Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 39

Diecisiete de Noviembre, diecisiete años. Diecisiete es el número de la "desgracia" en la Quiniela. No es que fuera jugadora, pero una escucha cosas. Supersticiosa tampoco era, hasta que de buenas a primeras me convertí en Lobizona. Así que más vale andar prevenida.

Hasta el momento nada malo había pasado, sino lo opuesto. Bajé a desayunar y la familia estaba reunida aguardándome, incluso Mauricio estaba acurrucado al pie de la escalera (razón por la cual se ganó un pisotón de mi parte y yo un rasguño o dos) Nada alarmante.

Mi vieja —además de darme su bendición y de rogar que Tupá* me concediera muchos años de felicidad— me había preparado "reviro" que es una comida tradicional Guaraní, a base de harina, agua, huevo y sal (básicamente es como comer cereal) mate cosido y chipa que es como un pan pequeño, solo que se elabora con almidón de mandioca, queso duro, leche, huevos, manteca y sal.

Mi papá y Amaru me regalaron una preciosa repisa de madera tallada con las figuras de las runas de Cazadores de Sombras, uno de mis libros favoritos y el de mi hermano (digamos que Amaru propuso el diseño y mi viejo la fuerza de trabajo)

Yaguati me regaló un tigre de peluche, y por si se lo preguntan, no, no era uno de los recuerditos de sus ex. Estaba nuevo y tenía aún la etiqueta con el precio borrado, además de su sello personal: el del felino.

En cuanto a Katu, él me dio tres regalos: una cajita con velas aromáticas que tenían la forma del irupé (la planta acuática, no la de mi cuerpo esbelto) un ramillete de Amancay que es una de las flores autóctonas de la región (pequeñas campanillas de un color amarillo brillante salpicadas con motitas doradas) y lo más bello fue un poema de su autoría, titulado "El mundo, tu reflejo"* el cual enmarcó para que pudiera colgarlo.

Por desgracia la felicidad no podía ser eterna, ya que me aguardaba un día de escuela, y de eso no podía zafar ni aunque fuera mi cumpleaños, ya que ese día tenía oral de literatura.

—¡Feliz cumple amigueta!—Dana me sorprendió cuando estaba subiendo las escalinatas de la puerta de entrada del instituto y me abrazó con fuerza, estampando un beso en mi mejilla. Luego se dedicó a darme un tirón de orejas y una medalla que decía "amigas por siempre". Ella llevaba una idéntica. Era algo "cursi" no lo podía negar, pero también era un gesto muy dulce.

Aproveché para recordarle que al día siguiente nos reuniríamos en mi casa desde el mediodía. También le transmití mi entusiasmo porque al fin conocería a Carla, mi otra mejor amiga porteña. Aunque fueran el día y la noche, si ambas podían congeniar conmigo y eran capaces de soportar mis rayes, entonces se llevarían a las mil maravillas.

Otra dosis de felicidad llegó luego de rendir examen —no solo porque aprobé con diez, después de una ponencia oral magistral sobre la desafortunada vida de Madame Bovary y su drama existencial y mi teoría sobre "como el matrimonio y el relegamiento de la mujer al ámbito doméstico pueden desembocar en tragedia"— sino porque fue en la hora del recreo que tuve tiempo para charlar con Nahuel.

—¡Feliz cumple Iru!—exclamó el moreno, que se había apartado de sus dos amigos, Ramiro y Ezequiel, (los cuales no dejaban de mirarnos con "obviedad" y reír como idiotas mientras hacían sugestivos gestos) para saludarme— . Ignorá a ese par de boludos. A algunos la "edad del pavo" les afecta con creces—añadió, dándoles la espalda de lleno, mientras cubría mi campo de visión.

—Gracias Nahu, y no te preocupes, la tengo clara. Necesitan una novia urgente—reí y él igual, aunque de pronto estaba por completo ruborizado.

—Respecto a eso...—Se rascó la nuca y empezó a pasear sus ojos de ébano por el patio—. Yo... quería saber...—Sus pausas eran eternas.

—¿Querías saber qué?—apremié. La incertidumbre me mataba. Sus ojos volvieron a enfocarse en mí unos instantes y luego directo al suelo.

—Nada...Te quería preguntar ¿a qué hora tenía que estar mañana en tu casa?—puntualizó.

