Se podría decir que el estado de ánimo de Lizzy, se reflejaba de igual manera como el día nublado en la ciudad de Córdoba. Desde el engaño de George y, pese a su estado de negación, la partida de los alumnos de intercambio, su sonrisa había decaído con notoriedad, lo que la llevaba a ocupar su mente al cien por ciento en otras cosas, y cuando hablamos de "cosas", nos referimos a la música. Elizabeth de chica, tenía la costumbre de hacer catarsis o canalizar cada una de sus situaciones a través de las teclas de su piano. De grande la situación no había cambiado en lo absoluto, ahora que se sentía triste y con muchas preguntas sin respuesta, las contestaba ella misma a través de la música que fluía por sus dedos, porque cada nota que emanaba era una palabra de alivio, una respuesta, una caricia para su corazón algo ansioso y apenado. Todo de puertas para adentro, porque por fuera era ella la que debía consular y acompañar a su hermana Pilar, con la peor decepción amorosa que había sufrido. Charles la había bloqueado a ella y a su familia de todas las redes posibles en internet, por ende, no había manera de saber dónde estaba o pedir siquiera una explicación de su último mensaje. Ya no había nada, nada más que tratar de olvidar y Elizabeth estaba con ella para todo lo que necesitara, pero ¿quién estaba para lo que ella necesitara? Exacto, solo la música.

Mientras las semanas iban pasando, ella practicaba más horas de lo habitual y se superaba a ella misma cuando componía. Si antes le costaban los arreglos compuestos, ahora con un chasquido de dedos sonaban tan preciosos que cualquiera podría escucharlos en bucle. Para colmo no "cualquiera" lo estaba haciendo, sino que nada más ni nada menos que el decano de Dante Cardenal University, gracias a la profesora que lleva el control académico de Elizabeth. Ella no sabe, que mientras se cuestiona cuándo cambiará su vida, se viene justamente la metamorfosis que ella ha estado esperando por tanto tiempo.

DarMark, el conservatorio que estaba golpeando más fuerte en el Reino unido, había abierto sus puertas a nuevas becas para los países de todo el mundo, buscando los músicos y compositores más talentosos de cualquier continente. No era coincidencia que esto sucediera cuando ella más lo necesitara, además al talento no se lo compra con ninguna moneda del mundo, ni por más pesada que fuera. Al decano ya le habían ofrecido algunos nombres con apellidos tan relevantes que podría temblar cualquier mano, pero no los oídos. La última palabra la tenía el directorio de DarkMark, así que la única cinta que aceptaron (y hasta rogaron) para la beca, fue la de la señorita Elizabeth Ángelo, mientras ella ignoraba que estaba siendo grabada en uno de sus ensayos junto a su profesora.

―Esa última nota hará que la voz de la cantante se luzca. Muy hermoso, Lizzy, sublime ―terminó de decir su profesora y ella le agradeció con una sonrisa―. Antes de que te vayas, quiero que me acompañes al decanato.

El corazón de la muchacha casi parece detenerse.

―Pero...

―Tranquila, que no se trata de nada malo ―La interrumpió la profesora, al ver el semblante de repentina preocupación que obtuvo como respuesta―, sino que todo lo contrario y esta noticia te hará muy bien. Lo sé porque estos últimos tres meses has cambiado bastante y eso se refleja en tu música y cuánto avanzaste en ella. Los artistas la gran mayoría del tiempo usamos lo que nos pasa para plasmar y despedirnos del proceso que nos corre por dentro. No sé que estará pasando dentro tuyo, pero creo que la noticia que te daré te ayudará mucho y será la puerta de un nuevo tiempo para tu vida.

El pequeño discurso de su mentora llegó al corazón de la muchacha como nunca, haciéndola luchar con todas sus fuerzas para no derramar ninguna lágrima, más cuando debe dirigirse a la oficina del decano. No es lindo ir tan desarreglada y roja hasta allí.

―¿Cuál es esa noticia? ―preguntó con voz débil.

―Supongo que oíste hablar del conservatorio DarMak...

―¿Qué si oí hablar de DarMark? Dios, amo esa escuela con mi vida, sigo los pasos y sus noticias como loca ―confesó.

―Bueno, esa escuela te quiere a vos como su alumna a partir de el próximo lunes ―expuso la profesora.

―¿Qué? No puedo creerlo, no es una broma, ¿no? ―Elizabeth sostuvo la cabeza con sus manos sonriendo, asombrada y con ganas de llorar al mismo tiempo.

De solo recordar la noche anterior, cuando su almohada fue testigo de su corazón turbado por las emociones encontradas y de las lágrimas que luchó por retener sin éxito alguno, al pensar que nada cambiaría para ella, le dan ganas de abrazar a esa Lizzy de unas horas atrás y decirle que todo va a mejorar.

―No bromearía con algo tan importante para vos y con un talento como el tuyo. No fuiste hecha para ser una alumna becada toda tu vida, que se recibirá y dará clases de música en una escuela, sin menospreciar a los maestros porque soy una, pero vos naciste para recorrer el mundo con tu arte. Felicidades, preciosa, este es el primer paso para alcanzarlo.

No dudó ni un solo segundo y la abrazó agradeciendo todas sus palabras y por todo el apoyo que ella fue en este lugar abarrotado de superficialidad y copos de nieve de tanto frío.

Varios minutos después, ella y su profesora se encontraban frente a la máxima autoridad de su universidad. La elegancia de la oficina era tan imponente que la muchacha tenía miedo de tocar hasta la mínima cosa por miedo a romperse. La mirada del decano también parecía analizar hasta sus párpados, sabía que debía cuidarse hasta de sus pensamientos.

―He visto tu avance mediante informes y videos, por lo que he tomado la decisión de proponerla a usted, junto a otros alumnos, para el nuevo plan de estudios de DarMark. Siéntase afortunada, señorita Ángelo, porque ha sido la única beca aceptada. Tiene todo los gastos cubiertos y no tiene que preocuparse por nada.

"No tiene que preocuparse por nada", fue lo que más la alivió. El dinero de Argentina casi no vale nada afuera y ella no se podía imaginar tener que subsistir por si sola en un continente tan exigente.

Poco a poco, las cosas para Elizabeth se estaban saliendo de la mejor manera y como nunca se lo había imaginado. Lo que más la dejaba ansiosa y con un peso en el corazón, era Pilar, sin embargo, por un tiempo ella pasaría las vacaciones de Julio con sus tíos y primas, donde sabía que la ayudarán a distraerse y respirar nuevos aires que también lo necesita y con creces.

Solía encontrarse en algún que otro pasillo con George, con una chica distinta entre sus brazos. Ya no le dolía en lo absoluto, solo se preguntaba si aquel día que tanto Darcy la ayudó, fue el causante de su partida. Ese cuestionamiento aparecía de vez en cuando, la turbaba, pero luego trataba de pensar en otra cosa para que su ansiedad se fuera.

El domingo a las 19:07, se encontraba aterrizando por primera vez de un avión. Pensó que se asustaría al abordarlo, pero la emoción que sintió fue increíble y la llevaba de viaje a la expectativa de lo que le sucederá de ahora en más. Cuando cruzó la puerta de desembarco, vio un cartel con el nombre de "Bienvenida, Elizabeth Ángelo" que reconfortó su corazón al instante, más cuando la acompañaba la sonrisa de una mujer que parecía ser amable. Y no se había equivocado, porque Christine, quien la trasladó hasta el conservatorio, le sacó charla durante todo el viaje y le respondió muchas de sus dudas sobre el lugar.

Miró hacia la ventanilla mientras la llovizna caía tras los cristales, cerró los ojos y se permitió sonreír porque estaba dejando atrás el pasado para todo lo que venía para ella. Bienvenida, Elizabeth Ángelo, se dijo a sí misma.

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Estoy organizándome para poder publicar aunque sea una vez a la semana, así que tengan paciencia, sé que les gustaría leer más.  :(

IMPORTANTE: Publiqué una NUEVA obra terminada en mi perfil de Watpad, se llama "El recurrido de una lágrima antes de evaporarse". Está en PDF y en el apartado te explica cómo conseguirla.

Gracias a quienes se quedan a leer pese a la tardanza, lo valoro mucho y amaría que compartieran frases o la historia con sus amigos y en sus redes. Me haría muy feliz.

GRACIAS POR TODOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.

LAS QUIERO UN MONTÓOOOOOOOOOOOOOOOOOOOONNN.

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