Capítulo 40
Lauren.
Tu robabas corazones como un dulce a un niño. Dentro de tu colección el mío es uno más.
***
—No sabía que te gustaba el jabón de sandía —mamá sale del baño de invitados secándose las manos con papel.
Pues es un jabón líquido que compró Camila.
—Uuh, he estado probando cosas nuevas —mi cuerpo actúa tan extraño con el solo hecho de pensar en mencionarla y que comiencen nuevas preguntas a volar hacia mí.
—Lo note, los cuadros nuevos que tienes son una belleza —dice papá mirando alrededor—, no sé cómo compras figuras de vidrio si eres tan descuidada, me preocupa que termines cortandote cuando rompas alguna.
También eso que menciona es cosa de Camila, que puedo hacer si pasa la mayoría del tiempo conmigo y le encantan estas cosas, yo solo quería verla feliz, así que termine llevándola de compras para que me ayudara a darle más vida al departamento.
Seguro también notarán los nuevos utensilios de cocina, creerán que enloquecí, yo no paso tanto tiempo en esa área de mi hogar.
Los he invitado a almorzar, comida que pedí de un restaurante y justo ahora estoy sirviendo para comer en mi nuevo juego de comedor, elegido también por mi novia que descubrió que si me hace ojitos es muy difícil que le diga que no.
Que puedo decir, no tengo una objeción, soy una gobernada. Me pongo los ojos en blanco a mi misma.
Toman asiento cuando todo está en la masa, Tay no pudo venir porque está en su nuevo sufrimiento por su nueva carrera estudiantil.
—Me dijiste que ibas a hacer un espacio en tu agenda para visitar a tus abuelos —menciona papá, recordandome que nuevamente he estado cancelando los días que me dice para ir.
—He estado un poco ocupada, prometo que te avisaré está semana.
—Mas te vale que lo hagas porque no quiero convivir con sus quejas —mamá habla después de beber agua.
— ¿Por qué no llevas a mis hermanos?
—Porque Chris se está quedando con ellos y Tay siempre me acompaña, eres la única que no se hace un tiempo —suena un poco a reproche, pero lo dejó pasar.
— ¿Por qué Chris está fuera de la ciudad? —pregunto realmente interesada.
—Esta pasando unos días con ellos porque va a volver a viajar, menciono algo de un trabajo en Japón —responde mamá.
— ¿Qué? ¿Se va tan lejos? —dejo mis cubiertos a un lado—, ni siquiera me contó.
—Supongo que lo hará cuando sea pronto para irse —papá se encoge de hombros.
—Entonces… —mamá alarga la última vocal—, ví que saliste en una revista con ese actor que trabaja en la misma serie que tu ¿Cómo era que se llama? Tim, no, Teo…
—Ay mamá, no comiences —salí con Troy en una revista promocionando unos productos faciales, eso fue todo—, es Troy, es mi amigo.
—Todos son tus amigos —hace una mueca y sigue comiendo.
Claro que he pensado en decirle a mis padres de Camila, he estado tumbada en mi cama con el contacto de mamá para marcar una llamada solo para decirle y nunca la he llamado, nunca le he escrito para contarle.
Pensaba decir algo como: bueno mamá, he comenzado a enamorarme de una mujer, hemos interactuado mucho y la quiero.
Todo mi cuerpo sabe que ellos lo aceptarían, que no habría problema y estoy segura de que si conocen a Camila la amaran, la querrán como yo lo hago solo porque me hace feliz.
Pero… creo una imagen en mi cabeza donde su reacción no es lo que yo espero y me congelo.
Siento miedo de contarles, tal vez porque no quiero que de repente cambien su forma de mirarme o amarme.
Aunque yo estoy cien por ciento segura de que no sucederá, nada más la idea de abrir la boca ahorita y soltarlo, me hace querer echarlos del departamento y esconderme en mi habitación.
Por Dios, regresó a ser una niña.
Pero nunca he llevado a alguien a casa, sea hombre o mujer y aunque mis hermanos sepan que tengo preferencias variadas ellos nunca lo comentaron con mis padres o eso creo, siempre hemos sido muy leales y hacemos pactos sin tener que hablarlos.
—Sí, todos son mis amigos, tómate las cosas con calma y deja de intentar que busqué pareja.
—Lauren tiene razón, más te debe preocupar búscale pareja a tu hijo que no para de viajar y no tiene intenciones de establecerse —papá me salva está vez dándole esa idea a mamá.
—Mis hijos quieren quedarse solos, es hora de que me resigna.
—Es una gran idea —la molesto.
Término mi comida mientras mantenemos una charla tranquila y lejos de presiones, a pesar de que mamá siempre repite que quiere a su hijos plenos y casados, sé que ella únicamente espera que seamos felices, aceptaría lo que nos haga felices y yo solo necesito más valor.
