio y regresé la vista en Ashley—. Tú sabias que iba a estar en peligro en el bosque.

—Ohu, volví a hablar de más.

—Así fue Aylin pero, preferí el silencio. Solo le conté a Esteban, lo siento.

—Descuida ¿Haz tenido más visiones de mi?

—No, realmente no sé si son tuyas o de Darren. Todo es muy confuso y sigo controlando este don.

—A veces esas cosas se equivocan, el futuro cambia o Bombón miente.

Asentí al escucharlos.

De pronto, nos quedamos en silencio al notar la presencia de Darren.

—Quiero que se vayan, necesito hablar con ella a solas.

—¿Nos estás corriendo hermanito?

—Casi hermano —espetó Esteban.

—Váyanse, ahora.

—No le hagas daño a Aylin —le advirtió su hermana.

—Vámonos Bombón, déjemos solos a los tortolitos.

Ashley se levantó.

Ambos se despidieron de mí y abandonaron el departamento.

—¿De qué hablaban? —se acercó más a mi.

—¿Por qué no solo lees mis pensamientos?

—Te lo dijieron, no pueden cerrar la maldita boca.

Me encogi de hombros.

—Lo supuse Darren, no volveré a pensar tanto en tú presencia.

—No es siempre —se cruzó de brazos. Lucía más tranquilo— ¿estás segura que quieres involucrarte en el plan?

Suspiré y me levanté.

—Muy segura.

—De acuerdo, pero si veo que falla o estás en peligro...

—Estaré bien Darren —lo interrumpí y agarré mi mochila— Será mejor que me vaya —me la colgué en mi hombro.

—Aún no te he dicho que te vayas, antes debo pedirte algo.

Él cortó la distancia que nos separaba.

Me tense por la cercanía.

—¿Y qué es? —pregunté con un hilo de voz.

—Necesito —Darren hizo una eterna pausa, agarró un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mi oreja. Pasé saliva muy nerviosa— tú sangre.

Rápido me alejé y lo vi molesta.

—Mi sangre —repetí. Ilusa creí ser otra cosa— no quiero que me muerdas otra vez, Darren.

—La necesito —pronunció entre dientes.

—¡Pues bebe la de alguien más!

—Esta maldita sed no se quitará si no es con la tuya. Además, necesito fuerzas para vencer a Owen.

Bufe.

Dudé un instante más quería irme lo antes posible y conociéndolo, no iba a dejarme ir.

¿Cómo escapar de un vampiro?

—Okey, hazlo pero que sea rápido —emití rendida.

Darren guió su mano a mi nuca y se acercó lentamente más a mi con sus colmillos expuestos más no demasiados grandes.

Fugazmente, observé sus labios carnosos, atenta antes que sus ojos carmin.

No quería que me marcara.

Así que pensé en cambiar eso y evitarlo.

No lo pensé por mucho tiempo.

Decidida, me incline y selle mis labios con los suyos. Fue un simple roce más sentí sus labios fríos sobre los míos.

Enseguida reaccione y me alejé pestañeando varias veces.

Darren lució pasmado por mi arrebato. No lo esperaba venir y orgullosa de mí, le sonreí.

Él abrió la boca para decir algo pero la volví a cerrar. Dejé a Darren Collins, sin palabras.

No esperé más tiempo y salí corriendo de su departamento.

Cuando llegué al mio, empuje la puerta, entré y me recargué en ella con el corazón acelerado sin creer lo que hice.

No fue un beso, apenas si fue un roce, solo fue por distracción para que no me mordiera. Sin embargo, sentí una sensación extraña. Guíe mis dedos a mis labios recordando lo que pasó, sin evitar el rubor en mis mejillas.

—Bese a Darren —sorprendida de mi misma, me costó aceptar la realidad.

«Oh por Dios»

—¡Bese a un vampiro! —exclamé asustada de mis sentimientos.

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