¿Quieren un maratón? Entonces a leer la nota de autooooor.

Mientras en Argentina hacía un frío increíble, en Gran Bretaña el calor era palpable. Christine, quien la había ido buscar al aeropuerto, la llevó hasta su habitación. No se creía que podía tener su propio cuarto, y encima para ella sola. En DarMark, las habitaciones no son compartidas, porque sus estudiantes son músicos y el administrativo cree que eso es un conflicto, ya que los alumnos tienen la costumbre de hacer música en todo momento y a veces eso puede complicar la convivencia.

―Bueno, Elizabeth, esta es tu habitación y espero que puedas sentirte cómoda ―dijo Christine, mientras lizzy dejaba su valija sobre la cama―. Voy a dejarte los horarios y otra información para que te vayas familiarizando. En treinta minutos, vendrá algunos de los chicos de Bienvenida para enseñarte el campus y el conservatorio. Luego podrás almorzar tranquila. ¿Alguna duda?

―No realmente, estoy muy agradecida ―respondió la muchacha.

―No hay de qué, espero que tengas un excelente año aquí. Si me disculpas, debo ir a atender otras cuestiones.

Christine se fue dejando a Elizabeth sentada en lo que sería su nueva cama. Respiró muy profundo y contempló su nueva habitación: las paredes blancas, un pequeño escritorio al lado de una ventana cerrada. No pudo evitar ponerse de pie y abrirla de par en par; la vista fue preciosa. Su cuarto daba a un jardín del campus adornado con flores que desconocía por completo. Más allá de las rejas altas que separaban el campus del exterior, los edificios antiguos y en tonos marrones y grisáceos, las cúpulas y todo el paisaje que solía ver en las cuentas de viajes de Instagram, estaba frente a sus ojos. Si a principio de año alguien le decía que esto iba a suceder, no se lo hubiese creído en lo absoluto, pero esa es una de las cosas bellas que tiene la vida: el poder de sorprenderte a cada minuto. Lizzy llevaba años estudiando inglés por la pura curiosidad hacia las revistas europeas sobre música, que en Argentina no traducían. Así que desde la noticia, el idioma solo la inquietó un poco. La brisa tibia acariciaba el rostro de la muchacha y la hacía sentir que estaba en un cuento o un sueño del que no quería despertar, no sabe cuánto tiempo estuvo allí, hasta que tocaron la puerta de su habitación. Al abrirla, se encontró con un muchacho que la miraba con curiosidad.

―¿Hola? ―soltó la muchacha.

―Hola, debes ser Elizabeth Ángelo, mi nombre es Kent Fiztwilliam ―Le habló con una gran sonrisa―. Soy parte del quipo de Bienvenida, así que bueno... te doy la bienvenida. 

Ambos no pudieron evitar reír.

―Gracias, entonces...

―Además de lo obvio, quiero que conozcas el campus. ¿Te parece bien ahora? ―preguntó Fiztwilliam.

―Sí, ahora es perfecto ―contestó Lizzy, mientras salía de su cuarto y luego cerró la puerta con llave.

―Bien, madame, será un placer acompañarla ―musita el muchacho.

―Muchas gracias, Kent.

―Puedes llamarme coronel ―sonrió.

―¿Coronel? ―frunció sus cejas―. ¿Qué clase de apodo es ese?

―Mis amigos me dicen así desde chico, una larga historia, pero apenas me acuerdo de que mi nombre es Kent.

―Está bien, será coronel, tal vez coronel Fitzwilliam ―terminó de decir Lizzy.

Mientras ellos caminaban por los pasillos, Elizabeth se sentía como si estuviese en esos típicos castillos y escuelas inglesas o en el mismísimo Hogwarts. La arquitectura era de admirar por las paredes y los techos adornados y con encastres salidos de la era victoriana. Los candelabros eran muy comunes en todos los pasillos y podías sentir música por doquier, algo que a Lizzy le llenaba el corazón. Visitaron los salones de las clases, los pasillos donde se encontraban los casilleros, más amplios de lo normal, las salas de uso común, el anfiteatro y los jardines. Ella no pudo evitar recordar a su preciosa sala 25, Dios... la extrañaba tanto. Antes de irse, habló con el conserje pidiéndole que tenga sumo cuidado de ese lugar tan especial, así que estaba tranquila, pero la tranquilidad no le impedía extrañarla con todo el corazón.

En el camino, Fitzwilliam fue saludando a personas y presentando a Elizabeth como una de las nuevas alumnas becadas, lo que hizo a la muchacha entrar en pánico, sin embargo, se sorprendió cuando todos sus nuevos compañeros parecían mirarla con admiración después de las palabras de coronel. No lo entendía, ¿qué tenía Cardenal que en DarMark eso no significaba sinónimo de inferioridad? Lo que Elizabeth no sabe, es que en este conservatorio, lo que menos le dan importancia, es a tu dinero o de que familia procedes, eso no importa. Lo relevante es tu talento, la persistencia y tu aprendizaje. Ser un alumno becado, es algo digno de admirar.

―Coronel, en serio, gracias por enseñarme el campus ―dijo Elizabeth en la puerta del edificio de las habitaciones para alumnos―. Solo espero no perderme, es un lugar enorme.

―Lo es, pero verás que cualquier compañero te podrá ayudar, les caíste muy bien ―contestó Kent―. Por cierto, esta noche hay una fiesta en el anfiteatro para la bienvenida de los nuevos alumnos. Obviamente te esperamos, ¿no?

―Oh, estaré presente seguro ―expresó Lizzy―, pero tengo una duda al respecto, no sé si la fiesta es casual, elegante.

―Totalmente al estilo que quieras, ¿eh? Casual, así que ponte lo que quieras.

―Me parece genial ―Dio pequeños aplausos. Extrañamente, después de recorrer el edificio, de saludos tan amables y simpáticos, además de almorzar una comida deliciosa, se sentía muy cómoda, como estar en casa. Solo que le faltaba su querida Pilar, se recordó mentalmente intentar llamarla por whatsapp en instantes.

―A las 20 hs en el anfiteatro, ¿recuerdas cómo llegar? ―cuestionó su nuevo amigo.

―Creo que sí.

―Perfecto, no te pierdas porque quien está muy ansioso de verte es mi pri...

―¡Coronel! ―Se escuchó la voz de un desconocido, al voltearse, un chico con rasgos afroamericanos es quien interrumpe a Kent―. Te necesitan en administración un segundo.

―Oh, bueno, nos veremos mas tarde, nueva amiga ―Le digo sonriente y se fue casi trotando a encontrarse con el chico desconocido.

La señorita Ángelo llegó a su habitación feliz y expectante por tener tantas personas con quien hablar. Recordó su tiempo en la secundaria donde hablaba horas y horas con sus compañeros, incluso se ponían a cantar y tocar la guitarra dentro del aula, en cada recreo. Fue como sacarse una mochila tan enorme, que te dejó heridas, pero a su vez fue consciente de que sanarán muy pronto y eso no le impide disfrutar de la vida y de su futuro.

HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

DEEEOOOS, CÓMO LOS EXTRAÑÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

CÓMO ESTÁAAAN, QUÉ ES DE SU VIDAAAAAAAA, QUIERO SABER TODO Y LEER TODOOOOOOOOOOOOOOOOO.

Me tomé este tiempo porque era muy necesario para mi vida, realmente, cambiaron muchas cosas en ella y sentía que le debía dar una pausa a esto que amo tanto por un tiempo, pero ese tiempo terminóoooooooo.

Y ahora se vienen las actuelizaciones regulareeeeeeeeeeeeeeeesssss. 

Y vamos a la parte que les gusta:

M A R A T Ó N.

PEEEEEERO, SOLO SI ME AYUDAN

Saben que wattpad no es fácil, hay muuuchas historias, autoras que son bueníiiisimas y tienen ALTO talento, incluso hasta más que yo. Así que por eso necesito que recomienden esta historia u otra mía que les guste.

¿Por qué?

Al ausentarme tanto tiempo, es normal que los lectores te dejen de seguir acá, en insta, quiten el libro de sus bibliotecas y eso lleva a perder muchos lectores o que no se enteren de la nueva actualización?

¿Cómo hacerlo?

Pueden publicar stories, posteos en insta, twitter, facebook, tooodas las redes sociales y etiquetarme (dejo mis redes debajo). Publiquen las frases más lindas que le gusten o solo palabras de ustedes de por qué leer esta historia o la que les guste, tal vez un dibujo, lo que sea, todo ayuda.

Lo valoraría un montón porque crecer en esto no es fácil, pero tengo los mejores lectores del univeeeeerrrso y me siento hiper agradecida.

Si es que hay maratón, nos estaríamos leyendo mañana o el marrrteeeeeeeeees y se vienen escenas taaannnnnnnn emocionantes que AAAAAH necesito publicarlas ya.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS POR TODO.

LOS AMO UN MONTÓN!!!