***
—Deja de tirar de la peluca o se te caerá —regaño a Camila por enésima vez.
—Es que me pica —se queja.
Tomó su mano y caminó con seguridad a mi destino, he creado todo un plan para huir de la prensa, solo para darle una sorpresa.
He descubierto que me gusta sorprenderla, de verdad hemos manejado estos días lo mejor posible, ha tenido que entrar a mi residencia en taxi para que no se enteren de que pasa la noche conmigo, porque la única forma de vernos sin algún peligro es estando en mi departamento, aunque a veces me escabullo a su camerino.
— ¿Cómo me veo rubia? ¿Me ves así en un futuro?
La palabra futuro hace eco en mi cabeza, no soy capaz de pensar en nuestro futuro, pero me aferró al presente.
—Te ves extremadamente sexy —golpea mi brazo—, ¿Qué?
—Hablo en serio —le doy un pequeño apretón a su mano.
—Estoy hablando en serio, te da un aire de seriedad y dominio.
—Yo siempre dominó todo —dice con orgullo y sonrió, se le está pegando un poco mi egocentrismo.
—Si te la dejas cuando estemos solas en casa seguro te dejo dominar sobre mí —me vuelve a golpear.
—Oye, que te pueden escuchar —mira a las personas que caminan a nuestro alrededor.
Ninguna parece interesada en nosotras, todos esos mundos están metidos en sus cabezas, algunos tal vez van tarde al trabajo, otros tal vez estén saliendo de paseo, la verdad no me importa porque justo ahora no tenemos que actuar ante todos como Lauren y Camila.
—Nadie escucha nada y si escuchan que importa —cruzó una calle guiandola a mi lado.
— ¿A dónde me llevas? Dame una pista —niego lentamente con mi cabeza.
—No es posible —me hace detener.
—Amor… —cero paciencia tiene está mujer.
—Hazme puchero otra vez y te planto un beso no apto para todo público justo aquí —abre sus ojos con sorpresa, pero un momento después comienza a aparecer una sonrisa lenta en sus labios.
—Descarada.
—Sigamos, ya vamos a llegar.
Suspira, pero me sigue sin hablar más, cuando llegamos a la parte de atrás de la librería de nuestro destino ella no entiende nada y menos cuando el chico que nos espera en la puerta nos hace seña.
He sobornado a un chico, no es algo que alardear, pero es lo que me dará los resultados que deseo, obviamente lo tuve que hacer con mi personalidad de Lorena, le llamó así a mi ser con peluca ondulada corta, porqué Dinah ya ha metido ese nombre en mi cabeza.
Le pagué para que evitará que formaramos la fila en frente y podamos ver a la escritora favorita de Camila antes de que comience la firma de libros.
Él nos hace pasar, cuando Camila se da cuenta de en dónde estamos, aprieta mi mano.
—No me digas que…
—Hola, un gusto poder conocerte, me hablaron mucho de ti —Camila literalmente salta de la emoción, suelta mi mano y se acerca a ella.
—No puede ser, hola… no, nada que ver, el gusto es mío, súper sí, nunca podía coordinar venir a tus firmas… estoy… no sé qué decir, no sabes cuan feliz soy.
Sonrió ampliamente mirándola actuar como una niña, parece a cuando ibas a una fiesta de niña y llevaban a un hombre disfrazado de tu superhéroe favorito, claro que tú en la ignorancia lo adorabas y gritabas que jugará contigo.
Me quedo al margen, sé que la escritora no tiene suficiente tiempo, pero en realidad me contacté con ella como si fuera una fan y deseaba que por favor me ayudara con esta sorpresa para mí novia.
Sabe que somos figuras públicas y de verdad me arriesgue demasiado en contarle quiénes somos, hablarlo en voz alta con un desconocido se sintió como correr por estar en peligro, mi cerebro me coloca en un estado alerta increíble, que para otros puede ser insignificante, pero para mí es una realidad.
Lo que me genera más miedo porque a veces pienso que por mi culpa algo saldrá mal y que solo estoy paralizada esperando a que ese momento llegue mientras en el transcurso me enamoro de Camila.
Se toman fotos y mientras hablan me acercó para entregarle su libro favorito, el que robe sin que se diera cuenta y lo traje en mi mochila todo el transcurso.
Cuando me mira me deja sin palabras porque se nota que esto es importante para ella.
Hace que le firme el libro y cuando van a abrir las puertas al público salimos disparadas por el mismo lugar por el que entramos.
Un grupo de chicas están en una esquina, toma mi mano y me aleja de ellas para evitarlas, terminamos en un parque donde hay poca gente.
—Lauren…
— ¿Mmm?
Estamos caminando tomadas de las manos como cualquier otra pareja y no sabía que deseaba algo tan simple, que me sentiría feliz, que me encantaría solo el hecho de hacerlo.
Ahora soy más consciente de que no puedo tomarla de la mano, de que no puedo besarla en público, que ni siquiera puedo abrazarla sin que sea un escándalo, mierda, siento que me rompe el corazón ser un secreto, pero a la vez no tengo el valor para gritarlo a los cuatro vientos.
Me odio un poco por eso. Por siempre estar pensando qué dirán los demás, porque simplemente no quiero que digan nada, pero no es algo que yo pueda manejar.
—Esto es lo más bonito que alguien ha hecho por mi —sonrió, porque a pesar de todo lo que estoy pensando estoy feliz por ella.
—Creo que tú lo hubieras conseguido en algún momento, tienes influencias ahora, se te iba hacer fácil poder encontrarte con tu escritora favorita.
—La cosa no es esa, es que tú lo pensaste —me detiene—, sabías que me haría feliz, planeaste todo, literalmente —tira de un mechón de mi peluca—, fue de las mejores sorpresas.
» Aunque fuera solo un momento, hoy me hiciste sentir como nunca, te lo agradezco mucho, amor.
Solo la observó, su peluca rubia, sus ojos hermosos, su boca con un labial ligeramente rosa, su mano entrelazada a la mía, tal vez veo sus sueños y los míos entremezclandose en un solo espacio, porque deseo tanto estar con ella y me toma desprevenida pensar en el futuro, en un futuro donde ella siga en el mismo lugar.
Tal vez ya me tiene.
Tal vez ya no me pertenezco del todo.
Tal vez comience a pensar que Camila Cabello es el amor de mi vida.
Aunque haya ocho mil millones de personas, me siento tan afortunada de coincidir con ella.
— ¿Qué más quieres hacer? Aprovechemos que somos Karla y Lorena —suelta una risa que me contagia.
—Que tal si nos vamos a uno de esos parques… —parece tratar de recordar —, al knott’s berry.
— ¿Al knott's berry farm? —asiente efusivamente—, solo tu quieres ir a un parque de diversiones, seguro me da un ataque al corazón.
—Más divertido, vamos —comienza a tirar de mí para salir del parque y conseguir un taxi—, para esos parques van las parejas en los libros y como venimos de la firma de mi libro hay que terminar el día como si estuviéramos en una de esas historias.
Ya me siento en una historia.
—Ok, vamos.
Llevo bajo mi brazo una ardilla de peluche mientras trato de que no se me derritan los helados que llevo en mis manos.
Alcanzó a Camila y me ayuda tomando unos de los helados, me encargo de comer el mío antes de que se caiga, es de esos conos que un momento está normal y luego se cae a un lado.
Nos sentamos en una banca y miró a las demás personas pasar, es verdad que está peluca pica, deseo quitarmela.
Solo nos subimos a unos juegos, Camila ganó la ardilla y le pedí un descanso, porque me encanta pero a veces parece que no se le acaba la energía.
La ardilla se encuentra entre nosotras y me imagino que sería una imagen chistosa de ver, nosotras y nuestro bebé.
—Quería comentarte algo —mencionó después de unos minutos en silencio, porque me parece el mejor momento para decirlo.
— ¿Qué?
—Tengo que viajar a Italia la semana que viene, después de la última escena que tengo que grabar tendré tiempo libre del set y Breda me consiguió unos tratos en Italia por lo de mi marca de ropa —la miro asentir lentamente.
—Me imagino que Brenda consiguió una buena oportunidad ¿Por qué lo dices con esa cara? —termino de comer el final de mi cono, ella aún va a la mitad, a veces come muy lento.
—Pues porque estaremos separadas… —digo dudosa, parece que exagero, como si no nos veremos en meses.
—Serán unos días ¿No? —asiento—, ¿Ya hice que no pudieras vivir sin mí? Me sorprende lo rápido que lo logré.
—Creo que sí necesitamos este espacio, te estás juntado mucho conmigo y te has vuelto una egocéntrica —suelta una carcajada.
Me acercó cautelosa y le doy una mordida a su helado, eso hace que empuje uno de mis hombros intentando alejarme.
—No, es mío —lo aleja de mí para terminarlo rápido.
—Termina para ir a ese juego de golpear al castor.
— ¿Vas a elegir el juego más aburrido? —se queja.
— ¿Me dices aburrida?
—Sí, lastimosamente así eres —elevo mis cejas.
— ¿Quieres que te enseñe que no es verdad? —tomó su barbilla y le planto un beso, saboreo aún el helado en su boca, me deleito un rato cuando sigue mi beso, solo hago un pequeño roce con mi lengua en la suya y me alejo—, mejor no te enseñó nada, no lo mereces.
Me pongo de pie tomando a mi hijo ardilla y camino en la dirección del juego al que quiero ir.
—Juegas sucio, Lauren, vamos a ver quién pierde —murmura cuando me alcanza y camina a mi lado.
Me encanta.
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