《7》Él no quiere eso.
Trato de concentrarme en Hugo, más bien en su voz. Él me habla con entusiasmo la última vez que ha venido a la playa con Carol y terminaron en una fiesta en un barco con personas que ni conocían. Tal cosa no me sorprende en lo absoluto por dos motivos. Primero, el hecho de salir con Carol un fin de semana es una segura apuesta en que tendrás una gran aventura.
Segundo, Carol me había contado esa historia. Así que sabía cada detalle de la historia. Creo que por eso no puedo ponerle la atención que merece o tal vez es el hecho que Oscar haya bajado del privado con aquella chica. Sigo pensando que la conozco de algún lado, pero por más que busco en mi cabeza no sé de dónde con exactitud.
No es que me interese lo que hace Oscar o no. Él puede hacer lo que quiera con su vida. Creo que lo normal es que haya seguido con su vida y que en este momento tenga una relación estable con alguien que él haya considerado.
Tal vez es algo que había tenido que hacer yo también. Pero, aunque lo intenté no pude. Carol tiene toda la razón, tengo miedo, miedo de volver a salir lastimada. De volver entregarle todo a alguien, así quedando vulnerable. Porque eso es lo que pasa cuando decides intentar algo con alguien, te abres, le muestras lo vulnerable que puedes llegar hacer y esa persona tiene en sus manos el poder de destruirte. Siendo sincera no estoy entusiasmada de volver a darle ese poder a alguien.
—Disculpen que los interrumpa—reconozco la voz de mi mejor amiga.
Hugo y yo posamos nuestra mirada en ella. Es evidente que está irritada.
—¿Todo bien prima?
—Sí, solo necesito que Isabela me acompañe al baño un minuto.
—Oh por supuesto—expreso colocándome de pie —Vengo enseguida Hugo.
—Está bien, aquí te espero —comenta Hugo con una leve sonrisa sobre sus labios.
Carol se dirige con pasos rápidos hacia el baño, no lo dudo y la sigo. Algo estaba sucediendo, estaba a punto de explotar por algo que desconocía.
—Me voy a casar con un maldito —me desconcierto al escucharla.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—¿Sabes a quien puso como una de sus damas de honor? —Niego con mi cabeza para que continúe —A su exnovia. Pero ¿qué le pasa?
—¿Su exnovia? ¿Quién es su exnovia?
Ahora entiendo su enojo, creo que cualquiera lo estaría. Pero espera, Mateo no es un idiota, quiero creer que si tomó esa decisión es porque la consideró la mejor. Por años he visto como su única prioridad ha sido hacer feliz a mi mejor amiga. No creo que eso cambie a solo días de su boda.
—La chica que está sentada junto a Oscar—Su tono de voz aumenta.
—Hey tranquila, no necesitas que te escuchen o ¿sí?—Muevo mis manos indicando que se calme—¿Esa chica? ¿Estás segura?
—Claro que estoy segura ¿La conoces no? —pregunta tratando de calmarse — Por supuesto que la conoces, ya era asistente de Oscar cuando ustedes estuvieron juntos.
Todo se conecta en mi cabeza. Por eso me daba la sensación de que la conocía, la había visto en la oficina de Oscar un par de veces. Casi no fui a su trabajo durante nuestra relación. Por eso no me acordaba.
—Su nombre es Amelia ¿No? —pregunto para confirmar y ella asiente.
—Sé que la relación de ellos fue hace años y antes de conocerme a mí. Además, ahora es técnicamente su mejor amiga. Estaba bien con ese tema. Pero tampoco considero que deberíamos darle un papel tan importante a nuestras exparejas en nuestro día —siento la frustración en su voz.
Me acerco a ella y coloco mis manos sobre sus hombros.
—Carol, recuerda que es Mateo—Mi voz es suave.
—Sí sé que es él—dice con obviedad—Voy a matarlo.
Sus palabras y la manera en que habla me hacen reír un poco.
—No, es Mateo. Ese chico te ha demostrado de todas las maneras posibles que te ama. Si para él es importante Amelia, como lo somos Emil, Alex y yo. Por supuesto que ella debe tener ese papel importante.
Ella suelta un suspiro largo. Sé que tal vez son los nervios de estos días que no la dejan pensar con claridad.
—Pero pudo avisarme—expone.
En eso tiene razón, pero sé que lo último que debo hacer es darle la razón en este momento.
—¿Cuántas decisiones has tomado sin la aprobación de Mateo? —cuestiono enarcando una de mis cejas.
—¿Eres su amiga o mía?—Ella quita mis manos de sus hombros y se aleja con indignación.
—Se van a casar Carol. Así que ya no seré solo tu amiga, quiero ser también la suya. Quiero estar para ambos, porque sé que, si él es feliz, tú también lo serás.
Ella se acerca al espejo y peina un poco su cabello.
—No busques tontas excusas para enojarte con él, para eso tendrás toda la vida. Pero esta semana es para que estén totalmente felices ¿bien?
Carol se queda unos minutos en silencio, sé que no quiere coincidir conmigo.
—Bien —dice entre dientes mientras me mira a través del espejo— Tu ¿cómo estás?
—Bueno resolví la crisis de la novia, así que bien —Le regalo mi mejor sonrisa.
—Eres una tonta —blanquea sus ojos — No me refería a eso. Sino a... la llegada de Oscar —La sonrisa sobre mis labios desaparece— Sé que tenían mucho sin verse y me imagino que fue algo intenso.
Me giro para apoyar mi espalda baja en el lavamanos para no tener que mirarla a los ojos. Es una conversación que sabía que íbamos a tener. Pero creo que no estoy lista para ella.
—En definitiva, fue algo intenso. Todos los recuerdos volvieron a mí y mi corazón quería salir de mi pecho, pero creo que es normal después de todo lo que vivimos.
—No tienes que desfilar con él, si no quieres. Buscaré una alternativa—La interrumpo.
—No, está bien. Es solo un desfile y creo que me hará bien pasar por eso. Así podré asegurarme de que las heridas están totalmente cerradas.
—Eso es cierto, pero si alguna no está totalmente cerrada. Sabes que aquí estoy para ti —Ella se coloca frente a mí y siento que acaricia ligeramente mi brazo—Creo que deberíamos volver.
—Puedes adelantarte, aprovecharé para usar el baño.
—¿Te espero? —niego con mi cabeza.
—No, ve, salgo enseguida.
—Te veo afuera—expresa para luego marcharse del baño.
Entro a uno de los cubículos y bajo la tapa del inodoro para sentarme unos segundos. Llevo mi mano a mi corazón y respiro con tranquilidad. No quiero aceptarlo, pero la paz me provocó recordar de dónde conocía a Amelia, es preocupante.
No debería causar tanto alivio saber que solo es la asistente de Oscar. Él jamás mezclaría trabajo con su vida personal. Él jamás saldría con una ex de Mateo ¿cierto?
Aunque él nunca tendría una relación con una chica siete años más joven que él, con una amiga de su hermana, sin embargo, la tuvo. El alivio desaparece de mi cuerpo. Creo que la posibilidad de que no tenga pareja me asusta más que el hecho que la tenga.
Porque eso sería una barrera para limitarnos a compartir sólo lo necesario. No quiero darle razones a mi cabeza de pensar cosas ridículas como que el hecho de que no tenga pareja sea porque no me ha olvidado, que aún existe una oportunidad para nosotros. Espera ¿Qué estoy diciendo?
Me levanto del inodoro y salgo del cubículo para así lavar mis manos. Debo salir de aquí, mientras más tiempo pase sola, más cosas incoherentes pensaré.
No quiero una segunda oportunidad con él.
¿Aunque él sí la quiera?
Él no quiere eso, estoy segura.
De ser así él se hubiera contactado conmigo de alguna manera, no hubiera esperado este evento el cual técnicamente estamos ambos obligados a asistir. Tengo un solo plan y lo seguiré cueste lo cueste. Me encargaré de que la boda de mi mejor amiga sea tan perfecta como ella la a planeado y luego continuaré con mi vida. Me graduaré, conseguiré el trabajo que siempre he soñado y así podré ayudar a los demás como siempre he querido.
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