Capítulo 17 ✘ ENTRE VAMPIROS PELIGROSOS
“A veces es bueno sentir el peligro, sentir la adrenalina. Sentirse vivo”
A Y L I N
Un mes después, tuve la tranquilidad de no ver a Darren en mi habitación, él cumplió su promesa de no marcarme hasta recuperarme de la anemia.
Semanas sin verlo ni mucho menos cruzarme con él pese a ser vecinos desde la última vez que fui a su departamento a recuperar mi collar.
Más seguí recordando sus palabras:
El día que Darren apareciera de nuevo, iba a marcarme bajo mi propia voluntad y era lo que tanto quería evitar.
Más cada día fue un alivio y al mismo tiempo angustia porque lo sabía:
Los vampiros no se habían ido de mi vida para siempre.
En cuanto a mi salud, mejore lo bastante, recuperé mi apetito, logré dormir tranquilamente sin tener pesadillas con esas criaturas nocturnas y sobrenaturales reales a mi alrededor. Sin embargo seguí con las vitaminas y indicaciones del Doctor apesar de ser un vampiro.
Volví a asistir a clases, con ayuda de mis amigos recuperé el tiempo perdido y me puse al corriente con cada materia y por semanas, mi vida volvió a ser normal.
En compañía de Sam y Carlos, los fines de semana fuimos al Cine, al parque, a la feria. Siempre de día cuando por cierto vampiro vecino, le temi a la oscuridad.
Me di cuenta que eran mitos la creencia de ellos solo poder salir por las noches a causar daño cuando Darren como vampiro me demostró lo contrario. La luz del día no lo afectó, no lo convirtió en cenizas como creí cuando a simple vista, lució normal bajo una falsa apariencia.
En un viernes, después de salir de la preparatoria, Sam me trajo al departamento. No subió debido a que tenía prisa. Terminé por despedirme ella y entré al edificio.
Tranquila subí las escaleras hasta el último piso y cuando me detuve frente a mi puerta. No evite desvíar la vista en la puerta justo a un lado que seguía cerrada y no percibí ningún ruido.
Por un instante imaginé que unos vampiros nunca llegaron al edificio más la cruel realidad era distinta.
Tarde o temprano, volvería a enfrentar a Darren Collins.
Así que me obligue a no pensar en él.
No debería importarme su vida de vampiro cuando era mejor la distancia entre los dos más en mi persistio la curiosidad:
«¿Y si dejó de existir en todo este tiempo?»
«¿Y si encontró a otra donante?»
«¿Y si ese Rey lo encontró y se llevó a los Collins para su propio castigo?»
Moví la cabeza desapareciendo todos esos pensamientos.
—No Aylin, él no te debe preocupar —me dije a mi misma.
Odie mi bipolaridad y entré al departamento.
En cuanto cerré la puerta, avancé y lancé mi mochila al sillón tras sacar mis vitaminas. Después me dirigí a la cocina por un vaso de agua y me pasé la pastilla con el líquido transparente.
Suspiré y dejé el vaso sobre él.
Al darme la vuelta, percibí el silencio del departamento al estar sola cuando mi Madre regresó a su turno anterior y hasta la noche, volvería.
Tuve el tiempo para arreglar el departamento, hice mi tarea, comí y al terminar con la limpieza, me fui a mi habitación a descansar.
Con la mochila en mano, entré y encendí la luz. Estresada la dejé en la cama y descalza observé alrededor.
Suspiré cuando fue un día que no vi a Darren.
O eso creí.
Decidí tomar una ducha antes de dormir o hasta tener el tiempo de leer un poco hasta ver una película mientras esperaba a Sara.
Me levanté y me dirigí al baño. Después cerré la puerta y me acerqué al lavamanos donde logré ver mi reflejo en el espejo frente a mi.
No tenía más ojeras, ni labios resecos, sin ninguna marca en mi cuello más los recuerdos no desaparecieron.
Pese a todo, sonreí y me dediqué a tomar una ducha con calma. Debí demorarme varios minutos cuando satisfecha, salí y cubrí mi cuerpo con una tolla, con otra seque mi cabello y descalza salí con cuidado del baño tarareando una canción pegadiza.
En cuanto cerré la puerta, dejé caer la toalla de mis manos, por mi cabello húmedo y desordenado varios cadejos cubrieron mi rostro y me aferre de la toalla cubriendo mi cuerpo al verlo en mi habitación, frente a mi del otro lado de la cama cruzado de brazos.
—Darren —pronuncie y pasé saliva. Me aferre del nudo de la toalla.
Seguía con esa faceta seria, su ropa negra y estaba más pálido que sus labios carecían de un tono más marcado.
—Sabés a lo que vine, Ayline —emitió con voz monótona.
—Sigo enferma —hablé en voz baja más él debió escucharme perfectamente.
—Mentirosa —tuve su escaneo— luces recuperada con la suficiente energía para salir cada fin de semana acompañada y por ende, con mucha sangre para otorgarme.
Le sostuve la mirada cuando fue difícil ocultarlo cuando con sus palabras comprobé que todo ese tiempo, Darren me vigiló.
—Sigo con las vitaminas, te dará un mal sabor mi sangre.
Él negó y por instante, vi en él una minúscula sonrisa que rápido, borró.
—No es así, vampiros pueden beber directamente de un maldito humano ebrio y no nos causará efecto más que calmar nuestra sed y una recuperación de fuerza.
Lo vi confundida.
—¿Pudiste beber de mi estando muy enferma?
Darren asintió.
—Hubiera sido tú muerte —pasé saliva y desvíe la vista en mi buro. La última vez que usé el collar que me obsequio Carlos, fue hace una semana y cuando me lo quite, lo guardé en su cajita en un cajón del buro. Así que pensé en usarlo— no como ahora que podrás resistir.
—Nada te hará cambiar de opinión ¿verdad?
—Tenemos un trato.
—No recuerdo —me hice la olvidadiza—nunca hagas tratos con humanas que no van... a cumplir.
Mis palabras causaron su molestia cuando él dejó crecer sus colmillos.
—Nunca hagas enojar a un vampiro que puede matarte y no estoy bromeando.
Pasé saliva y comencé avanzar.
—De todas formas beberas mi sangre.
—Bajo tú voluntad —me detuve del otro lado de la cama muy cerca del buro.
—Esta bien, pero quiero cambiarme. Llegaste en un mal momento —me abrace a mi misma— sal de mi habitación y no me voy a demorar mucho.
—Humana —mascullo entre dientes. Ese detalle a él no le importó— Tú maldito plan no va a funcionar, vas a usar ese maldito collar en mi contra —no evite la sorpresa al escucharlo—si esa era tú idea.
—¿Cómo es qué...? —lo vi atenta.
—No me hagas perder el tiempo —con esa velocidad, Darren apareció a un lado de mi y del hombro me hizo girar— tú sangre ahora.
Vi esos ojos carmin observarme fijamente y ser mucho más intensos como el peligro en su mirada.
Desistí mi idea de usar el collar. Sería peor y dude que él me lo permitiera si tan solo se dio cuenta de mis intenciones.
—Unas gotas, nada más —emití con miedo.
—Eso lo decido yo, hasta que esté satisfecho.
—Por favor, Darren —le rogué.
Él gruño y anuló la distancia.
Lució más intimidante por su altura y bajo mi atenta mirada, situó su pálida y fría mano en mi nuca y sus ojos carmin volvieron a hacer contacto con los míos.
—Trataré de contenerme —sus colmillos crecieron más— quédate quieta y obsequiame tú sangre.
Todo mi cuerpo fue un caos de sensaciones por su tacto y por la nula cercanía.
Sin excusas me rendí y cumplí ese estúpido trato con un vampiro.
Así que aparté mi cabello y dejé expuesto mi cuello para él. Enseguida sentí su mano libre en mi cintura, me acercó más a él hasta chocar con su cuerpo y sin preámbulos, Darren guió sus colmillos a mi cuello y los sentí perforar mi piel.
Volví a sentir un inmenso dolor, me sentí débil por cada sustracción de mi sangre al punto de varias lágrimas se deslizaron por mis mejillas cuando Darren no se detuvo. Fue eterno el tiempo por más que me aferre a él hasta que perdí el conocimiento al cerrar los ojos.
Ajena del tiempo exacto, cuando desperté vi una silueta interponerse en mi campo de visión.
Por primera vez percibí la angustia de Darren en su voz como sentí sus manos en mis mejillas.
—Ayline —insistió— reacciona, maldita sea.
—Dar...Darren —espete confusa.
Sus colmillos los había ocultado como el carmin de sus ojos al percibir ese hermoso tono azulado en ellos.
Él asintió y lentamente me soltó.
—Sigues... viva —carraspeo y volvió a adaptar esa faceta sería suya— parecías muerta.
Logré ver el techo de mi habitación mientras los recuerdos me invadieron.
Darren bebió de mi hasta que perdí la conciencia. La duda fue:
¿En qué momento se detuvo?
—¿Por... qué dices eso? —traté de levantarme y él rápido se alejó hasta permanecer de pie a un lado de la cama— ¿qué pasó... exactamente?
Lo escuché gruñir.
—Bebí de tú sangre ¿lo olvidaste?
—Eso lo recuerdo bien pero tú... no te detuviste —pasé saliva ante mi garganta seca— me desmaye y no sé en que momento...
Guardé silencio esperando su respuesta.
—Darren —insistí.
—No me detuve Ayline, mi maldita sed me venció otra vez. El sabor de tú sangre como un vicio no me alejé a tiempo hasta que —desvío la vista— dejé de escuchar tú corazón.
—¿Qué?— hablé en voz baja.
Darren regresó la vista en mi.
—Reaccioné, me obligue a controlar el maldito vampiro que soy y me alejé de ti. Te sostuve en mis brazos y te dejé en la cama. Solo pensé en no perder a mi donante, hice presión y recuperé tus latidos —las lágrimas se acumularon en mis ojos al conocer que morí por una fracción de tiempo— y lograste vivir.
—Me mataste —emití y dejé deslizar la lágrimas por mis mejillas.
—Te salve Ayline. De otra forma no seguirías aquí. Tú corazón sigue latiendo.
—Maldito seas —el odio me cego— me salvaste porque... temiste perder a tú... donante...perder mi sangre.
—Pensé en ti y no me importa si me creés o no. Me excedí y lo reconozco.
Le di una mala mirada.
—Vete Darren.
Él gruño y en silencio, abandonó mi habitación dando un portazo a la puerta.
