Sabia que esto pasaría.
Lo había intuido.
Dio paso a que sucediera.

Pero dolía, dolía saber que nunca fue querido, amado...

Que todo aquello que dio no fue suficiente para ellos.
Su familia, sus guardianes, sus amigos.

Mientras el castaño fingía una sonrisa y evadía a su intuición, en el aeropuerto un hombre junto a una castaña, rodeados de varios hombres y mujeres de traje bajan de un avión privado.

-Señor, nos informan que el chico junto a los guardianes ya están en el lugar, aunque el Arcobaleno también, nos mobilizaremos en dos días, que es el tiempo que nuestros aliados y agentes lograran que ellos salgan de ahí-

-Perfecto, entonces vayamos a nuestra casa querida-

-Claro cariño, luego iremos a la casa con Tsu-kun-

El hombre asintió a su esposa y tomándola de la mano subieron en el auto que habían preparado los agentes que les acompañaron.

[ . ]

Los dos días pasaron rápido... Demasiado de acuerdo a los arcobaleno, y es que ellos deseaban pasar más tiempo con aquel pequeño y dulce angel que les había salvado, pero sus -aun- obligaciones al fin les habían alcanzado.

Muchos tomaron la decisión de terminar su contrato y separarse de las familias que ayudaban para volver con aquel cielo sin mas interrupciones, otros dejarían en claro que aquel pedido o misión seria el último.

Sin embargo, para el castaño aquella retirada de sus amigos -y su amor- le indicó que su tiempo se había agotado, que ese algo que su intuición le avisaba pasaría pronto y el seria el principal involucrado...

Por primera vez en mucho tiempo deseo estar equivocado y confiar por completo en quienes dijeron ser sus amigos.

Un sonido fuerte en la puerta de aquella casa lo sacó de sus pensamientos, y a paso lento salió de la cocina mientras gritaba un "Un momento por favor", tomó una enorme bocanada de aire antes de abrir y aunque su intuición le había advertido...
Nada le había preparado lo suficiente como ver a quienes se supone eran sus padres ahí frente a él, luego de tantos años de abandono a su persona.

-¿No nos invitarás a pasar mi pequeño atún?-

-¡Tsu-kun, Mamá volvió!-

Y eso fue lo que le permitió reaccionar, después de todo esa mujer castaña frente a él JAMÁS sería su amada y querida madre.

Sin decir algo se aparto y les hizo una pequeña reverencia, indicando con eso que eran bienvenidos al lugar, la castaña simplemente entró y comenzó a observar el lugar tratando de buscar algo fuera de lugar, el rubio en cambio miró el lugar como si no mereciera su presencia y pasó directo a la sala del lugar, quería terminar rápido aquel asunto y volver con su pequeño orgullo.

Orgullo que lo llevaría a la muerte.

Tsuna quería gritarles, pedirles explicaciones por su visita pero recordó las enseñanzas de su amada madre y una vez con aquellas personas en su sala junto a su guardia procedió a ir por galletas y té.

Porque bien podían ser visitas no gratas pero a el le habían enseñado educación.

-Espero les sea de agrado estas galletas y té, lamento no ofrecer más pero no esperaba gente en este día y apenas iba a comenzar con los preparativos para la comida-

-Oh, entiendo Tsu-kun, pero no te preocupes ya comimos antes de venir, así que no necesitamos tu merienda-

-De hecho tampoco esperamos estar mucho tiempo, solo vinimos a informarte algo-

-Entiendo Señores Vongola, lamento si les estoy quitando el tiempo, si les parece mencionar entonces a que vienen sin rodeos se podrán retirar pronto-

Les sonrió amable aunque por dentro sentía su corazón comprimirse, que aunque Nana lo noto, no le dio como siempre importancia.

-Solo esperemos unos segundos, aun nos faltan unas personas-

El dulce castaño enarco sutilmente su ceja deseando que aquellos a quienes esperaban no fueran aquellos que consideraba familia, más aquella esperanza se vio completamente pisoteada cuando 6 de sus 7 guardianes llegaron a la sala y se situaron tras la pareja que estaba sentada en el sillón más amplio.

Su corazón se desgarro.
Su alma lloro por la pérdida.
Su mente cayó en un abismo.
Y lo único que logró mostrar fue la más dulce de las sonrisa ante las palabras que el rubio mayor pronunció.

-Bien ya que están todos aquí, le hago entrega de este cheque señorito Sawada, en agradecimiento por ser el cebo para que mi hijo el heredó de Vongola no fuese afectado-

-¿Qué...?-

-Si, ¿Acaso no le informaron? Mi hijo Yoichi Vongola es el verdadero décimo Vongola-

Una lágrima traicionera cayó de su rostro ante dichas palabras y no por quien las decía ni por la mirada que le daban, nada de eso le hizo derramar esa lágrima; lo que lo logró fue el apoyo que le dieron a "sus padres" aquellos a quienes creía su familia...

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Lamento tardar tuve un horrible bloqueo! Sorry.

Pero espero haberlo compensado :)

Ojala les guste este regalo de fin de Enero que les dejo con mucho cariño :)

Los adoro mis lectores

Chaos 💜💜🦇🦇