En qué momento
Llegó al comedor, apenas entro, visualizó a Neville y Ginny quienes hablaban alegremente, se acercó, siendo a mitad de camino que la pelirroja lo miro y le extendió el brazo como saludo para invitarlo a sentarse, cosa que acepto, lo envolvieron en la plática para que los tres pudieran hablar pero los ojos verdes no evitaron mirar a la dirección de los Slytherin, buscando entre varias cabezas hasta que se topó con la cabellera rubia, Draco tenía los ojos puestos sobre él junto con una sonrisa ladina, de inmediato, desvío la mirada con un poco de nerviosismo al haber sido descubierto en estarlo viendo aunque Draco ya lo había estado viendo desde antes.
Regreso a la conversación de sus amigos, no sabía bien sobre que hablaban pero intentaba continuarla mientras comían la cena de la noche, no tenía tanta hambre, así que se retiró del comedor temprano, aprovechando para ir a visitar a sus amigos en la enfermería antes de irse a la torre de astronomía, se sentía mal por haber estado agradecido de cierta forma que estuvieran en ese lugar, al menos así no lo hostigarian de preguntas al ver que se escabullía en la noche, ya sabiéndose de memoria todas las formas en que siempre se intentaba escapar sin ser descubierto por haber sido sus secuaces siempre.
—¿A qué se debe esa sonrisa, Harry? —Preguntó Hermione quien estaba recostada en la camilla, tenía los labios tan hinchados que parecía que tenía botox mal inyectado, algo que le podía dar risa pero evitaba sacarla para no hacer sentir mal a su amiga.
—Oye, es cierto, te estoy viendo muy feliz ¿Qué nos ocultas? —Comentó Ron esta vez, tenía una venda enrollada en su cabeza y una bolsa de hielo sonteniendola sobre ella.
—Sólo... Amo la escuela. —Ron y Hermione compartieron una mirada como si dijeran un "¿En serio fue lo mejor que se le ocurrió?", Sí, muchas veces era muy malo mintiendo. —Bueno, solo es un secreto, puedo tenerlos de vez en cuando, luego lo sabrán, no se preocupen.
—Bueno, tienes derecho a tener tus respectivos secretos, yo también los tengo.
—No es secreto que en la noche vas a los baños de prefectos a depilarte, Herms. —Contestó Ron mientras se reía y la chica le lanzaba su almohada desde su camilla que estaba frente a la del pelirrojo quien recibió de lleno el almohadazo.
—Ignorando a este orangután y sus comentarios invasivos a mi privacidad. Es normal que tengas tus secretos, Harry, me da curiosidad pero YO SÍ respeto tu privacidad. Solo debes tener cuidado, ya sabes... Por lo de Sirius Black que está suelto.
La sonrisa que mantenía el castaño se desvaneció, había estado tan distraído con Draco que había olvidado su coraje hacia el asesino de sus padres, la pesadez lo abrumo de nuevo.
—Sí, lo sé, gracias por preocuparte.
Se despidió incómodamente, Hermione pareció quererse disculpar por recordarle lo que estaba pasando, pero no pudo escucharla cuando ya estaba fuera de la enfermería, decidido a encaminarse a la torre de astronomía.
...
—¿Draco, en serio vas a tener una cita con Harry? —Habló Pansy mientras se desparramaba en el sillón de la sala común, Blaise estaba sentado en la alfombra mientras recargaba su espalda en el mismo sillón, habían encendido la chimenea, esa noche era especialmente helada.
—Claro, no es la primera vez técnicamente. —Respondió al momento que peinaba con sus dedos su cabello con ayuda de verse en un espejo de mano que sostenía.
—Vaya, si que te lo quieres coger. —Dijo Blaise mientras lo miraba con recelo junto con Pansy.
Draco solo se rió burlonamente, guardo el espejo de mano en uno de los cajones que había en la sala común y se encaminó a la salida. —El cara rajada tendría que ser muy afortunado de solo poder tocarme, de solo imaginarmelo... Vomitaría.
...
