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Capítulo 19

—¿Por qué Katu está en tu casa?—indagué, observando a mi fraterno bajar las escaleras.

Al verme, apresuró el paso y se aproximó a la sala donde nos encontrábamos.

—Nahuel me recibió acá porque no tenía a dónde ir—respondió él—. Hola hermana—añadió, envolviéndome en un abrazo.

Cuando mi cuerpo entró en contacto con el suyo, sentí que parte de mi alma volvía a el. No me había dado cuenta, hasta ese momento, de cuán preocupada estaba por su integridad física.

Parte de mí se negaba a creer que Katu pudiera considerar la idea de un suicidio o de una autoflagelación, dadas las terribles circunstancias, pues no encajaba en su perfil. Tales actos no eran concebibles en una personalidad como la de mi hermano. Pero otra parte, la más sad, me susurraba que el ser humano es imprevisible y que en un momento de desasosiego puede llegar a cometer los actos más insólitos.

Removí su cabello y tomé su rostro entre mis manos contemplándolo un momento.

—Me alegra que estés bien—Volví a abrazarlo—. ¡Pero que sea la última vez que te desapareces sin avisarme dónde pensás desaparecer!—Le di un golpe en el costado, provocando que aquel se apartara adolorido—. Y lo mismo va para vos Nahuel—Volteé fijando mis ojos en el moreno.

El aludido se encogió sobre sí mismo, murmurando un "lo siento".

—No lo culpes a él. Le hice prometer que no diría nada de mi paradero. Ni siquiera a Luciano...—señaló y antes de que pudiese profundizar en "los por qué", dijo—: Peleamos.

—Bien, no te voy a presionar ahora para que me cuentes los motivos. De hecho, me los imagino. ¿Pero, podrías por favor volver a casa? Ya no puedo seguir mintiéndoles a los viejos para encubrirte—alegué.

Katu frunció el entrecejo.

—Vos sabes cómo hacerlo—argumentó.

—¿¡Me estás llamando mentirosa!? —Puse mis brazos en jarra.

—No es eso. Quiero decir, que sabes cómo manejar la situación. Necesito tiempo para pensar qué hacer. Y de paso dejar que las cosas se calmen con...

—Yaguati no va a decir nada—Terminé la frase por él—. Si es lo que te preocupa. Sin embargo, opino que tarde o temprano vas a tener que hablar con los viejos al respecto. No podés seguir escondiéndote.

—Pienso igual—acordó Nahuel. Y se había ganado el derecho de opinar.

No todos hubieran abierto las puertas de su casa para recibir a un total ajeno. Puede que me conociera a mí y que tuviéramos una relación de amistad, pero eso no implicaba que este beneficio se extendiera a todos los miembros de mi familia.

Katu inspiró hondo.

—Solo te pido un par de días...No es fácil y lo sabés. No soy el único que guarda secretos—"Auch"—. Si te deja más tranquila, le voy a mandar un mensaje a mamá diciéndole que me quedo en casa de Tobías para terminar un proyecto escolar.

Asentí, sintiéndome derrotada. Sabía que ese día no iba a lograr nada.

La tía de Nahuel irrumpió en la sala para avisar que el almuerzo estaba listo (nuestra charla se había alargado más de lo previsto) y extenderme nuevamente la invitación a comer. Tuve que rechazarla una vez más de forma amable. Tenía el estómago cerrado y un sentimiento de desidia invadiéndome.

El especiado aroma del estofado recién hecho y el tibio aire del interior del hogar, fue reemplazado por el frío estival que acompañaba aquel medio día que se había tornado nublado. 

Una fina llovizna me fue escoltando en el camino de regreso a mi casa donde me pasé el resto del día dormitando. No supe en qué momento el sueño se había tornado dejà vú, pero mi subconsciente retrocedió hasta el día en que Nahuel había estado conmigo merendando en ese mismo cuarto, hasta el punto exacto del beso que jamás fue. Reviví el instante en que nuestros rostros se estaban acercando, oí el ritmo de su acelerado corazón, sentí el calor que emanaba su cuerpo...Incluso experimenté las sensaciones que anticipaban mi transformación, el fuego derramándose por las pupilas proyectando aquella luz rojiza en el iris. La diferencia fue que en esa ocasión, eran sus ojos los que estaban brillando.

La lluvia ligera se había transformado en chaparrón. Gélidas y gruesas gotas caían del cielo de forma estrepitosa, formando helados charcos en el suelo.

