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Lo que Quieres Más
chxrrybae

- ❥ -

Era un día bonito, soleado, liviano y tranquilo para Giyuu, que caminaba a la casa Kamado por una visita semanal a los hermanitos que allí vivían.

De lejos divisó a Nezuko limpiando el pórtico y ella extendió la mano como saludo, se acercó a él y le dió la bienvenida.

- ¿Cómo están?- preguntó Giyuu con una sonrisa fraternal en su rostro.

- Muy bien, nii-chan fue a vender, no compran mucho pero todos necesitan carbón.

Nezuko soltó una risita y Giyuu le acarició la cabeza, sin dudas era un buen día.

- ¿Quieres quedarte a comer, Giyuu-nii-chan?

- Claro, ¿Tanjiro volverá pronto?

- Eso creo, prepararé el almuerzo y veré su cara, ¡seguro no se lo espera!

- ¿Espera?

El mayor hizo una mueca confundida y siguió a Nezuko a la casa.

¿Porqué no se lo esperaría?
Hasta donde él sabía, Tanjiro comía todos los días.
Le dió vergüenza preguntar a la chica y simplemente se sentó en la sala a tomar el té en lo que ella cocinaba.

Cuando Nezuko volvió para ofrecerle un entremés, Giyuu tiró de su kimono y suspiró.

- Nezuko.

- ¿Mhn?

- ¿Ustedes no comen todos los dias?

- Qué.

La jovencita pestañeó varias veces claramente desencajada.
¿A qué se refería con exactitud? Ella nunca había dicho algo respecto a comer.

¿O sí?
"Haré el almuerzo, seguro no se lo espera"
Sí, lo hice.

- Si tienen problemas económicos yo puedo prestarles dinero, me va bien, no me molestaría prestarles si son ustedes.

Giyuu agachó la mirada apenado.

- Yo haría lo que fuese por ustedes, Nezuko. No tengan miedo de pedirme ayuda.

Enternecida, la menor le sonrió y negó despacio como una madre que saca de su error al hijo.

- No fue por eso, Giyuu-nii-chan, ¿no sabes qué día es hoy?

- ¿Miércoles...?- dudó.

- Bueno, sí, pero también es el cumpleaños de nii-chan.

- Qué.

Decepcionado. Estaba realmente decepcionado de sí mismo.

¿Admitía amar a Tanjiro y ni su cumpleaños sabía?
Giyuu suspiró, soltó el kimono de Nezuko y apretó los labios. La horrible sensación de lejanía regresó.

¿Porqué siempre que pensaba estar cerca de Tanjiro, algo, lo que sea le hacía ver que en verdad nunca lo alcanzaría?

Nezuko se sentó a su lado y, tal cual Tomioka hacía, le acarició la cabeza.

- Está bien, nii-chan no le dijo a nadie qué fecha es, le gusta reservarse esos datos, no sé porqué y nadie sabe qué día es. No te sientas mal, Giyuu-nii-chan, aún estás a tiempo.

- ¿A tiempo?

- De hacerle un regalo.

¡Tiene razón!

No iba a rendirse, todavía quedaba una luz de esperanza, el día apenas comenzaba y seguramente algo se le ocurriría para su regalo.

- Sí, lo haré.

Tan emocionado como era físicamente posible para Giyuu Tomioka, bajó al pueblo y, del otro lado de éste, en una colina arbolada de manzanos, se hallaba la casa de Sanemi.

Sólo Giyuu conocía el motivo por el que el pilar del viento se instaló a las afueras de aquel pueblo, tan cerca de la nueva casa Kamado, y él pensaba hacer lo mismo pronto (en cuanto pagara su deuda con Urokodaki).

- ¡Sanemi, Sanemi!- exclamó Giyuu entrando a la residencia Shinazugawa- ¡Ayúdame!

- Ahh, qué ruidoso eres- y el dueño salió descalzo y molesto por el escándalo- ¿Quién te dejó entrar?

- Estaba abierto.

- Maldición, es que hace mucho calor...

En efecto, había pasado la mañana entera abanicándose y quejándose del clima, Sanemi odiaba el verano.

- Bien, qué quieres. Y habla rápido que tengo mucho calor.

- Pues... hoy es el cumpleaños de Tanjiro y no sé qué regalarle.

El pilar del agua golpeó los brazos contra sus costados y esquivó el rostro de Sanemi que, poco a poco, se colmaba de ira. Cosa usual en él en realidad.

- ¿Ah? ¿Y por esa estupidez me molestas? ¡Tú lo conoces mejor que yo, Giyuu, yo no sé nada de Kamado!- señaló.

- Sí, pero quizás se te ocurría algo. Sanemi, por favor.

- ¡¿Y porqué no lo pensaste antes?!- ladró el aludido.

- Es que me enteré hoy...- admitió Tomioka sobrado de vergüenza.

- No puede ser.

Tuvo que contar hasta cien para no insultar a Giyuu por su ineptitud, lo quería mucho y era su amigo pero es que realmente cada día lo sorprendía. Nadie podía ser tan despistado.

- ¿Enserio supusiste que Tanjiro no cumplía años? ¡Nació, Giyuu, eso es el requisito mínimo para tener un cumpleaños!

Después de explicarle la situación, Sanemi se masajeó el puente de la nariz y bufó.

- ¿Y por si fuera poco pensaste que ellos no comían?

- Bueno, esa tiene sentido si me preguntas- se excusó el morocho.

- ¿Cómo dIABLOS no sabes qué día cumple el chico que te gusta, Giyuu? Dime, por favor, antes de que te eche de mi casa.

- Él no habla de esas cosas... Nezuko dijo que nadie además de ella lo sabe, nadie sabe mucho de ellos en realidad.

- Yo sé el cumpleaños de Nezuko.

- ¿Qué? ¿Enserio?

- ¡Claro que es enserio! ¡¿Qué clase de persona no sabe el cumpleaños de su amado?!

- Emmm...

- Además de ti, Giyuu.

- ¿Me ayudas?

Shinazugawa se cruzó de brazos y pensó unos momentos la respuesta mas práctica.

- ¿Qué le gusta a Tanjiro?

- El verano- dijo Giyuu rápidamente- el sol, la comida, sus amigos, las plantas, cocinar, el agua, los ríos, la noche, el día, el invierno, el otoño, la primavera...

- ¡Eso es "todo", Giyuu, por Amaterasu!- Sanemi se frotó el rostro gruñendo, su amigo sí que sabía cómo poner a prueba su paciencia.

- A Tanjiro le gusta todo.

Y no mentía.

- ¡Así nunca llegarás a nada! ¡Piensa algo que le guste por sobre todo!

- ¿Su hermana?- inquirió inocentemente.

- ¿Tampoco lo sabes, verdad?

- No...

- Eres el peor enamorado de la historia, Giyuu. Un fracaso para el romance. Me das asco- sentenció el anfitrión.

- Perdón.

- Piensa en lo que más a ama en el mundo, consíguelo y vete de mi casa porque juro que te mato.

- ¿Tú ya sabes qué regalarle?

- Claro que sí, no sería buen cuñado si no lo hiciera.

- Qué suerte...

- ¿Y? ¡Piensa!

- ¿Su... familia...?

Habló nervioso, estaba aterrado de equivocarse otra vez y que Sanemi no quisiera ayudarle más.

- ¡Qué familia si sólo tiene a Nezuko!

- ¡Tanjiro considera a todo el mundo su familia! ¡Eso es lo que más ama, Sanemi!

Finalmente halló una respuesta, el pilar del viento respiró aliviado y sonrió macabro.

- ¡Bien! ¡Toma eso, haz algo con su familia y más te vale que te vaya bien!

- ¡Haré una cena!- chilló- ¡Cocinaré para todos esta noche y será mi regalo para Tanjiro! ¡Un momento donde se reúna toda su familia!

- ¡¿Y qué estás esperando?! ¡Ve!

- ¡Sí!

Tras un método inusual de la mano de Sanemi, Giyuu volvió a la casa Kamado, el almuerzo terminó y Tanjiro salió de nuevo, Nezuko dijo que trataba de tenerlo fuera de la casa para que los demás llegaran y su hermano no sospechase nada.

