Capitulo 49
Camila.
Salgo del baño secándome el cabello con una toalla, sé que un baño no me quita del todo el aspecto de demacrada, pero al menos me hace ver más fresca.
Aunque estaba con Lauren solo pude mantenerme dormida un par de horas, empeoró cuando a las cuatro de la madrugada me llegó un mensaje de Simón, no pude ni siquiera pensar en volver a dormir.
Sé que no estás en tu departamento.
Estoy en un nivel de presión inigualable, razón por la que no he visto a Lauren y la verdad estoy evitando hacerlo, únicamente porque no deseo que sepa sobre nosotras, siento que no quiero que envenene lo que tenemos.
Escucho un quejido que me hace mirar hacia la cama donde no encuentro a Lauren, caminó apresurada hacia la salida y la encuentro en el pasillo frente al espejo.
— ¿Estás bien? ¿Qué te duele? —miro su rostro a través del reflejo, hace una mueca.
—No puedo atarme el cabello —estira su mano sana con una liga para el cabello hacia mí—, ¿Podrías por favor hacerlo por mí?
Se me escapa una risa, tomó la liga y me ubico detrás de ella, con cuidado paso mis dedos por su cabello sedoso y suave, trato de desenredarlo y suspira, terminó haciéndole una coleta alta dejando expuesto su cuello.
—Me gusta la libélula —me atrevo a dejar un beso en su tatuaje.
Se estremece y sonrió, quitó la toalla de mi hombro, me voy a dejarla en el sesto de la ropa sucia y salgo hacia la cocina.
—El desayuno está en la encimera —le informo mientras me alejo—, no quise despertarte, te veías muy cómoda.
—Sí, desde hace unos días no he dormido bien —me sigue a la cocina, toma asiento frente a la encimera, nos sirvo el desayuno y me siento frente a ella.
— ¿Hablaremos ahora? —preguntó con cautela.
—Si quieres, me imagino que tienes prisa, seguro estás ocupada —suspiro.
— ¿Qué te molesta? Seamos sinceras —se come un pedazo de tocino.
—Que no puedo ver a mi novia por ejemplo, que salgas a cada rato emparejada con Shawn y no sé desmienta, sin mencionar que el idiota tuvo un comportamiento cuestionable contigo, solo eso creo —se concentra en comer.
Me pongo de pie y le sirvo un vaso de jugo.
—He intentando manejar mi horario, justo ahora se complica, pero es porque Simón…
—Lo sé, Camila, Simón es un imbécil y te explota, otra cosa que no entiendo y no puedo evitar que me enoje que lo aguantes —no tiene una idea de lo que es Simón y estoy segura que yo tampoco lo sé del todo.
—Lo de Shawn también lo hace él, también lo sabes, es un tema de contrato Lauren, deberías entenderlo mejor que nadie —apenas pruebo mi comida.
—Demandalo, no sé, Camila, mira cómo estás, ¿Acaso no te ves? Te podrías desmayar del cansancio en cualquier momento —no eleva la voz pero sé que está perdiendo la paciencia.
He llorado mucho por la frustración estos días, me siento tan sensible que mantengo mi mirada en el plato solo para centrarme y no ponerme a llorar.
¿A qué punto he llegado que hasta trato de esconderme de Lauren?
¿Cuando me perdí que no puedo contarle lo que me pasa a ella?
—No puedo hacer eso —se levanta molesta.
Ok, vamos a discutir.
—Mierda —susurra pasándose una mano por el cabello, me da la espalda un momento y noto como respira pausadamente.
Seguro piensa que soy masoquista.
— ¿Qué pasa con lo que a mí me molesta? —pongo mi punto.
—Dime ¿Qué es? —se gira más calmada.
—Tus padres, ya no quiero hacerlo público por tu seguridad… nuestra seguridad, pero ¿Nuestras familias qué? ¿Esto es realmente serio para ti?
Me mira en silencio unos segundos, su mirada está sería y no me da pistas de que podría estar pensando.
— ¿Crees que esto no es serio para mí? —me encojo de hombros.
—Siento que no he dado todo de mí, me disculpo, pero estoy aquí, podría decirte que me pidieras lo que quisieras y lo intentaría hacer realidad, así me siento cuando pienso en ti, detesto que mis estúpidos mecanismos de defensa se metan en el medio, los lanzaría a la basura si pudiera ser tan fácil —pasa una mano por su cabello—, ni siquiera sé con que pensamiento genere todo ese problema en mí.
Me giro en la silla cuando se acerca, se coloca entre mis piernas y coloca una mano en mi mejilla.
—Arrancalo de mí, por favor, deshaste de él —me tiembla el labio inferior cuando noto que sus ojos se nublan con lágrimas contenidas—, quiero solo amarte, no quiero que sea tan complicado.
—Lo siento, lo siento por hacernos esto —me contengo—, he generado mucho estrés, manéjare mis tiempos, trataré de verte lo más que pueda y arreglaré lo de Shawn…
Acerca su boca a la mía, simplemente me calla, deja sus labios presionados en los míos, solo ese toque simple antes de alejarse.
—Voy a cambiarme y vamos a dónde mis padres.
— ¿Qué? —intenta alejarse y tiro de su camisa.
—Es lo que haremos, vamos a casa de mis padres, te presentaré como mi novia y ya que no desayunamos completo seguro mi mamá nos hará comer —la miro anonadada, no es algo que esperaba.
—Respira hondo, Lauren, seguro estás emocional y no lo estás pensando con la cabeza fría —digo dudosa.
—No, ¿Era lo que querías? Y yo siempre he tratado de moverme sola cuando he fallado en varios intentos —me hace ponerme de pie—, recién lo he entendido al decírtelo, me ayudarás a arráncame este miedo sin sentido ¿No me mires como si estuviera loca?
Suelto una carcajada ¿Cómo pasamos de un ambiente tenso a esto?
—Vamos, vamos, no tengo que pensar —tira de mi hacia su habitación y se frena en el pasillo—, espera, debería tomar una ducha, no creo que demore mucho, ¿Tienes algo importante?
Debo estar en un seminario en dos horas.
Pero no pienso arruinar esto, niego lentamente.
—Bien, me vas a ayudar en la ducha —sigue llevándome de la mano.
—Bueno…
Llegar a la casa de sus padres la verdad nos tomó menos del tiempo que debería, Lauren no ha mencionado nada respecto a lo que decidió hacer, pero sus gestos son nerviosos.
Nos recibe su madre que nos mira extrañada antes de dejarnos pasar y sonreír.
— ¡Camila! Qué sorpresa —me da un leve abrazo—, de tantas veces que le pedí a Lauren que te trajera ya perdí la cuenta.
—Sorpresa —dice la pelinegra pasando su mano buena por sus jeans.
— ¿Qué te ha pasado? —su madre entra en modo protectora al ver el yeso—, por Dios Lauren.
—Tranquila mamá es una fractura, fue un accidente en el set, estaré bien, el doctor dijo que tuve suerte —sonríe.
Es una sonrisa algo tiesa, vuelve a limpiar su mano y la pasa por su cabello.
—Cariño… —Clara suspira.
— ¿Está papá verdad? —su madre asiente, me he mantenido en silencio en todo momento, puede que también esté nerviosa—, dile que venga a la sala.
Su madre la inspecciona un momento.
—Claro, para que conozca a Camila, ¿Ya han desayunado? —me pregunta directamente así que me obligó a hablar.
—Un poco, Lauren estaba apresurada de venir —la miró de reojo.
—Sí, muy apresurada —vuelve a regalarnos su sonrisa tiesa.
—Hermana de mi vida —Taylor termina de bajar las escaleras de enfrente—, Camila, que honor que pises nuestro hogar.
—El honor es mío —sonrió siguiéndole el juego cuando me abraza.
—Demonios, ¿A quien debo golpear? —Tay toma el brazo de su hermana con cuidado—, que divertido, nunca llegué a tener un yeso, ¿Que se siente?
—Pica —responde cortante.
—Uy, limoncito —toma su rostro y le da un beso en la mejilla—, ¿Qué las trae por aquí?
Los ojos de su hermana nos mirá con diversión, casi como si supiera algo que nosotras no.
—Ve a sacar algo para picar Taylor, iré por tu padre —Clara se retira por un pasillo.
—Buscaré lo más rico para ustedes, vayan a la sala, siéntete como en casa Camila —nos deja solas.
Lauren intenta guiarme a un lado de la casa pero tomó su mano, compruebo porque la ha estado frotando en sus jeans, está sudada.
—Lauren no hay problema si quieres irte —suspiro—, o hacer como si nada, veremos esto luego.
—No —me mira con seriedad—, vamos, por favor.
—Estás pálida, sudando y tan tensa que se te podría romper ese yeso por la presión, no quiero ponerte en una mala posición, de verdad…
—Camila, esto tiene a mi cuerpo en un estado de huida, es como si algo real atentará contra mi vida y es absurdo —deja su mano en mi mejilla—, te pedí que me arrancaras esto y está es la forma.
Toma mi mano y me guía hasta la sala, tomamos asiento en uno de los sofás y noto que toma respiraciones profundas hasta que aparece Tay con unas bandejas dejándolas frente a nosotras.
—Este ambiente es raro, ¿Qué pasa chicas? —toma asiento en un sofá al costado de nosotras.
—Tú y Chris siempre han sabido algunas cosas de mí que papá y mamá no, es eso.
— ¿Qué? —Taylor se incorpora en el sofá.
—Cielo, ¿Por qué no me dijiste que venías? —Laure se levanta como un resorte y abraza a su papá—, ¿Qué pasó? Tu madre me dijo lo del yeso, ¿Estás bien?
Me siento ansiosa de ver a Lauren tan desequilibrada, aunque trata de esconderlo demasiado bien.
—Fue un accidente, mi compañera de trabajo se disculpó, no es de gravedad, todo está bien —habla aún abrazada a su padre.
—Ella tiene papiti, luego me dice que no tiene favoritismo, pero ¿Recuerdas cómo me saludó? —Clara me pregunta divertida, eso hace que Michael me mire.
—Temos visitas, al fin tu madre consiguió lo que quería —se ríe—, haré como si mi esposa no me dijo tu nombre hace un rato, soy Michael Jauregui ¿Cómo te llamas?
—Por Dios papá —Taylor se ríe.
—Cami…
—Su nombre es Camila y es mi novia —Lauren se separa de su padre y mira a todos como si le fuera a dar un ataque de pánico.
— ¿Ah? —su mamá mira de una a la otra.
—Por eso no quería traerla, porque no sabía cómo decirles… —me pongo de pie.
—Lauren respira —digo de la manera más suave.
— ¿Qué pasa, cielo? —su papá pone una mano en su hombro y ella salta—, respira profundamente, mírame.
—Yo… —sus ojos conectan con los míos—, yo la amo…
Su papá la abraza cuando comienza a llorar, a mí me rompe un poco el hecho de mirarla así, su miedo es tan grande.
— ¿Por qué lloras? —su madre se une a su abrazo—, ella es muy bonita, parece alguien agradable, ¿Es que no te ama?
Me siento como una intrusa total en este momento.
— ¿Por qué llora? —me susurra Taylor.
—Tenía pánico de contarle a tus padres.
—Pero si ellos la apoyan en todo —me encojo de hombros.
El tiempo que demora en calmarse sus padres deciden hablar con ella fuera de la sala, me quedo con Taylor intentando no parecer tan impaciente.
¿Y si su miedo tenía alguna posibilidad de hacerse real?
—No te asustes cuñada, en un rato vendrán y obtendrás un poco de los Jaureguis —Taylor me sonríe—, no sé que alimentó ese miedo absurdo, pero Lauren tiene una parte perfeccionista y seguro en su cabeza hizo un lío.
»Chris y yo siempre supimos sobre su orientación sexual, pero siempre quiso mantener eso en privado, mis padres trabajaban mucho y en realidad nos criamos muy unidos, así como nosotros respetamos la decisión de ella, igualmente ella respeta las decisiones que tomemos mi hermano y yo, somos como mejores amigos a pesar de las diferencias de edades.
No logro decir nada, porque la Taylor burlona le dió paso a una mujer sería y serena.
—Sabía que le gustaba alguien y no me imaginé estuviera este conflicto interno —suspira—, me hubiera gustado que me dijera, pero tranquila, me encargaré de que recuerde que tiene mi apoyo incondicional, tal vez Chris y yo hemos estado muy ensimismados, pero gracias por no dejarla sola.
—Me siento tan aliviada de que ella tiene tanto amor —le sonrió—, Lauren es… no puedo ponerte en palabras lo que significa para mí.
—Ok, ya, me agradas —sonríe volviendo a parecer divertida—, igual me volveré un poco intensa a tu alrededor.
—Camila, es un gusto conocerte —Michael entra a la sala terminando con la conversación que tenía con Taylor—, no te quedes con la idea de que mi hija llegó a creer que no las aceptariamos, me encantaría conocerte, eres la única pareja que se atrevió a traer a casa, debes ser especial.
—Mi niña es sensible —Clara le besa la cabeza cuando ambas entran detrás de Michael—, a veces creo que creció y de repente me hace preocupar, me indigna que creyeras que soy ese tipo de madre desalmada que miran a sus hijos con horror.
—Me siento avergonzada —murmura el amor de mi vida, no me siento ni demasiado cursi en pensar así de ella.
— ¿Cuántos años tienes? —pregunta Taylor en broma.
—Hablas de esto con alguien y te mato —señala a su hermana con su dedo índice.
