Capítulo 51
Camila.
Me esfumé, aunque era imposible, lo logré, me desvanecí como un fantasma de su vida, cuatro semanas, en las que me ate las manos para no llamarla, no debía acercarme, no debía darle señales, debía arrancarme el corazón y lanzarlo lejos de mí.
Solamente porque Lauren debía estar a salvó de mí, a salvó de Simón, a salvó de todo, me quedó mirando la taza de café frente a mí, no he dormido nada y debo funcionar al cien por ciento.
Vuelvo a recordar lo sucedido y aún me parece surrealista.
— ¿Por qué me llamaste con tanta urgencia? —entró en su oficina, no hablo más al darme cuenta que alguien más está con él.
¿El nuevo empleado? Lo recuerdo porque su atuendo es igual de estilizado que la primera vez que lo ví. Aunque ahora detallo mejor su aspecto, es rubio cenizo, sus ojos son de color miel y tiene una expresión de tranquilidad absoluta, como si el mundo se puede quemar y le importara muy poco.
—Toma asiento —¿No piensa pedirle que se vaya?
Está muy serio.
— ¿Algún problema?
—Descubrí tu secreto —no aparta su mirada fija de mí—, ¿Realmente creíste que podías esconderme esto?
Trago saliva, por favor que no sea lo que creo…
Deja un sobre en su escritorio lo empuja hacia mí, lo tomó con firmeza y sacó cuatro fotos.
Mierda.
Diferentes ángulos, misma foto, Lauren y yo besándonos.
— ¿Qué pasa con esto? —me obligó a parecer completamente segura de mí—, es mi vida privada, mientras no interfiera con mi trabajo no tiene porque molestarte.
La risa del desconocido en la habitación me hace fruncir el ceño, me mira y se encoge de hombros.
—Hoy si tengo papel y bolígrafo… ya sabes, para el autógrafo.
—Uh.
—No interrumpas más —Simón ni siquiera le dirige la mirada.
—Ok, jefe.
—Camila esto va a terminar, tu estúpida aventura se acaba en este momento y espero que seas lo suficientemente inteligente como para no desafiarme.
—Esto no te incumbe, haces lo que quieras con mi carrera, en esto no te vas a meter —me pongo de pie para irme, no quiero que meta sus manipulaciones en mi cabeza, no quiero que me haga arruinar las cosas.
—Te lo estoy advirtiendo —fue lo último que escuché cuando salí arrugando las fotos en mis manos.
Después de ese patético intento de convencerme de que podía mantener mi relación fuera de los problemas y de las consecuencias que ni siquiera imaginaba, Simón comenzó su jugada.
La foto estaba por todos lados, los comentarios y las cosas malas se intensificaron de una manera inmediata, comenzaron las críticas, eran tan fuertes que no me lo esperaba, no podía creer que hubieran tantas personas dispuestas a hacer daño.
Quise enfrentarlo, siempre he querido guardar a Lauren en una caja inquebrantable ante este tipo de personas y me moría de miedo, aún lo tengo, pero quería que Simón no intentará nada más.
—Te hizo volver en menos de veinticuatro horas —otra vez este hombre, no entiendo porqué está tanto tiempo aquí, ni siquiera sé qué es lo que hace para Simón.
—Disculpa, vengo con algo de prisa, necesito hablar con Simón —voy directo al pasillo donde se encuentra la oficina a la que deseo llegar.
Su mano en mi hombro me empuja contra la pared de un costado, tan rápido que no logro entender lo que pasa hasta que sigue presionando su mano en mi hombro manteniendome fija contra la pared y lo miro confundida.
— ¿Qué te….?
—Alejate de una vez de ella, escoria asquerosa —escucho sus dientes rechinar—, me hierve la sangre al pensar que la tocaste con esa manos repugnantes.
—No entien… suelta…aleja… —no logró contener el miedo que siente todo mi organismo, su mirada es de desquiciado y mi respiración se vuelve un caos.
—Ya no voy a fingir —relame sus labios de manera asquerosa—, tu fan, si claro, solo generas odio en mí, no quiero que la toques nunca en tu patética vida porque ella me pertenece.
— ¡André! Alejate de ella —hace un chasquido con su lengua y retira su mano de mi hombro, el lugar quema y paso mi mano por él solo para intentar alejar esa sensación—, otro idiota que cree que puede hacer lo que quiere, te dije que me encargaria.
—Te ilusionaste demasiado al creer que sigo tus órdenes, Simón —pasa sus manos por sus jeans de una manera compulsiva.
Me recargo de la pared y hago todo por no dejar que mis piernas fallen.
—Te dije que no quería problemas —Simón toma mi brazo y me hace caminar con él.
