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Capítulo 18


El jardín está completamente iluminado, muchas flores crecen fuertes y hermosas decorando todo con sus hermosos colores.

La reunión es en uno de los hoteles más prestigiosos de toda Francia así que sus decoraciones tan delicadas y perfectas son de esperarse. Las flores descansan junto los hermosos y grandes árboles mientras que el silencio y la paz que reinaba se vio afectada.

—¿Puedes explicarme cuál fue el motivo de esa escenita que acabas de armar?

—Disculpa ¿yo? ¿Quién fue el que me agarró y me sacó arrastrada de ahí?

—Delphine no estoy para juegos en este preciso momento.

—Oh mi querido Gaspard.—la chica se acerca a él y le acaricia el pelo pero luego sonríe burlona.— Sabes bien que me encanta jugar y lo que pasó hoy no me gustó nada, nadita, por eso quería demostrarte que yo puedo hacer lo que me plazca si eso es lo que yo quiero ¿Me entiendes? Aparte, este precioso vestido no podía ser visto sin ningún acompañante ¿Viste que guapo era ese chico con esa hermosa corbata de diamantes?—el chico toma su mano bruscamente y la chica se sobresalta por el arrebato. Su sonrisa cambia a una pequeña mueca de dolor pero trata de disimularlo.

—Oh querida, si a ti te gusta jugar ya te imaginas a mí.— la sonrisa de Gaspard se vuelve cínica mientras acercaba su cara a la de ella. Delphine retrocede hasta que su espalda está pegada al barandal de las escaleras.— ¿Enserio crees que me hiciste sentir algo al entrar por esa puerta? ¿Crees que sentí celos al ver a ese pobretón entrar con esa estúpida corbata de diamantes? ¿Enserio crees que no sé qué hiciste esa pequeñita escena únicamente para hacerme enfadar? ¿Tan desesperada estás? Oh mi querida Delphine hay algo que tienes que tener bien en claro. Nadie, absolutamente nadie hace una escena para humillarme sin tener consecuencias. ¿Lo entiendes amor?— La respiración de la chica ya no es normal.

Ella no recuerda haber visto a su novio tan enojado. Han tenido muchas peleas y los celos siempre habían servido para hacerse enfadar al otro pero jamás había hecho algo tan público.

—Gaspard... No tienes que tomártelo tan mal. No fue más que una pequeña bromita.

—¿Bromita? ¿Hablas que lo que hiciste enfrente de todo el colegio fue solo una bromita?

—Amor...

—No, escúchame bien. Esta misma noche te iras de una vez por todas. Regresarás al agujero de donde te saqué y no regresaras ni a la escuela ni al Francia.

—Gaspard, ¿de que hablas? No fue para tanto, solo...

—¡No, ya basta! Ya no puedo seguir con esto, ¿no lo entiendes? Desde que empezamos hemos venido con problemas y como podrás notarlo: No te necesito. Creí hacerlo, en serio, pero me doy cuenta que desde el primer día que te pegaste a mi vida, esta ha sido miserable y por tu culpa no he podido disfrutar de los beneficios que mi vida me ha dado.

—¿Qué quieres decir?— una lagrima cae por la mejilla de la chica que hace todo lo posible por no ponerse a llorar escandalosamente.

Gaspard sabe que la está lastimando, sabe que todo lo que le dice quedará grabado en su mente para siempre, que la destrozará. Él, al ver el dolor reflejado en los ojos de la chica, no puede evitar sentirlo también. Pero ya había empezado y no iba a parar, no podía hacerlo.

—¿Ves a todas las hermosas chicas que están sentadas? Todas podrían ser mías si así lo deseo y como lo nuestro ya terminó puedo hacer lo que me plazca, con todas las que yo quiera. ¿Lo entiendes? Ya no te quiero aquí. Vete.

La cena continua como es esperado, nadie se atreve a decir nada de lo que había sucedido, todos parecen haber hecho un pacto de silencio para así evitar los problemas que podría causarles.

Damien y Anthoine esperan pacientemente a que su amigo regrese mientras que llaman a dos chicos que están sentados en una de las primeras mesas.

—Busquen al chico que venia con Delphine y llévenlo arriba.—Anthoine da la orden a lo que los dos chicos solo asienten y hacen lo que se les pide. 

Todos ignoran los gritos y las quejas del chico mientras lo sacan del salón. Pero la atención de todos se mueve a las puertas del jardín cuando Delphine sale corriendo con lagrimas en los ojos hacia la puerta principal. 

Todos estan expectantes y sus miradas se dirigen a Gaspard que entra tranquilamente al salón, con un caminar firme y el mentón bien alto. El chico va a sentarse a su mesa junto a sus amigos sin antes mirar a todos lo presentes dándoles una orden sin palabras para que ignoren la escena y que nadie diga ni una sola palabra.