Mi decepción fue evidente. En un momento mi loba interior movía el rabo feliz y al otro lo tenía por el suelo.

—Cerquita del mediodía, si querés...—Formulé una sonrisa forzada, que se esfumó ni bien sonó el timbre que daba por finalizado el receso.

¡Más deprimente que la falta de iniciativa de Nahu eran los recreos de cinco minutos de secundaria!

La vuelta a casa no estuvo carente de sorpresas. Carlita me recibió dando brincos ni bien Mauricio anunció mi llegada con un maullido melodramático. Ese gato atolondrado aquel día la tenía conmigo. Ambas caímos al suelo riendo, después de que me saltara encima. ¡La efusividad de las amigas no tiene precio!

—¡Feliiiiiiiiz Cumpleeeee! ¡No sabes lo que te extrañé boluda!—exclamó cuando nos levantamos—. ¡Ni te imaginás todo lo que tengo para contarte! —acotó acomodando su larga y lacia melena. Dos peinaditas con los dedos y ya estaba impecable.

—Ains yo también te extrañé mucho amiga—sonreí, tomando su fina cintura mientras caminábamos hacia la cocina. Carla iba taconeando como toda una diva—. ¡Y ya sé! ¿Nuevo amor platónico que conociste en el vuelo?

—¡Mierda Iru! Tus poderes telekineticos aumentaron con creces. Te sienta el aire de la Patagonia.

—Es porque con la edad se adquiere sabiduría—chamuyé* y ambas reímos.

—¿Por qué tan jocosas ustedes dos gurisas*?—El tono severo de voz de la vetusta mujer que nos aguardaba con los brazos en jarra en la cocina acalló nuestras risas.

Su piel estaba un poco más curtida de lo que lo recordaba —es que en el norte del país el sol suele ser más generoso que en el sur— pero aquello no hacía más que enaltecer su matiz rojizo natural. También distinguí alguna que otra arruguita, nuevos cauces grabados en ese río de arcilla, por donde transitaron canoas cargadas de sabiduría. Y aquel vellón, entre blanco y ceniza, que era su cabello, el cual caía en intrincada trenza por uno de los laterales de su cuerpo.

Delineé una sonrisa cuando mis ojos chocolates fluyeron hacia los suyos negros que también expresaban alegría y de inmediato mis pies comenzaron a moverse provocando el esperado encuentro.

—¡Abuela! ¡Me hizo falta todo este tiempo!—susurré, al tiempo que nos uníamos en un abrazo. Hundí mi rostro en el poncho que cubría gran parte de su robusto cuerpo (aunque hacía calor Itatay tardaría en acostumbrarse al clima de la Patagonia) e inspiré profundamente, empapándome con aquella fragancia a jungla y a tabaco fresco.

—Y usted a mí gurisa. ¡Feliz cumpleaños mi Lobizona!—susurró en mí oído tomándome por sorpresa. Di un rápido vistazo a mí alrededor. Mi mamá estaba en la habitación a unos pasos, observándonos—. Tranquila que "la" Jasy escucha menos que yo—Me guiñó—. Ahora sigan nomás en lo suyo—Señaló a mi amiga con un gesto—, que ya vamos a tener tiempo de conversar nosotras dos.

Un escalofrío me recorrió.

Itatay era una mujer de pocas palabras, pero cuando hablaba lo que decía se respetaba. Aquel era mi ultimátum. Pronto mi secreto saldría a la luz.

Era un hecho: la desgracia me acechaba. ¡Diecisiete y la recalcada con...ferencia de tu hermana!       

*Tupá: Dios supremo en la mitología Guaraní. Creador de la luz y el universo.
*Chamuyar: Expresión coloquial. Significa conversar con alguien.
*Guris/Gurisa: Chico/chica.

Nota: El poema que Katu le regala a Irupé pueden encontrarlo en el libro de mi autoría, "Poemas del Alma", disponible en Wattpad.

PD: sé que el capi cortito, pero es un capi introductorio al verdadero cumple de Irupé, el cual me llevará bastante tiempo de elaboración. Por eso no quería dejarlos sin su dosis literaria.
Aprovecho para agradecer a los nuevos lectores y el apoyo que le están dando a esta obra. Significa mucho ❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro