Cap. 1
Todo había pasado muy rápido, para cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando ya era demasiado tarde... si tan solo él no hubiese estado ahí en ese momento, si tan solo algo en ese día hubiese cambiado... nada de esto estaría pasando, claro que eso solo era un pensamiento optimista que jamás, pero jamás se podría volver realidad.
Porque una vez muerto ya no se puede solucionar nada, porque una vez muerto no sientes nada... porque una vez MUERTO... solo causas dolor a todos los que te amaban, los que te querían, los que se encontraban a tu lado... PORQUE UNA VEZ MUERTO YA NO HAY VUELTA ATRÁS...
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~Unas cuantas horas atrás~
Como todas las mañanas se despertó cerca de las 8:40 de la mañana, junto con ese delicioso olor a café que provenía del comedor.
Rápidamente se levantó de la cama para darse una ducha rápida, cambiarse rápidamente y poder tomar ese delicioso desayuno para el solo.
Una vez término de cambiarse bajo las escaleras... realmente odiaba lo largo que era el camino hacia el comedor... ¿porque tenía que vivir en una mansión?, realmente deseaba poder volver a la casa en la que vivía con su madre, a la cual extrañaba mucho.
Hace unos años había aceptado el puesto como decimo Vongola y por ende debía vivir en la mansión ya que como era el jefe era su deber, así eran las reglas... bueno al menos eso es lo que decía Reborn.
Otra de las cosas que habían sucedido a lo largo de los años era que Reborn junto con los otros Arcobalenos habían conseguido volver a su forma normal gracias a que Verde junto con Shoichi, Spanner y Giannini crearon una maquina la cual les permitiría volver a ser adultos, y no tendrían que esperar para volver a crecer. Desde entonces el Hitman tenía muchos más trabajos como asesino, ya que con su cuerpo de vuelta a como era podía regresar a ser el Hitman número 1... aunque nunca dejo de serlo.
Mientras que estaba pensando acerca de todo lo que había sucedido en los años que habían pasado, llego al comedor y sintió ese fuerte olor a café que tanto adoraba... solo había una persona que podía hacer que un simple café fuera perfecto y ese era un azabache de patillas rizadas, el cual era bastante exigente cuando de su expresso se trataba.
Al entrar encontró a sus guardianes en el piso desmayados y todas las paredes rotas, seguramente habían agotado la paciencia de su tutor y este los había golpeado por molestos, obviamente Hibari, Mukuro y Chrome no estaban allí... evidentemente se habían escapado a tiempo.
Ahora él debía hacer todo el papeleo por los destrozos causados, inconscientemente suspiro causando que el Hitman lo mirara con una sonrisa sádica, estaba seguro que había hecho eso en parte al propósito solo para causarle más trabajo.
-Buenas Reborn- Tsuna solo saludo y se dirigió a servirse una taza de café para luego sentarse frente a su tutor... su mente divago un momento para nuevamente pensar que el tamaño de la mesa era exageradamente grande.
-¿Quién te permitió tomar de mi café Dame-Tsuna?- Pregunto Reborn con un gran y obvio toque de arrogancia.
-Vamos Reborn no seas así, yo soy el que tiene que hacer el papeleo de todos los destrozos que causas- El castaño nuevamente suspiro con resignación... parecía ser obvio que la situación no iba a cambiar, por mucho tiempo... talvez jamás cambiase... parecía ser que no había duda de ello.
El azabache solo tomo su diario y comenzó a leer mientras que tomaba su café... el desayuno había pasado bastante normal, hubieron algunas explosiones, peleas, destrucciones de paredes, congelamientos y descongelamientos de personas ("guardianes").
En este momento el sol estaba a nada de esconderse para dar lugar a la noche... Tsuna continuaba en su oficina haciendo papeleo, pero algo estaba sucediendo, su intuición se encontraba endemoniadamente inquieta y le estaba causando muchísimo dolor de cabeza, sentía que en cualquier momento iba a desmayarse del dolor... era obvio de que algo que era casi inevitable estaba por suceder.
El castaño se encontraba sosteniéndose la cabeza por el dolor cuando repentinamente entro Reborn a su oficina sin tocar como acostumbraba hacerlo, pero al ingresar a la oficina de su Dame-Estudiante noto como este se encontraba en un muy mal estado, al verlo de esta forma rápidamente se acercó para verificar que es lo que estaba sucediendo.
-Dame-Tsuna... ¿Qué es lo que te pasa?- Reborn se había parado a un lado de la silla y tenía su mano apoyada en la espalda del castaño y se encontraba medianamente inclinado para poder ver la cara de este la cual se notaba que estaba sudada por el dolor que sentía y su respiración estaba bastante irregular.
-Re.. Reborn... por... por favor... avisa a los... demás... que algo... terrible... esta por... suceder- luego de decir esas palabras se desmayó, pero por suerte su tutor logro sostenerlo a tiempo y con cuidado lo tomo para llevarlo al sillón grande que se encontraba en la mismísima oficina.
Luego de dejarlo bien acomodado y de haberse asegurado de que se encontraba bien llamo a todos los guardianes urgentemente para informarles lo sucedido y advertirles que tuvieran sumo cuidado... luego de eso todos se separaron y tomaron distintas medidas de seguridad extremas obviamente.
Las horas pasaban demasiado rápido y el ambiente se encontraba a cada momento más tenso, la incomodidad de todos era notable... el silencio dominaba toda la mansión, algo realmente extraño, pero eso era algo comprensible ya que debían estar con todos sus sentidos alerta, la intuición de su jefe nunca se equivocaba pero esta era la primera vez que algo tan extremo como eso sucedía.
Reborn se encontraba junto con Tsuna en la oficina de este para cuidar de él, en el peor de los casos posibles lo protegería.
En este momento el azabache de patillas rizadas se encontraba realmente nervioso, no sabía qué hacer para ayudar al castaño, se veía que estaba sufriendo mucho y le molestaba el no poder hacer nada... ya que aunque no lo admitiera él quería bastante a su estudiante, llevaban años juntos y sabían casi todo el uno del otro o eso era así hasta hace un tiempo, en el cual el castaño se había comenzado a comportar de una manera extraña... varias veces le había preguntado qué es lo que le ocultaba y hasta lo había amenazado para que se lo dijera, pero este a pesar de todo continuaba diciendo una y otra vez lo mismo: "no, no me pasa nada... no te estoy ocultando nada" y luego sonreía forzadamente para escarparse del asunto.
De cierta forma se sentía molesto de que le ocultase algo, talvez le gustaba alguien... no, imposible si así fuera él ya lo sabría ¿cierto?... de alguna forma se sentía molesto de pensar que había alguien que apartaba la atención del castaño, tenía muchas ganas de matar al que causara eso en su Dame-Estudiante.
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Bueno hasta acá por ahora continuara en el siguiente capítulo.
Bye~ >w<
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