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A punto de reventar

Cuando Twilight Sparkle apenas levantó un casco para tocar la puerta en forma de reloj de arena de Minuette, esta se abrió de golpe con la unicornio con su crin despeinada, usando un sombrero negro de punta y vestido largo del mismo color, y la hizo entrar con un rápido movimiento.

-¿Minuette?- dudó parpadeando.

-Llegué...hace...como...un...nada...y...me puse...a...preparar la...poción...- decía agitada regresando hacia dentro de la casa, desapareciendo -. ¡Sígueme!

-Te ves muy acelerada- comentó con cejas curvadas entrando a la habitación donde escuchaba su voz, viendo un cuarto de estantes con frascos con contenido líquido, sólido hasta gaseoso, encontrando a la unicornio tras una enorme cacerola burbujeante color verde, incorporando diferentes plantas y líquidos de botellas de vidrio, todo usando su magia. -. ¿Y por qué usas un atuendo de...bruja?- dudó.

-Te dije mediodía- aclaró agitando un frasco que tenía levitado -. Y para mi es importantísima la puntualidad- se explicó para darse un suave golpe en su costado con su Cutie Mark de reloj de arena. -. Además...me gusta entrar en personaje cuando hago mis pociones- sonrió acariciando su sombrero y dando una vuelta para hacer bailar la caída del vestido -. ¿Te gusta?

-Mmm- dudó ella pero le asintió con la cabeza. Minuette podría ser todo un caso. -. No quiero sonar exigente, pero tengo algo de afán.

-Sólo un poco de esto...- decía vertiendo el contenido del frasco a la olla y un humo en forma de reloj de arena salió por el aire. -. Okey, ¿Trajiste la lágrima y la melena?

-Si- confirmó estirando con su casco los ingredientes faltantes.

-¿Es de amor?- preguntó tomando el frasco con las gotas de lágrimas, con su magia.

-Eso creo. Espero que sí- admitió esperanzada.

-Pues ya lo comprobaremos- exclamó destapándolo y vertió las gotas y la melena, que apenas lo hizo, el color de la pócima cambió al rojo claro -. Mmm- aprobó con una sonrisa -. Parece que lo es- confirmó para brillar su cuerno y a la vez se iluminó la poción que hervía, dejando de hecho de burbujear y levitó un poco de él para trasladarla a su propio frasco. -. Bebe- le dijo inclinando el frasco hacia ella.

-¿No está caliente?

-Una vez en contacto con mi magia, se enfría y las mezclas terminan por fundirse- informó mientras Twilight recogía el frasco con su magia -. Es un don. Literal- sonrió destellante y volvió a darse un suave golpe en su costado.

-Entonces...sólo bebo y...

-Lo que quieras saber, lo vivirás con escenas retrospectivas- le completó -. Tal y como sucedió con la pócima que te dio Zecora ¡AH! Te manda muchos saludos, a ti y tus amigas- recordó chocando sus cascos entre sí con una sonrisa.

-¿No debo cambiarle de color como la anterior?

-No. Esta poción es diferente a la que conoces.

-¿Cuál es la diferencia?

-¡Que la hice yo! Jijiji.

-...

-Bien, bien, aish, pero qué seria- se quejó acomodándose el sombrero -. Es diferente porque es de un solo pony. Tiene definido ver sólo su pasado, del de nadie más. La que te dio Zecora, podías ver el pasado de cualquier criatura sobre Equestria, y por esa misma razón, se necesitaba una magia poderosa para poder recibir ese privilegio; la alicornio. Por eso pedí la melena, y la lágrima para dejarte entrar, usando el amor en su forma más pura.

-Entiendo- afirmó asintiendo y acercó la botella a su boca, pero la detuvo, dudando un poco.

-¿Qué?

-Nada...sólo, que no sé con qué encontrarme...

-Tranquila. Tú controlas lo que ves y cómo salir de allí.

-Lo sé. No me refiero a eso es sólo que... ¿Qué cosas malas debió pasar Sunset?

-Twilight...es pasado. Cualquier cosa que veas no podrás evitar. Ya se cumplió.

-Tienes razón, pero por eso mismo...es donde inició todo, lo que puede responder lo que ocurre ahora. Tantos misterios y preguntas sin responder- suspiró asintiendo con firmeza -. Muy bien. Aquí voy.

-Buena suerte- deseó sonriéndole y Twilight bebió un sorbo, y enseguida quedó estática y sus ojos se iluminaron de un color rojo suave.

Apenas parpadeó, Twilight se llevó un casco a sus ojos, restregándoselos.

-¡Arrghhh!-escuchó una queja y ella abrió los ojos, encontrándose en una pequeña habitación oscura y al darse vuelta, vio a una potrilla dorada de melena bicolor roja y amarilla, con el ceño bien fruncido y mostrando los dientes hacia un lápiz en el suelo -. ¡Estúpida cosa, enciérrate!- gruñó para cerrar los ojos e iluminar su cuerno, en dirección al lápiz pero por más que pujaba y se concentraba, no pasaba nada -. ¡AAhhh!- volvió a quejarse pisando fuerte el piso -. ¿Cómo puede hacerlo él? ¡Lo hace ver tan fácil! ¡Puedo levitarme entera pero no hacer un estúpido campo de fuerza!

-¿Él?- dudó Twilight, contemplándola mientras Sunset empezaba a hablar con voz torpe, arremedando a alguien:

-"Ah, hola, soy un molesto unicornio lunático a las preguntas que no deja de cuestionar cosas sobre muchas cosas que a nadie le importan y puedo hacer un campo de fuerza porque voy a la escuela...blablablá la escuela es importante blablablá...y... Bauuu bauuuu".

-Moon White- adivinó sin problema formándosele una sonrisa.

-¡Sunset!- llamó alguien golpeando la puerta del cuarto.

-¡¿Qué?!- contestó de mala gana.

-No contestes así- regañó al otro lado de la puerta -. Abre la puerta.

-Estoy ocupada.

-¡Sunset Shimmer abre la puerta!

-Arghh- exclamó con mala actitud que hizo a Twilight arrugar la frente mientras ella galopaba a la puerta y quitaba el seguro, mostrando una pony terreste mirándola reprobatoriamente.

-¿Cuántas veces te hemos dicho que no cierres con seguro?

-No las he contado, ¿Empiezo desde hoy?

-Sunset, no me contestes- reprendió.

-Pero hizo una pregunta, ¿No se hicieron para ser contestadas?

-Sigues así de graciosa y no saldrás esta tarde al parque con el resto- amenazó ceñuda.

-No me importa- se quejó cruzándose de cascos. -. Odio usar ese lazo. Me molesta el cuello y todos los potrillos del parque son tontos.

-Sunset- suspiró, cansada -. ¿Qué hacías encerrada? Sal con el resto a jugar. Es sábado.

-No quiero. Hace mucho sol.

-Pues no te caería mal- comentó mirando la oscuridad que encerraba el cuarto -. Siempre estás en tu habitación y no socializas con los demás.

-Sólo saben molestar.

-¿Cómo lo sabes? Hace mucho dejaste de reunirte con tus compañeros.

-A diferencia de ellos, me preparo para un mejor futuro.

-¿Preparar?- dudó -. ¿Qué haces aquí dentro?

-Estudiar.

-¿Con qué?

-...

-Sunset...

-Bien, saldré con los demás- interrumpió queriendo salir pero la pony le bloqueó la entrada.

-¿Estás usando magia, cierto?

-Yo...

-¿Qué te dije?- preguntó con seriedad -. Tienes prohibido usar la magia hasta que cambies de actitud.

-Oh- murmuró Twilight, mirando el entrecejo de Sunset.

-Soy un unicornio- murmuró entredientes.

-¿Qué?

-¡Soy un unicornio!- le gritó, ceñuda -. ¡No puede impedirme lo que me hace unicornio, la magia! Usted sólo está celosa de mí, por ser una simple terrestre.

