09
Changbin respiro profundamente el aire purificado de aquel bosque. A pesar de extrañar el orfanato donde se había quedado incluso siendo mayor de edad, estar aquí en el bosque era relamente reconfortante. La vista de los árboles tupidos, el sonido de los animales cantando o comunicándose entre ellos, el clima entre cálido y frío, el sonido del rió más cercano a ellos, era relajante.
A él anteriormente le gustaba ir de acampada cuando el orfanato lo planificaba. Pero no podían salir mucho del edificio, pues en alguna de esas oportunidades muchos niños o ya algo mayores aprovechaban la oportunidad para escapar, justo como él lo intentó con estos chicos. Y si, lo admitía, el orfanato no era el mejor lugar para vivir, pues a veces habían niños y personas mayores muy crueles, algunos no podían soportarlo, pero a él nunca llegaron a molestarlo a tal nivel. Así que estaba bien, el orfanato era como un cálido hogar.
—¡Binnie, ven y recuéstate aquí! —gritó Jeongin desde la distancia.
Este junto a Seungmin estaban echados en el suelo, en mirando hacia el cielo. Jeongin se veía muy feliz de estar en el exterior, le gustaba mucho ese niño, entre todos parecía ser el más inocente. Camino hasta allí y ellos abrieron espacio para que estuviera en el centro de ellos, sonrió, Seungmin y Jeongin eran dulces y atentos.
—Binnie, ¿sabias que si miras a las nubes muy fijamente puedes encontrarles formas? — preguntó Jeongin y el río, definitivamente era un niño con el cuerpo de un hombre.
—Jeongin ugh, eso es tan infantil —se quejó Seungmin a su lado apegándose mas a él.
—¡No lo es! ¡Es divertido! ¡Malhumorado arruina diversión!
—¿Arruina diversión?
Changbin río ante aquellos dos, era divertido como se molestaban entre ellos siendo ambos como unos niños pequeños. Los dos chicos dejaron de pelearse entre sí para ver hacia él, cosa que les dio ternura verlo sonriendo.
—La sonrisa de Binnie es hermosa~ -dijo Jeongin con orgullo y se acercó a él para apretarle sus mejillas de manera cariñosa y un sonrojo brotó dentro del el calentando estas y se sintió avergonzado.
Quiso salir de ese ambiente incómodo y buscó algo para distraer la mirada de Jeongin. Miró hacia las nubes y !bingo!
—Mira Innie, ¡esa nube tiene forma de orejas de conejo!
Jeongin rápidamente dejó sus mejillas y miró hacia donde el miraba y sus ojitos parecieron brillar. "Tan tierno" pensó. Miró hacia Seungmin y este también había mirado hacia el cielo pero sin ninguna expresión en su rostro, a veces ese chico solía ser así.
—¡Ooo Binnie tienes razón! -dijo con tono emocionado y giró hacia Seungmin- ¡Ves! Te dije que las nubes si podían tener formas.
Seungmin rodó los ojos y se levantó del lugar sacudiendo sus ropas.
—Como sea, voy a correr por un rato. Por favor Jeongin, no te alejes de aquí
—De acuerdo~
Seungmin nos miró con advertencia y luego se perdió entre medio de los árboles. Jeongin y yo quedamos solos por un tiempo mirando hacia el cielo, la tranquilidad era asombrosa. En un momento Jeongin me tomó de la muñeca y me puso encima de sus piernas.
—Finalmente solos tu y yo Binnie~
Me puse nervioso y mis mejillas volvieron a enrojecerse. Jeongin me observaba de una manera intensa, pero inocente también, era una mezcla un tanto extraña. Sus manos viajarían hasta mis mejillas y lentamente con suaves caricias acercó mi rostro al de él. Tan cerca que podía sentir nuestras respiraciones mezclarse en el aire.
—Hace un tiempo quería hacer esto, lindo Chocolate y yo quería saber, ¿me lo permites? ¿Permites que te bese Binnie?
Yo sin saber como negar ante su propuesta simplemente asentí dándole el permiso que quería. La situación era extraña, pero no podía negar que quería tener ese beso suyo. Pasamos de estar al límite a estar completamente unidos, sus labios eran suaves y finos, de alguna manera encajaban perfectamente. Nuestra danza era lenta y nada forzado solo un roce de labios nada más que eso.
Cuando nos separamos el me miró con una sonrisa de satisfacción y amor, podía verlo en sus ojos, ese brillo como ningun otro. Sonreí también. Pero el ambiente medianamente romántico se interrumpió por un olor intenso y ácido, y una voz algo enojada a nuestro lado. Miré hacia allí y estaba Hyunjin, con el pelo mojado y pegado a su frente, el torso expuesto y su camisa colgando en su hombro.
—¿Jeongin, que crees que hacías? ¿Acaso no escuchaste? No debemos tocar a Chocolate, no aún.
Jeongin me quito de encima con cuidado y se levantó del suelo, se acercó a Hyunjin rodando los ojos.
—No lo toque, solamente lo bese y fue con su consentimiento Hyunjin. Como sea, y tu ¿donde has estado en todo el día?
—No te interesa -respondió Hyunjin y simplemente entro a la madriguera refunfuñando y dando pasos fuertes.
Jeongin también se quedó refunfuñando y soltando maldiciones en nombre de cierto chico.
—Lo odio, piensa que puede tener el control sobre todo.
Y yo me quede confundido entre toda esa situación. Desde que Hyunjin había llegado entre el y Jeongin había un ambiente de tensión algo extraña...
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