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Capítulo 41


Camila.

—No puedo creer que esto te causará una alergia —mi hermana suena indignada cuando se lleva su aromatizante de la sala.

—Solo tú piensas que la canela y la manzana hacen un aroma estupen… —vuelvo a estornudar.

—Eres una dramática, Mila, ni siquiera huele mal —busco el paquete de pañuelo y me sueno la nariz.

—Saca eso de mi departamento, niña —bufa mientras busca su mochila, meté su objeto y la guinda en su hombro.

—Ya me voy.

—También te amo —estornudo.

—Creo que me quedaré hoy en casa —grita desde la puerta.

— ¿Te enojaste? ¿De verdad? Yo soy la perjudicada —estornudo. Apenas salgo de algo y entro a otra cosa—, ¿Cómo voy a trabajar así?

—Te amo, hermana, adiós.

Aún sigue quedándose conmigo a pesar de que ya estoy bien, aunque trato de matarme con ese aromatizante. Es un aparato del tamaño de un puño que lanza un spray de aroma, supuestamente ella ama ese olor, pero a mí me mata.

Me quejo como una niña, cuando cambio el pañuelo y vuelvo a sonarme la nariz. Me quedo en el sofá esperando que el antialérgico me haga efecto.

Tengo que ir a grabar en unas horas, para después hacerme cargo de uno de los trabajos que Simón ha exigido y yo estoy cumpliendo.

Cómo la cobarde que soy.

Lauren ya no está en Los Ángeles y mentiría si dijera que no la extraño, pero es peor de cuando se fue a New York casi no hemos podido hablar.

Ni mencionar que en Italia ella tiene 9 horas de diferencia y coordinarnos es un horror.

Aún así al recordarla busco mi celular y escribo un mensaje rápido antes de ocuparme.

C: Te extraño, amor, ten un lindo día, te quiero.





—Entonces ¿Voy a Santa Mónica? —pregunto incrédula— ¿Con Shawn? 

Simón me mira como si estuviera preguntando la cosa más estúpida solo porque me acaba de informar sin deseos de alguna queja de mi parte.

—Al final fue el trato que conseguí con su manager después de que lo dejé mal cuando firmaste la tontería con Lauren.

—La tontería con Lauren nos ha traído muchas cosas buenas.

—Sí, sí —hace un gesto de fastidio—, irán juntos a ser los representantes del elenco en un evento, algo sin mucha importancia, pero al menos serán vistos juntos, que era lo que quería.

— ¿Que se hagan una idea equivocada? 

—Son amigos ¿No? —mueve unos papeles en su escritorio—, Camila, por favor, deja de molestar.

—No entiendo que te sucedió —me ve a los ojos por primera vez desde que entré a su oficina y tomé asiento frente a él.

—Tienes tanta suerte y aún no la valoras, no conoces para nada la maldad que hay y lo que son capaces de hacer las personas —sonríe de una forma que me eriza la piel, de una manera que no deseo que sienta nadie alguna vez, sus ojos reflejan algo de locura atrapado en ellos, pero tan rápido como me mostró esa expresión su rostro se relaja—, disfruta de la suerte, disfruta de este evento y si logras verte como la persona más pegajosa con Shawn, hazlo.

—Me envías la información —me largo de ahí.

Ocurren millones de sucesos horribles en el mundo, estoy consciente de eso solo porque en algunas ocasiones cuando me estaba hundiendo pensaba en otros casos que de verdad no tenían una solución.

Yo sé que aunque tenga los dedos de Simón enroscados en mi cuello, no es lo peor que podría vivir.

Con él siempre trato de que las conversaciones duren las menos horas necesarias y seguiré tratando que así sea hasta que alguna vez me atreva a romper esta cadena que me ancla.

Afuera me acerco al primer taxi que encuentro, trato de fijarme si no nos siguen y al final terminó yendo a mi escondite de la vida, porque aunque Lauren no esté, su departamento y ella se han convertido para mí en un pequeño universo, dónde respirar es mucho más fácil y la soledad se queda detrás de su puerta en el preciso momento en que la cierro.

Cuando llegó no tardó en marcar su número en una videollamada, aunque aquí es solo el medio día y allá ya oscureció, aún no es tan tarde.

—Hola, hola, amor mío, qué guapa te ves —parece que sale de un lugar y entra a una habitación—, ¿Dónde estás? 

—Pareces muy feliz hoy —sonrío al ver su rostro más detalladamente, tiene cero rastro de maquillaje, logró ver qué lleva una sudadera blanca y su cabello cae en cascada por sus hombros—, ¿Dónde crees que estoy? 