-¡Sunset Shimmer!- reprendió, enojada pero más indignada -. No voy a tolerar que te declares superior por ser un unicornio, ¿En qué tiempo crees que estás? Hace mucho las tres razas de ponies dejamos nuestras diferencias para fundar Equestria. No puedes tener una mente cerrada cuando compartimos la armonía de convivir juntos. No eres superior a las otras.

-Aún...cuando sea alicornio, seré indiscutiblemente superior a los demás.

-¡Estás castigada!- vociferó -. No hay salida del parque para ti y harás quehaceres por un mes. Sabrá el director sobre esto.

-Cómo tiemblo...- fue sarcástica mientras la pony salía del cuarto, fúrica.

-Oh, Sunset- lamentó Twilight cerrando los ojos arrugando la frente -. Más vale ir más atrás- pensó para concentrarse y cerrar los ojos, pero al volverlos a abrir, se encontró en la msima escena, con Sunset renegando del hechizo. Parpadeó, confundida, y se retornó en casa de Minuette.

-Tenías la carga larga- dijo la unicornio azul mientras Twilight se restregaba los ojos.

-Sunset era igual de dura de potrilla- comentó con un leve ceño fruncido mirándola -. Minuette...al recuerdo que fui trasladada, está muy hacia adelante. Intenté retroceder pero me llevó de nuevo por donde inicié.

-Ooh- murmuró enseriándose un poco -. Entonces no logré romper del todo el bloqueo.

-¿Cómo?- preguntó preocupada -. ¿Entonces no podré ver los recuerdos que quiero?

-Tal vez pero...por saltos...por escenas...- contestó decepcionada -. Lo siento, Twilight. Te dije que es la primera vez que preparo una poción con un bloqueo tan fuerte como la magia oscura. Pero puedo ponerme a investigar nuevas formas para romperlas del todo. Pero no entiendo cómo Sunset ha resistido tanto tiempo esa magia oscura.

-Yo tampoco- respondió encorvando las cejas llevándose un casco a su frente -. Me hace pensar...que está esperando algo.

Minuette se mordió el labio mirando a un lado, mostrándose preocupada.

-Yo voy a ponerme a investigar, Twilight- le dijo devolviéndole la mirada -. Te ayudaré con esto- se comprometió sonriéndole en esperanza -. Pero mientras tanto, podrías ir recogiendo información de lo que logres ver con esta poción.

Twilight le sonrió entre su rostro frustrado y se acercó a darle un abrazo.

-Muchas gracias, Minuette. En serio eres de gran ayuda.

-Amigas para las buenas y las malas- le recordó elevando la sonrisa.

-Y sí me gusta tu traje de bruja.

-Lo sé, jijiji.

...

Caminaba con pasos lentos y mecánicos, rozando sus manos a los casilleros. Masticaba un chicle, con el mismo movimiento lento, igual que su pausada parpadear, aunque los demás no podrían notarlo, ya que sus gafas oscuras ocultaban sus ojos. Apenas sintió el relieve de una característica abolladura de una puerta metálica, se puso frente a ese casillero y logró acertar los dígitos, después de cranearlo un poco. Lo abrió y miró su reflejo en el espejo, mostrando a una joven de piel color cereza y cabello lavanda. Ella torció el gesto al verse y se quitó las gafas para dejarlas sobre su cabeza, mostrando unos muy cansados ojos fucsias.

-¡Hola, Berry!- saludó alguien con fuerza y ella gesticuló dolor en su rostro dándose la vuelta para encontrarse con una muy sonriente Cherry Crash.

-Cherry...te amo...te adoro...todo lo que quieras...pero por favor, te lo suplico, por todo lo más sagrado...- y le estampó la mano sobre la boca -. Medula tu voz. De por sí es escandalosa y alta, y ando con una jaqueca del demonio. ¡Me late el cerebro!- avisó para bajar la mano y ver a Cherry asentir.

-Okey- susurró y Berry le sonrió, más relajada.

-No exageres tampoco- suspiró volviendo la mirada a su casillero.

-Entonces sí fuiste a la "reunión" de ayer- conversó con voz suave, lo cual está de más decir lo que le costaba.

-Estuvo looooco- comentó sonriendo ante la noche de rumba mientras Cherry se apoyaba contra los casilleros negando con la cabeza

-Se te ocurre ir en época de exámenes.

-Eso no te detuvo antes- comentó sacando unos libros.

-Tenía sesión de estudio.

-Insisto- sonrió cerrando despacio su casillero y la miró bajando sus gafas a los ojos -. Eso no te detuvo antes.

-La sesión era con Bonbon.

-Y esa sí es una respuesta válida- exclamó con una corta risa -. Te ves feliz.

-Me siento muy feliz- admitió elevando la sonrisa.

-Me alegro por ti...- exclamó para colocarse una mano en su cintura con una sonrisa astuta -. Muy bien, Crash. Tú estás aquí para algo más que comer delante de los pobres.

-Pues sí, la verdad necesito botellas.

-Pues para mi amiga de nombre como el mío sólo que cambiamos la "Ch" por la "B", llegaron nuevas en la licorería de mi padre- contaba Berry -. Hay una que se llam...

-¡BUENAS TARDES ALUMNOS DE CANTERLOT HIGH!

-¡MI CABEZA!- jadeó Berry dejándose caer al piso y Cherry miraba incrédula a Bonbon, que cargaba un megáfono en mano sobre su boca, tras donde estaba Berry.

-¡HOLA CHERRY!- saludó ella con una malvada sonrisa disfrutando esto.

-¡Para, para!- se quejó Berry con las manos en sus oídos.

-¡¿QUÉ DICES, BERRY?! ¡¿MÁS ALTO?!- habló por el aparato inclinándose hacia abajo, donde Punch estaba echada y quien reaccionó con un gruñido, levantándose desesperada del suelo para huir de allí mientras se quejaba a gritos de la resaca sin importar qué maestro la escuchara, directo a la enfermería por una aspirina. -. ¡ESO ES! ¡MÁS VALE QUE CORRAS!

-¡¿Perdiste la sensatez?!- se quejó Cherry ceñuda y Bonbon le dibujó un entrecejo, encendiendo de nuevo el megáfono.

-¡¿Y TÚ LA TUYA?!- habló por el aparato para bajarlo -. ¿Qué hacías con Berry Punch?

-¿En serio? ¿Me estás celando con Berry?

-Cherry, Cherry, Cherry- suspiró sacudiendo la cabeza y le dio dos palmadas en una mejilla -. Confío lo suficiente en ti como para andar celándote.

-¿En...serio...?- se conmovió sonriéndose suavemente.

-Claro que sí- contestó acariciando el megáfono con una corta sonrisa -. Es decir...no quisieras despertar con las extremidades rotas desnuda en una bañera de hielo sin un riñón que usé para venderlo a cambio de la laptop que tanto quería viendo desde allí cómo despiertas pidiendo auxilio y devoro un puñado de palomitas de maíz.

-...- enmudeció, pálida y asqueada a la vez.

-Estoy bromeando- aclaró, seria.

-Pues...fue perturbador...

-Como si no fuera perturbador tu plan de enredar a tus exnovias con granadas y dinamitas en un campo minado mientras comes palomitas con las piernas alzadas a la mesa en una distancia prudente, viendo tus víctimas desde un telescopio mientras preparan un misil a su dirección.

-Awww- se conmovió juntando las manos -. Recuerdas al pie de la letra mis diabólicos planes...

-En el mío mencioné las palomitas haciendo un guiño al tuyo- avisó sonriéndose guiñándole un ojo.

-Plan que nunca tendrás necesidad de "cumplir"- aseguró sonriéndose -. Yo jamás te lastimaría de la manera como lo hizo Sweet Breeze conmigo.

Bonbon suavizó la mirada, recordando con odio a la primera novia de Cherry. La infiel, la posesiva. Definitivamente a ella le haría lo de la bañera...

-Y puedo hacerlo...

-¿Qué cosa?

-¡CÓMO SEA!- exclamó colocándose el megáfono a la boca haciendo a Cherry gesticular molestia-. Te pregunté qué hacías con Berry- preguntó apagando el aparato.

-¿Por qué lo preguntas, Lady?- preguntó tratando de destaparse un oído -. Creo que quedé medio sorda...

-No es momento de "Lady"- advirtió ceñuda -. Sé de la fama que tiene Berry Punch de "traficar" alcohol de la licorería de su padre a los estudiantes tontos y rebeldes... ¡Cómo tú!

-¿Y? ¿Porque esté hablando con ella debe ser para eso?- quiso esquivar el ataque.

-Pues sí, ya que hablaste con Trixie y Rainbow que planean no sé qué tontería del baile- se remojó los labios, suavizando su entrecejo -. Cherry, dime la verdad. ¿Ibas a comprarle bebidas por ellas?

Cherry parpadeó mirando a un lado mientras Bonbon trataba de no mostrarse preocupada. Ella sabía la verdad gracias a la entrometida Carrot. Si le mentía...no sabría cómo reaccionar realmente...sólo...crecería desconfianza. No debió pasar ni tres segundos pero ella se mostró preocupada y desvió la mirada bajando un brazo y se rascó a un lado para escuchar los pasos de Cherry acercarse a ella.

-Sí- admitió con pesadez la rockera y Bonbon la miró de prisa con ojos grandes -. Iba a comprar alcohol para Trixie y Rainbow... ¿Estás enojada?

-¿Enojada?- preguntó sonriéndose de a poco y la sorprendió con un abrazo -. ¡Estoy furiosa!

-¿Furiosa?- dudó, parpadeando -. ¿Y me abrazas?

-Pudiste mentirme, pero no lo hiciste.

-Pues...como mirarte y hacerlo...la verdad...eso hice...- hablaba mientras rompía el abrazo para verla -...yo hice una falsa promesa...no debí hacerlo- sinceró curvando las cejas, decaída -. No...volveré mentirte así. Lo siento, Bonbon.

-Es momento de un "Lady"- le murmuró sonriéndose agarrándole el rostro y se inclinó a darle un beso y Cherry la recibió rodeando su cintura.

-¡¿Qué advertí de los besos en las instalaciones de la escuela?!- llamó la atención Luna caminando por su lado y ambas se separaron de golpe con las manos hacia atrás, mirándola marchar.

-¿Entonces me salvé?- sonrió Cherry emocionada hacia Bonbon y ella le bajó un poco la cabeza con una delicada sonrisa.

-Por supuesto que...- se puso seria -...no- exclamó y le dio un zape en la frente.

-¡Maldición!- se quejó llevándose las manos a la frente.

-¡No maldigas!

-¡¿Cómo no hacerlo?! ¡Me dolió!

-Pues lo mereces por mentirosa piadosa y querer hacer una tontería como comprar alcohol siendo menor de edad.

-¿Eso significa...?

-Pues devolverás el dinero.

-¿Qué?

-No acolitarás las tonterías de Rainbow y Trixie. Después andarán lamentando y yo tendré que escuchar los lloriqueos de Lulamoon. ¿Te contó lo que hizo en Inglaterra?

-No.

-Se nota- se quejó cruzándose de brazos -. Pues es de las borrachas lloronas.

-¿En serio?

- Yo no te dije nada si pregunta. No acolitarás esa tontería.

-No eres mi patrona- se defendió y Bonbon acentuó su ceño fruncido pero Cherry tiró una risa burlona -. ¿Qué? ¿Porque te cruzas de brazos, me lanzas un entrecejo y das esa mirada que despelleja, crees que yo, voy a ceder? ¿A que Cherry Crash se pierda de ayudar a ellas de hacer una noche aburrida de sodas a una diver...?

-¡¿QUÉ?!- se quejó Rainbow Dash viendo a Cherry estirándole el dinero en la entrada de la escuela mientras terminaba de sonar el timbre de salida -. ¡¿POR QUÉ NO LO HARÁS?!

-¿Por qué a todos se les ocurre gritar hoy?- se lamentó Berry que pasaba a su lado, sujetándose la cabeza arrastrando los pies y la mochila.

-Baja la voz- le dijo Cherry tranquila a una muy crispada Rainbow -. Y no lo haré por el bien de ustedes.

-¡Oh, Cherry! ¡Esa tontería ni tú te lo crees!- bramó indignada.

-Cierto- sinceró torciendo la boca.

-¡Bonbon te convenció, ¿cierto?!

-...

-¡Qué humillante, Crash!- bramó tomando el dinero de un violento jalón -. No puedo creer cómo te dejas controlar por ella.

-¡Hey! ¡Cherry Crash no se deja controlar!- se defendió para ensanchar una sonrisa tonta enamorada mientras abría mucho los ojos y su rostro se ponía completamente rojo -. ¡Se deja querer!

Rainbow dudó, frunciendo el ceño y abrió la boca arrugando la frente, impresionada.

-¡No puede ser! ¡Bonbon usó su cuerpo!

-Bueno fuera...- murmuró para sí con voz rasposa para fingir toser y aclarar la garganta -. No, mi Bonbon es una Lady. No se rebaja de esa manera.

-¿Entonces qué hizo?

-¡Me llevó al cielo!- celebró sacudiéndose de nuevo sonrojada, emocionada, y se abrazó a sí misma -. ¡Ida y vuelta!

-¿Sin usar su cuerpo?- dudó y Cherry le tiró una mirada seria entre su autoabrazo.

-No todo tiene que ser sexo, Dash.

-Mejor lo dejo ahí- se resignó mientras bajaba las escaleras -. ¡Gracias por nada!

-De nada- bufó, bajando los escalones tras ella con brinquitos alegres.

...

El fénix es un ave del tamaño de un águila que está siempre envuelto en fuego que cuando llega el final de su vida, se consume en llamas, quedando sólo cenizas de las cuales surgirá el nuevo Fénix. Pueden vivir entre los mil y quinientos años. Su plumaje es rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de pico y garras fuertes. La inmortalidad es una de sus habilidadesa más conocida y sus lágrimas son curativas. Su cuerpo está envuelto en fuego mágico, lo que hace casi imposible acercarse a él, a menos que éste mitigue las llamas para lucir sus majestuosas plumas rojas y doradas incandescentes. Además, cualquier intento de apagar este fuego que no sea su propia voluntad, es inútil, porque no es fuego convencional. Por esta habilidad, a menudo, el fénix ha sido asociado con el sol.

Los machos en su juventud, presentan un cuerpo largo y fino, pero al llegar a la edad madura, su pecho se infla, de esbelta apariencia robusta y su cola es más larga, mientras que la apariencia de la hembra, su silueta es más delicada y fina, y tiene una cresta parecida a la de un pavo real. Sin embargo, sus diferentes apariencias físicas no influyen en nada en sus habilidades y poderes, teniendo la misma fuerza y dones que caracterizan a estas criaturas.

En Equestria, estas aves místicas se han encontrado en diferentes bosques en la zona norte, pero sólo se han reportado la existencia de un número reducido y son muy raros en presentarse ante otras criaturas pese que se haya logrado comprobar su personalidad amistosa y amable; aunque pueden ser feroces y de peligrosidad extrema cuando presienten amenazas, trinando como advertencia de que se alejara y envolviéndose en llamas para volar en su dirección con el afán de espantarlo y defenderse.

-Entonces no estaba equivocada.

-¿Dijiste algo?- preguntó Applejack, sentada en una mesa aparte del que estaba Sunset. Levantó la cabeza del libro que leía a la par que lo hacía la unicornio.

