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Capítulo 44


Lauren.

Every night my mind is running around her.
Cada noche mi mente da vueltas alrededor de ella.

***

—Se va una prenda —se quita su abrigo—, la pregunta curiosa, quiero saber que pensó mi novia de mí cuando me vio.

Dios, te amo. Dios, te amo. Dios, te amo.

Tengo el eco de su voz en mi cabeza, la miro y me encanta todo lo que está haciendo, hasta este juego, pero dijo que me amaba y eso está retumbandome por dentro.

—Increíbles piernas —murmuró—, recuerdo que diste un portazo y te avergonzaste, pero a la vez te resultó divertido, miré tu atuendo y pensé que se te veían unas piernas increíbles.

—Sin conocerme y ya me estabas echando el ojo ¿Ah? —eso me hace reír—, pero entiendo, soy irresistible.

—Nos estamos quedando sin aire aquí —la molesto.

—Sigamos —ignora mi comentario cuando me lleva a la cocina.

— ¿Me das una pista? 

—No, si te rindes debes quitarte una prenda, ¿Cómo crees que voy a ayudar a que eso no suceda? —le lanzó un beso.

—Bien, comenzaré buscando en los gabinetes, esto es como jugar al escondite o algo así.

—Pero para adultos —me sobresalto cuando siento su aliento en mi nuca—, que rápido aparece la tensión, ¿No? 

—Uhjum.

Pasa un rato y aún no encuentro la nota, ella me mira divertida, estoy siendo terca sin rendirme, pero ya no sé donde buscar.

—Ok, me rindo —sonríe ampliamente.

—La prenda, cielo —me saco el abrigo, al menos me ayuda a no sentir tanto calor.

Se agacha cerca del refrigerador, apenas sus dedos logran entrar entre el espacio del suelo y este, pero de ahí saca la nota.

— ¿Dime una fantasía sexual? —lee la nota y enarcó una cejas—, ¿Qué? Quiero conocerte hasta en ese ámbito, ¿Qué clase de novia sería si no te complazco?

—No hay un día en que no me sorprendas —niego con mi cabeza sonriendo, de verdad que no me puedo creer lo increíble que es esta mujer.

—No te distraigas.

—Bien, tengo una que seguro te encantaría —me acercó quedando a un paso de ella, sé que no la puedo tocar—, te gusta leer y yo pienso que hay relatos eróticos muy interesantes, tengo ese pequeño placer culposo —miro como se mueve su garganta al tragar—, una de mis fantasías es actuar uno de esos.

—Vale, vale —se aleja abanicándose el rostro sonrojado, apuesto todo a qué ya se imaginó algo—, sigamos el tour antes de que arruine el juego.

La sigo a la sala aguantando la risa por su repentino cambio.

Está la encuentro rápido debajo de uno de los cojines del sofá, ella bufa y se saca la blusa de botones que tenía quedando únicamente con una falda, sujetador y tacones.

—Una belleza —le sonrió, señala sus ojos.

—Mírame aquí, mis ojos están más arriba.

— ¿Por qué te gustó? —leo la nota—, porque me hiciste sentir un despertar, porque nunca había conocido a alguien como tú, porque me haces pensar en ti casi las veinticuatro horas del día y a veces solo deseo que estemos juntas acostadas en una cama solo abrazadas, porque sé que te preocupas por mí, porque mi vida es más feliz contigo presente y por favor Camila, mírate, demonios, me flechaste.

Se que se contiene de tocarme porque da un paso y frena en seco.

—Sé que el juego está hecho para que tú respondas pero quiero responderte está pregunta también —suspira—, Lauren me gustas porque tienes el corazón más bonito que he conocido, porque sé que me bajarias las estrellas si fuera posible, porque haces que no me sienta sola, los días contigo se han vuelto tan brillantes y sé que aunque no siempre estamos bien, me haces reflexionar de lo que es ideal para nuestra relación, nosotras no nos moldeamos a lo qué la otra desea, nosotras aprendemos y tratamos crecer junto a la otra en una relación sana, sé que nunca me he sentido así con alguien y debo dejar de hablar para no romper mi propia regla.