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

La cena sigue igual, aunque hay una tensión muy rara en el ambiente.

—¿Todo bien Gaspard?—Damien lo mira.

—Todo arreglado. ¿El chico?

—Lo llevaron arriba.— dice Anthoine sin apartar de vista a los presentes, viendo quién se atrevía a siquiera dirigirles la mirada en ese momento.

—Bien. Cenemos.—dice Gaspard.

Lo que habían sido conversaciones animadas se habían ido completamente. 

Valerie le dedica varias miradas a Everleigh como una manera de disculparse por cómo había resultado ser la reunión.

Todos los invitados comien en silencio, lo que prolonga la reunión de una manera tortuosa. Pero cuando los tres chicos terminan de comer se levantan y se van por un pasillo. El mismo pasillo donde dos chicos habían llevado al acompañante de la novia de Gaspard. 

Cuando se van se pudo escuchar un gran suspiro de alivio de la parte de todos los invitados. En ese mismo segundo las charlas, risas y murmullos comienzan, lo que provoca un leve dolor en los oídos de la chica por el repentino ruido luego de tanto tiempo en silencio. 

Todos al terminar de comer, empiezan a levantarse para charlas entre sí o simplemente para dirigirse a la pista de baile con sus parejas. La reunión ya ha comenzado y todos pretenden disfrutarla al máximo.

Everleigh está inquieta, no le ha gustado nada lo que había pasado. Ella vio la reacción de Gaspard, había mucho enojo pero también había tristeza. 

Desde la primera vez que vio a esa chica supo que algo andaba mal, pero la verdad le impresionó que duraran tanto. Según lo que Valerie le había comentado, ellos llevaban varios años saliendo, pero que últimamente se les había visto más enojados que antes, aunque en sus inicios tampoco estaban tranquilos. Pero aun así, los chicos siempre tuvieron lo que quisieron, podían hacer lo que quería y nadie les decía lo contrario ¿porqué no terminó con ella? ¿la amaba de verdad?

—¿Adonde vas?—Everleigh está muy metida en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta que se levantó de su silla, todos están mirándola.

—Iré al baño.

—¿Quieres que vaya contigo? ¿Sabes donde es?

—No te preocupes lo encontraré.— Valerie tiene el ceño fruncido pero de todos modos no dice nada.

Everleigh se despide rápido de todos los que aún están sentados. 

Hay muchos pasillos a lo largo del salón, pero ella sabe exactamente a cuál va a ir pero no quiere que la gente la vea, quiere evitarse más conmoción. Así que se mezcla con la gente que está bailando y siendo lo más discreta posible camina por el largo pasillo.

Camina por varios minutos hasta que se pone a pensar que volver es mejor pero sigue adelante. 

Camina y camina por ese largo pasillo que parece no terminar. No hay ninguna puerta pero cuando llega a lo que parece el final hay unas gradas. 

Everleigh trata de escuchar algo pero no hay ni un solo ruido. Sube con cuidado, tratando de que sus tacones no suenen tan fuerte en el piso de mármol. Cuando ya está en el segundo piso se desilusiona al encontrarse otro pasillo pero a diferencia del otro este tiene cuartos y es más pequeño. La chica acerca su oído a las primeras puertas para ver si escucha algo. Pero nada.

—¿Que estas haciendo Everleigh?—la chica se reprende a sí misma por haber llegado hasta ahí.—¿Qué es lo que buscas?— Everleigh suspira mientras niega con la cabeza antes de tomar la decisión de bajar y tratar de disfrutar lo que queda de la reunión.

Cuando está a punto de bajar escucha un golpe que la hace parar en seco. La chica se gira y camina hacia el final del pasillo. Cuando llega se da cuenta que a la derecha se encuestra una terraza y a la izquierda un salón que parece un bar. 

Cuando mira hasta este último ve que Damien y Anthoine están sentados viendo una televisión mientras beben lo que parece ser ron. Un nuevo golpe hace sobresaltar a la chica, este viene de la terraza, así que con mucho cuidado de no ser vista por los chicos se dirige hasta allí.

Everleigh entra y ve que hay un jardín pequeño y que al fondo se encuentra unas sillas que dejan ver la hermosa vista. La chica se acerca más y más cuando Gaspard se atraviesa en su camino.

El chico no la ha visto ya que está limpiando sus nudillos ensangrentados con un pañuelo de tela pero Everleigh sabe que ya no puede ocultarse.

—¿Qué haces aquí?— el tono de voz del chico la sorprende, no está enojado, ni sorprendido solo cansado.

