Las cosas se estaban saliendo de control, en cuanto Iemitsu notó la tristeza en el castaño no dudo en romperle completamente.

Tsuna sabiendo lo que diría, decidió mejor hacer una reverencia e irse de ese lugar, no le importo dejar sus pocas cosas de valor, ya no podía estar en esa casa, no con ellos...

Una vez afuera, soltó lo que tanto había guardado en su corazón.

Esperanza, amor y sueños.

Sabia que aquellas personas no merecían sus lágrimas pero dolía, dolía mucho, decidió caminar hasta el parque, ya ahí vería que hacer porque no tenía donde ir, donde quedarse, su hogar estaba al otro lado del mundo.

Y eso le dolió mucho más, sus lágrimas brotaron como cascada, pasó de largo el parque y siguió caminando, no sabía a dónde iba pero por primera vez dejo a su intuición le guiará, esta parecería saber a donde debía ir ahora.

Y está jamás se ha equivocado al guiarlo.

Después de unos pequeños minutos, se detuvo frente a una casa de dos pisos, con un enorme jardín, ventanales grandes y de color rojizo; sin pensarlo su cuerpo se movió y toco levemente la puerta amarilla frente a él.

Sorpresa.
Una sonrisa triste.
Y más lágrimas cayendo.

Caramelo y Zafiro se encontraron, ella sonrió porque su corazón fue llenado por completo y sin decir algo ella le abrazó porque al fin su familia se acompletaba. Ella de verdad estaba feliz, tanto que cuando escucho el sollozo de quien más deseaba ver su mirada se oscureció y aun teniendo al pequeño castaño entre sus brazos, entró hasta la sala de aquella casa.

Alguien había lastimado al alfa, alguien había roto al cielo,
Alguien se había ganado un pase sin retorno al infierno.

[ . . ]

—

Hey Bruja, ¿Quién...— calló al ver un conocido color castaño entre los brazos de su prima menor —Cachorro... ¡Pero que rayos! ¿Que paso?— levantó su voz una octava más arriba

Ambos hermanos –que se encontraban en el jardín– llegaron a la sala donde parecía haber una conmoción, justo entraron a esta, vieron en las escaleras a la rubia castaño que faltaba junto a quien reconocían como Bermuda, iban a hablar cuando notaron el aura de la jóven.

—Tsu-kun, ¿Esos idiotas te lastimaron verdad? No merecen tus lágrimas, Nunca fueron guardianes para ti, mucho menos familia—

Brinco los últimos dos escalones y corrió a abrazar al castaño que consideraba hermano, y es que el no merecía lo que Vongola le estaba haciendo.

<Estúpido Iemitsu.... Nana... Se arrepentirán por cada lágrima que ha derramado este día Tsu>

—Yo... Yo... Helga, Gretel, Adriá, están aquí... Están aquí— susurro el castaño —Al fin, al fin—

El menor correspondió el abrazo aún llorando sin embargo, estas lágrimas reemplazaron las de tristeza y le dejaron una enorme felicidad.

—Si Yoshi—

—Tsu... Volvimos. Hola—

El menor al fin se separo y les sonrió dándoles con su mirada la bienvenida.

Estaba feliz, ya no importaba lo que "sus guardianes" le habían hecho, no importaba la traición, ni siquiera importaba aquellos que suponía eran sus padres, su familia.

Ya no. Ahora estaba en casa.
Finalmente en casa.

Las dos chicas que habían abrazado al menor sonrieron al notar la felicidad en esos ojos empañados por las lágrimas, aún querían desquitarse, sin embargo en ese momento lo más importante era su cielo, Su Alfa...

Tan absortas estaban en su momento que cuando escucharon el cierre de un teléfono, volvieron en si, notando entonces un aura de nervios muy densa, los tres jóvenes voltearon a donde estaban los hermanos y Bermuda, al verlos nerviosos miraron hacia donde estos miraban y grande fue su sorpresa al notar la dulce sonrisa de la rubia mayor.

—Ya todo esta listo, partimos hoy mismo—

—¿Gretel, pero que?—

—No se preocupen chicas ya envié el paquete de despedida a la casa Sawada—

—Mmm... Amor ese paquete ¿es lo que creo que es?— pregunto curiosa y nerviosa cierta pelirroja

—Mia bellissima e micidiale ballerina... Obviamente es ese paquete del que hablas—

La pelirroja trago duro, y se compadeció un poquito por aquellos a quienes les enviaron aquello.

Y es que desearan primero viajar al infierno que soportar minutos lo que su amada rubia les había enviado a esa gente.

El pelirrojo en cambio sacudió la cabeza en señal de derrota, al fin conocía a quien decían era su cuñado y el infierno estaba comenzando a abrir sus puertas.

Parecía ser cierto lo que aquellas hermanas les habían dicho cuando se volvieron sus parejas...

La familia es preciada pero la manada es Sagrada y si se meten con uno toda responde en defensa, más cuando se meten con el Alfa, solo destrucción se les puede ofrecer.

Helga sonrió ante lo escuchado por aquella pareja de chicas y abrazo más al pequeño, Adriá suspiró, pues quería hacer personalmente las cosas pero bueno, entendió el porqué Gretel procedió así y no la podía culpar después de todo...

Su familia al fin estaba completa.

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Les dejo estos dos por ahora, intentaré continuar esta y terminarla esta semana que viene ahora que tengo un poco más de tiempo, lamento la demora :(

Espero les guste ^^

Cuídense y sigan indicaciones chic@s, les amo!!

Con amor

Adriá 💜💜💜✨🌙

PD. EN LA IMAGEN DE ARRIBA LES DEJO A ADRIÁ, AHORITA LES DEJO A GRETEL :P