XII.
Una pequeña camioneta blanca con vidrios apenas polarizados va rumbo a cierta zona de aterrizaje cerca del bosque de Naminori, dentro de esta se encuentran un par de chicas al teléfono, un pelirrojo sonriendo mientras ve la cara de su novia, un pelinegro al volante y otro par de chicas abrazan cuál peluche a un lindo castaño vestido de un tierno leoncito.
—En 3 minutos llegamos señoritas, señoritos—
—Perfecto, el teniente y Misa ya saben que vamos de regreso con el perfecto cielo de Japón, nos recogerán en el aeropuerto de Washington, debido a la reunión del teniente—
—La mansión de Washington está moviéndose para tener el cuarto de Tsu a nuestra llegada, así que sólo es cuestión de ir de comprar y esperar que los demás lleguen para presentarlo—
Indica la segunda chica al teléfono mientras observa al trío de amorosos.
—Bueno, estoy por enviar el mensaje ¿informo a...?—
—¡No!, solo dile a Phoebe que ella esta invitada junto a su novio, y que no diga nada, los demás pueden irse al infierno, en especial ese estúpido cabeza de balón y su nueva noviecita, en cuanto a Dragos yo le envío mensaje, me parece que justamente el esta cerca de Washington en una caravana—
—Como digas Hell, supongo que esto significa que eres libre, ¿cierto?—
—Will deja a Hell tranquila, debes entenderla, incluso yo estoy molesta con Arnold por su actuar y el de los demás—
—Esta bien, esta bien, solo porque no quiero que tú y mi querida novia me torturen— indica levantando las manos en paz —amm por cierto deberían explicarle a mi cuñadito de lo que hablábamos lo noto muy perdido y...—
—¡Oh! Es verdad, bueno te lo explicaremos durante el vuelo Tsu, los nuevos integrantes de la familia y lo sucedido hasta ahora—
Tsuna asiente a las palabras de la rubio castaño y antes de poder hablar, siente como el auto se detiene y ve bajar a Bermuda, para después escuchar como abren su puerta elegantemente.
—Listo, están servidos mis queridas señoritas y señoritos, el piloto ya esta en el avión, solo los esta esperando—
Los chicos asienten y justo mientras Will, Gretel y Bermuda bajan las maletas una niebla comienza a aparecer cerca del castaño, Tsuna se extraña ante dicha niebla pues sabe que son de llamas y esas justamente las reconoce, todos se ponen en alerta cuando una figura se forma de está.
Segundos después el joven dueño de dichas llamas aparece, pero se nota débil y agotado, parecía estuvo muy ocupado.
—¿Mukuro?... ¿que haces aquí? ¿O mejor dicho como diste conmigo? Creí que...—
—Kufufu~ fue todo una odisea encontrarte Tsunayoshi, me sorprende lo bien que te ocultaste. Yo... Me enteré de lo sucedido, apenas regrese de la misión que me había encomendado Mammón, me aparecí en tu casa y vaya sorpresas me llevé cuando leí la mente de quienes se suponen eran tus padres, no me extraña de los otros, desde lo de Enma los note extraños pero de mi querida Nagi no lo crei, mi hermana, a quien salvaste... No lo puedo creer, yo...
Lo siento Tsunayoshi, no pude cumplir mi promesa de protegerte, lo siento—
—No te preocupes Mukuro, me alegra saber que al menos aún tengo un amigo en quien confiar, sin embargo Mukuro, yo debo irme, mi familia regreso por mi—
Mukuro se extraño ante esas palabras, ¿Su familia? ¿Tanto le había afectado la situación que ya decía esas cosas? Sin embargo ante dicha confusión la autoproclamada hermana mayor habló.
—Tsu, si quieres tu amigo puede ir y le vamos explicando, algo me dice que sus llamas niebla nos serán muy útiles a futuro—
—Oh... Eso me recuerda cachorro, te empezarás a entrenar en el uso de las otras llamas y en cómo inutilizarlas—
—Si, si, que bien, comenzará una fiesta, pero nada sera a tiempo si no subimos ese avión ya—
Indica Will, las chicas se sorprenden y toman a Mukuro junto a Tsuna de la mano y corren subiendo el avión, es hora de volver a casa...
Es hora de volver con la manada.
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Un joven de cabello ébano con toques azulados, piel un tanto tostada, cuerpo ejercitado y bellos ojos verdes cual jardín sonríe al leer el mensaje que su luna le ha enviado.
Al parecer el telón se estaba por abrir por completo y el tenía el honor de estar en pleno escenario cuando todo sucediera.
Tomo el maletín que siempre tenía preparado, se dirigió con su madre para informarle que partiría y esperaba contar con la ayuda de su comuna si necesitaban más poder; al llegar con ella, apena pudo abrir la boca cuando la mujer le sonrió y le entregó una pequeña canasta llena de galletas deseándole un buen viaje y recordandole que la comuna siempre estaría para la manada.
El joven negó levemente con la cabeza ante aquello, había olvidado que dentro de su comuna su madre era la donna y no sólo por su fuerza sino también por su don de la clarividencia, así que sin decir nada más que una sonrisa partió hacia su auto. Un hermoso Lamborghini plateado, una vez dentro envío un mensaje y comenzó a manejar rumbo a la mansión Von Bismarck en Washington...
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—Señor Iemitsu, el joven Tsunayoshi lleva dos días sin venir y....— escuchaba un peli rubio al otro del teléfono la preocupación del director de la secundaria Naminori
La verdad no estaba prestando atención, y es que fantasíaba con su "dulce" hijo Yoichi a su llegada, ya que en un par de horas partiría con su esposa y los guardianes de su hijo, así que sin importarle sonar como un maldito contesto al fin.
—Mire no se donde esta ni donde se encuentra ese mocoso, seguramente estará vagando como siempre, no se porque usted se empeña en aceptarlo en su escuela, ese chico es un bueno para nada, un inútil, idiota, si vuelve a verlo se lo regalo, ya no nos sirve así que puede tomarlo como regalo por las molestias que le causó en su escuela con los maestros, le dejo sr director mi vuelo esta por salir y mi esposa junto a unos becados debemos estar rumbo al aeropuerto, por cierto esos becados que ya no asistirán a su escuela le llegarán en un momento al correo, adiós—
El director se asombro ante la respuesta de quien se suponía era el padre de su alumno, no podía creer la actitud de aquel hombre ante aquel amable castaño, sin embargo su asombro rebasó su realidad cuando leyó el informe sobre los becados que iban rumbo a Italia en ese momento:
Hayato Gokudera, Yammamoto Takeshi, Sasawa Ryohei, Dokuro Chrome y ...
Hibari Kyoya, su sobrino.
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