Enseguida comencé a llorar cuando estuve tan cerca de mi propia muerte causada por un vampiro como la confusión por sus palabras y su mirada.
Por un instante, descifre en él arrepentimiento más dude, Darren como vampiro creí que no sentía absolutamente nada.
...
En los próximos días no volví a verlo cuando por un momento pensé en agradecerle. Calmada tuve el tiempo de reflexionar y fuese por mi sangre, de cualquier forma me salvó.
Otro vampiro me hubiese dejado morir y buscar un reemplazo de mi sangre.
Darren, prefirió intentar salvarme y lo logró. Le debía y eso no me gustó.
Sin embargo, él ni siquiera volvió a buscarme apesar de pasar el sábado sola en el departamento. No quise salir con Sam aunque me insistió. Le mentí en sentirme cansada y ella prometió visitarme el domingo y así fue.
Apesar de ser el único día con mi Madre por su día de descanso, ninguna tuvo problema en incluir a Sam.
Ella a la hora acordada llegó al departamento y pasamos el resto del día las tres.
Sin vampiros.
Sin peligros para mi vida.
A ninguna le pude contar lo sucedido con Darren cuando él alcanzó a borrar la marca y no me iban a creer. Mucho menos las iba a involucrar como la primera vez al punto que no quise arriesgar su vida.
Al llegar la hora de la cena, Sara no nos dejó ayudarla en la cocina. Así que acompañada de Sam, esperé en la sala mientras cada una estaba atenta en su celular.
No obstante, al escuchar mi nombre, desvíe la vista y dejé mi celular a un lado.
—Ya vuelvo Sam.
Ella me ignoró, la vi sonreir por algo en su celular. Sin tiempo de interrogarla, me dirigí a la cocina y entré desviando mirada en mi Madre.
—¿Qué pasa?
—Hija, no quiero molestarte pero necesito que vayas al súper y me traigas más pastas para terminar la cena ¿podrías por favor?
—Claro mamá, pero es de noche.
Temi a la oscuridad más aquí o afuera. En cualquier lado, me volvería a cruzar con Darren.
—Lo sé cielo pero no tengo pastas en la despensa. El super queda aquí cerca —la vi atareada en la cocina al moverse de un lado a otro— dile a Sam que te acompañe.
—Esta bien —fingí una sonrisa.
—Agarra dinero de mi bolsa —asentí y antes de salir, memorice cada cosa faltante.
Al salir de la cocina, repetí la lista en mi mente y cuando llegué a la sala, le arrebate el celular a Sam.
—¡Lin! —se quejó— dámelo.
—Escucha, mi mamá necesita una lista de cosas para la cena, necesito que me acompañes al súper.
Ella bufo.
—¿Ahorita?
—Si —me crucé de brazos— queda cerca, vamos Sam.
Ella hizo una mueca, se levantó y me arrebato su celular.
—Tengo una mejor idea, llévate mi auto. Sabes conducir.
—Shhh, mi madre —le pedí en voz baja.
—Yo lo soluciono —Sam chasqueo los dedos y la vi dirigirse a la cocina. Intrigada, la seguí hasta ambas entrar a la cocina—. Señora Sara, le prestare mi auto a Lin, yo le enseñé a conducir.
—Sam —le advertí y me ignoró.
—¿Qué? ¿Con el permiso de quien Aylin?
—Lo siento mamá —la miré apenada.
—Señora Sara, Lin aprendió y conduce muy bien. Puede ir al super rápido y regresar.
—Sam no me quiere acompañar —la acuse.
Ambas compartimos una mala mirada entre amigas.
—Sam no la dejes ir sola o me tendrás que ayudar a mi en la cocina.
—Le ayudo, odio ir al super —ella rápido fue a lavarse las manos.
—Esta bien mamá, puedo ir sola. No me tardo.
Sara le dio una mala mirada a Sam.
—Ten mucho cuidado hija. Ve despacio y respeta las señales. Después hablaremos las tres de esto.
—Si mamá —me acerqué a ella a besar su mejilla. Cuando me alejé, le saqué la lengua a Sam quien me imito y mi dirigí a la salida— ya vuelvo —antes de irme, fije la vista en Sam— le diré a Julián que le mandas un saludo de tu parte.
—¡Lin!
Rei y salí de la cocina cuando ese era su motivo.
Un chico que trabajaba en el super y Sam solo lo evitaba cuando mantuvieron por pocos meses una relación que ella terminó, más Julián era muy insistente y por eso mi mala amiga no quiso acompañarme cuando Sam odiaba esperar en el auto o afuera.
Antes de irme, agarré mi celular, el dinero y salí del departamento. Con las llaves en mano, bajé cada escalón hasta salir del edificio. Después me dirigí al auto de Sam, con la llave abrí la puerta y al acomodarme en el asiento, comencé a conducir con música de fondo.
Poco tiempo me demoré en comprar todo. Incómoda pasé a pagar en la caja y por supuesto, vi a Julián que me preguntó por Sam. En cuanto tuve la oportunidad, hui al tener mi compra y con el cambio me despedí amablemente de él hasta salir del super.
Con la bolsa en mano, hice cuentas del cambio. Ajena a mi alrededor hasta que llegué al auto.