—Yo solo quería ver como estabas.—el chico ríe amargamente.— Hablo enserio, yo solo quería ver si necesitabas algo, lo de Delphine fue...

—No hables de ella si ni siquiera la conociste.

—No iba a decir nada malo.

—Exactamente por eso mismo.—la chica levanta la vista del suelo y puede ver una pequeña sonrisa que sale de sus labios. Everleigh no puede evitar sonreír también. 

Típico de Gaspard, buscar lo cómico en las situaciones donde no viene al caso. La chica pasa a la par de él mientras se acerca cada vez más al barandal.

—¿Qué haces?— Gaspard se gira a verla, ella se agacha para recoger la botella de vodka que está tirada en el suelo.

—¿Planeas tomar solo?— la chica le sonríe al chico, este solo niega y se acerca a ella.

Los dos chicos se sientan y por algunos minutos no dicen nada. Everleigh es la primera que tomar un trago y luego le pasa la botella a Gaspard. Este al ver la mueca de la chica ríe por lo bajo.

—¿Quieres hablar de lo que pasó?

—¿Por qué hablaría de eso contigo?

—Tienes razón.—la chica le sonríe con los labios sellados antes de volver a tomar la botella.

—Es...complicado.

—Las relaciones siempre lo son ¿no?

—¿Lo dices por alguna en especial?

—No, no... No he tenido una relación en mucho tiempo.

—Oh pobre Alessia.— Gaspard pone su mano en el pelo de la chica mientras lo revuelve juguetón. La chica ríe y lo aparta de un manotazo.

—¡Para! La verdad es que estoy mejor así, no me complico tanto.

—Si la verdad a mí me vendría bien eso de estar solo por un tiempo.

—Espera, espera. Gaspard ¿solo? Uno de los tres chicos más guapos del universo ¿solo? ¿Sin nadie? ¿Ni una chica?— la chica no puede evitar reírse a lo que el chico hace lo mismo.— ¿Podrás sobrevivir?

—Creo que podré hacerlo.— el chico le sonríe. 

Los dos se quedan en un silencio incómodo. Gaspard frunce el ceño, toma la botella para darle otro trago y se pregunta a sí mismo porque está teniendo una conversación con ella. Después de todo no era tan mala la chica, la verdad le parecía bastante simpática.

—Eres bastante rara ¿lo sabías?

—¡Wow! Muchas gracias que halago.

—No lo digo de mala manera, me refiero a que eres bastante diferente a lo que estamos acostumbrados. No te dejas gobernar por nadie.

—Es que nadie debería de dejarse gobernar. Nunca.

—En este mundo es gobernar o dejarse gobernar. No tenemos opción, nunca la tuvimos.— la chica se queda en silencio y recordó lo que el señor Stephen le había dicho sobre la infancia de los chicos.— Pero tú viniste destruyendo todo en lo que una vez creímos. Cambiando las reglas y enfrentándote al que se te ponga delante.— Gaspard voltea a verla y la mira fijamente por un par de minutos.

—No vine a cambiar nada, no es lo que quiero. Solo que no entiendo porque el colegio St.Clair llegó a ser lo que es. Como ustedes llegaron a ser lo que son.

—No nos conoces...

—Sé que no. Yo no los conozco. Pero aun así sé que ustedes son más que unos niños que buscan causar miedo. Sé que ustedes quieren más que el ser reconocidos por su apellido y su fortuna. Sé que ustedes son mejores que esto.

—¿Qué hace ella aquí?— los dos chicos se sobresaltan por la presencia de otra persona. Gaspard se levanta y le tiende la mano a Everleigh para ayudarla a levantarse. La chica al estar de pie le agradece al chico y arregla un poco su vestido.

—Vino a saludar.—Gaspard le da la botella a Damien que está parado atrás de Anthoine.

—¿Por qué no nos puedes dejar de molestar de una vez por todas?—Anthoine se acerca peligrosamente a ella, pero como siempre, y sorprendiendo a los tres chicos, Everleigh pasa de él y se dirige a Gaspard dejando a Anthoine completamente ignorado.

—Si necesitas algo puedes llamarme ¿si?— dicho esto le da un beso en la mejilla a modo de saludo y se retira de la terraza.

—¿Pero qué..?—Anthoine se votea, Damien no puede parar de reírse y Gaspard solo se queda quieto con un ceño fruncido en su cara.— ¿Pero quién se creen que es?

—Pero como me gusta esa chica, es increíble.— dice Damien riendo mientras le da una trago a la botella y arrastra a Anthoine al bar.

—Si, ella es...extraña.—Gaspard niega con su cabeza y va detrás de sus amigos.

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