En la carrera podía sortearlos, saltando sobre ellos como si fuera una gacela, pero eso no implicaba que estuviera a salvo de la tempestad, ni que la escarcha se formara sobre mi pelambre totalmente mojada.

Sabía que era una mala idea salir al bosque una noche como esa. Pero cuando sentí la caricia de la luna llena, cuya luz perlada se derramaba sobre mi rostro penetrando el velo del cristal de la ventana, no pude evitar despertarme y transformarme.

Aquel satélite nocturno me llamaba, movilizando mis instintos, guiando mis pasos hacia el punto más alto del terreno, allá en lo profundo del bosque donde mis aullidos se esmeraban en poder alcanzarlo.

Sin embargo, por más ímpetu que pusiera, mis patas se resbalaban en el fango, dificultándome subir por la pendiente, mientras la cortina de agua me cegaba.

Busqué refugio bajo los ramales bajos de los pinos jóvenes, mientras escrutaba el paisaje y fue cuando logré captar aquella negra figura moviéndose como un espectro más turbio que la noche.

Pese a que el aguacero confundía mi sentido del olfato, camuflando los olores, pude reconocerlo.

Era él. Aquel lobo de pelaje azabache que había visto en el lago.

Dejé mi refugio para seguirlo. Necesitaba satisfacer aquel instinto que me acompañaba aún en mi metamorfosis: curiosidad. Desafiando incluso a la inclemente madre naturaleza, que había incrementado la fuerza del temporal.

En ese punto, el cielo estaba totalmente cubierto. La claridad lunar había sido reemplazada por el fulgor intermitente de los rayos y el fragor del agua cayendo, estaba acompañado del estrepitoso clamor de los truenos.

Divisé la colosal figura animal intentando subir por aquella imposible pendiente resbaladiza, con idénticos resultados que los míos. Pero aquel licántropo (estaba completamente segura de que se trababa de uno de mi especie) era mucho más tenaz que yo. Comenzó a afincarse con ahínco en el terreno, valiéndose de la vegetación, cuyos tubérculos seguían arraigados a la superficie.

Avancé hacia él con las mismas intenciones, cuando el sonido de un trueno hizo temblar el firmamento y seguidamente una roja centella lo fragmentó, clavándose como una flecha en el suelo, a pocos pasos nuestros.

Un pino comenzó a arder en llamas, iluminando el bosque y fue cuando noté que el lobo yacía desplomado en la tierra, inerte.

La desesperación se apoderó de mí. Las fibras de mi cuerpo se estremecieron mientras mi mente gritaba un nombre, en medio de aquella confusión: Nahuel.

Corrí hacia él, mientras la figura bestial comenzaba a cambiar adoptando la forma de un ser humano. Llegué hasta él y comencé a empujarlo para que rodara por la pendiente, lejos de las llamas que se propagaban alrededor, cuando el calcinado árbol se deshacía en ardientes gajos.

Por fortuna la intensidad del aguacero no había menguado y esto ayudaba a que la lumbre no se propagara.

Finalmente, cuando estuvimos en terreno bajo, totalmente mojados pero a salvo, me concentré del todo en el chico que estaba tendido sobre el fango. Pese a su cuerpo magullado, provocado por el impacto de la caída aún seguía vivo. Logré advertir los débiles latidos del corazón.

La poca visibilidad, surgida del manto de lluvia, más que de la oscuridad, me impedía diferenciar sus rasgos, pero estaba segura de que se trababa de un adolescente.

Comencé a transformarme a voluntad, para poder arrastrar su cuerpo hacia una gruta natural donde podríamos mantenernos a salvo.

Pocos segundos después estábamos al amparo de las rocas y fue cuando los mismos rayos que destellaban en el cielo me permitieron reconocer las facciones de aquel joven. El tono moreno de su tez fue lo primero que noté. Luego, los rizos de su cabello castaño que se derramaban sobre aquel rostro conocido y finalmente, cuando volvió en sí y abrió los ojos, visualicé el ambarino de aquellos iris que proferían gratitud, pero también desconcierto. Mismo sentimiento que albergaban los míos, al comprobar que aquel muchacho no era aquel Nahuel, sino Tobías, el amigo de Katu.   

Dedicado a nelySun Escriboymegusta shamialvarez ConstanzaUrbano98 TifaSteph xandy547 ItsasoAU JayCam RubnPrezPardo DarysDiaz clarymorgen2 ariagomez69 maygomez1513 sebymelano44 sarita_mommy edith0teresa kariis7

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