-Nada...- murmuró devolviendo la mirada al libro -...sólo compruebo algo que me temía.

-¿Se puede saber qué?

-Sobre Philomena- contestó continuando su lectura -. Ella también me cree una amenaza.

El mítico pájaro de fuego puede ser muy protector, en especial con sus huevos y polluelos, los cuales han sufrido ataques de los dragones más jóvenes que invaden sus nidos para romper el cascarón y así matar a la cría. Esto ha sido interés de estudio, puesto que al no terminar de eclosionar, la cría dentro del huevo no ha desarrollado del todo su habilidad mágica de resistencia física y puede morir al acto sin tener la capacidad de resurgir de sus cenizas.

A partir de ahí, se muestra fotografías y gráficos que Sunset no tomó de mucha importancia pero que de todos modos revisó.

Ella frunció levemente el ceño a medida que avanzaba la lectura, dándose cuenta que aún faltaba mucho por descubrir de esta ave. Prácticamente los datos más importantes estaban al comienzo del libro. Desde entonces, son capítulos de estudios y exploraciones fallidas. Las aves no se dejan mostrar. Se acercan pero no demasiado tiempo para desaparecer entre los árboles. Han atacado cegando la vista con un brillo encandecedor en su cuerpo, así como incendiándose entero lanzando leguas de fuego.

No pudo evitar pensar cómo Celestia pudo convencer, por así decirlo, a Philomena, de vivir con ella.

Continuó revisando, mirando que no decía nada sobre cuál era su origen, dónde realmente es su hábitat, cuántos fénix existen y los esfuerzos fallidos por estudiar con mayor precisión esta criatura.

Sunset mantenía la lectura sobre el testimonio de un pegaso explorador y teorías que sólo quedaban en eso, teorías, cuando escuchó la puerta de la biblioteca abrirse. Era Pinkie Pi, que con brinquitos, se acercó a Applejack y le estiró un viejo pergamino. Sunset arrugó la frente al ver que la vaquera le dio una mirada rápida para revisar el documento estirado por Pinkie. La unicornio tensó la barbilla con molestia devolviendo los ojos al párrafo, pero ya no leía, sólo era una excusa para pensar en cuánto le incomodada no saber lo que ellas andan averiguando. Sabía que lo hacían por su bien pero...el hecho que sean esas cinco que estuvieran averiguando lo que podría tener. No confiaba en ellas. No tenían un lazo, no compartían nada. Eran unas simples extrañas que la juzgan con esas miradas, comentarios y ese tenso ambiente con intercambios de miradas cada que ella aparece o abre la boca. ¿Pero no se sentía así de mal también cuando lo hacían Las Rainbooms? ¿Por qué le incomodaba tanto recibir ayuda? Detestaba todo esto. Sólo quería que acabase. Quería tirar todo a su paso y ser libre. Podía sentir las esposas apretar sus cascos, impidiendo caminar por las bolas aceros y pesadas y gruesas cadenas. No podía avanzar. No podía huir. No podía sentir libertad. Estaba estancada y sentía que los demás sólo la miraban, sin encontrar las llaves que podían liberar uno a uno sus candados. O más aún, que procuraban que se encontrara así de bloqueada porque libre, era una amenaza. Y sus amigas...estaban tan lejos. Su prisión no le permitía acercárseles. No permitía sentirlas cerca. Escuchar sus risas. Sus voces. Sus novedades. Compartir con ellas las tardes, las clases, las sonrisas. Como dolía quererlas, extrañarlas. Sintió su pecho arder a la par de sus ojos. Sólo quería un abrazo grupal con su calor. Y uno individual, con Trixie. Su garganta le dolía al contener las lágrimas. Ya estaba harta de llorar a diario. Ya no quería soltar una gota más. No debía ser débil. Debía...¿Contenerse? ¿Más? ¿Hasta cuándo? Esta frustración, esta impotencia acumulada, sólo la hacía querer...estallar.

Entonces percibió un olor.

Un olor como a combustión, como un mismo fuerte ardor de su corazón, pero en sus cascos. Esto le despertó el diluvio de pensamientos para parpadear y reaccionar al bajar la mirada y ver que efectivamente, sus cascos sobre las hojas del libro, estaban brillando sutilmente y quemaban despacio las páginas empezando a subir una delgada línea de humo. Aspiró con fuerza de la sorpresa y apartó los cascos para esconderlos tras su espalda, levantando la mirada de inmediato a las terrestres, quienes desprendieron sus ojos del pergamino al escuchar su aspiración.

-Yo...- jadeó Sunset bajando de la silla -...iré al baño.

-¿Estás bien?- preguntó de inmediato Applejack poniéndose de pie -. Estás sudando mucho.

-Sólo iré a remojarme el rostro...no necesito que me acompañes- aclaró al ver que la vaquera daba un par de pasos adelante hacia ella.

-Está bien- aceptó y Sunset caminó hacia la puerta de la biblioteca. La vaquera miró a Pinkie -. Ve tú.

-Pero dijiste...

-Le dije que yo no iría. No le mentí.

-¡Okie Dokie Lokie!- captó la idea Pinkie Pie sin haber perdido su buen humor y se dio vuelta dando brincos hacia la salida.

...

Twilight controlaba los recuerdos que quería ver y pese los saltos de escenas, se dio cuenta que Sunset tenía la misma rutina diaria: despertar, ir al baño, desayunar, recibe clases, receso y está a un lado, alguien la molesta, de nuevo clases, almuerzo, sale y realiza los quehaceres de castigo, es regañada porque contestó mal, se encierra a su cuarto a renegar el hechizo que no puede realizar. Y se repite lo mismo al día siguiente. Todo con un ceño marcado entre sus cejas, sin casi emitir palabra, sólo para lo estrictamente necesario. Se veía muy seria, intimidante. Algunos evitaban caminar en el mismo pasillo y otros, simplemente le tomaban de chiste. Pero para Twilight...sentía una profunda lástima. Verla allí, sentada sola por el patio o en la oscuridad de su cuarto, le nacía unas enormes ganas de rodearla en un abrazo contra su pecho, calmar algunas lágrimas si salían y acariciarle la melena en un suave movimiento con su casco mientras le decía que todo saldrá bien, que no tenía por qué verse tan infeliz cuando tenía toda una vida por delante. Quería darle cariño, enseñarle las cosas que se perdía, casi en una forma maternal. Pero por lo que veía, nadie, ningún pony se molestaba en atender realmente lo que molestaba a Sunset. Tal vez porque habían demasiados huérfanos y pocos cuidadores, o simplemente se limitaban en tildarla de malcriada. Pero nunca vio un verdadero esfuerzo por descubrir qué pasaba por la cabeza de aquella unicornio. Se le hacía duro ver a una potrilla tan carente de ánimo, sin sonreír, ni jugar, ni de actitud risueño como la de cualquiera de su edad.

Casi...casi...era ver como la Sunset que debía estar en la biblioteca ahora mismo, y sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Es un nuevo día y Sunset luce su moño rojo en el cuello. Twilight la contempla mientras se mira en el espejo. Se arregla la crin y se queda viendo su rostro. Puede ver que una pata se mueve monótonamente, en un tic de ansiedad y apenas la puerta se abrió, Sunset saltó de la silla para mirar a su cuidadora.

-¿Ya estás lista?- se sorprende a preguntar y Sunset se limita en asentir una vez. -. Pues qué milagro que no tenga que suplicarte.

-Puedo quedarme si quiero- le replica mirando a un lado.

-¿Quieres quedarte?

-N-no.

-¿Aprendiste la lección?

-...

-Sunset...

-¡Sí!- escupe mirándola ceñuda -. ¿Me va a llevar al parque o no?

Twilight sobrevuela la carroza en el que van los huérfanos. "Hasta ahora no he descubierto nada relacionada con magia oscura" meditó mientras seguía el camino al parque "La poción me trajo directo a este recuerdo...me pregunto si algo tendría que ver con ese parque...".