Me encuentro en la sala de su departamento, así que giro mi celular mostrándole el entorno.

—Ah, ya llegaste, quisiera estar allá —hace un mohín.

—Traje algo para dejarlo aquí, porque se verá mejor —se sienta en lo que parece una cama por el respaldo que alcanzó a ver detrás de ella.

— ¿Qué? ¿Cuéntame? Ahorita tengo todo el tiempo del mundo para escucharte, ¿Puedes creer que he extraño tu voz? Y cuando comienzas hablar hasta por los codos.

—Oye, que linda —le muestro el premio que nos ganamos, y que ya he acomodado en una repisa, se ríe al verlo.

— ¿Sabías que no tenía ni puta idea de a qué nos habían nominado? Y bueno no es un secreto de que estaba muy nerviosa para hablar cuando subimos al escenario a recibirlo, pero después tuve que preguntarle a Brenda, estaba como: ¿Por qué hemos ganado esto? 

La manera en que habla me hace reír, enfoco mi cara.

— ¿Cómo no sabías? Fuimos nominadas a mejor pareja secundaria ¿En qué estabas pensando? 

— ¡Ahora lo sé! —pasa una mano por su cabello—, bueno pensaba en que tus piernas se veían espectaculares en ese vestido.

—Tonta.

—Espera —parece recordar algo—, camina al pasillo, se me olvidaba, te deje algo en el espejo.

— ¿Algo? —asiente efusivamente.

Hago lo que me dice, llegó hasta el final del pasillo de las habitaciones, en dónde está el espejo que me encantó y del cual me he tomado ya cientos de fotos.

Está una nota pegada, no pierdo el tiempo preguntándole de qué se trata sino que la tomo en mis dedos y la despegó.

Cause in a sky, 'cause in a sky full of stars
I wanna die in your arms
Cause you get lighter the more it gets dark
I'm gonna give you my heart
I don't care, go on and tear me apart
I don't care if you do.

Porque eres un cielo, porque eres un cielo lleno de estrellas.
Quiero morir en tus brazos.
Porque te vuelves más claro cuanto más oscurece.
Te voy a dar mi corazón.
No me importa, sigue y destrozame.
No me importa si lo haces.

— ¿Me dedicas la letra de una canción? 

—Solo pensé en ti cuando la escuché, así que decidí dejarte una nota.

—Esto es una sentencia, Lauren —regreso mi vista al celular.

—Trato de ser valiente —me mira con orgullo.

Parece una niña pequeña cuando hace su primer dibujo con macarrones y cree que hacer arte con comida es toda una innovación, así que con toda la emoción del mundo le enseña esa forma rara llena de pegamento y pastas a su madre.

—Eres una mujer hermosa —quiero esconder el corazón de Lauren solo para mí, quiero que me mire siempre así—, gracias por hacerme sentir tanto.

No defino ese tanto solo por no asustarla, por no arruinar esto.

—Ya no me hagas desear más estar allá contigo —hace una mueca.

—Bien, me acomodaré en el sofá para que me cuentes tu día antes de tener que irme —cambio de tema.

Me cuenta los lugares que ha conocido y terminó con ganas de estar allá, de mirar lo mismo que ella mientras caminamos de la mano.

Más cursi no me puedo volver cuando pienso en Lauren.

—Me he frustrado —suspira—, odio dudar de mis ideas o de mí en general, no sé si se nota, pero a veces me vuelvo muy insegura.

— ¿Tú? —me incorporo en el sofá para verla más recta—, cuando estás conmigo eres toda segura ¿Te escondes de mí? 

—A ver —también se acomoda—, no me escondo de tí, solo que a veces dudo de como soy, contigo me muestro real, todo lo que te expreso ten por seguro que es real, solo nadie nota las señales de inseguridad.

— ¿Señales? Dime una —habló suavemente.

—Por ejemplo eso que mencionan que juego mucho con mi cabello, es una señal, la verdad me siento algo insegura de cómo me veo, de sí mi cabello se ve bien —se encoge de hombros.

— ¿Qué? —trato de no estar tan sorprendida—, te diré algo y espero que lo grabes en tu mente —asiente lentamente atenta a lo que voy a decir —, cada vez que haces eso te ves tan sexy que podría arrastrarte a un armario solo para que nadie te vea y acostarme contigo.

La carcajada que suelta me hace sonreír como una tonta mientras la veo.

Deseo que vuelva.

—Te gusta el sexo peligroso ¿No? 

—Ay, cállate.

—Hoy grabas ¿Verdad? 

—Sí, hoy dejó plantado a mi novio.

—Porque no puedes vivir sin mí, lo sé.

—Claro, la última botella de agua en el desierto —hablo con sarcasmo y me lanza un beso—, se me olvidaba contarte que voy con Shawn a Santa Mónica.

— ¿Uhh? ¿Y eso? 

—Somos los representantes para el evento —me tumbo en el sofá.

—Desde que me fui has estado en más lados con Shawn de lo que apareces con los demás.

—Es Simón, le encanta que hablen de nosotros.

—No puedo decir algo bonito de él —se refiere a Simón.

—Olvidémonos de él.

No sé si Simón dejará que eso suceda.

Hablamos hasta que tengo que irme al set, me toca grabar la escena donde dejó plantado a mi prometido porque al fin Melissa se da cuenta que Jessica es su vida entera.

***

—Claro, estaba emocionada de venir —respondo una pregunta—, conocerlos es un gran placer.

— ¿Cómo es su relación? —pregunta un reportero.

—Bueno…

—Nos llevamos genial, siempre nos estamos reuniendo, ¿No han visto las fotos de nosotros? Nos vemos guapos, ¿Cierto? —Shawn me interrumpe y pasa un brazo sobre mis hombros.

El ruido de los fans se desata, pero logran calmarlos. Llegar al centro comercial fue fácil, manejaron nuestra llegada de manera ordenada y pudimos acomodarnos en la mesa que alistaron para ambos sin ningún problema.

El personal de seguridad ha mantenido a los fans y reporteros a raya, la organizadora, que casualmente es amiga de Shawn, maneja todo de manera perfecta y profesional. Hay muchas personas.

—Tengo una pregunta para Shawn —dejan a una fan hablar.

—Dime, cielo —una bulla comienza.

—Ya que en la serie sus personajes se separan para hacer sus vidas con otras personas y quedan como amigos —habla bastante rápido—, ¿En la vida real si saldrías con Camila?

Me rio un poco, tratando de parecer relajada, la verdad es que ya llevamos un rato aquí y ya me quiero ir al hotel para luego salir en la mañana de vuelta a Los Ángeles.

—Camila es una gran amiga, eso es todo —me estrecha con su brazo que se mantiene sobre mis hombros—, pero, claro que saldría con ella, es preciosa.

La bulla que hacen está vez es más difícil de calmar.

—Nos matariamos, no concordamos en muchas cosas —digo aligerando el ambiente—, no crean sus tonterías, solo nos vemos como amigos.

— ¿Qué tal Ally? Shawn ¿Ha salido el romance de la trama a la vida real? —Un reportero va contra él.

—Ally es una compañera increíble, nadie más amable que ella, pero somos amigos —les regala una amplia sonrisa.

— ¿Con quién se llevan mejor del elenco? —le dan la oportunidad a otro fan.

—Bueno hablando por mí —destapó con cuidado mi botella de agua—, me llevo genial con todos, pero con las chicas comparto más.

—Camila tiene razón, todos nos llevamos bien —Shawn me apoya.

— ¿Con quién conviven menos? 

—Creo que con Troy —me alejo de Shawn porque me está dando calor, deja caer su brazo de mis hombros, pero igualmente permanece cerca.

—Yo convivo menos con Lauren —pasa los dedos por su cabello—, es que, bueno algo quedo en mi mente, una vez me comporte como un estúpido con un asistente y Lauren me vio, creo que quedó con algunas dudas sobre mí, me avergüenzo por eso.

¿Y esa declaración? 

— ¿Crees que le caes mal? —una reportera se adelanta a preguntar.

—No, no —ríe encantadoramente—, pero no convivimos mucho, no como lo hago con Camila, si ya nos tienen locos con tantas declaraciones sobre nosotros por salir tanto.

¿Qué intenciones tiene Shawn? 

Respondemos y respondemos preguntas, luego vamos dando autógrafos y tomándonos fotos con los fans.

—Sonríe un poco más, ya nos vamos, Susy nos invitó a su casa —me habla Shawn cuando esperamos a que se acerquen los siguientes—, hará una pequeña reunión en su casa.

Susy es la organizadora y su amiga.

—Quisiera irme al hotel —firma, firma, flash.

—Sería de mala educación rechazarla, ella quería conocerte más —me comenta mientras esperamos a los otros.

—Bueno…

—Vamos un rato nada más y luego regresamos al hotel —ignoro su insistencia y me concentro en firmar y sonreír.







La velocidad con la que impacta un rayo en el suelo equivale a la velocidad en la que alguien toma una decisión sin pensar y arruina las cosas.