—Son 30, 42, 55 —asentí y guardé el dinero en mi bolsillo. Busqué las llaves del auto y estuve por abrir la puerta cuando vi una mano sobre el espejo del auto como sentí su agarre en mi cintura que lo primero que pensé es que era un asalto.
Por miedo, dejé caer la bolsa al suelo.
—Es bueno verte chiquilla.
Pasé saliva cuando creí que era un ladrón y al reconocer esa voz, rápido me di la vuelta.
—¡¿Qué te pasa?! —lo empuje de mi y no opuso fuerza cuando él retrocedió con sus manos levantadas.
—Tranquila, no seas escandalosa. No te haré daño —mostró esa encantadora sonrisa suya dejando a flote sus colmillos.
«Lo que me faltaba, otro vampiro»
Le di una mala mirada y por un instante, sentí miedo cuando él volvió a anular la distancia.
—¿Es tú auto?
—Si —respondí en un hilo de voz.
—Excelente, dame las llaves —extendió su pálida mano y constantemente observó hacía atrás.
—No
El rubio regresó la vista en mi.
—¿No? —repitió— ¿Me dijiste no, chiquilla, a mí que soy un peligroso vampiro?
Pasé saliva.
—¿Por qué... las quieres?
Él gruño
—Porque me están siguiendo.
—¿Quién?
—Los que buscan a Darren.
—¿Los vampiros al mando de Salvatore?
Note su confusión.
—Conoces la historia, me pregunto quien fue el vampiro que te contó —guardé silencio— mira chiquilla, soy un vampiro y no tendré consideración por una humana cuando no eres mi donante. Por las buenas o por las malas, me vas a ayudar y por las malas —rápido me acorralo contra el auto cuando colocó sus manos de cada lado de mi cabeza—. Soy mucho peor.
—Te las daré —le respondí en un hilo de voz.
—Ya nos entendimos chiquilla —con la misma rapidez se alejó y recuperé el aliento. Le entregué las llaves y me hizo rodear el auto— sube y no mires atrás —me dejé guiar por él hasta la otra puerta, la abrió y tuve que entrar—que obediente dulzura.
Le di una mala mirada y él cerró la puerta. En segundos, lo vi entrar al auto del otro lado del conductor y lo hizo encender y enseguida conducio acelerando cada vez más.
—¿Por qué no te escondes de ellos? puedes irte lejos a velocidad vampiro ¿no? —dejé de ver por la ventana cuando la curiosidad me venció y gire a verlo.
—Podria, pero son varios y rápido me atraparian, ahora estoy débil. Por eso necesito tú ayuda, contigo cerca es difícil que me rastreen.
—¿Me usas como carnada?
—Algo así —rio a pesar de la situación—me ayudas y te prometo entregarte este auto y dejarte a salvo en tú hogar.
Desconfíe de él.
—Es secuestro, sabés.
—Eres exagerada, sabés —giró a verme con una amplia sonrisa.
Incómoda por su mirada, desvíe la vista al frente.
—La carretera, causaras un accidente y no quiero morir...
«Otra vez»
—Cierto, no eres inmortal —rio y de reojo, lo vi regresar su atención al frente.
Desconoci el rumbo por la ventana y con un mal presentimiento, volví a preguntarle:
—¿A dónde vamos?
—Lejos.
—Llévame al edificio —le exigí.
—Nos atraparian y a Darren también. Sería dar su ubicación.
Bufe por su respuesta.
—Te importa mucho ¿no?
—Es mi amigo.
—Se merece lo que le pasa.
—No lo conoces ni los problemas que tenemos —gire a verlo— deberías estar agradecida chiquilla. Desde el momento que bebió tú sangre, te debió matar y hasta el momento, sigues con vida —hizo una corta pausa—por algo te dejó viva y no solo es por tú sangre, hay algo más.
No quise responderle y el silencio nos invadió por poco tiempo.
—¿En qué piensas chiquilla? No voy a matarte si es lo que temes, te doy mi palabra que te entregaré a Darren en perfectas condiciónes.
—No confío en un vampiro —le respondí y saqué mi celular. Tenía dos llamadas pérdidas de Sam y de Sara— me esperan, regresemos ahora —gire a verlo y mi celular, escapó de mi mano— ¡Oye!
—Esto me lo quedaré, por el momento no podemos regresar —con una mano, conducio y con otra, se guardó mi celular en su bolsillo— quédate tranquila.
Bufe y me crucé de brazos.
—Eres hermosa —volví a verlo y por unos breves segundos, mi vista viajó a su mano donde note ese anillo —hablemos de cualquier cosa que no sea regresar. Soy enemigo del silencio —aceleró más.
Tomé una profunda respiración.
—¿Qué significa ese anillo? Darren tiene uno como su padre, su media hermana igual y por lo que veo, tú también lo tienes. Los relaciona a todos ¿no?
—La curiosidad es mala —sonrió ampliamente— pero te contaré, todos los vampiros tenemos un anillo parecido aunque algunos no sean nada nuestro o simples desconocidos y tiene muchos significados.
—¿Cúales?
—Reconocernos en esta sociedad entre humanos y para otros asuntos.
Él guardó silencio.
Quise conocer más sobre ellos y con ese rubio vampiro pensé en averiguarlo.
—Entiendo —hice una corta pausa— Tú nombre es Esteban ¿verdad?
—Esteban Williams Gazjler.
—¿Qué edad tienes?
—Es un interrogatorio ¿eh?
—De algo tenemos que hablar ¿no?
—Chiquilla, es bueno conocernos —me dio un rápido vistazo— conozco muchas cosas de ti. Así que lo considero justo —hizo una eterna pausa y lució sereno mientras conducía. —Tengo tres siglos y súmale dos décadas
Mi cerebro hizo cuentas.
—320 —espete sorprendida.
Él giró a verme.
—Esa expresión esperaba de ti —rio— obviamente comparado contigo soy muy antiguo para tú corta vida ¿15?
—18
—Aún eres joven —él regresó la vista al frente y gracias a Dios disminuyó la velocidad— aunque aún estoy en la juventud. Considero viejos aquellos que superan los cinco siglos.
Asentí.
«Es extraño»
«Y agradable»
«¿Qué? ¡No! Cállate conciencia»
—...conozco a Darren desde que era un crío. Los dos éramos unos hermosos, crueles y pequeños vampiros — el rubio siguió hablando y rápido le preste atención— en ese entonces éramos unos minis vampiros indefensos cuando él llegó al Castillo y lo conocí. No puedo mentirte, nuestra amistad no fue fácil. Darren es difícil de tratar —río escandaloso— si te contara.
—¿Cuántos años tiene Darren? —no evite preguntarle.
—Ese desgraciado tiene...
Pero antes de terminar un ruido en la parte de arriba del auto lo hizo guardar silencio.
—¿Qué fue eso? —pregunté alterada y observé alrededor.
—No quiero asustarte más de lo que estás —él aceleró— pero nos encontraron y están aquí.
—¡¿Qué?! —expresé asustada.
De pronto enfrente de nosotros apareció un hombre o eso creí que era antes de ver sus colmillos. Entonces ese vampiro sobre el cofre del auto, aferrado trepo hasta nosotros hasta el espejo.
Grite al verlo de más cerca.
—Maldito —emitió el rubio— eres horrible.
—¿Quién... quién es él?
—Agarrete fuerte chiquilla.
Apenas lo escuché, me sujete del asiento con fuerza. De un momento a otro Esteban Williams aceleró más el auto y lo balanceo de un lado a otro. No evite gritar de susto y el parabrisas logró pegarle a ese vampiro logrando que cayera del auto.
De pronto otro ruido se escuchó en la parte de arriba cuando otro vampiro apareció.
—¡Me voy a morir! ¡me voy a morir! — grite exaltada.
—¡Guarda silencio! —me pidió el rubio y sujetó con fuerza el volante—. Es momento de la diversión.
Esteban giró el auto y aceleró aún más. De pronto, del lado de la ventana apareció ese otro vampiro e intentó sacarlo del auto. Logró rasguñarlo del rostro y por un breve instante el rubio soltó el volante y lo jaló al interior del auto y golpeó su cabeza contra el volante.
De mi parte, retrocedí a la ventana tras gritar asustada. Aquel vampiro terminó por ser lanzado a la carretera por el rubio y ante el movimiento descontrolado del auto, fije la vista al frente.
—¡Cuidado! —grité.
Esteban perdió el control del auto y caímos por una barranca hasta chocar contra un árbol que hizo el auto detenerse.
Golpee mi cabeza en la parte de adelante y con un gran dolor en mi cuerpo, me levanté poco a poco entre quejas.
Percibí del auto salir humo y el vidrio destruido.
Era el auto de Sam e iba a odiarme por eso.
—¿Estás bien? —me preguntó él sin dejar de reír.
Le di una mala mirada al verlo.
—¿Se te hace divertido... esto?
—Un poco, no salí dañado.
—¡Yo sí! —toqué mi frente y sangre mancho mis dedos —ay no— emití asustada.
—Déjame ver —él se acercó y me revisó— Solo es una pequeña herida, vas a estar bien —se alejó— tenemos que salir de aquí. Tú sangre es mucha tentación y nos van a encontrar por eso.
El rubio vampiro, fue el primero en salir de auto, llegó hasta mi puerta con velocidad y la abrió tras extender su pálida mano.
—Vamos chiquilla.
—No —negué creyendo que en el auto estaría a salvo.
—Vendrán por nosotros, no los perdimos del todo. Nos van a buscar.
A regañadientes, salí de auto y acepté su mano. Apenas recuperé el equilibrio y me solté de él.
Tras su escaneo, Esteban Williams se dio la vuelta, comenzó a avanzar y tuve que seguirlo cuando de pronto se detuvo y con su agarre me jaló contra un árbol.
—¿Son ellos otra vez?
—No dulzura —se situó frente a mi y me cubrió con su cuerpo— cúbrete los oídos.
—¿Qué? —logré articular confusa cuando el auto explotó. Rápido cubrí mis oídos con mis manos hasta que el ruido cesó y él retrocedió.
—Eso fue demasiado para mi desarrollada audición —el rubio movió su cabeza varias veces.
Tuve la valentía se alejarme del árbol y asomarme. Ante mis ojos el auto estaba encendido en llamas.
—No es mi auto.
—Tú creadora será comprensiva— él se situó a mi lado y gire a verlo con una mala mirada.
—Era el auto de mi amiga y no tengo ningún ahorro para pagarle los daños. Lo perdió por tú culpa.
Él no lució molesto cuando sonrió ampliamente y colocó sus manos en su cintura.