Cuando aterriza en el césped de la zona de juegos, varios potrillos salen de la carroza saltando y corriendo directo a jugar. Sunset sale de última, caminando pausadamente pero como si buscara algo con la mirada. Es cuando Twilight reconoce a simple vista un potrillo galopar con prisa hacia Sunset.

-¡Tú!- exclama el unicornio blanco de crin negra, sin poder frenar a tiempo y cae sobre Sunset, arrastrándola un poco en el césped.

-¡Moon White!- se queja pero no tiene tiempo, el potrillo está sobre ella, tomándola de los lados del rostro.

-¡Estás viva! Creí que te había pasado algo- exclamó con una sonrisa de alivio para apretarla en un abrazo -. Estaba tan angustiado. No viniste en cuatro sábados. ¡Cuatro!

-¿Podrías dejarme levantar?- se quejó entredientes.

-Lo siento- exclamó haciéndose a un lado -. Es que me emocionada verte. Pero dime, ¿Qué te sucedió? ¿Estás completa? ¡Uno, dos, tres, cuatro patas!- contó tomando cada una de sus patas haciéndola tambalear para después agarrarle el rostro -. ¡Dos ojos!- le bajó la cabeza -. ¡Un cuerno!- exclamó para hacer brillar su cuerno y halarle...- ¡Una cola!

-¡Deja mi cola!- reclamó sacudiendo sus caderas y Moon White apagó su cuerno.

-Parece que no fue nada exterior, ¿Fue interior? ¿Qué te dolió? ¿Aún te duele? ¿Vas estar bien? ¿Qué medicinas tomas? ¿Vas a morir? ¡No te mueras!

-¡Silencio, lunático!- exclama ella con un gruñido y Twilight no puede evitar sonreírse llevándose ambos cascos sobre la boca, conmoviéndose que fue literal cuando Moon White le dijo que desde potrillo tenía esa costumbre de disparar preguntas...aunque parecía que en ese entonces era mucho más irritable. -. No estaba enferma.

-¿No? ¿Entonces? ¿Qué pasó? ¿Por qué no vini...?- preguntaba pero Sunset levantó un casco y lo colocó sobre su boca, callándolo.

-Porque no quise y punto, ¿Sí? Ahora déjame en paz.

-No puedo dejarte en paz- dijo mientras le apartaba el casco y bajó las cejas -. Te extrañé...

-Aawww- jadeó Twilight para callarse y arrugar la frente -. ¿Esa fui yo?

-Exageras- farfulló Sunset sobándose a un lado de la cabeza -. No eres nadie. Eres un desconocido.

-Mmm...- pensó para sonreírse con astucia y ladeó la cabeza hacia ella -. Soy un desconocido que se quiere dejar conocer para ser tu amigo.

-Por Celestia...- murmuró agotada.

-Dime tu nombre. Se me hace raro no saberlo.

-Ya te dije que no lo haré.

-¿Entonces cómo te llamo?

-No es mi problema- suspiró con rostro cansado y caminó hacia el lado del campo donde estaban las flores.

-Oooh, ¿Entonces puedo darte un nombre? ¡Qué bien!

-¿Qué? ¿Soy un perro?- se quejó ceñuda mirándolo de reojo -. No vas a nombrarme.

-Entonces dime cómo te llamas.

-¡Nunca!

-Pues pensaré en ponerte en un nombre.

-Aarrgh- gruñó para detenerse frente a la primera flor que vio.

-A ver..a ver...- pensaba Moon White dándose toques en el cuerno con una lengua afuera, mirando fijamente a Sunset.

-Con que eras insistente para hacer amigos- pensó Twilight contemplando al potrillo -. Y ahora de adulto, dejaste de serlo...

-Deja de mirarme- avisó Sunset concentrando su mirada en la flor e hizo brillar su cuerno.

-Es que mirarte me hace sentir como cuando es mi estación favorita- comentó sin pensarlo entonces abrió grande los ojos con una sonrisa -. ¡Eso es!- festejó y se puso frente a ella, desconcentrándola del hechizo y que hiciera apagar su cuerno.

-¡Hey!- se quejó levantando la mirada hacia él.

-¡Sunny!

-¿Qué?- dudó, parpadeando.

-Sunny- repitió sonriéndole -. Voy a llamarte Sunny.

-¿Por qué?- reclamó arrugando la frente pero a la vez intrigada.

-Pues por el color de tu pelaje y de tu crin- se explicó -. Mirarte me recuerdas al cálido verano y por supuesto, sus tranquilos días soleados. También al color del cielo cuando está por caer la noche. El atardecer. Además, ¿No crees que se escucha lindo "Sunny"? ¡Te queda genial!

Twilight miró los ojos suavizados de Sunset, como el ligero rubor de sus mejillas, casi a punto de formándosele una sonrisa pero la contuvo apretando los labios.

-Estás loco- murmuró pero su voz salió diferente. Ya no era tosca, ni fría. Se había suavizado. -. Y no responderé a ese nombre. Ni siquiera es nombre. Es un apodo y no me gusta. Así que no te atrevas a volver a decirme así porque no...

-Sunny- la llamó interrumpiéndola y Sunset calló para levantar la mirada hacia él -. ¿No que no ibas a responder a ese nombre?- preguntó divertido y ella frunció el ceño, avergonzada -. ¿Quieres olvidar eso? ¿Qué tal si te enseño lo que tanto intentas hacer?- preguntó mirando la flor e iluminó su cuerno para hacer aparecer el pequeño domo color gris sobre la flor.

-¿Por qué tú puedes hacerlo y yo no?- se quejó.

-¿Quieres que te enseñe entonces?- preguntó realmente emocionado con sus ojos brillantes.

-No- aclaró -. Sólo quiero saber por qué tú puedes hacerlo y yo no. Y no me digas que porque vas a ese curso intensivo de magia. ¿Qué tienes tú que yo no? Soy mejor que tú.

-Sunset...esa actitud...- reprendió Twilight aunque sabía que era inútil y miró a Moon White, quien torció el gesto. Parecía un poco disgustado por su comentario petulante. Pero lo dejó pasar.

-Pues...- le dijo él -...no puedes crear hechizos que no comprendes.

-¿Eh?

-No lo comprendes, por eso no puedes hacerlo. Es decir, dime, ¿Cómo haces para levitarte a ti misma?

-Yo...no lo sé.

-¿Cómo que no sabes?- reprochó.

-Pues no lo sé- insistió y él arrugó la frente retrocediendo un poco la cabeza.

-No puedes decir "no lo sé" a algo que tiene una respuesta. Contéstame.

-Sólo lo hago- resopló Sunset.

-Pues explícame- insistió ceñudo abriéndole un ojo inclinándose hacia ella.

-Fue espontáneo, fácil- aclaró para gruñir por sus gestos -. ¡Por eso no entiendo por qué no puedo hacer algo más sencillo como el campo de fuerza!

-Sunny...

-Que no me digas así.

-...piensa...- ignoró su comentario para continuar:-... ¿Qué tienes en la mente, cuando te concentras para levitarte?

-Yo...no lo...

-No digas "no lo sé"- advirtió levantándole una ceja y ella arrugó su frente.

-¿Acabas de levantarme la ceja? ¿Qué significa?

-Supongo que es cuando me pongo firme y serio- torció la boca -. También cuando me siento incrédulo, más que nada en eso. También para bromear y para...

-Aparte de gustarte hacer preguntas te gusta contestar, ¿eh? No pregunté por la historia de tu vida.

-¿Quieres saber la historia de mi vida?- aspiró emocionado para aclarar la garganta y decir:-...Todo empezó cuando vine al mundo un 9 de abril de....

-¡No quiero saberla!- se quejó y el unicornio se rió.