Había llegado antes, algo extraño pues siempre se tardaba para llegar a todos lados, optó por sentarse encima del barandal de la torre, acción que podría ser peligrosa, pero necesitaba despejarse un momento, tenía frío, su nariz estaba rojiza y su piel más pálida de lo que era, aún así, inhaló y exhaló como si en el aire pudiera arrojar sus preocupaciones, mentiría si dijera que no tenía miedo de lo que se había enterado hace días, la noticia de Sirius Black, el que ayudó a Voldemort a asesinar a sus padres, ambos lo condenaron a vivir de esta manera, sin tener ningún momento en paz. Se estaba sintiendo mal, se sentía abrumado de todo y de todos, tenía tanto coraje dentro de sí mismo.
Cerró los ojos con cansancio, el frío estampó su rostro hasta que una voz le hizo abrirlos nuevamente.
—Llamen a todos a los aurores, está ocurriendo lo impensable ¡Potter llegó temprano! —La voz socarrona de Draco se hizo presente de inmediato, el mencionado volteó a ver hacia atrás pero no lo encontró en el lugar. —Que mal desarrollado tienes el oído, estoy frente a ti.
Harry miro hacia adelante para toparse con el Malfoy menor, estaba montando su escoba con confianza, lo miraba con una sonrisa ladina.
—Volar de noche está en contra de las reglas.
—Tambien estar afuera, además viendo que lo dices tú, ni cuenta. —Soltaron una pequeña risa y se miraron por un momento hasta que Draco acercó su mano a Harry quien lo miro dudoso. —¿Me concedes este vuelo, Potter?
Termino aceptando su mano, montando ambos la escoba nimbus 2001, el castaño se aferró a las ropas del rubio quien no evitó sonreír por ello, empezando a volar a una dirección.
—¿A dónde me llevas?
—Voy a venderte a Voldemort. —Rodó los ojos cuando sintió que Harry se tensaba. —Es una broma, hasta yo puedo bromear.
—Que mal bromista eres.
—Sólo cállate y mira.
Harry parpadeo varias veces, no había caído en cuenta de sobre qué estaban volando, rápidamente notó que se trataba del lago negro, este se veía en calma, un color negro infinito que solo se veía interrumpido por la luz de la luna llena, pero noto que el agua comenzaba a vibrar, creando unas pequeñas ondas sobre este, hasta que se sobresalto por unas pequeñas criaturas que comenzaban a salir de dentro del lago para después saltar sobre el agua, parecían unos pequeños saltamontes que empezaban a irradiar una luz floreciente color naranja, no dijo nada cuando también comenzaron a dar un canto dulce, se parecía al canto de los grillos y los Floryns, algo que solo producía calma.
No pudo evitar recargar su mejilla en la espalda de Draco mientras seguía mirando el espectáculo, tiempo después, notó que el rubio empezaba a alzar el vuelo hasta que las criaturas solo se veían como pequeños puntos brillantes, siendo sustituida la mirada por la niebla que parecían nubes, no controlo su mano cuando se acercó para acariciar una, haciendo que se difuminara. Aún estando lejos, lo embriagaba el canto de las criaturas que estaban a la lejanía del lago.
—¿Qué eran esas criaturas? —Preguntó con un susurro tenue, como si no quisiera opacar el leve canto.
—Deberías de poner más atención en clases, debería empezar a cobrarte por hora, te enseño más yo que nuestros profesores.
—El profesor Lupin es un buen profesor, solo que me distraigo.
Draco soltó una risa ronca. —Son simples hadas de lago, salen cada luna llena a cantar, su canto en realidad es para tomar oxígeno y cambiar de piel, después vuelven a las profundidades.
—Oh. —Fue lo único que atino a decir, se sentía relajado, la paz que estaba pidiendo hace unos momentos, lo estaba abrazando de forma lenta, el frío que golpeaba sus mejillas y la calidez que daba la espalda de Draco, daban un contraste satisfactorio, se sentía embriagado por el momento.
Se mantuvieron de esa forma por un largo momento, solo podían ver el movimiento de la luna al estar acompañando a la tierra en su rotación, tan solo volaron por quizás una o dos horas, no lo sabían con exactitud, ni siquiera Draco quien en un inicio miraba todo aburrido, pero no se dio cuenta cuando el abrazo de Harry le daba un calor que evitaba que tuviera frío, recibía de lleno el aire helado, pero no lo sentía así, solo estaba concentrado en el toque de las manos de Harry en su cintura, quizás solo se sintió así cuando montaron la escoba o cuando vieron a las hadas de lago o quizás cuando Harry decidió recargar su mejilla en la espalda de Malfoy.
