Prólogo
Prácticamente, la tercera persona que vio al abrir sus ojos fue a ese chico de cachetes regordetes. Un pequeño de dos años que no dejaba de jugar con su pequeña nariz no dejó de observar su rostro, lo tan diminuto que era para él, estaba simplemente maravillado con el bebé de su tía, quien en realidad era su vecina, pero por tener sólo 2 años, llamaba de esa manera.
Crecieron juntos cada día. Visitaban la casa del otro como si fueran sus propias casas, no había límite para ninguno. Ellos hacían y deshacían en la casa contraria como si fueran las propias.
Muchos llegaron a pensar que eran hermanos, su cercanía, unión irrompible era increíble, envidiable y adorada por sus cercanos. Por supuesto, no todo lo lindo en su relación sería para siempre.
Los cambios comenzaron en el último año de instituto del menor. El mayor de ellos decidió esperar y así, ingresar juntos a la universidad. Durante esos dos años que esperó por él, trabajó en diferentes lugares de medio tiempo, sólo para esperar a su mimado y egoísta JK.
***
—Tengo novia —confesó el mayor, mientras que JK ordenaba su ropa, aunque al escucharlo detuvo sus movimientos. Giró un poco su cuerpo para mirar hacia el mayor, quien estaba tirado sobre la cama boca arriba—Es una chica interesante, bastante atractiva. Va conmigo.
—¿Es una broma?
—¿Por qué sería una broma? —se sentó y acomodó, apoyando su espalda en el respaldo de la cama—Tengo una foto de ella, bueno, de los dos. Me pidió sacarnos una foto. ¿Quieres ver?
—No te gusta sacarte fotos, al menos no con desconocidos.
—No es una desconocida. Es mi novia —le sonrió—. Además, contigo tengo muchas fotos.
***
Desde pequeño, JK fue consciente sobre su orientación sexual y siempre fue honesto con ello. No lo ocultó de nadie. Sus padres lo aceptaron fácilmente, pues desde la infancia de su único hijo, notaron sus gustos y no quisieron obligarlo a pensar de otra manera o que guste de mujeres. Pero sólo una persona no lo notó, jamás.
"Eres el chico más idiota que he conocido, Jimin. Todos a mi alrededor saben sobre mis sentimientos por ti, pero sólo tú no eres consciente de ello. Pero tampoco me confesaré, no cuando sé que eres un mujeriego, menos con todo lo que me has confesado que le haces a tus novias cuando están solos. Mis sentimientos serán míos"
Era lo que el chico se repetía siempre que veía a su mejor amigo esperar por él afuera de su casa. Siempre que caminaban juntos. Siempre que jugaban juntos. Siempre que Jimin le narraba sus encuentros sexuales con sus chicas. Siempre que JungKook miraba sus fotos. Siempre que alguna de sus chicas lo besaba frente a él. Siempre.
Pero llegó el día en el que se vio obligado a confesar sus sentimientos. Ese día fue, precisamente, el primer día de universidad de ambos. No sería igual a cada año de estudio. No. Muchas cosas cambiarían para los dos.
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