-Estoy bromeando, Sunny. Ahora dime, ¿Qué sientes aquí y aquí cuando te levitas?- preguntó señalando su cabeza y luego su pecho, a su corazón.

-Pues...no lo...- decía pero miró la ceja levantada de Moon White y resopló -. Fue algo sin pensarlo mucho -contestó algo frustrada -...mi cabeza está vacía y mi pecho también...y después mi cuerpo...y cuando me doy cuenta...levito.

-Wow- emitió sonriéndose de lado -. Te deshaces en brisa.

-¿Brisa?- preguntó mostrándose interesada.

-Sí... ¿Quieres ser brisa?

-Quisiera ser libre- murmuró y abrió grande los ojos apenas lo dijo para mirar a Moon White, que también reaccionó igual a ella, sorprendido.

-¿No lo eres?

-Olvídalo.

-Yo no voy a juzgarte. No lo hago. Te dejaré ser así que...sólo sé tú misma- sonrió -. No tengas miedo de ser libre. Como tampoco tengas miedo de aceptar mi ayuda.

-No la necesito.

-Aceptar ayuda sólo refuerza lo que puedes ser...en este caso hacer un hechizo. Te enseñaré a hacerlo, a que puedas comprenderlo como lo haces para levitarte. ¿Aceptas?- propuso levantando un casco y Sunset dudó mirándole la pata extendida. -. Vamos...¿Cómo lograrás ser una alicornio si te niegas a aprender?

-No tengas miedo, Sunset- dijo Twilight perdida en este recuerdo.

Sunset se mostró muy dudosa hasta ciertamente con miedo, pero entonces tomó una bocanada de aire y levantó su casco a la de él para sacudirla una vez, cerrando el trato.

-¡No te arrepentirás, Sunny!- celebró Moon White con una ancha sonrisa -. Ahora...puedes llamarme Maestro White, o Profesor Moon. También mi gran y letrado unicornio que me hará pasear por las sendas del conocimiento...

-Ya me arrepentí- murmuró con un resoplido bajando la cejas pero se miraron y levantaron una misma sonrisa tirando unas cuantas risas.

Twilight se sonrió, muy a gusto. Al fin algo bueno había visto en la vida de Sunset. Y esa parte, fue su relación con Moon White.

-No te estoy echando- dijo Minuette apenas vio a Twilight de vuelta al presente restregándose los ojos que perdían el brillo del hechizo de la poción, mientras ella levitaba unos frascos, probando mezclas para bloquear la magia oscura para echar un vistazo a los recuerdos -. Pero me dijiste que tenías algo de afán y ya te dije que tomo en serio eso de la puntualidad- y se golpeó por tercera vez su costado.

-Sí, deberé continuar estas observaciones más tarde- explicó levitando el frasco con la poción -. Por ahora debo volver con Sunset y las demás, a quienes dejé encargado revisar unos archivos.

...

Applejack tenía la cabeza apoyada en un casco, leyendo el pergamino viejo que detallaba información sobre el Bosque Everfree cuando se decidió por levantar la mirada en la mesa donde había estado Sunset, con una inevitable molestia sobre su pecho. Acompañar a Sunset durante este tiempo en la biblioteca...se dio cuenta el trato arisco y defensivo que se daban. No sólo la unicornio, sino ella también. Resopló. "¿No puede ser...me siento mal por ser tan recelosa?" se cuestionó rascándose la cabeza y salió de su asiento caminando hasta llegar frente a la mesa de Sunset "Tal vez estoy siendo muy dura" pensó torciendo un poco el gesto y arrastró una silla frente a la que estaba sentada la unicornio. "Tiene un punto. No somos amigas y no le damos una oportunidad" continuó su pensamiento quitándose el sombrero para colocarlo sobre la mesa con una suave sonrisa mientras se sentaba "Tal vez sólo necesita saber que puede confiar en nosotras lo que sea que le moleste. Es decir...podría empezar a darle el beneficio de la duda..." concluyó la idea para levantar la mirada hacia el libro que leía de los fénix pero arrugó la frente endureciendo la quijada al verle algo extraño y al arrastrarlo hacia ella, vio el par de páginas levemente quemadas. "o no".

-¡Por mis corrales!- expresó alarmada para galopar fuera de la biblioteca hacia al baño más cercano, corriendo por el largo pasillo, encontrando a Pinkie Pie parloteando sin parar frente a una puerta. -. ¡Pinkie!- la llamó algo agitada de la carrera y la rosada la recibió con una sonrisa.

-¡Ah, hola, AJ! Le contaba a Sunset sobre aquella vez que...

-¿Está allí?- preguntó para golpear la puerta dos veces -. ¿Sunset?- llamó -. ¿Sunset? Abre.

-Pierdes el tiempo- exclamó sonriente haciendo un lado la pata y la vaquera la miró -. Desde que entró le hago charlas para que converse pero hasta ahora no ha emitido palabra.

-¿No?- dudó para mirar la puerta -. ¡Sunset, responde!- pidió golpeando la puerta -. ¡Sunset!- pero no recibió respuesta y miró a Pinkie Pie que la miraba confusa -. ¿Segura que la viste entrar aquí?

-¡Sí! La alcancé y la vi con estos ojos que se lo ha de comer los gusanos, que entró aquí.

-A menos...- pensó curvando las cejas -...que ya no esté allí.

-¿Qué quieres...?

-¡Ella puede teletransportarse!- exclamó para colocarse en posición de cuando va a cosechar manzanas y dio dos patadas fuertes que aflojó el seguro de la puerta y se abrió, mostrando lo que sospechaba Applejack -. ¡No está!- jadeó preocupada mirando el baño vacío.

...

-¿El mundo de cabeza?

Lyra Hearstring abrió los ojos. Estaba sentada con los pies hacia arriba en las gradas de la cancha de fútbol de la escuela, viendo de cabeza a Bicmac. Ella no dijo nada, se quedó callada y volvió a cerrar los ojos. Él suspiró colocándose las manos al bolsillo.

-Te guste o no, debemos hablarlo.

-Lo sé- respondió secamente sin abrir los ojos.

-¿Mañana? ¿Cafetería de siempre?

Lyra no respondió de inmediato. Se quedó lo que parecía dormida hasta que asintió cortamente.

-Después de la escuela. A las cuatro- citó Bicmac dándose la vuelta y empezar a bajar las gradas. -. Ya no hay nadie en la escuela. Ve a casa- avisó sin parar su marcha.

Pero Lyra siguió sin responder como si estuviese dormida.

Simplemente quería eso.

Permanecer dormida.

Así era más fácil.

No lidiar con la realidad y soñar lo que quisiera real.

Calles más adelante de la escuela, Bonbon andaba caminando con una sonrisa tatuada, encerrada en un recuerdo que realmente selló de buena manera el día.

*Flashback*

-¿Qué? ¿Porque te cruzas de brazos, me lanzas un entrecejo y das esa mirada que despelleja, crees que yo, voy a ceder? ¿A que Cherry Crash se pierda de ayudar a ellas de hacer una noche aburrida de sodas a una diver...?- se quejaba Cherry pero se interrumpió al sentir que su muñeca era rodeada por la mano de Bonbon, quien la haló, arrastrándola por los pasillos -. ¿Y ahora qué? ¿Me secuestras? Es inaudito- continuaba su queja para dejarse guiar hacia el salón de música, y entró, viendo a Bonbon cerrar la puerta y dirigirse a ella -. No importa qué torturas harás. Yo les prometí que les consegui...- calló al ver una pequeña flor rosa que levantó Bonbon hacia su rostro.