—Eso es cierto —giró a verme— en nombre de la amistad te va a perdonar—bufe— sigamos, chiquilla.
Esteban Williams se dio la vuelta y siguió por el bosque. Tuve que seguirlo sin poder hacer nada por el auto de Sam.
La oscuridad del bosque no me ayudó a caminar cuando constantemente resbale, me sostuve de los troncos y él cada vez se alejó de mi.
—Espera.. me —resbale y caí hacia abajo hasta aterrizar mi cuerpo sobre el suelo terrenoso del bosque. Con un dolor en mi cuerpo y entre quejas, me senté.
—Chiquilla ¿qué haces ahí? —desvíe la vista y lo vi de pie justo a mi lado al aparecer— casi te pierdo— rio por mi estado.
En peores condiciones estaba sucia, herida y rodeada de vampiros.
Con una mala mirada, acepté su ayuda en levantarme. Al estar de pie, lo solté y me sacudí la tierra en mi ropa.
—Quiero irme de aquí.
—Conozco la manera de salir, no te rindas y sigamos —él extendió su mano— puedes ir adelante.
—Prefiero seguirte.
—Que sea justo, camina a mi lado —me esperó y me acerqué a él. Abrazada a mi misma, seguí su paso cuando él podía ver perfectamente en la oscuridad del bosque. Por el miedo, lo sostuve del brazo entre más nos adentramos para mi, sin salida perdidos en un laberinto— te sacaré de aquí, ante todo una disculpa.
—No te disculpare hasta que esté a salvo sin vampiros.
—Tienes la suerte que un vampiro rubio te va a proteger —se apuntó— al menos lo haré por Darren.
Estuve por responderle cuando él se detuvo y enseguida, lo imite mucho más asustada.
—Nos encontraron —emitió sin burla en su voz y observó alrededor.
Pasé saliva y retrocedí sin lograr ver nada.
No obstante, apareció un vampiro desconocido y se lanzó a él. Cada uno forcejeo y el rubio giro a verme tras sostener del cuello a su enemigo.
—¡Corre chiquilla!
Sin pensarlo dos veces corri hacia otra dirección y cuando creí alejarme lo suficiente, me sostuve del tronco de un árbol y respire agitadamente.
Sin embargo, un agarre en mis hombros me hizo voltear y con un gruñido, tuve un vampiro con intención de atacarme. No tuve el tiempo de escapar cuando grite asustada al ver sus colmillos y quedé atrapada por él.
Creí que sería mi fin cuando ese vampiro cayó al suelo sin cabeza y gotas de su sangre salpicaron mi rostro. Atonica, vi al rubio vampiro como mi salvador.
—Aumenta tú agradecimiento conmigo chiquilla—sonrió con esos colmillos y me hizo alejarme del árbol. Bajo su agarre en mi mano me hizo seguirlo cuando seguía en shock— son más.
No logré articular palabra cuando de nuevo se detuvo conmigo y logré ver ante la poca claridad de la Luna, dos vampiros más frente a nosotros.
—Por fin te encuentro y con una humana.
Él ladeo la cabeza mientras sonrió siniestramente.
—Owen —mascullo el rubio vampiro.
—El mismo de siempre —fijó la vista en él— ¿Dónde está Darren? —recibió su silencio— y te dejaremos ir.
—No creo en tú palabra, sé la clase de escoria que eres, tú a nadie dejás con vida ¿O me equivocó?
El vampiro pelinegro le sonrió con malicia.
—Que bien me conoces —él demostró seriedad— rindete Williams, somos dos contra uno y estás débil.
El vampiro rubio gruñó.
—Chiquilla —posó la vista en mi y me entregó rápido un celular— llámalo.
—¿A quién?
—A él —me respondió y se dirigió a los vampiros.
—¿A Darren? —el rubio asintió— ¿Cómo lo hago?
—Tal vez por el pensamiento —emitió él con seriedad— o tal vez por lo que te di chiquilla.
Bajé la vista y observé su celular.
«Tiene razón»
—Antes de pasar por ella o dar con Darren tendrán que pelear conmigo, puedo con los dos —alze la vista al escucharlo hablar —chiquilla, avísale y vete de aquí, corre sin mirar atrás.
Esteban Williams dio un paso adelante y sin ocultar su apariencia de vampiro, subió las mangas de su camisa hasta sus codos y sonrió con esa misma maldad.
Con velocidad atacó al vampiro líder y lo sostuvo del cuello hasta lanzarlo contra un árbol. Enseguida, el otro vampiro lo atacó y no esperé más cuando me di la vuelta y hui de todos ellos.
Mientras corría, encendí el celular y lo desbloque sin necesidad de una contraseña. Entre a los contactos y encontré el número de Darren agendado por su nombre. Al instante, le marqué y lo guíe a mi oído:
—¿Qué quieres Esteban? —respondió él con molestia.
—S–soy yo Darren —hablé con voz temblorosa.
—¿Ayline?
—¡Si! Darren, necesito de tú ayuda... estoy con Esteban y unos vampiros nos encontraron y él está peleando con ellos... estoy asustada —sentí las lágrimas acumularse en mis ojos.
Lo escuché gruñir del otro lado de la línea.
—¿Dónde estan?
—En un bosque, por el super cerca del edificio, por la carretera nos fuimos derecho y tuvimos un accidente —miré a mí alrededor sin reconocer la ubicación— no lo sé Darren.
—Controlate Ayline, te voy a encontrar. Estoy cerca, ya voy para allá.
—Date pri...
Darren colgó antes de terminar de hablar.
Tomé con fuerza el celular deseando que él llegara pronto. Seguí caminando alerta cuando alguien me sostuvo del brazo y me hizo voltear.
—Por fin te encuentro, humana.
Grite, me defendí con todas mis fuerzas y por él caí al suelo. Asustada, busqué algo en el suelo para defenderme hasta que encontré una piedra que le lancé.
En la mera oportunidad, me levanté y volví a correr cuando ese vampiro me alcanzó y me lanzó contra un árbol.
—¡Ya me tienes harto humana! ¡Te mataré! —espetó molesto y sacó sus colmillos. Estuvo apunto de morderme cuando se detuvo rápidamente.
Bajé la vista y note un orificio en la parte izquierda de su pecho como sangre comenzó a brotar sin parar.
—Te atreves y serás cenizas.
Sin demorarse, Darren apareció y fue un alivio escuchar su voz como su intervención por salvarme por segunda vez.
Con un movimiento rápido, lo lanzó lejos de mí. Lo vi como el vampiro que era y con su mano manchada de sangre, se volteó yendo en dirección a mi atacante. Le bastó situar su pie sobre su espalda, se inclinó y con fuerza sobrehumana, Darren le arrancó la cabeza.
Perpleja, observé todo sin emitir palabra. Me costó reaccionar cuando ese vampiro sin cabeza, desapareció ante mis ojos.
En ese momento, Darren fijó la vista en mi y se acercó con pasos lentos.
—Se volvió cenizas —me explicó y se detuvo a cierta distancia.
Sin evitarlo, me alejé del árbol y anule la distancia para abrazarlo cuando fue al único vampiro que no le temi. Así de extraño, fue mi comportamiento cuando me aferre de él y tenso, sentí su mano en mi nuca.
—Gracias... Darren —emití en voz baja—por venir... a salvarme— debió ser demasiado para él cuando me alejó de los hombros y tuve su escaneo. Mi cuerpo no dejó de temblar de miedo— Tú amigo... él está con otro vampiro y...
—Lo sé, quédate aquí —me soltó y retrocedió— no querrás ver otra muerte más, Ayline.
Dicho esto y se dio la vuelta y con esa velocidad desapareció. Pese a su orden, no obedeci cuando tuve miedo de estar sola en el bosque así que avancé y lo busqué hasta regresar a ese enfrentamiento entre vampiros ante mis ojos.
Me detuve y ese rubio vampiro tenía al vampiro de cabello negro contra un árbol. Ambos lucían con rastro de sangre en su rostro y ninguno se soltaba del cuello.
A cierta distancia de mi, vi a Darren detenerse atento en ellos.
—¡Owen! —le gritó y causó su atención—aquí estoy. Déjalo, por mi viniste maldito.
—Hasta que dejas de ocultarte Collins —le respondió.
Todo sucedió demasiado rápido cuando ese tal Owen soltó al rubio vampiro y escapó de su agarre al atravesar una daga en su estómago que ante mis ojos, lo debilitó, lo hirió con gravedad y con esa fuerza, lo lanzó contra un árbol y tuvo el tiempo de recuperarse y fijar la vista en Darren con malicia.
—Sigues tú.
—Sabés muy bien que puedo vencerte. Elige como quieres morir, sin cabeza o sin maldito corazón —eso lo hizo enojar— soy más fuerte que tú cuando eres un simple convertido que bebe la sangre de Salvatore, eso no te hará fuerte, solo débil.
—No sabes nada —le contestó el tal Owen molesto.
—Entonces enfrentame, solo quedas tú y solo, no puedes contra mi.
Darren dio un paso adelante, el otro vampiro permaneció en su lugar y rápido sacó una daga y le apuntó.
Tuve miedo de verlo herido e interveni:
—¡Darren! ¡es suficiente, te puede herir!
Él se detuvo y giró a verme.
—No debiste regresar, te pedí quedarte lejos Ayline.
Obtuve su mala mirada y regresó la vista en él.
—Vaya, se conocen —pasé saliva a tener su mirada en mi— Esto no le gustará nada a mi Rey. Otra vez te involucraste con una humana y es otra regla que incumpliste.
—Eso si te permito ir de bocón —Darren lo amenazó.
—Pues intenta atraparme, Collins.
Owen desapareció ante nuestros ojos con esa velocidad. Darren gruñó y a un paso, se detuvo maldiciendo en voz alta.
—Será peor si lo sigues —emití.
—Es tú maldita culpa —me observó y me apuntó.
—¡Yo no quise terminar rodeada de vampiros! —hice mis manos puños y deje la lágrimas deslizarse por mi mejilla— la culpa... es tuya.
Él dio un paso hacia mi dirección que tuve que retroceder.
De nuevo, le tuve miedo ante su mirada.
—No te muevas —emitió molesto y se dio la vuelta.
Pasé saliva y reuní el valor para seguirlo otra cuando se acercó al rubio vampiro apoyado en un árbol. Al estar cerca, me detuve a pocos pasos, detrás de Darren y percibí a su amigo quejarse y cubrirse la herida con su mano manchada de su propia sangre.