—Sí, sí, anda sigue exprimiendo como una sanguijuela —se ríe ese tal André y se me eriza la piel.
—Estas cosas no pasarían si me escucharás, quisiste jugar a la rebelde y no sabes qué André es un demente.
¿Y tú no?
— ¿Quién es? ¿Por qué está aquí? ¿De qué demonios habla? —logró soltar atropelladamente las primeras preguntas que logró pensar.
—Él es el bastardo de mi familia —resopla caminando a la silla de su escritorio—, no quería que lo conocieras, pero eres muy estúpida.
—Ya deja de insultarme y explícame —digo exasperada.
—Si hicieras tu trabajo como yo lo exijo esto no estuviera pasando, ya comencé a dañar parte de la imagen de Lauren, ¿Ya comprendes que no juego o seguiremos?
—No, déjala fuera de esto, por favor, te lo pido.
— ¿Vas a terminar su patética historia?
Me quedo en silencio y noto como se frustra, pasa las manos por su cara.
—Camila, debes estar concentrada en tu carrera, en generar, trabajaremos y lograré que seas la más deseada actriz de este año, obtendremos mucho.
—No es esto lo que quiero —ya no amo mi trabajo, hizo que comenzará a odiarlo.
—Es lo que harás, entiéndelo, así será más fácil.
Mantengo mis uñas clavadas en las palmas de mis manos, debo mantener la compostura.
— ¿Por qué no puedo estar con Lauren? —El golpe de sus manos sobre el escritorio me sobresalta.
—Es una pregunta estúpida, ella es una ¡Mujer! Es asqueroso por Dios y ya está claro que puedo joderla si no te alejas, déjala y punto.
—Puedo hacer lo que quieras, pero necesito esto a cambio, juro que no cuestionare nada.
¿Llegaré a rogar? ¿En serio estoy tratando de negociar?
—Te diré una cosa, todo comenzó porque empezaste a escaparte de tu departamento y fallarme en los trabajos —se relaja en su asiento y señala hacia la puerta—, el loco de André es investigador privado, mi error por contratar al bastardo de mi hermanastro, él te descubrió con tus comportamientos inaceptables.
»Lo que fue peor para tí, a medida que trabajaba para mí, él tenía su propio proyecto desde antes, es el desequilibrado que está obsesionado con tu amante.
—¿Qué? —rueda los ojos, mis manos comienzan a temblar.
—No lo sabía hasta hace poco, pero te digo esto para tener un trato de paz, tú sigues lo que te digo y yo me encargo de que no se le acerque.
— ¿Cómo puedo saber que es cierto? ¿Qué no se le acercara? —sonríe.
La sonrisa de un demonio.
—Ya estás aprendiendo cómo trabajó, mientras cumplas yo lo haré.
— ¿Por qué yo? —apenas susurro.
—Eres un capricho, me da satisfacción hacer esto porque puedo y me da la gana, solo trabaja.
—Trato, la dejaré, pero ni él ni tú se le acercaran, no lo harán físicamente y tampoco a su carrera.
—Soy alguien de palabra, ella estará bien.
—Eres una mierda, antes dijiste que me harías cumplir mi sueño y confíe en esa palabra, mírame ahora.
—Eres famosa, niña, cumplí mi palabra.
— ¿Estás llorando otra vez? —la maquillista parece irritada.
Ni siquiera había notado que comencé a llorar.
—Lo siento.
—Es un comercial, no estás grabando un funeral.
Dejó la taza de café sin terminar a un lado.
—Solo retoca el maquillaje, no tienes por qué hablarme.
Sé que estoy siendo una perra.
Terminó de grabar y logró conseguir un permiso de Simón para ir a casa de mis padres.
Consigo actuar para ellos, intentando ser feliz, no sé si me genera alivio mantenerlos al margen o me queme el hecho de que no están ayudándome. No puedo permitirme un colapso.
—Al fin me visitas, desde que me fui de tu departamento casi no te veo —me acuesto en la cama de Sofi y descanso mi cabeza en su regazo.
—He trabajado muy duró, es por eso, pero estoy segura que con tus estudios tampoco tienes tiempo para mí —cierro los ojos cuando me acaricia el cabello.
—Te ves cansada, harás que mamá me haga volver a quedarme contigo.
—Tranquila, solo grabamos hasta muy tarde, por eso hoy tengo un día de descanso.
—Uy, que suerte —dice con sarcasmo.
—Cuéntame cómo te va, todo lo nuevo que haya pasado en tu vida me interesa.
Comienza a parlotear porque así es Sofi, habla demasiado y de verdad me interesa todo lo que pase con ella, pero al final termino quedándome dormida.
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