-Roseluck tenía libre un par de horas y me la consiguió- explicó, viendo a Cherry contemplar la pequeña flor sin entender pero con una mirada profunda y tierna que le cortó el habla -. Es la flor del fruto de melocotón y...hay, bueno, lenguaje de las flores y...este tiene un significado y significa..."Tus encantos no tienen rival"- habló casi con torpeza, de la propia vergüenza que bien podía sentir sus mejillas sonrojadas, más aún a ver a Cherry de a poco reaccionar, recogiendo la flor de su mano y mirarla con los ojos vidriosos y ella sonrió lentamente -. Yo...Cherry...es tonto...muy tonto lo que te voy a pedir porque...es decir, somos novias y...se supone que por lógica tenemos que ir juntas pero igual...yo quiero decirlo y...esperaba...- suspiró, bajando los hombros, tomando fuerza y le quitó la flor para acercarse y colocarla tras su oreja y sonreírle, más confiada -. Cherry, déjame hacerte mi Lady... ¿Quieres ir al baile conmigo?

Cherry sonrió lentamente, vidriándose más fuerte los ojos.

-Es...lo más cursi que te he oído decir...- balbuceó rodándole un par de lágrimas. -. Lo único...

-¿Es lo que se te ocurre decir?- preguntó elevando la sonrisa pasando una mano a su rostro -. ¿Es eso un sí?

-Sí- murmuró expandiendo la sonrisa, mostrando los dientes -. ¡Sí, sí, sí, acepto!

-Tampoco te pedí casarnos.

-¡Bonbon!- jadeó abrazándola -. No sabes...tú...Bonbon...- la apretó más fuerte -. Me haces tan feliz...quiero que lo sepas. Me has...Bonbon...- quebró en llanto y ella torció los ojos.

-¿En serio? ¿Lloras, Cherry? Le quitas la emoción a todo.

-Cállate y no me sueltes".

Bonbon tiró una liviana risa que juraba se la podía llevar el viento, dejando sus pasos por detrás. Tal vez debía ceder más. Tal vez debía ser más dulce, más...cursi. No podía desprender la imagen de la sonrisa de Cherry...aunque debía admitirlo. Invitarla al baile era un jaque para que cediera de no ayudar a cometer tonterías, al menos que no se involucrara. No imaginó que Cherry se emocionaría tanto que fue lo que le puso nerviosa a seguir hablando para la invitación. Podía recordar cómo la rockera tarareaba melódicamente el resto que quedaba de clases, casi invocando animales como Blancanieves y claro, luciendo la flor tras su oreja. Con esto, se dio cuenta que Cherry era el tipo de persona que le encantaba los detalles cariñosos. Y ella no era de darlos como ella quisiera. Se sintió un tanto culpable por eso, pero fue golpe de suerte. La hizo feliz y ella terminó muy satisfecha con su felicidad. Aunque torció el gesto. En serio podía ser un poco fría.

Hoy no tendrían sesión de estudio pues mañana darían dibujo y diseño gráfico, y Cherry era un as en eso y ella...pues por ahí se defendía. Y no caminaba hacia su casa. Resopló con resignación. Tenía otro tipo de cosas qué hacer.

...

Trixie Lulamoon bailaba por un pasillo de la casa de Fluttershy, mientras la anfitriona la dirigía hacia su habitación. La ilusionista tenía los audífonos puestos, moviendo los labios sin vocalizar la letra de la canción e irradiaba una gran pasión al escucharla y la amante de los animales no se resistió en tocarle el hombro para llamar su atención una vez que entraron al cuarto y Trixie paró un poco su baile mientras se quitaba un audífono para escucharla.

-Yo...lo siento por interrumpirte pero...¿Qué escuchas? debe ser genial para que te expreses así.

-¡Oh, Fluttershy! ¡Sólo escucha la mejor y gran canción que se haya compuesta en el mundo!- vociferó con su pose de reina del mundo y le colocó un audífono mientras ella continuaba escuchando con el otro.

"No quiero ruido, ya no, mi música es destrucción. Lo que me arrojes a mí, te lo regresaré, solo espera y ve. No vas a reír, al ver trucos aquí, te cautivaré..."

-...Soy genial ya lo sé...yay yay...- continuaba la canción Trixie moviendo la cabeza a su ritmo mientras Fluttershy se quitaba el audífono.

-Ah...tú canción.

-¿Verdad que es genial?- preguntó muy sonriente y su amiga dejó bajar los hombros con una suave sonrisa resignada.

-Sí, Trixie, lo es...

-¡Yay!- celebró colocándose de nuevo los audífonos -. Trixie debería componer otra, ¿No lo crees? Pero meh...ésta es tan perfecta... ¡La perfección no se repite!

-Claro...- respondió mirando el reloj -. Llegaste muy temprano para la sesión de estudio. Las demás ya deben estar por llegar.

-Aham. Aham- respondía sacudiendo las caderas en un feo baile perdiéndose en su canción.

-¿Cómo puedes ser tan buena porrista con pasos como esos?- murmuró mirando su baile.

-¿Ah?- dudó, mirándola.

-Que iré por las golosinas- sonrió y caminó para salir del cuarto.

-¡Más vale que tengas galletas con mantequilla!

-Mmm- dudó deteniéndose al pie de la puerta y mirarla -. No tengo, pero en la tienda de enfrente venden.

-¡Aww! Gracias por conseguirle un par de paquetes a Trixie.

-Yo no...

-Por algo eres elemento de la amabilidad- sonrió parpadeándola y Fluttershy sonrió.

-Claro...regreso enseguida.

-Tómate tu tiempo- exclamó para dar media vuelta y querer acostarse a la cama pero entonces un brillo rosa llamó su atención, dejando caer los audífonos ensanchando la sonrisa -. ¡Sunset!- exclamó emocionada corriendo hacia el estante de madera donde reposaba el pesado libro brillando y vibrando. -. ¡Sunset Shimmer escribió y Trixie Lulamoon lo recibió!- cantó en celebración tomando el libro y abrió enseguida las páginas.

"Queridas amigas:

Hola chicas. Yo...realmente no sé por qué les escribió. Sólo me siento muy sola ahora y mal acompañada. Quería ver si había alguien por allí ahora... ¿Alguien?".

Trixie arrugó la frente, muy triste. Tomó una pluma que reposaba en el escritorio de Fluttershy y escribió.

"Querida Sunset:

Hola, está Trixie".

"¡Trixie!" leyó y sonrió. "¡Trixie... ¿Cómo estás?!".

"Trixie está bien...pero pareces que tú no. ¿Qué ocurrió?".

"Es complicado".

"¿Dices que Trixie es tonta y no lo entendería?".

"Dices eso para hacerme sonreír".

"¿Lo logré?".

"Siempre lo logras".

"Sunset, ¿Qué sucede?".

"Sólo me siento extraña...y quería alguien amable cerca".

"¿Twilight no lo es?".

"Salió".

"Oh".

"Y me quedé con...las contrapartes de Las Rainbooms".

"¿Tan malas son?".

"No son malas sólo...no me quieren, y la verdad, no me nace quererlas tampoco".

"Sunset, tal vez si les dieras la oportunidad podrías sorprenderte que pueden ser tus amigas".

"Ellas sólo saben lo malo de mí. No me conocen realmente. Aunque la verdad, me siento muy contrariada, frustrada con esto, Trixie. Yo ".

Dejó de escribir y Trixie se llevó el libro contra su pecho, cerrando los ojos. Le dolía mucho el pecho. Se sentía tan mal, tan impotente, tan... ¿Cómo Sunset? Quería ayudarla, hacerla sentir mejor, ¿Pero cómo? Ella siempre lograba animarla, motivarla, esperanzarla. Quería hacer lo mismo. Suspiró, bajando el libro para comprobar que aún no había escrito. Tuvo el presentimiento que debía estar llorando.

"Sunset ".

"¿Sí?".

"Tengo...miedo a perderte" confesó un poco dubitativa "Por favor...no te pierdas".

"Tampoco quiero perderte. A ninguna".

"¿No...puedes venir de visita?".

"¿Cómo?".