Sé que quiere repetirme lo que ya me ha hecho escuchar.

Dios, te amo. Dios, te amo. Dios, te amo.

Lo puedo repetir en mi mente, sé que me ama.

Y yo…

—Vamos, ya falta menos —me hace seguirla al baño del pasillo.

— ¿Deseas un futuro conmigo? —leo la nota que encuentro detrás del lavamanos.

Se mueve incómoda tras escucharme leerla.

Siempre odie el futuro, pero no porque no quisiera soñar con todo con lo que uno se puede ilusionar, es solo que sé que todo se mantiene en un constante cambio y yo no quiero decir algo que al final puede que no suceda.

Lo sé, no es romántico, para nada, toda pareja se dice que se amaran, que no se alejaran, que se apoyarán, casarán y estarán para siempre juntos, pero yo solo pienso ¿Y si las cosas no suceden así? ¿Y si digo que me veo toda la vida con ella y al final le falló? Para mí decirlo es como si hiciera una promesa que no deseo romper ahora, pero ¿Y si luego la rompo? Si nos alejamos y las cosas cambian.

Tal vez pueda decirle todas las cosas que ella quisiera oír, tal vez deje de lado tantas preguntas y responda de manera realista.

Sí deseo que esté en mi futuro, pero…

—Deseo que estés en mi futuro, siempre y cuando estemos felices con seguir tomando la decisión de compartir la vida de la otra hasta en los momentos difíciles—sonrió—, siempre que nos hagamos bien.

—Quiero besarte —relamo mis labios.

—Hazlo —me encojo de hombros.

—No —sacude su cabeza—, no caeré tan fácil, falta poco, aunque creo que terminaré desvestida y luego tendré que encargarme de tu ropa.

Enarcó una ceja, se quita la falda y con una pequeña patada la pierdo de vista, mis ojos ven a la mujer perfecta frente a mí.

—Hoy estás muy mandona —se cruza de brazos.

—Te extrañé —se acerca tanto que compartimos un mismo aire, cierro los ojos al sentir como una corriente se desliza por mi espalda.

—Esto no es un juego, es una tortura —susurro sintiendo la yema de su dedo en mi mejilla—, también te extrañe, demasiado y fueron tan pocos días que me descoloca la idea de necesitarte con tanta intensidad.

—Debemos terminar el juego —sus labios rozan mi mejilla, justo por donde pasó su dedo.

—A la mierda el juego —sostengo su rostro y pego mis labios a los suyos.

El jadeo de sorpresa que suelta me da la oportunidad de profundizar el beso rozando su lengua, en cuanto responde y sigue el ritmo con la misma intensidad sus manos me pegan a su cuerpo y solo con eso suelto un gemido.

Es verdad, esto es una necesidad.

Muevo mis manos por su espalda y su trasero hasta trasladarlas a sus muslos y hacerla dar un salto, sus piernas se encargan de aferrarse a mí.

Jadeamos en la boca de la otra cuando nos doy el mínimo espacio para tomar aire. 

Sonríe volviendo a mis labios y se que estoy en el puto paraíso.

—Ya arruinaste el juego —habla entre besos—, me tocaste.

—Y no dejaré que te vayas —camino saliendo del baño, sin detenerme a ver nada más hasta la habitación—, este es un nuevo juego y yo soy la que pondrá las reglas.

Nos tumbó en la cama evitando ser brusca, mantiene sus piernas a mi alrededor, la miro a los ojos mientras acarició su muslo con mi mano derecha mientras sostengo mi peso con mi otro brazo, subo por sus caderas, su cintura, el medio de sus pechos y rodeo su cuello ligeramente.

—Solo hay una regla para mí —muerdo su labio inferior levemente—, debo hacerte perder la cabeza.

Vuelvo a besarla bajando mi mano por el mismo recorrido de antes solo que está vez desviandome entre las dos hasta dejarla entre sus piernas sobre la tela de sus bragas, no hago ningún movimiento, solo siento el calor emanando de ella.

Bajo mis besos por su mandíbula, cuello y sus pechos sobre el brasier.

—Ayúdame con esta parte por favor —me separo un poco y ella misma se deshace del brasier—, gracias, me encanta esta vista.

Presionó mis dedos en su centro y da un respingo, vuelvo a sus pechos, está vez dándole una mejor atención en las zonas más sensibles, paso mi lengua entre ellos y me concentro en uno trazandolo para finalmente succionar su pezón.

Se aferra a mi cabello, no tirando tan fuerte de él, solo intenta acercarme más a ella, a esas zonas que comienzan a enrojecerse por mis besos, lamidas y leves mordidas, voy de uno hacia el otro hasta que escucho sus gemidos y comienza a moverse contra mi mano buscando una fricción.

Una de sus manos va hacia la mía en su centro y la toma metiéndola dentro de la tela de su braga, siento la humedad en mis dedos al instante, guía a mi mano haciendo círculos lentamente sobre ella.

Regreso a la altura de su rostro para mirarla a los ojos, se nota el deseo en su mirada, sus ojos se entrecierran un poco, sus labios entreabiertos, su respiración agitada.

—Aún estás vestida… —logra decir.

Abandona mi mano y con las suyas saca la blusa dentro de mí pantalón de vestir, suspiro cuando sus manos se adentran por debajo de la blusa y acaricia mi espalda.

Me incorporo alejándome de ella, me pongo de pie, miro como se quita las bragas mientras abro mi cinturón y el botón de mi pantalón, me saco la blusa, el sujetador y el pantalón junto a las bragas, todo sin pudor.

Ella no aparta la mirada de mi cuando me acerco, se arrodilla frente a mí sobre la cama quedando a la altura de mi rostro, sonríe cálidamente cuando pasa sus brazos alrededor de mi cuello, deslizó mis manos por su espalda hasta su trasero.

Llegué a creer que me gustaba el sexo con Brad por la buena complicidad que teníamos, porque éramos amigos y conocía lo que me gustaba, pero cuando estoy con Camila mis sentidos hacen una revolución.

Hay más que complicidad, es más que la liberación del placer, es una conexión en cuerpo y alma inexplicable, no tengo una palabra para describirlo, pero es algo que deseo que cada ser humano sienta en la vida.

—Te vas a girar y descansarás tu pecho en la cama —sus ojos brillan. Hace lo que le indico, se gira dándome la espalda por un momento recarga su peso en sus brazos hasta que baja lentamente su pecho a la cama y su trasero queda elevado hacia mí—, bien, perfecta.

Deslizó mi mano por su espalda hasta su trasero y solo para probar le doy una palmada, nada fuerte, pero su piel cambia de color de la tes blanca normal a un tono rojiso, al momento soltó un jadeo que sonó a sorpresa.

No pierdo el tiempo llevando mi mano a sus pliegues y con mis dedos comenzar a estimularla, de inmediato la escucho maldecir, sonrió besando la zona enrojecida por la palmada.

—Como me gusta hacerte perder el control —susurro antes de acercar mi boca a dónde ambas deseamos.

—Lauren… —su voz tiembla y gime cuando adentro dos de mis dedos en ella.

La posición la deja completamente expuesta a mí, pero tal vez no es la mejor para lo que quiero hacer, la torturó un poco saliendo y entrando de ella lentamente.

—Más rápido… —se queja llevando una de sus manos a su clítoris para aumentar su placer.

Retiro mi mano y resopla, su respiración se escucha en la habitación, está agitada y ya se siente el calor.

— ¿Qué haces? Esto es crueldad —trata de girarse pero sostengo sus caderas.

—No seas impaciente, deja de ser mandona —subo mis manos por su abdomen inclinándome sobre ella hasta tener sus pechos en ellas—, gatea un poco hacia arriba, necesito espacio para poder saborearte.

Pellizco sus pezones y da un respingo incorporándose en sus manos y rodillas para subir más en la cama, me acuesto en el espacio que me da y tiró de sus muslos hacia mí al quedar entre sus piernas.

—Ok, amor, ahora siéntate en mi cara.

Al despertar noto de inmediato que Camila no está en la cama, siento el frío de su lado cuando me muevo, mientras me estiró alcanzo a tocar algo en su almohada.

Es raro no dormir con ella, si normalmente pasa el tiempo aquí, extrañaba dormir a su lado.

Abro los ojos lentamente para ver lo que encontré en su almohada, es una nota, como las de la noche anterior.

Deseaba tanto quedarme en la cama contigo, fue difícil despegarme de ti, está era la última nota escondida, aunque habían más, girala.

Sonriendo levemente giro la nota.

¿Crees que el destino nos unió? Porque de tantas personas, me enamore de ti, mi compañera, amiga y ahora simplemente podría catalogarse como el amor de mi vida.

Respiro profundo moviendo los dedos de la mano que no sostiene la nota frente a mí.

¿Dónde está mi celular? 

Me pongo de pie, debo buscar mi abrigo, ahí estaba la última vez.

Me detengo en el pasillo porque algo llama mi atención, son notas, están adheridas al espejo de cuerpo entero que está ahí.

Son un poco más grandes y coloridas, Camila si tenía algo tierno planeado, yo simplemente no la dejé terminar. 

Me acerco al espejo.

Mientras no estabas me asusto extrañarte tanto, porque sabía que serían unos pocos días, pero si tenía un mal día solo quería que me dieras unos de tus abrazos que recargan mi energía.

Otra nota, al parecer fue escribiendo una diaria mientras no estuve, todas tienen la fecha en letras minúsculas por debajo del texto.

Me encanta tu risa.

Me gusta como haces latir mi corazón.

El color de tus ojos y tu mirada me hace sentir mucha paz.

Me gusta escucharte hablar de lo que amas.

Me enloquecen tus besos, tus tratos, tu forma de ser.

Te deseo.

Me derrito cuando tienes esa expresión de seriedad al estar concentrada.

Mierda, Lauren, eres muy sexy.

Hoy solo creo que te extraño.

Leo la última, las acomodo en mis manos y detalló las letras escritas en cada una, atesorare esto de por vida solo porque nadie nunca había tenido un detalle así conmigo.

Definitivamente Camila planeó una cita perfecta y me encantó tanto que me sorprende porque solo significa algo que sé que está en el fondo de mis pensamientos.

Tomó una respiración profunda y vuelvo a retornar mi camino en busca de mi celular para encontrarlo y hablarle.

¿Cómo puedo estar a la altura? ¿Cómo no me preocupo por lo mucho que es ella para mí? ¿Cómo ser suficiente? 

Aún así solo quiero hablar con ella, aún así estoy tratando de no retroceder, de no esconderme.

***

—Que guapa te ves, mira hacia la ventana —saco mi celular para tomarle una foto a Normani—, exacto así como que distraída.

Le tomó la foto y le pasó mi celular para que la detalle.

Estamos en una estación de radio para una entrevista, aún están arreglando unas cosas para comenzar, pero ya nos encontramos en la cabina.

—Ya la subí a tu Instagram —se ríe regresándome mi celular.

Entró en la historia y miró bien la foto, mira a la ventana como le indique, tiene los cascos puestos y el micrófono sale a un lado, quedó bastante genial.

Leo lo que colocó a un lado.

Mi cita.

—Ya vas a alborotar a los fans.

—Para que recuerden que soy tu alma gemela.

—Si, claro —habló sarcástica.

—Vamos a salir al aire en diez, chicas, ¿Están listas? —Ambas nos acomodamos.

—Sí, completamente listas —le informa Normani y yo solo elevó un pulgar.

Hablamos tanto que las horas me parecen eternas, Normani parece estar en su ambiente, se encarga de los chistes y me integra en todo lo que puede.

Las preguntas están dirigidas tanto para ella como para mí y es lo que me agrada más de esta estación.

—Nos llegó información de que estarás en un concurso de baile —Normani sonríe al instante—, sabemos que te gusta bailar, pero nunca imaginamos ver a una actriz en ascenso desviándose a un concurso.

—Bueno el baile es una pasión que llevo conmigo desde niña, esto se presentó en mi vida y no pude negarme.

— ¿Qué pasa con la actuación? 

—Bueno la serie está por terminar y no me he comprometido en otro proyecto para darle mi atención a esto —responde.

— ¿Y tú, Lauren? ¿Te irás a bailar con Normani? —me río.

—No, no, para nada, solo haría el ridículo.

—Ay, ella baila excelente, solo no alardea.

—Pero no iré a bailar —me concentro en que decir porque se que quiere que le informe que haré después de la serie—, realice una audición para un nuevo papel, ya veremos qué ocurre.

— ¿Qué? ¿Qué papel? ¿Tú coestrella y amiga Camila estará presente? Pregunto porque ahora tienen muchos proyectos ¿No? 

Sonrió.

—Aun no puedo dar información del papel y no, Camila no estará, sí tenemos algunos proyectos con algunas marcas, pero nunca tuvimos en mente crea una marca de nosotras como personajes, queremos crecer como profesionales por separadas y no atarnos a estos personajes que nos dieron mucho más de lo que imaginamos, pero todo tiene un cierre aunque se quedarán en nuestros corazones.

—Igual los fans estarán felices nada más con saber que tienen proyectos en conjunto —le sonrió—, ¿Cómo vas Normani en el romance? 

—Eso es una desgracia —bufa mi amiga—, creo que hay personas que nacieron para eso y las otras que simplemente se deben hacer a la idea de que no pasará.

—Oye, que triste —me entrometo.

—Creo que hay que darle un poco de amor a Normani —el entrevistador se ríe—, en fin, quisiera que terminemos esta agradable charla con algún consejo de parte de ustedes hacia sus fans que desean entrar en el mundo de la actuación.

—Bueno, no es fácil, para nada, pero si mantienes las metas en tu mente estoy segura que lograrán triunfar —digo algo corto.

—Aferrense a un apoyo, a veces los sueños son más fáciles de cumplir cuando alguien toma tu mano —termina Normani.

—Chicos y chicas, jóvenes y ancianos, esto es todo por la entrevista de hoy, nos despedimos de estás damas y espero volver a tenerlas al aire acompañándome, feliz noche, estereo.

Salimos del aire y nos despedimos de todos allí para poder irnos a comer, Normani con el estómago vacío es como tener a un Godzilla y tratar de controlarlo con una cuerda común y corriente.

— ¿Cómo se llama el nuevo? —me pregunta en un susurro refiriéndose al nombre del guardaespaldas que tengo hoy.

—Myles.

—Hola, Myles, soy Normani, súper amiga de Lauren, podrías hacerme un favor —el hombre carraspea, no es alguien viejo, pero mayor que nosotras los es.

—Dígame.

— ¿Puede conducir un poco más rápido? Es que me muero lentamente.

—No le hagas caso —fijo mi vista en la ventana—, solo tiene hambre.

— ¡Maldición! ¡Joder! —doy un respingo.

—Oye ¿Qué te sucede? —la miró con horror creyendo que le gritaba a Myles.

—Esto es una locura —me enseña su celular—, lee rápido.

Le quitó el celular y noto que es una revista de chismes.

La actriz conocida por convertir los papeles principales en premios de gran escala en la sociedad de Hollywood ha revelado que se ha casado…

Allyson Brooke Hernández Castillo o como toda la industria la conoce, Ally Brooke fue descubierta en una huida a las Vegas, lugar donde dijo el sí,junto con el que ahora es su esposo Will Brecey.

La actriz no ocultó lo inevitable y con una sonrisa declaró: no puedo ocultar lo que está a la vista, lo mantuvimos en secreto lo mejor que se pudo, ya ahora no es necesario. 

Todos los medios están en gran shock ¿Qué pasa con su compañero de trabajo? Todos creímos que tenían más que química en la pantalla, los fans deben brindarle pañuelos a nuestro querido Troy.

Ni siquiera ser joven le ha importado, nuestra chica sueña con tener una familia y una vida feliz, siempre pensamos que el amor estaba cerca de Ally, claro que nunca imaginamos que sería con el camarógrafo con quién brillaría con una sonrisa, no podemos imaginar cómo serían los detrás de cámara, esperamos verla tener un matrimonio feliz y que dure más que esas otras decisiones apresuradas.

—Mierda.

~~~
Me perdí un tiempo 🤧

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