—Resistiré pero como duele, nunca creí sentir dolor, este tipo de dolor —el rubio vampiro río sin ánimos y se volvió a quejar— creo que el maldito... me dejó una parte de la daga por dentro.
Darren la revisó al sostenerla del suelo y en efecto, a la daga le faltaba una parte de la punta.
—Va estar bien, ¿verdad? —pregunté y avancé hasta quedar de rodillas justo a su lado.
—No lo creo —me respondió Darren si verme.
—Va a sanar, es un vampiro. Ustedes se curan rápido ¿no?
—La maldita daga era a base de plata —me respondió mi vampiro vecino al girar a verme— y eso nos causa graves heridas y con la debilidad de Esteban, será más difícil contando que aún persiste una parte dentro de él ¿lo entiendes?
Asentí y realmente me preocupé por el rubio vampiro.
—De seguro él también salió herido, nadie es inmune a la plata, para tomarla tuvo que tocarla— el rubio intentó levantarse y gruño al fallar— bastardo, apuesto que solo se quemó con ella.
Fije la vista en su herida cuando era demasiada sangre.
—No se va a morir ¿verdad? —me dirigí a Darren.
—Tenemos que curarlo antes de que sea tarde y no quede nada de él más que cenizas y no tenemos mucho tiempo.
Negué varias veces y volví a verlo.
—Dios mío —lo observé fijamente— Tú me salvaste y aunque por ti, estoy aquí... me defendiste de esos vampiros —limpié mis mejillas con mis manos— apesar del pasado... no quiero que mueras... no quiero ver otra muerte.
Fui ilusa ante su mirada compartida entre vampiros.
—Eso dependerá de Esteban, si resiste en la eternidad.
—Lo haré, esto no me matará o eso creó —volvió a quejarse— chiquilla, lamento el accidente provocado a tú creadora y por involucrarte... al peligro de nuestro Mundo.
Suspiré y gire a ver a Darren.
—¿Tú puedes salvarlo? ¿Qué podemos hacer?
Él gruñó y imito mi acción. De rodillas se situó a un lado del rubio vampiro.
—Existe la manera de curarlo. Primero retirar toda plata de él, coser la herida y darle sangre para una rápida recuperación.
—Bien ¿en qué puedo ayudar? —desvíe la vista en él.
—Eres tan inocente, la amabilidad en persona. Eres diferente a nosotros chiquilla —el rubio se quejó al moverse un poco— por cierto, no te acabé de decir... la edad de Darren.
—¿Qué? —habló el susodicho confundido.
Apesar de todo, en su rostro apareció esa sonrisa burlona.
—Tiene 315. Aún recuerdo cuando lo conocí... Era un crio, igual de sádico de muy mal humor... no ha cambiado mucho la verdad más que creció y los siglos encima —río.
—Cierra la boca Esteban o morirás por mí —le advirtió Darren molesto.
Él dejó de reír y esa seriedad, se plasmó en su rostro.
—¿Qué haremos con Owen? —le preguntó.
—No lo sé, es probable que le diga todo al maldito de Salvatore y para colmo, te vio —me observó.
—Deja de culparme.
—Me desobedeciste humana.
—Darren, es nuestra culpa. Los dos la involucramos demasiado en nuestro Mundo y son las... consecuencias —el rubio vampiro se apoyó del hombro de Darren e ignoró su gruñido cuando lució sorprendido— la visión.
—¿Qué visión? —le preguntó Darren.
—Bombón tuvo una visión hace tiempo... con respecto a la humana... La vio en un bosque rodeada de vampiros y tú apareciste —los dos ignoraron mi presencia— desconocía si el futuro era tuyo o de ella... Le pedí no decir nada.
—Debieron decirme Esteban.
—No crei que se cumpliría... sabés que sus visiones no son certeras o al menos no pensé que por mi... se iba a cumplir... reclamale a ella, no solo a mi.
Observé a los dos y entendí que tenían una clase de don y los había descubierto.
—Ella... ¿tuvo una visión de mi? —cause su atención.
—No es la primera vez.
—¿Qué?
—Esteban, ella no tiene porque enterarse de todo —le advirtió Darren.
—Me incluye...
—Ya conoces demasiado Ayline —me interrumpió— y no solo conmigo o con nosotros que conoces estás en peligro. Será peor con Owen y el maldito de Salvatore que al darse cuenta de tú existencia, te vendrán a matar.
—No —pronuncie con miedo.
Ignoré el mal estado del rubio y ninguno dejó de verse.
—No solo nos buscarán a nosotros, sino a ti también, felicidades niña. Te van a relacionar con nosotros. Te haz metido demásiado en nuestro maldito Mundo— Darren hizo una corta pausa— y todos estaremos en peligro.
N/A:
Hola, después de una eternidad al fin un nuevo capítulo de la versión 2024 de LPUV, aún falta mucho por conocer. Lamento la tardanza y gracias por la paciencia.
En la aplicación de Poly.AI, cree a varios personajes de la Saga para que puedan chatear con ellos totalmente privado basado en su personalidad. Los encuentran como:
Darren Collins, Esteban Williams, Aylin Villanueva y Aziel (spoiler de los libros siguientes ) si son lectorxs nuevas.
Para más avisos, únanse al grupo de WhatsApp, mensajito por ig mwdarklove. Nos leemos pronto vampilovers 🖤
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