El canto de unos búhos cercanos lo regresaron a la realidad, se sintió aturdido por haber disfrutado del paseo, dio unos movimientos de cabeza para despejar su mente y regresar al plan que tenía. —Potter, tendré que dejarte ya a tu habitación ¿No?
Harry se sobresalto por el repentino sonido de su voz, estaba tan calmado que había olvidado que no podía ser eterno ese momento. —No es necesario, solo regresemos a la torre y yo iré a mi habitación.
—No, no ¿Qué clase de cita sería si solo te dejo en la torre de astronomía? —Negó con la cabeza mientras cambiaba la dirección de la escoba.
—¿Cita?
Draco solo atino a reír, no respondió a la confusión de Potter quien no insistió después pero tenía plasmada la duda en su rostro.
En menos de cinco minutos, ya se encontraban fuera de una ventana, Harry le había indicado a Malfoy cuál era la correcta, el castaño empujó la ventana con suavidad, topándose con la oscuridad de la habitación, se escuchaban algunos ronquidos de sus amigos dormidos. Bajo de la escoba con cuidado, Draco había sujetado su mano para ayudarlo a bajarse, apenas tocó el piso alto que había en la ventana, donde muchas veces se sentó para solo mirar las estrellas, sintió como el otro apretaba su agarre para detenerlo de irse.
—Cierto, lo siento por no despedirme, adiós, Malfoy, gracias por... El paseo.
—No es eso. —Draco bajo un poco el vuelo de su escoba para quedar a la altura de los ojos de Harry quien lo miraba expectante. —Ya sé lo que quiero por haber ganado la apuesta.
—¿Ah, sí? ¿Qué es?
Draco acercó la mano que tenía sujetada la de Harry, la atrajo hasta sus pálidos labios para depositarle un beso, dirigió sus ojos plateados al castaño mientras lo hacía. Potter sintió un vuelco en el corazón, un latido irregular, estaba nervioso pero no retiro su mano, al contrario, parecía que la acercaba con pena.
Lentamente, Draco separó la mano del castaño para bajarla, haciendo que el otro se acercara, soltó sus dedos, aferró su otra mano al palo de la escoba para asegurarse de no caerse y su mano libre, se acercó sigilosamente hasta colarse en una de las mejillas rosadas, posándose con la gracia de una serpiente, los ojos verdes de Harry estaban mirándolo solo si estuviera hipnotizado, admitía que le gustaba la sensación de ser lo único que aquellos ojos esmeraldas veían. Soltó el aire frío de sus pulmones y se acercó a Potter quien no se movió hasta sentir como los labios de Malfoy estaban acariciando los suyos.
No supo porqué lo hizo, pero solo atino a cerrar los ojos, queriendo grabarse en su mente el tacto que le ofrecía la boca de Draco. Le correspondió de manera torpe, solo siendo un beso suave, lento y lleno de pequeños suspiros que topaban en sus rostros con el contraste del aire helado que entraba por la ventana de afuera hacia dentro.
Se separaron aún con los ojos cerrados, abriéndolos con lentitud, admirandose mutuamente.
—¿Hmm? Cierren la ventana, hace frío. —La voz adormilada de Dean quien estaba boca abajo en su cama y llevándose su cobertor hasta encima de la cabeza hizo que volvieran a la realidad.
Harry parpadeo como si quisiera concentrarse sin distracciones, buscando alguna palabra.
—Yo... Yo creo que ya debo entrar. —Atinó a decir mientras señalaba con el pulgar hacia dentro de la habitación, aún tenía la mano de Draco en su rostro.
—Sí, creo que es lo mejor. —Draco alejo su mano para sujetar la escoba esta vez. —Nos vemos mañana Pot- —Se vió interrumpido cuando sintió el choque nuevamente de los labios de Harry sobre él, duro solo unos segundos hasta que que se alejó el castaño.
—Adiós, Draco. —Se despidió con una sonrisa, cerró la ventana, dejando a un rubio impactado, hasta que dio unas sacudidas de su cabeza para concentrarse nuevo.
Esbozo una sonrisa, había sido la noche más bonita del mundo. Se alejó de la ventana para regresar a las mazmorras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro