Amigos.
Rusia estaba golpeando los barrotes desesperadamente, sentía el terror de México en este momento.
Quería ir por él, abrazarlo y de una vez por todas, decirle que lo ama.
Pero no puede, los barrotes son muy gruesos y no puede romperlos.
Las horas pasan, la noche tiñe el lugar, el euroasiático, teme por México.
—Mexico...— su voz comienza a romperse.
—Perate weón, conchetumare.— se escuchó a lo lejos.
—Pe' ¡Perú! ¡Culiao detente!—
Y, de la puerta principal, aparecen Chile y Perú.
—¿¡Ves!? ¡Te dije que estaba aquí!—
Rusia levantó sus orejas y sus ojos brillaron en esperanza.
—¿Donde putas está la llave?— Chile rebuscaba entre todas las cosas.
—¡¡No hay tiempo para eso!!— Perú tomo un tubo grueso de metal que estaba cerca y golpeó la chapa, rompiéndola al instante.
Rusia salió rápidamente de ahí y su cuerpo comenzó a hacerse más grande, los huesos tronaban dando paso a un auténtico lobo negro de 3 metros.
Este, observo a Chile y a Perú, se pudo frente a ellos y se acostó, invitándolos a subir a su lomo.
—Nunca he viajado en lobo.— dijo Perú estando arriba de Rusia.
—Callate culiao.— El eslavo aulló fuertemente y corrió hacia donde el olor de México estaba.
México, por otro lado, estaba abrazándose en el suelo sin pantalones y sin camisa, tiritaba del frío.
Sin embargo, escuchó un potente gruñido.
—Alfa...— sollozo. —Ven a salvarme, por favor...— lloró con fuerza.
—Voy en camino, México.—
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro