Fuimos y Seremos
Una mujer de ojos verdes claros, piel crema y cabello rosa estaba terminando de tejer lo que sería un bonito tapete. Sentada de piernas cruzadas en una silla de la pequeña mesa de la cocina, Floral Knitting le dio el último punto que faltaba que al concluir, levantó su obra orgullosa con una sonrisa cuando el timbre del departamento sonó.
-Y justo a tiempo- se comentó divertida para dejar el tejido sobre la mesa y levantarse hacia la puerta que apenas abrirla...
-Hola, sue...¡Mamá de Bonbon!- corrigió de prisa -. ¡La muy encantadora mamá de Bonbon!
-Buenas tardes, Cherry- saludó haciéndose a un lado para que pasara sin extrañarse al ver a la rockera con un molde de comida en mano -. ¿Qué traes ahora?
-¡Lasaña!- celebró levantando el molde tapado con papel aluminio.
El olor al queso derretido y carne molida se anudó en la nariz de la mujer, despertándole de pronto el apetito.
Floral le sonrió divertida. Y pensar que la primera vez que Bonbon la presentó, congeló una educada sonrisa al ver su vestimenta, su cabello y ni que se diga aquella voz innecesariamente alta pero enérgica y carismática.
-Sabes que si te encuentro un piercing donde sea que te lo hagas, te lo arrancaré de un jalón- le había dicho su madre al atajar a Bonbon mientras conducía a Cherry a su cuarto. -. No me agrada que te juntes con ese tipo de gente.
-Sabes que sé lo que hago. Tus advertencias están demás. ¿Podrías conocerla primero antes de juzgar, por favor?- le gruñó con entrecejo. -. ¿Qué con ese refrán de "No juzgues el libro por su portada"?- y Floral torció los ojos con resignación.
-Touché, Muñeca.
-No me digas así. No delante de Cherry- torció el gesto -. No dejaría de molestarme con eso.
Floral regresó al presente, mirando la entusiasta Cherry con la comida preparada estirada hacia ella. En el poco tiempo que había estado hiendo a la casa, especialmente por la sesión de estudio, se dio cuenta de lo encantadora, divertida y agradable que podría ser. En serio no debió juzgarla con sólo mirarla.
-Es muy atento de tu parte que en cada visita traigas comida hecha por ti- agradeció Floral tomando el molde.
Al principio creyó que sería la madre de Cherry quien preparaba la comida, pero fue sorpresa al descubrir que era la propia Cherry que los cocinaba. Otro punto para admirar a la nueva amiga de su hija.
-Bueno, algunos traen flores, otros chocolates... ¡Pero Cherry Crash comida italiana!
-¿Flores, chocolates?
-¡Y...!- le interrumpió sacando del bolsillo de su maleta una hoja doblada -. Aquí le anoté la receta de los canelones de la última vez- se inclinó hacia ella susurrando: -. Un pajarito me dijo que no dejó de repetir dejando a Bonbon sin probar bocado. Así que le dejo la receta para que los infortunados coman.
La mujer se sonrojó de vergüenza con una sonrisa mientras tomaba la receta, culpable. Cherry se le rió con la suma confianza que siempre tiene.
-¿Debería matar a ese pajarito?- preguntó Floral Knitting.
-Bueno...usted le dio la vida, pueda quitársela también- se burló y ambas se rieron.
-A este paso mi madre ocupará la capacidad de dos personas en el ascensor- exclamó Bonbon saliendo del pasillo que conduce a los cuartos, caminando hacia ellas.
-¡Bonbon!- le regañó su madre ceñuda.
-Hola, Cherry- saludó Bonbon una vez cerca.
-Hola, Bonbon- se limitó en devolverle el saludo.
-¿Y qué tal los exámenes?- preguntó Floral a Cherry y ella agrandó los ojos.
-¡Oh, mire la hora!- exclamó Cherry queriendo liberarse de contestar, viendo su muñeca izquierda.
-No estás usando reloj, Cherry- murmuró Bonbon con entrecejo.
-En las caricaturas funcionan...
-¿Con que así de bien saliste?- se burló Floral para fruncir levemente el ceño -. Bonbon le fue bien, ¿Por qué a ti no? Se supone que tienen sesión de estudios.
-Lo sé- corearon ambas jóvenes, con Cherry dibujando una sonrisa de disculpa hacia Bonbon y Bonbon acentuando más su ceño hacia ella.
-En realidad me saqué un seis- confesó Crash volviendo su mirada a la mujer-. No está tan mal.
-Pero tampoco tan bien- corearon Floral y Bonbon sincronizando un cruce de brazos que hizo a Cherry parpadear al ver la similitud.
-Señora...ya me regañó su hija, no se le una, esté de mi lado, ¿sí? Soy la de los platillos que tanto le gusta- pidió haciendo un puchero y parpadeando con ojos de cachorro, lo que hizo a Floral soltar una carcajada y que Bonbon se golpeara la frente.
-No perdamos más tiempo- exclamó Bonbon -. Mañana tenemos química así que más vale empezar.
-Ya, ya- le dijo Cherry caminando tras ella -. Con permiso- le dijo a Floral.
-¡Oh, Cherry!- interrumpió la mujer su marcha para caminar hacia la cocina y volver con el tejido -. Te tejí este tapete como agradecimiento por tus atenciones con la comida.
-¿Para mí?- sonrió agradablemente sorprendida tomando el tapete azul con diseños de cerezas, como el logo de su camiseta. -. Oh, rayos...- musitó vidriándole los ojos y abrazó el tapete contra su pecho levantando la mirada hacia Floral -. ¡Me encanta! Gracias.
-¡Sí, gracias, madre!- exclamó sarcástica Bonbon viendo a Cherry pasarse una mano bajo sus ojos, secándose las lágrimas.
-Oh, no seas así, Bonbon- le llamó la atención su madre-. Se conmovió.
Bonbon miró de reojo a Cherry. La sonrisa y rostro agradecido de Cherry sí le habían emocionado, pero como siempre, su actitud pesada le hizo decir un comentario tan...típico de ella.
-Ahora veo de dónde sacó Bonbon su arte para tejer y hacer regalos de agradecimiento- comentó Cherry mirando a Bonbon con una bonita sonrisa que ella no evitó esbozar una, suavizando la mirada -. De nuevo gracias- exclamó hacia Floral.
-Todo un placer, querida. Ahora así, las dejo estudiar- le frunció el ceño a Cherry -. A estudiar- enfatizó.
-¡Sí, señora!- exclamó asintiendo una vez y caminó con Bonbon hacia el pasillo -. Rayos...algo de tu actitud tiene.
-Cállate, Cherry.
Entraron al cuarto de Bonbon. Uno de paredes color rosa pálido, muy, muy ordenado y pulcro, con una cama de sábanas blancas y franjas rosas, armario blanco y un escritorio grande con un librero sobre él.
La primera vez que Cherry lo vio, dijo algo como "y tú me dices cursi...".
-En serio deberías de dejar de traerle comida- exclamó Bonbon sentándose en la silla de ruedas frente al escritorio.
-Pero quiero hacerlo- refutó caminando frente a ella y dejó la mochila sobre el escritorio -. Dicen que para conquistar debes primero hacerlo por el estómago- sonrió para dar palmaditas en la barriga de Bonbon, haciendo que ella se la quitara enseguida y Cherry sonriera cortamente con un suspiro resignado -. Y creo que ya conquisté también su corazón si me hizo este tapete- argumentó volviéndolo a levantar sobre su rostro.
-De todos modos deja pasar unas semanas más antes de decírselo.
-¿Cómo crees que reaccione?- le preguntó, un poco nerviosa.
Bonbon miró la expresión de Cherry. Era una pregunta a la que no tenía respuesta aún. Una cosa era decirle a sus amigos que era gay, y otra, su madre. Habían llegado un acuerdo ambas, y era que dejarían pasar semanas en las que Cherry la visitaría constantemente para que Floral la conociera y se acostumbrara a su presencia. Pero la relación entre su madre y Bonbon era casi...vivían en la misma casa pero...se rascó la cabeza y suspiró mientras se dejaba girar en la silla, dando vueltas sin parar. Últimamente era así como se sentía y temía que en cualquier momento saliera chispeada por ahí y no sabría qué tan fuerte sería el golpe.
-Por cierto...- le despertó la voz de Cherry a sus pensamientos y la vio guardar el tapete en su mochila y sacar una fotografía, lo que la hizo despertar de nuevo el ánimo.
-Oh, la apuesta- recordó mirando con diversión la cara un poco forzadamente resignada de Cherry.
-Dijiste que si me sacaba de siete para arriba en este examen, tú me mostrarías una foto de pequeña. Si era menos, yo te mostraría una... mía...-jadeó para estirarle la foto de una vez.
Bonbon la tomó y soltó una sola carcajada.
-¡Cherry! ¡Qué vestido! ¿Tú madre te odiaba?
El comentario hizo congelar la expresión de Cherry, quien inhaló y habló de prisa:
-Lo diré rápido y no contestaré preguntas: Sólo somos mi padre y yo. Mi madre tuvo complicaciones en el parto y falleció. No te lo dije antes porque no me gusta hablar del tema. Ahórrate los "lo lamento" y "lo sientos". No quiero escucharlos porque realmente no lo siento, es decir, no la conocí así que...-se encogió de hombros queriendo restar importancia.
Bonbon se la quedó mirando, con los labios sellados. Aquello la sorprendió. Tenía ganas de decirle que así como eran sólo su padre y ella, Bonbon sólo tenía a su madre. Entumeció la barbilla.
Su padre había muerto hace unos ocho años durante una misión. El avión en el que detenía a unos terroristas se estrelló. Hubo sobrevivientes, entre ellos su pareja, hasta los hombres con quienes peleaban, pero él no. "Es la vida que elegimos" era la frase de él cada que se despedía, en realidad, una muy célebre entre los agentes. "Pues ahora la elijo yo", le prometió ella, a una tumba vacía, porque de su cuerpo no quedó nada. Dos años después, con la edad para empezar su entrenamiento, le cambiaron de identidad de Sweetie Drops a Bonbon y la trasladaron a Canterlot High con Golden Harvest, conocida como Carrot Top, por ser parejas de misión, cerca una de la otra por una misión de simulacro, pero debían tomar cierta distancia, evitar encuentros y si los hay, muy escasos que deben pasar por desapercibidos.
Los agentes no podían socializar entre sí en su identidad falsa.
Golden tenía razón. Ella no era la misma Sweetie de hace cinco años. Y quien más pagaba ese precio, era su madre.
Bonbon asintió una vez, respetando el pedido de Cherry y devolvió la vista a la foto.
-Entonces... ¿Tu padre te vestía así?
-En realidad mi abuela me regalaba esos horrendos vestidos- contestó torciendo el gesto retomando el tema mientras Bonbon contemplaba a una pequeña Cherry usando un vestido exageradamente pomposo con dibujos enormes de lazos. -. Sino los usaba "le rompía el corazón". Así que le di gusto hasta los doce años con los primeros pares de botas que me engancharon.
-¿Qué edad tienes en la foto?
-Siete.
-Si ignoramos el vestido...cosa difícil por lo tan mal llamativo que es...eras adorable.
Cherry miró a un lado rascándose el brazo, sonrojada.
-Gracias- dijo con la garganta inflamada de la vergüenza.
-Aquí tienes el cabello muy largo y el peinado que traes aquí es lindo- comentó y acarició la imagen, sintiendo como el corazón le latía más fuerte, conmovida. -. Pese usar ese feo vestido, te ves muy feliz. Conservas esa expresión divertida y traviesa. Eras así desde niña. Desde siempre...
Cherry sintió su voz muy dulce, sin que apartara la mirada de la foto, lo que la hacía sentir más vergüenza, una agradable, pero seguía siendo vergüenza.
-Te la regalo.
-¿Qué? No- le refutó levantándole la mirada.
-Créeme cuando te digo que no la quiero- quiso restarle importancia con una corta risa. -. Por mí te daría todos mis álbumes de niña.
-Ya quisieras- suspiró para mirarla -. ¿Cómo lo tomó tu papá? Ya sabes. Cuando descubriste tu orientación.
-Pues...- parpadeó -...él se enteró antes que yo.
-¿Cómo es eso?
*Flashback*
-Buenos días, tenemos cita- saludó amablemente un hombre frente a la recepcionista de un consultorio dental.
-¡Mis dientes están bien!- se quejó una Cherry Crash de trece años a su lado. Tenía los brazos cruzados contra su pecho, el ceño marcado entre sus cejas y miraba hacia un lado.
-Cherry...están más inclinados que la Torre de Pisa.
-¡Nada! No me manipularás llevándome después a comer pizza.
-...- se la quedó mirando -. Sólo vete a sentar.
-Pff- refunfuñó pegándose a la base del escritorio y se dejó resbalar para sentarse en el suelo. Levantó la cabeza al sentir el calor de la mirada de su padre, que la miraba ya con ceño fruncido -. No dijiste dónde, papi- lo toreó.
-En...la...silla...ya...-habló entredientes e impaciente.
-De...acuerdo...patrón...- contestó arremedándolo de mala gana, torció los ojos y se levantó.
-Me disculpo por la actitud de mi hija- exclamó el hombre hacia la recepcionista, quien le sonrió.
-Sí, hazlo tú porque lo que soy yo...- dijo Cherry sin completar la oración mientras se tiraba al largo asiento y se recostó en él sin escuchar más lo que hablaba con la mujer.
Se miró las botas de cuero largas que tanto le habían encantado. Usaba un short corto color gris y una blusa negra. Refunfuñaba entredientes, con la mirada hacia sus pies con el ceño bien marcado. No quería usar brackets. Era para tontos. Además, se vería horrible. Amargó más la expresión de su rostro. Tendría que venir a varias visitas y le andarían en la boca con esos dedos ajenos.
-¿Cómoda como en casa?- le preguntó alguien y apenas levantó la mirada, deshizo todo malhumor, ceño y mala cara, al ver inclinada hacia ella una bonita y aun joven mujer, de ojos azules, piel rosa claro y cabello celeste, sonriéndole con un gesto divertido. -. Tú eres Cherry Crash, ¿cierto? Yo soy la doctora Healthy Smile y seré tu dentista.
Cherry dejó abrir sus ojos, paralizada y sentía un suave rubor calentar sus mejillas.
Aquella mujer fue su primer crush. Pero no lo supo enseguida.
-¡Papá, muévete!- gritaba Cherry ya dentro del auto una semana después.
-Creí que odiabas ir al consultorio dental.
-Pues...ya no.
Cherry esperaba con ansias cada consulta. Antes y después de ser atendida, le hacía conversación a su doctora, para sacarle más informalidad al asunto. Y cada detalle, el más minúsculo que fuere, le parecía asombroso. El cómo se movía su largo cabello sobre sus hombros, tener que ver su rostro, sus ojos, cerca del suyo por revisarle los dientes, su sonrisa, su risa...la hacía sentir tan bien. Hasta que empezó a sentir curiosidad por el cuerpo que escondía bajo esa ancha bata blanca que siempre usaba. Sólo por curiosidad se decía. Hasta que un día, Healthy llegó tarde por el tráfico, y llegó sin su bata. Sólo una palabra pasó por su cabeza y quería salir por su boca: "perfección".
Ella admiraba su suave belleza. Solía comentarle a su padre lo que le gustaba de su rostro, o de su cabello, para decir que ya quisiera tener la beldad de esa mujer, le conversaba detalles de ella que sabía, aunque no fuesen la gran cosa, pero lo hablaba con una única emoción. Se le soltaba decir que hasta su nombre le parecía bonito.
Un sábado su padre la invitó a comer hamburguesas en su lugar favorito.
-Cherry...-la llamó mientras ya estaban casi por terminar de comer -... ¿Qué tal los chicos?
-Ah, cool- exclamó terminando de masticar lo que tenía la boca -. Ya sabes. Son unos payasos- rió -. El otro día...Ringo...
-No, no- le interrumpió con serenidad -. Me refiero que si te gusta alguno.
-Ah- soltó -. No. Ninguno.
-¿Y no hay alguno que te parezca...lindo?
-Eehh, sí...-contestó con desinterés torciendo un poco la boca sacudiendo la cabeza mientras veía a su padre -. ¿Por qué lo preguntas?
-Nada, sólo que...no sé...nunca te escucho hablar sobre chicos, que es un tema muy común a tu edad...
-Bueno, no soy común como el resto. ¿No es eso genial?
-Sí, pero...- decía, entrando a cierta incomodidad, como buscando las palabras correctas -...me refiero que en vez de escucharte hablar sobre chicos...hablas...- se aclaró la garganta -...hablas sobre chicas.
-No es...cierto- contestó con inseguridad, arrugando la frente y rememorar.
-Te he estado mirando- continuaba -. Y te quedas viendo a las mujeres o fotos de revistas. Y últimamente te emocionas más de lo que debes con tu dentista y...vi la expresión de tu cara cuando se encontraba con ropa casual, sin su uniforme de trabajo y...- suspiró resignado-. Cherry, ¿Eres lesbiana?".
-¿Qué le dijiste?- le preguntó Bonbon.
-Le dije que no- sinceró, cruzándose de brazos -. Pero esa charla, me hizo dar cuenta más cómo actuaba frente a las chicas y los chicos y descubrí que tenía razón.
-¿Y se lo dijiste?- dudó y Cherry tiró una risa.
-¿Me creerías si te digo que después de esa charla jamás volvimos a tocar el tema? El pobre hombre sudaba de la incomodidad pero...-suspiró con la mirada lejana -...yo también. Pero entonces apareció Sweet Breeze y...nos hicimos novias. Simplemente la llevé a casa y le dije, "es mi novia" y él me miró, no sé qué pensó pero sé que no estaba sorprendido. Y...nuestra vida siguió igual.
-Eso fue...sencillo.
-Más o menos- confió -. Aún me parecía incómodo llevar a Sweet a casa o hablarle de ella. Hasta que él mismo empezó a preguntarme sobre ella, que la llevara más seguido para darle el visto bueno- tiró una risa y se mordió el labio -. Nunca le agradó Sweet- murmuró con suavidad -. Y creí que era porque no aceptaba del todo que fuera mujer pero...tenía razón sobre que no me convenía. Él siempre tenía razón en lo que me decía pero yo era o soy aún muy necia. Sabes que Sweet Breeze no era buena conmigo pero yo no quise verlo y...
-Cherry- la llamó, viendo que descomponía el rostro con sus cejas curvadas.
-Lo siento, yo...-decía, llevándose los mechones cortos de su cabello tras su oreja -...supongo que aún me afecta. Bueno...sí, eso...- tartamudeaba para sentir una mano de Bonbon tomarle a un lado del rostro, verla cerrar los ojos y recibir sus labios.
"Quiero que me hagas juegos, quiero que me busques un cariño o que me trates más amorosa. ¿Tienes que ser fría todo el tiempo? Por ratos siento que yo te quiero más de lo que tú me quieres a mí".
No supo por qué, pero mientras la besaba, Bonbon recordó aquel pedido de Cherry. Abrió los ojos y detuvo el beso.
-¿Qué?- preguntó Cherry acariciándole el cabello.
-Tus ojos.
-¿Ah?
-Fueron tus ojos- dijo -. Hace un rato preguntaste cómo me conquistaste. Fueron por tus ojos.
-¿Mis ojos?- repitió para sonreírse de lado -. Oh, sí, siempre te me los quedas viendo.
-¿Te diste cuenta?
-Desde el primer momento en que nos hablamos- contestó sonriendo -. Ese día cuando caminabas a prisa y quejándote en voz alta en el área de descanso de la escuela.
-Tú estabas desparramada en esa banca- recordó con ella sonriéndose también.
-Sí y aunque no me trataste bien...
-Lo sé...
-No dejaste ni un segundo en verme los ojos. A partir de entonces, cuando nos encontrábamos, me daba cuenta que era lo que te me quedabas viendo fijamente- reconoció sin detener la monótona caricia a un lado de su rostro, mirando sus ojos celestes y Bonbon mirara los suyos -. Siempre lo haces. Lo haces sin darte cuenta creo. Lo estás haciendo ahora- rodeó su rostro, acercando más sus ojos -. Siento... que me haces tuya con la mirada- musitó para acortar la distancia y empezarla a besar.
Cherry la besaba a la vez que se ponía en pie lentamente y aunque no sabría la reacción de Bonbon, se sentó sobre sus piernas y rodeó su cuello para sostenerse, sólo para sorprenderse de que Bonbon rodeara su cintura para ayudarla a mantener el equilibrio y hundiera más sus labios.
-Bonbon...- la llamó, apretándose a su cuerpo, empezando a enrojecerse el rostro y casi sentía el corazón tumbar su pecho cuando su piel se erizó al sentir que una mano de Bonbon empezaba a bajar suavemente con la palma abierta hacia su pierna, acariciándola, haciéndole despertar cierta desesperación agradable.
Cherry desprendió una mano de su cuello para acariciarle el rostro y Bonbon movió su cabeza para besarle bajo la barbilla, error que cometió, porque una vez probado su piel, sus labios le pidieron más, y casi de forma inconsciente le siguió besando, con pequeños y cortos besos en diferentes zonas del cuello hasta llegar a la clavícula, que Cherry se inclinó para detenerla, solo para emboscarle la boca, masajeando sus labios con los suyos y sintieron un extraño nuevo sabor, sintiendo de a poco la pérdida del mundo entre las caricias, para concentrarse en el que ellas estaban por crear.
-Me encantas...- le dijo Cherry, sintiendo ese cuerpo duro de Bonbon, despertándole más la ansiedad de descubrirlo, y es que ya había llegado al cierre de su vestido tras su espalda y se lo bajó, tomando sus mangas y se lo deslizó hacia abajo de un solo halón y descubrir ese cuerpo en forma, de pechos pequeños pero tan provocativos levantados entre el elegante brasier de encaje, tan ella, tan femenina, como esa curva delicada y vientre plano y marcado, quitándole el aliento de golpe, ardiéndole el rostro hasta las orejas de vergüenza como pasión, y dejar dibujar un ceño fruncido, sorprendida con la mirada perdida en ella al descubrir el cuerpo que ocultaba su novia tras esos vestidos -. Rayos...rayos- suspiró, latiéndole más de prisa el corazón y la necesidad de tocarla, paseando sus manos entre sus curvas mientras Bonbon se mordía el labio, sintiendo la piel erizarse ante la caricia.
-Bonbon, querida...- se oyó la voz de Floral del otro lado de la puerta a la vez que la golpeaba con los nudillos.
Su madre nunca ¡nunca! les interrumpía cuando tenían la sesión de estudio. ¿Tenía que hacerlo justo ahora?
-¡Ahora no, estoy estudiando!- avisó Bonbon con voz entrecortada para volver a besar a Cherry, temblando al sentir sus manos que parecían moldearle el cuerpo a la forma de sus caricias.
-Es que vino Lyra- explicó mejor Floral, haciendo que Bonbon abriera los ojos de golpe y que detuviera todo tal como vino.
-¡Lyra!- exclamó agrandando los ojos y poniéndose de pie en un salto, haciendo caer a Cherry al suelo -. ¡Ya salgo!- avisó y miró a Cherry -. ¿Escuchaste eso?
-Sí, Bonbon...- contestó echada al suelo cerrando los ojos, regulando la respiración -. Es toda una matapasiones.
-¡Olvídate de eso, ¿Quieres?! ¡Porque vino Lyra!- estalló para sonreírse esperanzada juntando las manos -. Lyra vino a buscarme- se dijo con ilusión.
-Olvídate de eso...- repitió con voz amarga, incomodada de ver la repentina emoción de Bonbon, quien apenas se subió el vestido, había entrado en pánico caminando en círculos.
-¿Por qué vino? ¿Qué significará? ¿Qué dirá? ¡¿Qué le diré?!
-¡Pues yo qué sé!
-¡Levántate de allí y ayúdame!- se quejó y Cherry movió la cabeza hacia ella.
-Para empezar, límpiate los labios.
-¡Oh, cierto!- recordó y pasó con fuerza el torso de su mano a la boca, frunciendo el ceño con molestia quitándose los residuos del labial de Cherry...quien sintió cierto hincón en el pecho al ver la forma en que se limpiaba.
-Yo mejor me voy- avisó levantándose del suelo.
-¿Qué? ¡No lo hagas!- pidió acercándose a ella -.No me dejes sola con esto.
-"Esto" es Lyra- aclaró - y son cosas de ustedes. No tengo por qué meterme. No soy vela en ese entierro.
-¿Por qué me hablas así?
-¡Porque es Lyra!- chilló fingiendo sonrisa y emoción, haciendo que Bonbon frunciera el ceño, desconcertada, mientras Cherry mantenía su actuación: -. ¡Vino Lyra!- celebraba dando un giro entero -. ¡¿No es eso maravilloso?!- fingió con rostro tieso, sonrisa ancha y cínica, y un tic tenso en el ojo.
Bonbon parpadeó, incrédula con la boca levemente abierta.
-¿Me estás...celando con Lyra?
-¿Qué? Pfff no- exclamó con sarcasmo cruzándose de brazos para empezar hablar y así, iba hablando más acelerada del coraje: -. Claro que no. Es decir... ¿Por qué lo haría? Tal vez porque fue suficiente distractor para rechazarme y dejarme en el suelo, pareces demasiado emocionada al saber que viene la chica que te enamoraste por años, pedirme que "me olvide de esto" cuando para mí, fue algo importante, ¡Y sentí que despreciaste aquel momento al limpiarte con molestia los labios! ¿Y para qué?- y entrelazó los dedos de nuevo fingiendo emoción y sonrisa -. ¡Porque vino Lyra!
Bonbon la miró con fastidio.
-Okey. Estás consciente que estás actuando como una completa idiota, ¿cierto?
-Y tú como una insensible a cómo me sentiría ¡Oh, cierto! ¡Eres así el 99.99% del tiempo! ¿Y por qué tienes que insultarme? ¿Insultabas también a Lyra?
-¿Por qué buscas compararte con ella, Cherry?- reclamó.
-¡Porque he estado contigo todos estos días secando tus lágrimas por esa ingrata y tú celebras porque al fin se digna en mostrar su cobarde cara!
-Suenas como si la odiaras.
-¡Pues la odio!- bramó pisando con fuerza el piso -. La odio, Bonbon, la odio porque te lastimó, no solo una, sino dos, tres con su frialdad y el ignorarte. Tú no mereces eso de nadie, peor de quien se dijo mejor amiga. Es una malagradecida y no te merece- lanzó las palabras con reclamo y Bonbon acentuó su ceño, más enojada por cómo atacaba a Lyra.
-¡Pues novedad, Cherry! ¡Gracias a esa malagradecida como dices, me fijé en ti! Ya que ese día del área de descanso, huía y me quejaba, porque la vi besándose con Bicmac. ¡Si no hubiera pasado eso, tal vez ni te hubiera conocido y ni estuvieras en mi cuarto ahora!
Bonbon se la quedó mirando, con la barbilla tiesa hacia adelante mientras Cherry se mostró insegura, sin saber dónde posar los ojos. No podía verla, sin saber qué hacer o qué decir. ¿Cómo reaccionar ante esto? Pero en tan sólo pensar en que lo que dijo Bonbon, de que no estuvieran juntas sino hubiera sido por Lyra...la llenó de rabia, endureciendo su cuerpo y su mirada, volviendo sus ojos sobre los de Bonbon.
-Pues...no le daré las gracias a esa cretina- ironizó la rockera con cierto dolor e hincón en su corazón.
-Y no es cierto.
-¿Qué?
-La odias, es verdad, pero la odias porque ella fue mi primer amor y no tú. Así como yo no soy el tuyo.
Cherry entrecerró los ojos, sintiendo cuán profundo iba siendo el hueco en su pecho.
-Auch...- le jadeó, dolida.
-¿Y sabes qué? Por el mismo hecho que fue mi mejor amiga la voy a recibir y si no estarás en buen plan pues...tienes razón. Mejor vete.
-Sí, ¿no? No vaya espantarla, ¿cierto?- dijo con cinismo -. Porque es Lyra.
-¡Vete! Estás insoportable. No tengo tiempo para aguantarte.
-¡Claro que no tienes tiempo! ¡Porque vino Lyra!
-¡Vete!- gruñó, ardida.
-¡Ya me iba!
-¿Adónde crees que vas?
-¡Me estoy hiendo!
-¿Por la ventana?- preguntó, viendo a Cherry con una pierna fuera de la ventana.
-Sí, me bajo por las escaleras de incendio. No vaya ser que me vea...- y volvió a entrelazar los dedos con sonrisa tonta -¡Lyra!
-Te odio mucho en estos momentos- gruñó frunciendo fuertemente el ceño y formando puño las manos.
-Y pensar que hace un rato parecías que me querías demasiado- decía asintiendo con cierta ansiedad pero no se resistió, dejando caer los hombros, dibujando un suave ceño fruncido apartándose de la ventana-. Sabes que esto me lastima y lo haces, Bonbon. ¿Por qué?
-Porque no voy a ceder a tus celos, Cherry- admitió cruzándose de brazos, encogiéndose de hombros. -. Y no he dicho más que la verdad.
-Pero no debes ser tan dura...desquitándote lo de Lyra conmigo- dijo arrastrando las sílabas -. Ella te lastimó- insistió, casi desesperada -. No la mereces. ¿Lo haces por molestar, para tener la razón? Pues te la doy, Bonbon, pero...
-Esto nunca se trató de ti- le interrumpió sacudiendo la cabeza -. Es sobre ella y yo- aclaró para suspirar -. No sé para qué viene, pero sea lo que sea, quiero tratar de arreglar las cosas, Cherry. Digo, tú lo harías por Mistery aunque...bueno, no has hecho nada para solucionarlo, pero al menos Lyra está aquí.
Cherry retrocedió la cabeza como si le hubieran escupido en plena frente, haciendo un gesto de dolor en el rostro, de nuevo con un hincón en su pecho.
-Auch, Bonbon, deja de lanzar balas.
-Yo no...
-¡Tú sí!- le gritó rabiosa, con los ojos vidriosos, haciendo respingar a Bonbon, sorprendida. Nunca le había gritado antes -. ¡Ahora la que comparas eres tú!
-¿Qué? Yo no...
-¡Tú, sí, maldita sea!
-¡No maldigas!
-¡Maldigo lo que se me da la gana!- contestó manteniendo el tono alto.
-¡No me grites!
-¡No me lastimes!- gritó acercándose -. ¡No compares que Lyra es mejor amiga que yo!- continuó, cortando más la distancia -. ¡Y no me digas qué hacer! ¿Crees que puedes andar por allí, rechazando mi forma de darte cariño, mi manera de actuar, pero yo, tengo que aguantar tu estúpida actitud de chica pesada y amargada, que cuando le da la gana es cariñosa y responde a los míos y después no? ¿Ah? ¿Crees que es justo? Yo nunca me quejo de ti, ¡Nunca! Pero tú sí todo el tiempo de mí- decía con voz firme, fuerte y de reclamo. Todo lo que había retenido, explotaba en este momento, aterrizando de golpe sobre Bonbon sin darse cuenta, mal sorprendida.
Esta no era su Cherry. Su Cherry era tierna, sensible, alegre, risueña y esta...esta...no sabía quién era ésta.
Cherry terminó por agarrarle de los brazos con cierta fuerza, mirando a Bonbon sin inmutarse a sus reclamos.
-¿Crees que no me consumía de rabia, de celos, saber que estabas a mi lado, pero estabas ensimismada pensando en Lyra? ¿Deprimida por no tenerla junto a ti? ¿Qué Lyra ocupara tu atención cuando estabas conmigo?- preguntó muy adolorida, casi arrastrando las palabras, como si le costara pronunciarlas -. No sé por qué te quiero, Bonbon, créeme que no lo sé, pero maldita sea, te quiero- aclaró bajando ya la voz, descomponiendo el rostro dejando caer las lágrimas y pegó su frente con la suya -. Te veo y mi corazón se acelera...tu voz, tus ojos, el verte...te quiero muchísimo...yo...creo que te amo...- le susurró, adolorida, viendo los ojos agrandados de Bonbon -...y eso, da miedo.
Cherry se pegó a ella, acorralándola en la pared, sintiendo ese estómago plano y duro pegado al suyo, casi en insinuación. Pese sentirse tan triste, sólo quería hacerle cariños, si es posible robarle un suspiro atrevido, lo haría, terminar lo que habían empezado y paseó una mano sobre la curva de su cintura, en una caricia, y sin avisar, hundió su cabeza a su cuello de forma brusca.
-Cherry...-le llamó la atención, sintiendo cierto afán y desesperación en sus caricias que le daba, como los besos.
No se comparaba como las que se daban hace un momento. Eran torpes, bruscos e inseguros, como si no supiera qué más hacer o no se sentía tan segura en estos momentos como para seducirla.
Aparte, los músculos del cuerpo de Bonbon se contrajeron, casi en instinto, dejándolo más duro de lo que ya era, sintiendo tan extraños el paseo de sus manos, en rechazo, cosa que le hizo parar en seco su corazón y gesticular confusión en su rostro. Sentía el rozar de las yemas de sus dedos a su cuello, y era como si miles de alfileres le hincaran al mismo tiempo. Bonbon giró el rostro con brusquedad, sintiendo tan incómoda sus labios en su cuello y tras la oreja. Y es que no era el momento, no lo era. Algo la molestaba por dentro, una espina se paseaba por todo el cuerpo y no dejaba que disfrutara las caricias que Cherry le daba con esa desesperación por despertarle algo, pero que no había conseguido.
No había sin ningún espacio ya que las separaba, aunque nunca habían estado tan cerca, como a la vez tan, tan lejos. Cherry terminó de subir sus manos hacia sus brazos y para mirarle el rostro hasta levantar la otra mano a un lado de su cabeza y con el pulgar, acariciar su labio inferior, mirándolo con ese dolor en sus ojos y latir pesado y amargo de su corazón. "Temo tanto perderte" pensó cerrando los ojos, haciendo que se desbordaran más lágrimas y se inclinara a buscar alivio a ese dolor en sus labios.
-Tú buscas cosas que yo no puedo ofrecerte.
Ante sus palabras, Cherry paró su intención de besarla, abriendo de golpe los ojos y se separó, soltándola, para verla mejor, ver sus cejas curvadas pero sus ojos celestes y temple, eran serios. Eso era lo que le desesperaba tanto, ¿Por qué debía ser tan seria hasta en un momento como este?
-Sólo te quiero a ti- murmuró la rockera, dejando caer otra lágrima.
-Esto siempre va estar mal mientras sigas creyendo que no te quiero lo suficiente- sinceró con garganta agarrotada, mirándola en escrutinio, entrecerrando los ojos sin perder ese semblante duro de su rostro -. ¿Nunca seré suficiente para ti, Cherry?- reclamó.
Ella no supo qué decir, sólo se la quedó mirando, tan impotente. Ambas lo hicieron, sin saber qué movimiento correcto hacer o qué decir. No sabían nada. Cherry sólo quería abrazarla y besarla, expresarle cuánto la quería pero verla allí, mirándola de esa forma y con ese tono de voz...dejando esa pregunta ondeando por el aire. Una a la que no tenía respuesta...o tal vez sí, pero sentía miedo, mucho miedo. Y se limitaron en mirarse a los ojos, con impotencia y dolor...y seriedad.
-Bonbon- llamó detrás de la puerta su madre -. ¿Está todo en orden?- preguntó mientras ambas aún se mantenían la mirada, sin contestar -. Lyra te está esperando- avisó.
-Es cierto- dijo Cherry pasando una mano rápida a sus mejillas -. Lyra está esperando.
-Cherry...- susurró casi imperceptible, viéndola moverse para tomar su mochila de encima del escritorio y dirigirse hacia la ventana para irse.
-Adiós- despidió mientras saltaba a la ventana y tiró un profundo gruñido. -. Adiós- volvió a decir, bajando con cierta rapidez las escaleras -¡Adiós!- gritó más fuerte, ceñuda, sin poder detener la velocidad con la que bajaba, como descargándose en cada bajada -. ¡ADIÓS!- bramó furiosa para meter mal el pie en los últimos escalones y bajarlos más rápido...al caer y resbalarse.
Tres metros cayó. Suficiente para atolondrarla un rato. Suficiente para perder el hilo de la realidad pero aun así, lo suficiente para sentir cómo se agujeraba en el centro de su corazón ante la inseguridad.
-No llores- se dijo Bonbon, mirándose en el espejo de su peinadora -. No...llores...- se repitió, con los ojos clavados a su reflejo, viéndolos duros pero brillantes de las capas de lágrimas que se negaba a derramar. -.No- se advirtió con seria amenaza, viendo como de a poco sus ojos se dejaban obedecer.
Para bien o para mal, había aprendido a contener las lágrimas. No tenía tiempo para llorar, si lo hacía, contaba los sesenta segundos, como el rápido berrinche que hizo cuando Trixie se despidió de ella. Suspiró, aprobando sus ojos ya secos pero la presión de su pecho seguía latente. "Para eso no me entrenaron" pensó tomando aire y caminar hacia la puerta y abrirla deprisa.
-Sabía que andaban peleadas- dijo Floral atajando a Bonbon cuando salió del cuarto. -. Tú y Lyra- se especificó.
-Ah...pues sí.
-Y ahora tú y Cherry- aclaró -. No soy sorda. Escuché gritos. ¿Qué ocurrió?
-Nada- dijo para caminar pero de nuevo fue atajada.
-Lyra y tú dejaron de hablar por teléfono y no ibas a visitarla ni ella a ti- le tiró una mirada de esas en las que un hijo podría sentirse completamente desnudo -. Y al mismo tiempo aparece Cherry.
-Ya Lyra esperó demasiado, mamá- le dijo para continuar su andar pero Floral se le puso enfrente de nuevo, haciendo que Bonbon le arrugara la frente y pegara sus ojos a los verdes de su madre.
-No me pongas esa cara de "no te metas"- le llamó la atención -. Aunque no me confías muchas cosas, soy tu madre y percibo las cosas, Bonbon. Sé lo dura que puedes ser. No sé qué le habrás hecho a Lyra y te juntes con Cherry, que ahora Lyra llega y te peleas con ella.
-Creí que te agradaba Cherry- comentó.
-Y me agrada. Pero no por ella vas a dejar de lado la amistad tan bonita que tenías con Lyra, tu mejor amiga. Y se me hace extraño ahora que hayan pelea...
-¿Y por qué tengo que tener yo la culpa? ¿No puedes pensar que es Lyra la que me lastimó a mí? ¡Sigues juzgando sin saber las cosas!
-Porque tú no me las cuentas- le recriminó. -. Dejaste de hacerlo hace mucho. No me tienes la confianza de antes. No desde que entranas para la Agen...- se interrumpió, mirando con seriedad el rostro de su hija -...entrantes a Canterlot High- se corrigió -. Mi Muñeca cambió bastante desde allí, y aunque tienes amigos que no tuviste en tu... "anterior escuela", algo cambió en ti y te encerró. Dejándome afuera. Dejaste de necesitarme demasiado pronto, ni en los asuntos de tu escuela estoy al tanto porque...unos terceros están a cargo.
-Mamá...- suspiró tratando de mantenerse serena -. No es momento, por favor. ¿Me dejas ir donde Lyra?
-Voy a estar en el cuarto de estudio, para darles privacidad- avisó para inclinarse y darle un beso en la frente, esparciendo el calor de su cariño en Bonbon, cerrándole los ojos. -. Te amo, Muñeca.
-Yo también...- murmuró para aclarar la garganta y terminar de cruzar el pasillo.
Se quedó de pie en la entrada hacia la sala, viendo cómo Lyra alzaba sus ojos hacia ella, toda cohibida, incomodada.
-Puedo ser breve- le avisó Lyra parándose del sofá que estaba sentada -. Tu mamá me dijo que estás estudiando con Cherry y bueno...no creo que esté feliz de verme.
-En realidad Cherry ya se fue...por la escalera de incendios- especificó al ver duda en el rostro de Lyra y lanzar una mirada hacia la puerta del departamento.
-Ah...- asintió regresando su mirada en ella pero la bajó enseguida -. Terminé con Bicmac.
Bonbon arrugó la frente sorprendida y confundida, caminando hacia ella. Uno, porque no esperaba semejante notición y dos... ¿Para eso vino?
-Sé lo que puedes estar pensando- le ganó el habla Lyra tomando aire y levantó de nuevo los ojos, con las cejas fuertemente curvadas de angustia -. "¿Se atreve a venir a que le dé consuelo después de ser una...egoísta resentida?"- y Bonbon cerró los ojos al saborear ese calificativo que Cherry le puso cuando la defendió en la Cafetería. -. Pero es que...no pensé en nadie mejor que tú...- confesó ya con la garganta hecha nudo y descomponiendo un poco el rostro -. Pasa muchas cosas, Bonbon...y me hace falta mi mejor amiga...-tiró una sonrisa triste parpadeando con rapidez como si así evitaría las lágrimas, cosa que no -. Mi vida ha cambiado tan estrepitosamente en tan pocos y míseros días- se descargó sintiendo ya las lágrimas rodar sus mejillas mientras Bonbon curvaba las cejas, escuchándola. -. Mis padres...- jadeó explotando en llanto, dejándose caer en el sillón.
*Flashback*
"Lyra se había ausentado en la escuela.
Bonbon miró su pupitre vacío, pensativa, recordando que hace un par de días la sentía algo apagada y de respuestas cortas, optando por último dejar de juntarse seguido con ella y Derpy. ¿Estaría enferma? ¿Algo la estaría molestando? Había pasado sólo dos meses desde el nuevo año escolar, ¿Le era difícil el primero de bachillerato? Como sea, las respuestas sólo las encontraría tras golpear la puerta de su casa una vez que terminaron las clases. La recibió su madre, y dudó en hacerla pasar.
-No creo que quiera visitas ahora, Bonbon.
-¿Podría decirle que soy yo, por favor?
Aunque dubitativa, su madre fue a avisarle, sólo para regresar a la entrada y dejarla pasar.
-Lyra...- lamentó ella preocupada al abrir la puerta de su cuarto y ver aquellos ojos dorados aguados y vidriosos, mirándola desde su cama, donde estaba sentada con las piernas recogidas y abrazadas.
-Bonbon- jadeó cerrando los ojos con más fuerza, rompiendo en llanto.
-¿Qué sucede?- preguntó enseguida adentrándose a la habitación para sentarse cerca de ella en la cama. -. ¿Por qué faltaste hoy? Estos días has estado extraña y distante, ahora...lloras- le costó decir al final, con una presión amarga en su pecho. -. ¿Qué sucede?- insistió sólo para recibir de inmediato a Lyra en sus brazos cuando se lanzó sobre ella, buscando cobijo y consuelo.
-Mi madre...- empezaba, tratando de articular bien las palabras -...la que conoces...no es mi madre- confesó mientras Bonbon fruncía el ceño, confundida -...es mi tía...mis tíos...me adoptaron cuando....cuando...- y volvió a romper en llanto.
-Shhh- trató de calmarla.
-Cuando...- trataba de continuar.
-Lyra, no tienes que hablar ahora.
-...cuando mis padres me abandonaron...- escupió para hacer una pausa, aferrándose en el abrazo -...tenía siete años...cuando me trajeron aquí, a vivir con mis tíos...porque se iban a otro país a trabajar...para tener una mejor vida...y prometieron volver por mí...pero nunca lo hicieron.
Bonbon sentía la garganta que ardía en llamas, en un horrible nudo aguantando las lágrimas de tristeza e ira, al escucharla.
-No recuerdo bien escenas de ese día...- admitió con voz frágil -...pero recuerdo algo bien claro, lo que dijo mi...madre, para calmarme...-tragó saliva con la mirada perdida -... "Si no lloras, cuando regresemos por ti, te daré el vestido más bonito que usarás para iniciar a vivir con nosotros"...- dejó resbalar una lágrima que aterrizó sobre sus labios -...nunca escribieron...ni llamaron...donde dijeron que estarían eran datos falsos...nunca volvieron por mí...y hace un par de días llamaron...por primera vez en casi diez años...y querían verme...pero mis tíos se enfurecieron...y lo prohibieron como mis tutores... y...ya no resistí seguir fingiendo que todo está bien en mi vida cuando me siento abandonada...una cosa que hicieron a un lado...sé que me tuvieron muy jóvenes...tal vez les estorbaba en sus planes...- le tembló los labios entrecerrando los ojos, mientras Bonbon cerraba más sus brazos en ella y le acariciaba el cabello -. Gracias por venir- escuchó decir.
-Claro que vendría, Lyra- le murmuró -. Entonces... ¿Por...eso odias los vestidos?- preguntó y eso justo provocó que Lyra rompiera el abrazo y se la quedara mirando.
-¿En serio? Te cuento que fui abandonada de pequeña y que mis tíos pelean por enjuiciarlos mientras ellos querían volver a verme... ¿Y te preocupas mi desprecio por los vestidos?
-...- parpadeó cohibida y sonrojándose de vergüenza -...es lo único que se me ocurrió decir...- murmuró abochornada e impotente -...no soy buena en esto...lo siento...-admitió, pero algo en el rostro de Lyra cambió, y es que una pequeña pero sincera sonrisa se asomó con una corta risa.
-De acuerdo...de alguna forma eso me hizo reír- admitió manteniendo la sonrisa -. Siempre me hará reír cogerte sonrojada ya que es como ver llover en el desierto- se burló y Bonbon se sonrojó más mirando a un lado mientras Lyra se pasaba las manos a la cara para secarse las lágrimas.
-Lo siento tanto, Lyra- exclamó sin saber mucho qué decir -. No tenía idea, pero tus tíos...se ven que te quieren mucho.
-Lo hacen.
-Y vas a superar esto- le aseguró sonriéndole con esperanza -. Y tus padres...No los necesitaste y tampoco los necesitarás. Tienes a tus tíos, a Derpy...me tienes a mí- exclamó con el afán de colocar una mano sobre la suya pero se detuvo ella misma, aguantándoselas y la posó sobre su misma pierna -. Siempre me tendrás a mí- aseguró.
-Lo sé- sonrió conmovida.-. Yo te admiro muchísimo, Bonbon, y lo sabes.
La joven la quedó mirando, sabiendo por qué lo decía y fue la mano de Lyra que se posó sobre la suya, y Bonbon no pudo evitar sentir cómo daba un vuelco su corazón y suavizándole los ojos, para mirarla con todo el cariño que le guardaba en secreto.
-¿D-Derpy sabe que...?- se le salió tartamudear a Bonbon, que al percatarse de eso, contuvo de expresar las sensaciones de tener esa mano sobre la suya y aclaró su garganta, dejándose seria para ocultar todo lo que provocaba, hasta la expresión de sus ojos.
-Nadie lo sabe. Eres la primera persona a quien se lo cuento- aclaró, manteniéndole la mirada -. Y la única a quien podría confiarle algo tan privado...como tú a mí...- sonrió en complicidad, cubriendo más su mano mientras se inclinaba para susurrar: -...Sweetie Drops".
-Se han quedado en la ciudad definitivamente...eso nos informó un viejo amigo de familia que se encontró con ellos- anunció Lyra sacudiendo la cabeza -. Caminan las mismas calles que yo...pero esta vez no tienen intención de verme pues llevan un año y medio viviendo aquí y no han llamado...-tiró una risa triste -...qué han de llamar con el conflicto que tuvieron con mis tíos años atrás cuando lo intentaron...
-¿Hace cuánto lo sabes?
-Hace casi un par de semanas...yo...yo traté de mantenerme como si nada pero...de a poco me fui quebrando...hasta ser una peste para todo el mundo.
-¿Y tú...quieres verlos?- preguntó con cuidado, sentándose a su lado en el mismo sillón.
-No sé...- respondió levantando su rostro, avergonzada -...sólo quisiera saber por qué... por qué me dejaron... aunque debe ser obvio, ¿no? Pues no me quieren, nunca lo hicieron y nunca lo harán.
-¿Y eso tiene que ver con que hayas roto con Bicmac?
Lyra resopló, modulando sus lágrimas.
-Este no es sólo el fin de semestre de Bicmac. Es su último año. Va a graduarse y hace meses atrás estaba en un Programa de Becas. Ganó una. Pero fuera de la ciudad. El muy tonto no sabía qué hacer. Si ir o no, por mí... ¡Pero qué oportunidad es ganar la beca en una buena universidad! yo vine después de que entrara a ese Programa...no quería que se vaya pero tampoco quiero que pierda la beca.
-Pueden...pueden tener una relación a distancia- comentó Bonbon con voz frágil y retrocedió la cabeza al ver a Lyra tirar una risa con ojos de...
-¡Por favor! ¿Crees que funciona eso? Claro que no...Bicmac propuso lo mismo pero...- lamentó sin completar la idea para sentir la mano de Bonbon sobre la suya que descansaba sobre su pierna. Lyra la miró mejor y notó el rostro amable y confiable de Bonbon.
-No porque tus padres se fueron y te dejaron...signifique que Bicmac hará lo mismo. Él es un chico admirable, ha sido bueno contigo y estoy segura que no querrá perder alguien tan valioso como tú.
-Pero dudo, Bonbon- comentó -. Dudo y no debo dudar. Lo quiero pero...dudo mucho si nuestra relación sobreviva la distancia y él debe concentrarse en su carrera para ayudar a mantener la granja familiar. Yo sólo sería un mal distractor.
-O una motivación más para empeñarse- contradijo.
-O...no le quiero lo suficiente- jadeó con dolor, descomponiendo el rostro en admitirlo. -. Pero él ha sido tan lindo conmigo...
-Peor es engañarlo con un sentimiento que no tienes.
-Nunca he sido tanta inseguridad y miedo en mi vida- admitió continuando su desahogo -. Ya vamos al último año y no sé qué hacer. No tengo ni la menor idea de qué será de mí después de Canterlot High. Me da tanta...envidia ver a personas como Rarity, que sabe que quiere ser modista; o hasta de nuestros propios amigos: Derpy, que quiere trabajar en la aduana ¡Whooves es un genio inventor! De seguro ganará algún Nobel, ¿Trixie? ¡Trixie tiene la vida arreglada con una millonaria empresa y herencia! y hasta tú sabes qué hacer, que dices querer seguir contabilidad...y tienes...ya sabes...la otra carrera, ¿Pero yo? Yo no tengo sueños ni motivación alguna.
-¡Claro que tienes sueños!- replicó tomándola de las manos y la hizo levantar del sofá -. Te encanta la música.
-Bonbon...- jadeó tirando una risa amarga -. Moriré de hambre con eso.
-Eres feliz tocando la lira, sabes cantar y eres muy buena con el piano- sonrió -. Fuiste una de mis mejores alumnas.
-Fui la única alumna- se burló al fin con una corta sonrisa honesta y divertida.
-Pasábamos horas frente al piano. Nunca te diste por vencida. Sé que estábamos bajo la influencia de esas sirenas...pero esa motivación de la práctica, el haber tocado y cantado juntas en la Batalla de las Bandas, te veías tan libre, tan dichosa, con una luz en tu rostro. La música es lo tuyo. Es parte de ti, parte de tu encanto. Y si te esfuerzas lo suficiente, puedes hacer de ese sueño tu trabajo, que ni sentirás que es trabajo porque estarás tan ocupada siendo feliz que lo dejarás desapercibido, no como una obligación, sino como un compromiso. "La Melodía de Bonbon", ¿Recuerdas? ¿Mi mejor regalo de cumpleaños? ¡Es una pieza hermosa!- levantó las manos de Lyra y dejó sus palmas hacia arriba -. Tienes talento, Lyra, en tus manos, para la música. Ese tal vez es tu destino- concluyó la motivación para cambiar el semblante y mirarla bien -. Lamento mucho que hayas tenido decisiones serias que tomar y que afectará tu vida pero... ¿Qué culpa tengo yo para que me hayas tratado mal?
Lyra dejó vidriar los ojos, apartando sus manos de las de ella, sacudiendo la cabeza.
-Es que tú cuentas como parte de esos cambios- confesó con el nudo más fuerte en la garganta -. Tú también cambiaste.
-¿Qué?- jadeó arrugando la frente -. Claro que no. Soy la misma Bonbon de siempre...para desgracia. La dura, fría, inexpresiva y amargada Bonbon...pero con Cherry de pareja- se acomodó en su asiento -. ¿En serio me ves diferente porque me confesé?
-En realidad...explica muchas cosas por las que cambiaste conmigo- admitió, secándose las lágrimas -. ¿Recuerdas que nos peleamos hace meses atrás cuando te dirigiste mal a Bicmac?
-Sí...- reconoció nada orgullosa.
-Cuando nos reconciliamos, te dije que no me perderías como mejor amiga por tener novio.
-Lo sé y cumpliste.
-¿Verdad que sí?- dijo para abrir la boca y dejar escapar un suspiro -. Pero tú no.
Bonbon parpadeó frunciendo el ceño.
-Tú...empezaste a ser distante conmigo- empezó a confesarse -. Y me daba cuenta que pasabas más tiempo con...Trixie. Si te buscaba, estabas con Lulamoon o...Cherry. Seguía dividiendo mi tiempo entre Bicmac y tú para que no te sientas a un lado pero entonces tenías otras cosas qué hacer. Dejé de buscarte para ver si tú me buscabas...para ver si me extrañabas...pero no...
-Claro que lo hacía.
-Intercambiar ciertas palabras entre las pausas de las clases no cuenta.
-...
-Me dejaste a un lado- dijo cerrando los ojos -. Y yo pese que me mostraba sin afectar...yo alcancé a sentirme muy celosa de Trixie y de Cherry, porque te habían robado la atención. Sentía que me robaron a mi mejor amiga...
-Lyra...- jadeó descorazonada Bonbon.
-Y ese día en la pizzería...se mezcló todo. Lo de mis padres, lo de Bicmac, lo de miedo al futuro, la sensación que te perdía...para entender ahora sí, que pasabas tiempo con Trixie porque ella sabía una gran intimidad tuya y con Cherry pues...por la obvia razón de que eran...pareja. Me sentí tan...a un lado, tan nada y herida, traicionada porque yo, Bonbon, yo sí cuidaba nuestra amistad pese tener pareja pero tú no. ¿Fue tan fácil deshacerse de mí?- preguntó cerrando los ojos con dolor -. ¿Por qué siempre les es fácil deshacerse de mí?- jadeó para un nuevo llanto -. ¿Por qué las personas que quiero terminan por abandonarme?
Bonbon no sabía qué decir, anonadada de la revelación de Lyra. Tenía los ojos bien abiertos, las cejas curvadas y con unas inmensas ganas de llorar, pero no le salían ni una lágrima. Quería abrazarla, moría por abrazarla, pero estaba tan petrificada, que no pudo responder como quería.
-Perdóname por lo de la Cafetería- exclamó Lyra mientras esperaba una reacción de Bonbon -. Simplemente reventé al ver a todos contra mí defendiéndote...estaba muy resentida que no me di cuenta de algo sino fuera por Bicmac. Tú me confiaste algo, necesitabas de mí, de tu...mejor amiga si es que aún me ves así, pero no estuve allí para ti.
-Tenías demasiado en la cabeza- dijo Bonbon.
-Pero no estuve allí- continuó lamentando para tirar una nueva sonrisa triste-. Al menos Trixie sí.
-Lyra...
-Aún no sé por qué lo supo ella y yo no. No entiendo por qué no confiaste en mí. No sé qué te hizo perder la confianza que nos teníamos, qué hice para que no sintieras que podías acercarte y confesarme que te habías enamorado...
"¿De ti?" pensó Bonbon cerrando los ojos.
-...de Cherry- fue lo que concluyó Lyra. -. Debo decir que....fue algo inesperado. No lo vi venir pero...eres mi mejor amiga y te quiero muchísimo, Bonbon. No me digas por qué si eres tan difícil pero debe ser la misma y mayor razón por la que Cherry te quiere a ti. Me haces falta. Pude estar furiosa contigo, ciega de tantas cosas que no dejo de parar de pensar pero...no dejo de sentir una molestia no tenerte, que no encontraré deshago o alivio, sino te lo cuento a ti, Bonbon. ¡Y mira! Pese lo tonta que me comporté, me recibes sin juzgarme, escuchas con atención mis problemas y me tratas de motivar. Por eso eres mi mejor amiga. Sé que vas estar ahí para mí y yo también quiero estarlo, si me dejas. Si me das la oportunidad. Por eso estoy aquí. A reclamar mi puesto, a recuperarlo. No quiero perderte. Me niego a perderte. Te necesito. Y no sólo eres la amargada, dura, lo que quieras llamarte... eres la persona más abierta, sincera, divertida a tu estilo, leal y confiable, y cuando quieres a alguien, lo haces muy fuerte aunque no sepas expresarlo, sé que lo haces y con esos pequeños pero tan atentos detalles lo demuestras...yo...yo...- se encogió de hombros con un profundo suspiro y expandiendo una sonrisa al ver la cara de Bonbon sin salir del asombro de lo que escuchaba -...yo te quiero, Bonbon.
Bonbon sonrió lentamente y al parpadear, se le cayeron unas lágrimas de felicidad.
-Yo... también te quiero, Lyra- murmuró, para que sincronizadas, ambas se inclinaran y se fundieran en un fuerte abrazo, sintiendo el calor de la otra, con un sentimiento de profundo alivio -. Eres asombrosa, Lyra. Demasiado que no merezco tu amistad.
-No digas tonterías, Bonbon- replicó acomodando su cabeza sobre su hombro, apretando más el abrazo, sintiendo el alivio, como si una pieza de su desorganizado rompecabezas calzaba al fin -. Te extrañé tanto- le susurró.
-También yo.
-No volvamos a pelearnos así, por favor.
-No, ya no.
-Jurémoslo- exclamó con seriedad, separándose del abrazo pero manteniendo la cercanía. -. No quiero volver a perderte.
Bonbon vio esos ojos suplicantes de Lyra, como esperanzados. Siempre todos le creyeron la mala amiga. Sí, la hirió. Sí, no se comportó bien. Pero...sufrió. Estaba sufriendo durante todo este tiempo, sola, sin nadie a quién poder decírselo con libertad. Sin poder decírselo a ella. ¿Cómo pudo dejarla a un lado y no darse cuenta de su sufrimiento? Estaba tan ocupada con su relación con Cherry que no lo vio venir. Dejó a un lado a Lyra, y le idea le carcomió entera. Bonbon le sonrió, tomándole ambas manos.
-Siempre me tendrás a mí, ¿Recuerdas?
Lyra mantuvo sus ojos abiertos, mirando con un enorme sentimiento de agradecimiento hacia Bonbon, sonriéndose y dejó caer una última lágrima de alivio, apretando su dije de lira que le había regalado Bonbon en muestra de su amistad.
-Recuerdo...
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