—Ay, hermana, si te grabé, lo venderé a la prensa —Tay suelta una carcajada.
—Mi hija mayor es una llorona y mi hija menor es el diablo, al menos me queda mi querido Chris.
— ¡Mamá! —dicen ambas Jaureguis al unísono.
—No tienen modales con la invitada —Michael se me acerca—, ¿No te arrepentirás? Son siempre así de ruidosas y eso que no está Chris, cuando están los cuatro reunidos son un desorden.
—Estoy acostumbrada al ruido —le sonrió.
—Me alegra que Lauren encontrará a alguien, la sacaste de su caparazón, ya le estaba quedando pequeño.
— ¿Qué le dices? —la pelinegra olvida la discusión con su madre y hermana.
—Estoy conociendo a mi nuera, no te entrometas —queda con la boca entreabierta.
—Tengo muchas preguntas, se acabó el drama, tomen asiento todos —ahora Clara toma el mando, parece normal entre ellos porque hacen caso y se quedan en silencio—, ¿Se enamoraron por la serie?
—Debido a eso nos conocimos más… sí —hablo tranquila.
— ¿Cómo manejan la prensa? —esta vez pregunta Michael—, sé por tu madre que siempre las vinculan, pero siempre lo desmienten.
—Mamá ama el chisme rosa —se ríe Taylor.
—Solo me informo sobre lo que escriben de mi hija.
—Te he dicho que dejes de leer eso, no sirve de nada —se queja Lauren—, respondiendo a tu pregunta papá, para los medios nuestra relación sigue siendo de amistad así digan lo que digan, nuestros compromisos nos dan la oportunidad de estar juntas y otras veces pues solo nos las ingeniamos.
— ¿Qué? ¿Cómo? —Taylor está emocionada, como que tiene las mismas ansias sobre información que su madre.
—Taxis de la calle, disfraces, pelucas —Lauren enumera con sus dedos—, casi como una película.
— ¡Qué emoción! —sigue hablando Taylor—, las tienen en sus narices y no capturan nada.
—Por ahora —dice Clara notándose preocupada—, ¿Qué pasará si explota?
—No lo sé mamá, no deseo pensar en eso, solo vivimos y ya.
—Hakuna Matata —sonrió hacia el padre de Lauren—, era su película preferida de niña, cuando quieras te muestro los vídeos de Lauren pequeña cantando.
—Me encantaría —no puedo esconder la ilusión en mi voz.
—Por supuesto que no —se niega ella de inmediato.
Michael tapa su rostro para que Lauren no lo vea cuando me gesticula: luego. En señal de que me lo mostrará después.
Mi celular comienza a sonar interrumpiendo el momento, no es necesario fijarme para saber que es Simón. Igualmente lo compruebo. Necesito irme.
—Lo siento, tengo un trabajo en unos minutos —miró a Lauren que se levanta.
—Sí, sí, claro, lo siento familia, me traje a Camila arrastrada para poder dar la noticia, necesito regresarla a sus labores —se acerca a mí y toma mi mano sin titubear.
No es el momento para besarla, pero lo deseo, no puedo evitar sentirme orgullosa de que se haya atrevido a dar este paso por mí, por nosotras.
La despedida es rápida, me abrazan e insisten de que debo volver pronto para que su hija pueda hacer una presentación más pensada y digna de mí. Sus palabras, no las mías.
En el auto Lauren parece derrochar brillos por los ojos, su sonrisa es persistente y acaricia mis nudillos con delicadeza, se nota más ligera. El chófer que nos llevó a dónde sus padres se encarga de llevarme a mi departamento.
Detiene el auto frente a mi edificio y Lauren le pide que baje un momento.
—Sé que todo fue un caos, amor, me sentí como una niña, me avergüenzo por ello, pero lo hice y los problemas que se vengan acercando lo resolveremos juntas —tomó sus mejillas y le plantó un beso.
Uno más corto de lo que deseo, me alejo rozando mi nariz con la suya, sigo dejando un espacio mínimo entre ambas cuando hablo.
—No te avergüences, lograste enfrentar un miedo, siéntete orgullosa, yo te amo —beso sus labios—, y lo iba a seguir haciendo si igual no hubieras podido decirlo hoy.
—Solo te puedo decir gracias, por esperar, por ser tú y por estar conmigo.
—Soy tu verbo tobe ¿Recuerdas? —se ríe.
—Ten un gran día —esta vez ella acorta la poca distancia y me besa, estiró mis brazos y rodeo su cuello.
Consigo bajarme del auto con un pensamiento revoloteando en mi mente.
Es un nuevo comienzo.
Pero no imaginé que le seguiría un final inmediato.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro