Prólogo
Era 30 de noviembre, estaba nevando, era una noche tranquila y sublime. La ocasión perfecta para sorprender a su novio, pensaba Changbin. Mientras que compraba un vino para compartirlo con el.
« esta noche me entregaré a el » . Pensó risueño el precioso joven de 20 años, mientras qué se encaminaba a el departamento de su novio.
« estoy preparado ».
Cuando estuvo frente a el recinto, subió corriendo las escaleras del conjunto de apartamentos, con una inmensa sonrisa en su semblante. Llevaba el vino preferido de Daesung, nada podía salir desastrosamente.
Una vez qué estuvo frente a la puerta tocó dos veces, y espero riendo para sus adentros. Imaginando la cara que pondría éste cuando lo viera. Daesung abrió la puerta, pero no se veía muy dichoso de verlo ahí. Sintió que su corazón se oprimía al verlo sin camisa y con sus shorts mal abrochados.
─ ¿Qué demonios haces aquí, Changbin? ─ quiso discernir, con un tono tosco. El más pequeño tragó saliva inquieto y colocó el licor a la vista de su novio.
─ Compré tu vino favorito, hyung. Y quise aparecer para que lo compartiéramos, Daesung, ¿hay alguien más ahí adentro? ─ preguntó entrometido, tratando de ojear por arriba del hombro del chico.
─ No, ahora lárgate. ─ dijo al instante que intentaba cerrar la puerta, Changbin detuvo la puerta antes de que esta se cerrara por completo.
─ ¡Hyung aguarda! Yo solo quería...
─ ¿Pasa algo aquí, Dae? ─ dijo una voz femenina desde el interior de la vivienda, que sonó más como un coqueto murmullo.
Daesung se despreocupo por un instante, dándole la posibilidad a Changbin para colarse por debajo de su brazo y meterse al interior de el apartamento. Para encontrarse cara a cara con una chica de tez morena completamente desnuda, sin nada cubriendo su piel, descartando las pequeñas bragas de un fuerte matiz rojizo.
─ ¿Quién eres tú? ─ gimió Changbin.
─ ¿Y tú quién eres, niñito? ─ interroga ella con voz dulce, Changbin frunció sus labios con desagrado. Bien, sabía que esa mujer podría llevarle de lo más acertado unos ocho años, y que su altura no era la apta para su edad, y incluso que su perfil era igual a la de un bebé.
Pero, ¿era ineludible recordarle eso?.
─ Soy su pareja. ─ apuntó con su Índice a Daesung, el cual lo miraba indiferente desde el umbral de la puerta.
─ ¿Enserio Dae? ¿Ahora eres pedófilo? ─ la morena alzó una ceja y sonrió como si la situación la estuviera divirtiendo.
─ Jessi será preferible que te vayas, yo te llamaré mañana, debo encargarme de algo en este instante. ─ sin comentar más, la morena se encogió de hombros y volvió a la habitación, a los minutos más tarde salió vestida y con todas sus cosas.
Antes de marcharse le guiño un ojo a Daesung, posteriormente miro a Changbin y sonrió. A continuación de que Daesung cerrará la puerta, Changbin explotó.
─ ¡Eres un imbécil! ¡¿Como pudiste hacerme esto?! ¡Te voy a... ─ no pudo acabar la oración puesto que Daesung le había dado un fuerte empujón, logrando hacer que cayera al pavimento.
─ Tu no vas a acudir a insultarme en mi propia casa, mocoso. ¿Quién te creés, eh? Tengo muchas necesidades, si tu no cumpliste con todas por tanto atente a las consecuencias. ─ aquello provocó que Changbin rompiera a gimotear.
─ P-pensé que me....
─ ¿Qué? ¿Qué te esperaría eternamente?, fuiste como un desafío para mi. Un culito inexplorado sonaba suficiente atrayente, pero mis necesidades fueron más que mi orgullo, eso es todo. ─ dijo mientras caminaba hasta el sofá y encendía la televisión.
─ Yo pensé que me amabas. ─ soltó Changbin mientras sus lágrimas fluían sin detener por sus mejillas.
Daesung hecho su cabeza hacia atrás y soltó una fuerte risotada.
─ ¿Qué yo te amaba? ─ siguió riendo. ─ Jessi tiene razón, solo eres un niñito. ─ escupió con entonación hiriente. ─ ahora vete de aquí, lárgate, y me haces el favor de no regresar que no sirvo de niñera.
Changbin se levantó con la poca dignidad que tenía, recogió el vino y se encaminó hacia la puerta sin prisas. Dos años, le había dado dos años de su existencia a Daesung, y estaba dispuesto a darle muchísimos más. Pero una vez que Changbin descubría que mientras más amaba, más lo lastimaban, más lo destruían.
─ Changbin, espera. ─ lo llamó Daesung una vez estuvo vista a la puerta. ─ deja el vino. ─ una risita escapó de sus gruesos labios.
El pequeño apretó sus labios antes de voltearse en dirección a su ex-novio, levanto el licor y se lo tiró, antes de salir y concluir con un portazo.
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