Y un aroma a carne asaltó a Giyuu.

- ¿Qué haces? ¿Cocinas?

Nezuko asintió.

- Pensé en regalarle una cena a nii-chan, después de todo su familia es lo más importante y es un momento donde todos se reunirán. ¿No es el mejor regalo?

La sonrisa de Giyuu se borró, quería llorar, debía ser una broma.

- Sí...

Tanto que le costó, tantos gritos que soportó, y Nezuko le ganó el regalo para Tanjiro.
¿Cómo podía ser el destino tan cruel?

- ¿Quieres ayudarme? Necesito más manos y las chicas todavía no llegan.

- C-claro...

De nuevo estaba alejándose de él.

- ❥ -

Atardecía y casi todos los conocidos de Tanjiro se reunieron a cenar en la casa Kamado.

Aoi, Senjuro, Kanao y Nezuko cocinaban lo último para empezar apenas Tanjiro arribase, Yushiro tocó a la puerta principal y Sanemi le abrió.
Reían, conversaban y se ponían al tanto de los meses sin verse, los invitados hacían ruido mientras que Giyuu, a un costado, se sumía en su propia miseria.

Él había fracasado, no consiguió nada significativo para Tanjiro, el chico del que estaba enamorado, no supo qué darle.

¿Era un mal hombre por eso?

El reloj de bolsillo que compró en el pueblo no era mas que un cachivache que Tanjiro usaría, no algo que le demostrara todo su amor.

- ¡Nii-chan, feliz cumpleaños!

- ¡Feliz cumpleaños!

Sin embargo no era la primera vez que Giyuu se ahogaba en sus emociones viendo a lo lejos a Tanjiro, consciente de que aunque gritara, él no lo oiría.

Y estaba cansado de vivir así.

Durante la cena no emitió palabra, Sanemi echaba un vistazo a su persona cada tanto, preocupado por lo cabizbajo que andaba, mas nadie más notó a Giyuu y la noche transcurrió sin problema hasta la entrega de regalos.

- Nii-chan, la cena fue mi regalo, ojalá que te haya gustado- y Nezuko se inclinó respetuosamente hacia el homenajeado.

- Excelente como siempre, Nezuko, gracias- felicitó.

- ¡Entonces aquí van nuestros regalos!- Inosuke puso una vasija enfrente de Tanjiro y éste boqueó sorprendido- ¡Para ti, Monchiro!

- Una... vasija. Qué atento, Inosuke, gracias.

- ¡Hum!

El jabalí se alejó orgulloso de que le gustara y Aoi, detrás de su novio, le dió unas flores a Tanjiro, Kanao le entregó algunos cuadros con flores y hojas que Kiyo, Naho y Sumi hicieron junto a ella, y los Rengoku unos libros extranjeros que compraron especialmente para Kamado.

- ¡Nuestro turno!- exclamaron los Uzui.

- Este regalo es de los cinco, Tanjiro, ojalá te guste.

Zenitsu extendió un espejo decorado con hermosas piedras brillantes similares a la del parche de Tengen, aunque de diferentes colores.

- Es muy bonito, Zenitsu, ¡gracias!

- Nos tomó un tiempo encontrar las piedras adecuadas pero nos alegra que te guste.

- Sí, Tengen fue muy exigente en que luciera bien- dijo Hinatsuru en un suspiro.

- ¡Y de la simetría!- agregó Suma.

- Aunque todo el trabajo lo hicimos nosotros- y Makio terminó la frase mirando feo a su marido.

- ¡Yo puse el dinero, mujer!- se excusó.

- ¡Hmf! ¡Al menos danos crédito!

- ¡Sí!

Tanjiro rió incómodo por la discusión de Uzui contra sus cuatro esposas y llamó a que Sanemi le diera su regalo.

- Una yukata, sé que la viste y la querías, así que la compré, espero te guste.

En un caja rectangular y bajita, estaba la prenda color esmeralda que robó el corazón de Tanjiro unas semanas atrás.

- ¡Wah! ¡La yukata de la tienda de Amamiya-san! ¡Gracias, Shinazugawa-san!

- De nada.

Sanemi sonrió a Nezuko y ésta celebró con pequeños aplausos emocionados.

Giyuu observaba todo en silencio absoluto, incluso Sanemi dió un regalo significativo, la mesa se acumuló de presentes y con cada uno la moral de Tomioka bajaba.

No era nada, y su regalo lo era menos.

- ¿Giyuu-san? ¿Me trajo un regalo?- inquirió Tanjiro y los invitados voltearon a verlo también.

- No...- dijo apretando el reloj en su bolsillo- no traje nada.

- Oh... ya veo...

Zenitsu captó el claro sonido de la decepción y miró al cumpleañero. Por un segundo, la sonrisa soñadora de Tanjiro se quebró.

- ¡Hay pastel!

- ¡Sí!

Nezuko cortó el pastel y repartió platos, Giyuu rechazó el suyo y salió a tomar aire, unas asfixiantes ganas de llorar lo abrumaban y simplemente odiaba llorar.

¿Porqué nunca era suficiente?
¿Porqué nunca podía alcanzarlo?
Tanjiro siempre resbalaba de entre sus dedos como agua, era imposible de atrapar y Giyuu se estaba muriendo de sed.

Bajo hermoso que Tanjiro le hacía sentir, se encontraba lo horrible de verlo pasar y no poder alcanzarlo.
Era una tortura, y Giyuu no podía más.

- ¿Giyuu-san?

- ¿Tanjiro?

El dueño de sus anhelos se sentó a su lado y jugó con sus dedos antes de hablar.

- ¿No quería pastel?

- No.

- Ya veo... ¿y está bien? huele...

Cuando los ojos azules de Giyuu hallaron los suyos, Tanjiro detuvo su respiración.

Triste. Giyuu olía triste.

- ¿Qué pasó?- preguntó el menor perdido en los ojos ajenos.

- Supongo que es imposible ocultarte algo- suspiró- yo... no sabía que hoy era tu cumpleaños, y Sanemi me ayudó a buscar un buen regalo, pero Nezuko ya lo había tomado y... fallé.

- ¿Fallar?

Giyuu agachó la cabeza y enredó sus dedos con el cabello.

- Yo quería darte algo especial, pero parece que todo lo que pueda darte otro también podrá. Jamás podré darte algo que nadie más pueda, Tanjiro, yo nunca... yo jamás seré suficiente.

El agua llenaba sus pulmones y la vista se le volvía borrosa. Se estaba hundiendo, se estaba ahogando de nuevo.

- ¡No diga eso, Giyuu-san!- exclamó Tanjiro furioso- ¡Eso no es cierto!

- Está bien, Tanjiro... no es nada que ya supiera.

- Pero...- la respiración del colorado se agitó y sus ojos se cristalizaron- Pero Giyuu-san es muy especial para mí, él... ¡él me da algo que nadie más puede!

Iba a refutar, pero las manos de Tanjiro lo tomaron por el rostro y le obligaron a no perderse ni una palabra.

- Giyuu-san me da su amor todos los días que lo veo, incluso cuando no, y no es como el amor de Nezuko o mis amigos, es distinto, el amor de Giyuu me hace sonrojar y sentir un burbujeo en el pecho, ¡Giyuu-san es muy especial para mí! Y yo sé de una cosa que sólo él puede darme...

Suaves como la luz de sol.
Húmedos como el agua.
Los labios de Tanjiro se posaron con la hermosa dualidad que podría caracterizarlos, sobre los labios de Giyuu.

Fue un beso corto, apenas un roce, sin embargo bastó para borrar la tristeza del pilar de un plumazo y hacerlo sonreír de nuevo.

- Tanjiro...

- Estar al lado de Giyuu-san el resto de mi vida es el regalo más especial que podría darme.

El mas bello que Giyuu podría ofrecer jamás.

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¡Feliz cumpleaños al personaje que odio y amo a la vez!
Por fin terminé a tiempo un oneshot de cumpleaños y, por si fuera poco, puramente GiyuuTan.

Tanjiro, te odio, pero si estás con Giyuu está bien.

#muak

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