Así lo creo, de manera exagerada, y el rayo terminó impactandome.

En la reunión de Susy solo he estado pensando en el último mensaje que envió Lauren.

L: Para mí que a Shawn le gustas, no quiero discutir, tengo que trabajar, hablamos más tarde.

Discutimos por mensaje mientras iba en el taxi con Shawn a la casa de Susy, aunque no sé si se le puede llamar discusión, solo le mencioné que iba a la reunión que la llamaría más tarde y salió el tema de Shawn que estamos demasiado juntos y aunque le mencionara que todo era idea de Simón, que solo somos amigos y que Shawn solo me ve así, ese fue el último mensaje que recibí de Lauren.

Entonces cuando me termine mi cóctel de frutas y aproveché la distracción de todos para escaparme a un pasillo de la casa para intentar hablar con mi novia y desenredar la telaraña que estaban tejiendo los celos, la inseguridad y además la distancia. Qué Shawn me siguiera debió ser mi primer aviso.

Pero no sé si soy inocente o simplemente ingenua.

—No te escapes —enrosca sus dedos en mi muñeca izquierda.

—Tengo que hacer una llamada.

— ¿Ahora? Es medianoche —me encojo de hombros, no tengo porque explicarle—, vamos por otra bebida y regresamos al hotel.

—No has bebido mucho ¿Ya? —no parece ebrio, pero tampoco muy sano, creo que está cruzando la línea.

—No te preocupes por mí, estoy bien.

Me doy cuenta que aún sostiene mi muñeca y me suelto, lo mejor es ya irnos al hotel y si aún no quiere irse me arriesgo a irme sola.

—Mejor nos vamos, dijiste que solo te acompañara un rato, ya es tarde —bufa.

— ¿Tarde? Apenas está comenzando la reunión.

Claro, no conozco a nadie, Susy fue súper amable hablando conmigo y presentándome a sus invitados, pero la verdad no tengo ninguna batería social después del evento, estoy agotada.

—Si no te quieres ir, no importa.

—Calma Camila, te voy a decir algo importante —me toma por sorpresa cuando agarra mi mano y tira de mí hacia una puerta, que termina siendo un closet de limpieza.

—Shawn estás demasiado raro, me voy de aquí —cuando intentó salir empuja la puerta.

—Quiero que me escuches —frunzo el ceño y de verdad ya no me gusta para nada esto.

—Podemos hablar afuera sin problemas —digo firme.

—No quiero que nadie escuche —da un paso cerca de mí y me pongo alerta.

—Dime…

—Me atraes, creo que podemos tener alguna salida con otras intenciones y me podrás terminar gustando —si hubieran grillos estoy segura que serían los únicos rompiendo el silencio que nos rodea de repente, ni siquiera se escuchan las personas de afuera.

—Estoy interesada en otra persona, eso no pasará —la seguridad en mi voz me da confianza—, somos amigos, eso es todo.

—Piensa en los beneficios —levanta su mano y toca un mechón de mi cabello—, la publicidad será grandiosa y simplemente puedes dejarte llevar, podemos explorar lo que nos gusta.

—Shawn no me interesa, lo mejor es que cortes todo y mantengamos la amistad, haremos como si nada paso —alejo mi cabello de su mano.

—Un beso —levanta su índice frente a mí cara—, solo uno y ya.

—No, déjame salir.

—Está bien, lo siento —levanta sus manos en son de paz, se aparta dejando el espacio mínimo para que pase.

Baje la guardia.

Su mano en mi hombro me gira, mi espalda presiona la puerta, su otra mano va a mi barbilla, sujeta firmemente y su boca se pega a la mía.

En los segundos que logró alejarlo de mí, una rabia intensa se expande por mi cuerpo, golpeó su pecho molesta haciendo que retroceda más, lo quiero lo más lejos de mí.

Es imposible pensar que las mujeres en algún momento en su vida deben serle frente a un acoso, que decir que no, no es suficiente y que las demás personas lo pueden ver como una tontería, cuando en realidad puede dejar huellas imborrables. 

—No te me acerques —exclamó entre dientes.

Abro la puerta y comienzo a alejarme por el pasillo, aguantando las ganas de llorar mientras ubico mi celular.

— ¡Mierda! Camila, espera ¡Discúlpame! —escucho a Shawn a la lejanía.

Logró salir al jardín trasero y la noche fría me recibe, tiemblo acercando mi celular a mi oído, llevo mi mano libre a mi boca como si con eso pudiera limpiarme y quitarme la sensación.

—Lo siento… —mi voz se quiebra apenas contesta. 

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