Las primeras semanas después de el diagnóstico de mi madre fueron bastante difíciles.

Lo primero que hice fue comunicarme con la universidad para confirmar que me tomaría una "Pausa oficial" por el semestre. Esta noticia claramente no le agradaría a mi madre, ya que siempre fue la primera en apoyarme con la universidad.

Aunque ella me rogara qué fuera,no lo haría, tenía que quedarme aquí aun.

Walter empezó a ser demasiado protector con ella, algo que me molestaba. Sentía que me trataba como a Joe, prácticamente como una niña.

Ese mismo día del diagnóstico estábamos en la mesa cenando. Joe estaba cansado,por lo que no vino a comer. Y mi madre dijo que quería asimilarlo sola.

—Es mejor que estés fuera de esto... —Walter me miró seriamente —Si ella se entera que no iras a Denver...

Así que estábamos los dos solos cenando.

—Es mi madre. —Respondí seriamente. —No me dejes fuera de esto cuando me estas diciendo que le quedan meses de vida. Denver no importa ahora.

—Joy,no estas escuchándome... —Walter ya parecía frustrado. —No digas eso.

—¿Decir que?

—Estas siendo negativa.

No pude evitar soltar una risa sarcástica antes de morderme el labio. Siempre había sido respetuosa con Walter,pero esta vez.

—Entonces no entiendo que quieres que sea. —Levante la voz un poco. Ya podía sentir la ira. —Me dijiste que le quedaban meses,no tiene salvación.

Baje la mirada antes de cubrirme la cara con las manos. Nisiquiera sabía si llorar o romper todo.

—Pero decir eso es algo fuerte... —El tartamudeo. —Hay que ser positivos y fuertes. Por tu madre y por tu hermano.

Al oír esas palabras sentí algo de culpa. No coincidía en muchas cosas con este hombre, pero yo también quería la felicidad de Joe y de mi madre,aunque fueran por pocos meses...

Así que solo suspire y agache la cabeza aceptando la verdad. La universidad siempre fue mi sueño, no importaba las razones de porque lo hacía ahora mismo. Entonces ¿Quien me iba a consolar a mi?

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Las siguientes semanas hice lo que se me ordeno: Cuidar a mi madre y hermano.

En la mañana cuidaba a mi madre mientras que Walter trabajaba. Trataba de ser positiva y de pasar tiempo con ella. Veíamos sus películas y novelas sin criticar mucho por la edición o las temáticas.

Un día estábamos viendo una película que menciono mi madre que le habría gustado en su adolescencia, American Pie.

Mire la película mientras comíamos ensalada. No era mi comida favorita,pero lo hacía por ella. Tampoco era que la película me hiciera risa, pero me reía forzadamente tratando de ver que estaba disfrutando.

Una vez que la película terminó, mi madre tenía una gran sonrisa en su rostro. Claramente lo había disfrutado.

—Hay que verla de vuelta. —Me miró,tratando de tener mi aprobación, aunque parecía que me había atrapado. —¿No te gustó verdad?

—¿Por qué lo dices? —La mire con una falsa confusión.

—Estuviste mirando incomoda a todos lados.

Solo sonreí. Ella me conocía bastante.

—No es mi tipo de películas...

—¿Entonces por que estas viéndola?

Me quedé en silencio,tratando de no mirarla. La razón era obvia,y aun así me incomodaba decirle lo obvio.

Estuvimos un rato en silencio, mientras yo veía la forma de poner otra vez la película. Aunque me sorprendió notar que mi madre me tomó de la mano.

—Ya deberías estar allí... —La mire algo confundida. —Con Aaron,pasando sus días como pareja.

Para este momento, era agosto. Mi habitación ya debería estar vacía,solo con cajas llenas y muebles vacíos.

—¿A donde?

—¿Te quedaste por mi? —Ella me miró tratando de estar seria,aunque con ojos melancólicos. —¿Te iras cuando muera...?

—Basta de decir cosas asi. El médico dijo que no te estresaras.

Simplemente no me salio de el alma decir lo típico: "No te vas a morir" porque lo sabía, sabía que iba a pasar eso con ella. Y aunque quería ser positiva, simplemente no podía darle falsas esperanzas.

—El doctor también dijo que me iba a morir. Ya es hora de aceptarlo...

Abrí los ojos como platos ¿Como esta mujer había aceptado en pocas semanas que iba a morir y su familia aun no?

Intente decir algo, pero había un nudo en mi garganta. Su voz pronto se escucho antes que la mía.

—Lo que que quiero decir es que... —Mary se recostó sobre el respaldar de la cama. —Tienes tanto potencial como para desperdiciarlo conmigo,Joy.

Ella tomo una bocanada de aire, antes de apretar su agarre en mi mano.

—Pronto me moriré, y tu habrás perdido un semestre para lo que te dedicaras el resto de tu vida.

—No sabes lo que estas diciendo. —Balbucee, aun anonadada. —Seguro la ensalada tenia algo. Mejor ve al baño.

Me levante de la cama para ayudarla a ir al baño. Aunque pronto sentí como su agarre me acerco se hizo mucho más fuerte. Sus ojos de un color azul me miraban seriamente antes de hablar.

—Vas a prometerme algo.

Para este punto me sentía tan débil. Sentía ese nudo en la garganta. Tenía ganas de gritar, de insultarla, de decirle que estaba loca,pero las palabras no salían.

—Cuando me muera no quiero que me llores. —Su otra mano atrajo mi mano libre para apretarlas. —Quiero que consigas ese título de arquitecta, no importa que te mueras por dentro. Quiero que lo hagas incluso si tienes el corazón roto.

Mi cuerpo sintió un escalofrío al escuchar sus palabras. Pero esos eran sus últimos deseos: Que fuera fuerte.

Yo tenia que ser fuerte,inclusive si estaba en medio de un duelo.

—Lo prometo.

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Esa misma tarde cuando mi madre al fin dormía, me encerré en la habitación. Ya eran al rededor de las 3 PM. Ya se había vuelto rutina.

Amaba el sonido de cuando la puerta de madera daba contra el umbral. Eso significaba que por fin tenía mi espacio privado. Podía pasar horas sintiendo el silencio, y para nada me molestaba o incomodaba. Las paredes de un color azul celeste con algunas nubes, mariposas y aviones de papel dibujados por mi madre y yo me acompañaban.

Era una señal de paz para mi. Yo me tenia a mi misma para esconderme y desahogarme en mi pequeño mundo en mi mente.

La pregunta no evito venir a mi: ¿Que haré cuando ella muera? Y no solo me lo preguntaba por mi madre, también por mi. Sentía un vacío que traté de rellenar con la meta de dejar orgullosa a mi madre ¿Pero ahora a quien iba a enorgullecer?

Las lágrimas simplemente cayeron. Mi espalda dio contra el colchón mientras mis manos se iban a mi cara. Aunque no hubiera nadie,se sentía como si miles de fantasmas de mi consciencia vinieran a atormentarme en este momento.

Llore en silencio.

Llore en silencio porque nadie vendría a abrazarme.

Llore en silencio porque en este momento solo tenia que ser fuerte aunque doliera.

Escuche la notificación de mi teléfono. Pronto estire el brazo para ver la notificación. Era Aaron.

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A: ¿Podemos vernos hoy? Digo, tu hermano tiene clases de fútbol si no me equivoco.

A: Hace mucho no hablamos ni nos vemos. Tengo algo que decirte.

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Camine de la mano por la acera con Joe. Por las tarde siempre tenia que llevarlo a sus clases o a jugar con amigos, así se distrajera un poco de la casa,y de mi madre.

Algunos mechones oscuros aveces se esparcian por mi rostro, lo que me molestaba. Ya que desde hacia rato estaba esperando que Aaron contestara el mensaje.

No le había comentado a nadie sobre Denver a demás de mi familia y amigos cercanos. Y aunque fuera cruel, Aaron no se encontraba en esa lista.

—¿Tenia que venir? Mamá se quedo sola.

Escuche la voz de Joe, pronto lo mire con un ceño fruncido.

—Ella está bien, esta con Walter. —Insistí. —A ella no le gustaría que dejaras de hacer ejercicio.

—Pero tu dejaste de ir al colegio para cuidarla.

—Son casos diferentes. Tu aun eres un niño...

No quería seguir hablando de esto, así que simplemente lo ignore el resto de el camino. El era demasiado inocente para saber.

Pronto llegamos a destino. Deje a Joe junto a su profesor y espere en la entrada de la pequeña estructura a que Aaron apareciera.

Me sobresalte al sentir sus brazos enrrollandose al rededor de mi cintura. Pronto supe que era el al sentir un leve beso en mi cuello. Sus palabras como un susurro junto a mi oído.

—Hola.

—¿Era necesario hacer eso? —Me queje un poco. —Estamos en público.

—No nos vimos en un par de semanas y me saludas así. Que grosera.

Escuche su risa cariñosa antes de que acomodara mi brazo al rededor de el de el y empezáramos a caminar hacia algún café cercano. En el camino el toco el tema de la universidad, y supe que ya no podía ocultarlo más.

—Mi tía Rosie nos consiguió un lindo apartamento y además...

—No iré. —Anuncie de golpe,a lo que el me miró pronto. —Almenos no este semestre.

Pude sentir su sorpresa antes de que su expresión se volviera llena de decepción. Nos detuvimos abruptamente.

No eramos de contarnos cosas tan íntimas. Podría ser falta de comunicación,pero así nos manejábamos. Y yo no tenía planeado contarle lo de mi madre...

—Que buena broma.

—¿Crees que bromeo? —Lo mire seriamente y pronto el supo que lo decía en serio.

Estuvimos allí, en medio de la acera. Claro que el estaba sorprendido, decepcionado y con algo de enojo. Y lo peor esque lo entendía.

—¿Cuando ibas a decírmelo? —Su voz llena de rencor. —Joy, estamos a tres semanas de cambiar nuestras vidas ¿Y se te ocurre decirlo ahora?

—Hablemos de esto luego, no estoy de humor para...

Pero Aaron pronto me interrumpió y nos hicimos a un lado así otras personas pudieran pasar.

Discutiendo en la calle. Genial...

—Puedo aguantar la falta de interés, los mensajes en visto y decir que me gustan tus gustos horribles en la música porque me gustas mucho ¿Pero esto?

Realmente nisiquiera sabía que decir. Esto era innecesario. Y no podía sentir culpa ahora mismo, el para nada sabía por lo que yo estaba pasando.

Me mordi en labio y apreté los puños. Estaba tratando de no gritarle en un lugar tan publico. Sentía los ojos humedecidos y alcé la voz.

—Mi madre tiene un maldito cáncer ¿Y quieres que me preocupe por cosas así?

Solté la noticia de golpe, y al parecer el no se lo creyó al principio,su sonrisa sarcástica seguía ahi. Pero después cuando vio que yo estaba seria...

—¿Y no tuviste la descencia de contarme algo así? ¿Qué tipo de pareja somos? —Aaron alzó la voz, sin simpatía en ella.

—Solo para, ahora. —Lo detuve pronto. Podía sentir las miradas.

Suspire, el claramente estaba enojado. Pero levanto la ceja, como si esperara que dijera algo.

—En algo te doy la razón. No se que clase de pareja somos... —Me frote la frente, despeinando un poco mi flequillo. —Hay que darnos tiempo.

—¿Estas terminando conmigo?

—Estoy pidiendo tiempo.

El solo se río sarcásticamente. Podía notar sus puños apretados y su pequeño puchero en su rostro. Hasta que por fin suspiro antes de alejarse.

—Toma el tiempo que quieras. —Aaron se fue alejando más y más. —Pero si de verdad te gustará nisiquiera lo dudarías.

—Aaron,en serio no es...

Pero el ya se había ido. Me daba la espalda al sentido contrario donde nosotros nos íbamos.

Supe en el momento que habría un gran muro invisible entre nosotros. Aunque yo quisiera gritarle para que volviera,el no escucharía...