"Ya sabes. A visitarnos un rato. Puedes...venir al baile. ¡Sí! Ven al baile. Será genial. Twilight puede venir también para que esté junto a ti. Estarás con nosotras. Pasaremos una noche genial y te sentirás muchísimo mejor de lo que te has sentido en esta semana".

"Suena...maravilloso".

"¡Lo será! Será genial verte. Recordarás por quiénes luchas día a día y todo saldrá bien. Te lo prometo, Sunset. Y pongámoslo interesante".

"No, Trixie, no me busques pareja".

"¡Eso no, Tocino!".

"¡Hey! Jajaja".

"¡Reíste! Qué bien. Ahora escucha. No le diré a nadie de aquí que vendrás, así cuando crucen el portal será toda una sorpresa. Las Rainbooms perderán la cabeza. En serio te extrañan y sólo el baile las ha animado. Luna anda huraña cuando es la autoridad alivianada, de seguro porque no tiene a su "sobrina" para bromear y compartir ratos, así que supongo que Celestia también debe estar extrañándote".

"¿En...serio?".

"Tienes mucho amor aquí, Sunset, Trixie ya te lo ha dicho".

"Claro que lo hiciste".

"Entonces, ¿Mejor?".

"Muchísimo. Gracias a ti".

"Jejeje Trixie sabe lo que hace".

"Gracias, Tri ".

Trixie esperó que completara la frase pero pasó los segundos, que se convirtió en minutos y nunca sucedió.

...

-¡No puedes desaparecerte así!- regañó la terrestre naranja adentrándose a la habitación de Twilight, donde Sunset estaba sentada en el balcón con el libro a un lado, deteniendo la conversación con Trixie.

-Sólo quería estar sola para hablar con mis amigas- aclaró levemente ceñuda levitando el libro para mostrárselo.

-Pero debiste decirnos la verdad- se quejó -. Dijiste que irías al baño y no te encontramos allí.

-Ya me estoy hartándote de ti. Déjame en paz- bramó con entrecejo, encarándola.

-¡No, claro que no! Y debes explicar algo- y mostró el libro de los fénix en un casco -. ¿Por qué están quemadas las páginas?

-No...no lo sé- tartamudeó, sudando frío mirando el libro.

-Mientes- acusó, más enojada -. No te conviene mentirme, Sunset, sólo dejas crecer mis recelos. ¡No me la haces fácil creer en ti!

-No tengo que darte explicaciones. Tú no entiendes lo que me pasa.

-¿Y tú sí?

-¡No!- gritó parándose de golpe con los ojos vidriosos, furiosa -. ¡Y no me hagas enojar!

-¿Me estás amenazando?

-¡Claro que no!- jadeó descomponiendo el rostro -. Te estoy...advirtiendo, que es diferente...

-¡¿Qué sucede aquí?!- exclamó Twilight agitadamente entrando a la habitación con Pinkie Pie, Rarity y Fluttershy tras de ella -. Apenas llego recibo la noticia de que están peleando- avisó, mirando la pose defensiva de Applejack y la apesadumbrada apariencia de Sunset. La alicornio frunció el ceño en dirección a la vaquera -. De todas, me lo esperaba menos de ti.

-¿Qué establos hablas?- jadeó arrugando la frente girando el cuerpo hacia Twilight.

-Escuché tus gritos, tenías esa pose contra ella y Sunset está destrozada.

-Ella...- decía levantando el libro.

-Applejack, ¿Por qué no entiendes que necesita nuestra ayuda? No puedes arrinconarla en el balcón exigiéndole con rudeza respuestas, porque te conozco, se te mete algo en esa terca y dura cabeza tuya, y no hay nada que te haga pensar lo contrario hasta que tú misma reconozcas que fuiste una tonta.

Todas, incluyendo Sunset, miraron anonadadas a Twilight. Applejack enserió el rostro y tiró el libro a un lado.

-Sólo quiero protegerte- aclaró con voz pausada -. Pero tú también puedes ser un poco tonta cuando metes algo en tu cabeza dura.

Sunset curvó las cejas e iluminó su cuerno creando la neblina mágica.

-Estaré abajo en los jardines- avisó -. Yo...- no dejó terminar la frase para levitarse fuera del balcón y bajar.

Twilight la miró irse para devolver la mirada hacia la vaquera, que se mantenía firme a su posición pese todo.

-Chicas- jadeó Fluttershy queriendo impedir más confrontación.

-Applejack, Twilight; basta- intervino Rarity.

-Yo...- contestó Twilight, sacudiendo la cabeza suavizando la mirada y el rostro hacia la vaquera -. Applejack, lo siento- pidió acercándose a ella -. Realmente lo siento.

-Lo sé- exclamó suspirando y la recibió en un abrazo-. No es fácil para ti admitir que...se te va de los cascos una amiga.

-Applejack...

-Sunset quemó páginas del libro- avisó cortamente rompiendo el abrazo y señaló el libro caído -. Mira tú qué hacer. Y abre tu mente. Después hablaremos. Todas.

-¿Qué hay que hablar?- preguntó incrédula -. No voy a dejar a Sunset por nada de este mundo por más difícil se me haga ayudarla.

-Lo sé, Twilight. Pero mira...date cuenta que pudo haberse transformado esta tarde. ¿Qué hacíamos nosotras? No estabas. Tú proteges a Sunset, ¿Quién a nosotras, a Equestria?

-Si protejo a Sunset, estoy protegiendo a Equestria. ¿Crees que no me asusta que se me vaya de los cascos? Sí, pero no puedo olvidar que es la misma Sunset que nos ayudó a vencer a las sirenas, la misma con quien me escribía casi a diario y era tan agradable saber de ella.

-Twilight...- murmuró Applejack colocándole un casco sobre su hombro -. ¿Esa Sunset...es la misma que está aquí ahora?

-No...- le dolió contestar, entendiendo el punto. -. Pero por eso mismo me aferro a proteger lo que queda de esa Sunset.

-Por eso la sobreproteges.

-Yo no la...

-Twilight...- regañó con suavidad.

-Sí...eso creo...

-Querida, sabes que nos tienes a nosotras- intervino Rarity caminando con las demás hacia la alicornio -. Podemos entenderte mejor esa actitud tuya con Sunset. Creo que cualquier de nosotras se pondría así por salvar a una de las nuestras.

-Tal vez no sea nuestra amiga...-opinó Fluttershy -...pero...eres la nuestra y queremos ayudarte...no molestarte o hacer sentir mal a Sunset. No es nuestra intención.

-Yo no hago nada para caerle mal- lamentó Pinkie Pie con un exagerado puchero.

-Chicas...- suspiró Twilight abriendo sus patas delanteras para unirse en un abrazo grupal que se acercaron todas -. Gracias...- dijo para dudar -. Un momento. ¿Por qué Rainbow no está aquí con nosotras?

...

-Con todo respeto, Twilight está dejándose manipular y no podemos permitir que caiga en ella como usted, Princesa Celestia- decía la pegaso de crin multicolor frente a la Sala de Tronos ante Celestia, Luna y Cadence. -. Sunset manipuló no sólo a usted, la Princesa Candence también, y la Princesa Luna se salvó pues en ese entonces estaba desterrada. El mundo humano también tuvo que soportar su manipulación. No podemos caer de nuevo en su juego.

-Rainbow Dash, ¿Qué punto quieres llegar?- preguntó Luna con seriedad mientras Celestia asimilaba las teorías de Rainbow.

-Sunset Shimmer no puede andar libre por allí con el afán de que en cualquier momento se convierta de nuevo en un monstruo. Estamos más lejos que cerca de averiguar lo que es ella y no sabemos cuánto más contendrá ese lado suyo- aquello hizo que las hermanas y Cadence coincidieran en un gesto de duda en el rostro -. ¿No se han puesto a pensar, que tal vez no una magia oscura que se depositó en Sunset, sino que ella es la magia oscura?

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