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Capítulo 38

Lauren.

—Me encanta este meme —Ally me muestra su celular.

Es un vídeo de todas nosotras en un escenario en una de las entrevistas que tuvimos la semana pasada.

Una pelota inflable iba directo a la cara de Camila y yo me interpongo dándole un manotazo, además de que mi cara seria habla por si sola.

Esa es la versión original, lo que me muestra Ally es que cuando le doy el manotazo a la pelota, me ponen algún traje de superhéroe y unas gafas de sol como si hubiera hecho la cosa más cool.

Las cosas que le dan risa a Ally a veces son cuestionables.

—Está por todos lados.

—Sí, me aparece un montón —se ríe en voz baja y vuelve a mirar su celular.

Estamos en nuestras sillas, en el set, a la espera de volver a grabar.

—Entonces… —vuelvo a mirarla cuando parece querer hablar de algo—, por lo que recuerda mi mente ebria, ¿Tienes algo con Camila? 

Casi que me abalanzó sobre ella para taparle la boca, no es conciente de las personas en el lugar.

—No, o sea… si estamos en algo —miro a los lados—, es un asunto discreto.

—Pero es normal —frunce el ceño—, ¿Por qué no hablar de eso abiertamente? Además están filmando una serie lgbt, no creo que haya problema con que salgan.

¿Por qué no lo hablamos abiertamente? 

Será porque me siento paralizada.

—Estamos de acuerdo con mantenerlo discreto por ahora —asiente—, ¿Cuento contigo para que siga así? 

—Claro, me sorprende que me lo preguntes como si fuera a salir corriendo mientras lo grito.

— ¿No nos mandarás a rezar? —cambio el tema molestandola y resopla.

—No seas ridícula.

—Ya que somos confidentes —la pinchó con mi dedo índice en su brazo—, ví el live que subió Troy, ¿Es cierto? 

— ¿Qué cosas? —se que se hace la tonta—, no ví el live.

— ¡Ally! A Dios no le gustan las mentiras.

—Ay, por favor —se que quiere decir que deje de joderla, así que me aguanto la risa—, claro que me etiquetaron en un millón de videos donde decía que estaba flechado por mí y que planea conquistarme.

—Uy, planea conquistarte —elevo mis cejas—, ¿Lo dejaras? 

—No sé… —la asustó cuando tomo su brazo y lo agitó—, para, Lauren.

Comienzo a reírme de su expresión y mi celular vibra sacándome de la conversación.

Ya voy de regreso, amor, ¿Después de la cena de Dinah nos vamos juntas? 

Sonrió involuntariamente. Me encanta esta mujer.

Obviamente aceptó irnos juntas, ¿Qué tal se comportó Austin? 

Respondo y no tardó en obtener respuesta.

Normal, súper amigable, hicimos este comercial en tiempo récord. Sigo esperando una respuesta digna sobre irnos juntas.

Me imagino su expresión de exasperación, porque ahora que le he dicho, amor, no para de decirme así y quiere que le contesté de la misma manera, la primera vez me salió espontáneo y era un poco de broma, pero escucharla se siente como una expansión en el pecho, también me gusta cómo brillan sus ojos cuando me escucha decirlo.

No puedo esperar para irnos juntas, me gustaría pasar hasta la noche contigo, amor.

—Ally a escena —Nick reclama su presencia—, Lauren, cambia el vestuario, ya ese no me agrada para nada, muévete, ve rápido.

—Que molesto —susurra Ally.

—Que imbécil —la corrijo en el mismo tono de voz.

—Hey, Lauren, espera —me detengo al escuchar a Shawn.

—Estoy con algo de prisa —menciono para que entienda que no deseo quedarme más aquí—, ¿Sucede algo? 

—No te quito mucho tiempo, Camila me comentó que estará en la cena —frunzo el ceño—, esa que hará Dinah, yo no iré, pero como la vas a ver quería que le llevarás esto.

Por un momento pensé que él sabía de nosotras, pero Camila nunca le diría, las chicas son las únicas al tanto.

Me tiende unos pendientes, logro verlos porque la tapa de la caja es transparente.

—La última vez que salimos le gustaron, justo pase por ahí en otra ocasión y pensé en darle un detalle.

Presionó mis dedos en el material de la caja cuando los tomo.

—Bien, yo se los doy.

—Espero que se sorprenda —sonríe.

Esto está fuera de lugar, así lo siento cuando aún con esa sonrisa impecable se despide y se aleja.

Miró un momento los pendientes y los guardó en el bolsillo de mis jeans antes de que en un impulso irracional me haga ir al basurero más cercano para botarlos.

Es su amigo, los amigos se dan regalos, no puedo entrometerme en eso, pero él no ayuda y pareciera que esto es algo más.

Me llega un mensaje y lo leo mientras voy al aparcamiento subterráneo.

¿Amor, vienes en camino? 

¿Qué mierda somos? ¿Y por qué ahora me interesa tanto saber eso cuando sé que le temo a la solución? 

Primeramente debo plantearme si quiero una relación.

Lastimosamente no soy nada racional cuando solo me dejó guiar por lo que siento por Camila, la situación es que nos tratamos como parejas aunque no hemos definido nada y lo que Shawn me dió nada más me hace pensar que si ella no desea estar conmigo podría estar con otra persona.

No quiero que esté con otra persona.

Odio pensar con posesividad, pero seré honesta conmigo misma, yo desee ponerle la caja en el pecho a Shawn y mandarlo a volar con sus pendientes caros, como si tuviera algún derecho.

Casi podría decirle ella no quiere tu paraguas de mierda, vete.

Me imagino la escena y me causa gracia.

Encuentro a Daniel, subo a la camioneta y le indico que vaya a la dirección de la casa de Dinah.

Cena con amigos, veremos que nos trae de bueno, cuando mi ánimo no es tan alto.




—Al fin estamos todos —Dinah levanta su copa de vino—, es difícil juntar a los que me caen bien del elenco.

—Nos vemos casi todos los días Dinah —la molestó.

—Iguaaaaal, aquí tenemos complicidad, sabemos secretos y esperamos expectantes a nuevas aventuras, somos adultos jóvenes con un potencial bellísimo y justo ahora debemos disfrutar nuestros triunfos, yo amo su compañía, gracias por no ser unos cabrones.

—Mujer, yo pensé que el padre de la iglesia a veces hablaba incoherencias, pero me acabas de sorprender —comenta Ally.

—Solo es una excusa para beber, ¿Verdad? —Camila hace que se siente—, ¿Tienes un problema con el alcohol? 

—No digas tonterías —se acomoda en la silla y bebe de su copa de vino.

—Le arruinaron su momento —Normani le acaricia el brazo.

Elevo la mirada al sentir a Camila mirándome. Sé que no estoy en el mejor momento, no conteste su último mensaje y he estado ausente, pero es que estoy irritada conmigo y no deseo serlo con ella, prefiero alejarme un poco.

—Troy dice que viene con Cloe, Fred, Jed y un amigo, Dylan —anuncia Ally.

—Entiendo que traiga a los chicos del elenco, pero ¿Dylan? ¿Por qué Troy trae a mi casa a alguien que no conozco? 

—Por Dios, Dinah, no puedes actuar mal.

—Es su casa —la apoya Normani.

—Primero, ¿Por qué Troy te avisa con quién viene? —me meto en la conversación y Ally se sonroja lo que me hace reír.

—Porque quiso avisar que ya venía para que no comenzáramos a cenar.

—Me relájare, si Troy quiere traer a un desconocido, bueno, ya veremos cómo es.

—Dinah si te haces amiga de todos, seguro te agrada —alejo mi mirada de Camila.

Ellas comienzan una conversación en torno a cómo hacen para conocer personas nuevas y lo que se les dificulta para confiar, no opino nada mientras hago que las escucho y muevo mi copa de vino de la cual no he bebido nada.

Estoy desconectada, tal vez abrumada.

Mi celular vibra.

¿Estás bien?

 Me levanto de la mesa y eso llama la atención de todas, creo que debí declinar asistir, pero no creo que exista alguien en la faz de la tierra que logre decirle que no a Dinah.

—Sigan, solo voy al baño —apresurada salgo del comedor, encuentro el baño con rapidez y me encierro ahí.

¿De verdad me estoy sintiendo tan mal por una tontería? 

Siento la respiración un poco agitada.

Sacó mi celular y marcó el número de la única persona que no está en esta ciudad pero sé que estará para mí en esta emergencia.

—Hola, linda, ¿Me dirás que te mudas a New York? —Oscar suena alegre, pero me quedo callada—, ¿Qué pasa? Te escucho respirar.

—Estoy teniendo una crisis, necesito que me ilumines.

—Ok, dame un momento —se escucha que se moviliza y cierra una puerta—, ya estoy en mi oficina, dime, ¿Qué te está torturando? 

—Camila… —me pasó una mano por el rostro—, es que es como si fuéramos más, pero no somos nada.

— ¿Le preguntaste? Así se soluciona ese problema.

—Es que no sé si quiera saber —resopla.

— ¿Entonces para que te haces un lío? Pueden seguir como están.

—Ese es el problema, me molesta como estamos.

—Joder, Lauren, ¿Qué quieres? 

—A ella, de todas las formas impensables.

—Es un paso, ¿Qué sientes con eso? 

—Un miedo que te cagas —se ríe, pero no suena a burla, sino a que comprende de lo que le hablo.

— ¿Será por tu terror a comprometerte? 

—Me imagino, es que no quiero lastimarla.

— ¿O no quieres que te lastimen? Su relación es complicada, por lo que me has comentado, ¿Quieres que todos se enteren de lo suyo?

—No, o sea, a mis amigos no me importa, pero el exterior, habrá muchas personas que nos caerán encima y además ya terminé usando seguridad, no quiero que el acosador regrese.

— ¿Cuándo te imaginas pidiéndole tener algo formal que sientes? 

— ¿Euforia? —respondo pero suena más a una pregunta—, obvio tengo este sentimiento de posesividad cavernícola que quiere que sea mía, pero sin ser mía, ¿Me entiendes? Joder, ella es suya, pero quiero que sea ella conmigo y nadie más.

— ¿Entonces por qué no se lo dices? 

—No sé, no…

—No quieres que te rechacen —completa lo que pensaba.

—En parte sí.

—Lauren seguirás siendo está persona que huye de los compromisos porque no vives el presente, si vas a sufrir pues no está pasando ahora y si quieres vivir arriésgate —me quedo escuchando el eco de sus palabras.

Es más fácil escuchar la realidad si es otra persona quien te la cuenta a cuando tú misma te dices la verdad.

—Si el miedo se vuelve un obstáculo —respiro hondo—, hay que saltarlo.

—Esa es mi chica —escuchó en sus voz que está sonriendo.

Hablamos un poco más y cuando me doy cuenta que he demorado demasiado en el baño, me despido y le cuelgo.

Al abrir la puerta me sobresaltó al ver a Camila enfrente, baja la mano, estaba a punto de tocar.

— ¿Está todo bien? —miro la preocupación es su mirada, me evalúa rápidamente.

—Sí, ya iba de regreso, ¿Llegaron los demás? Ya muero de hambre —asiente lentamente.

—Bien, voy a apresurar a Dinah para comer —paso por su lado sin tocarla y me detiene por el pasillo.

No me safo de su agarre, pero me suelta cuando me doy la vuelta para verla.

—Me había olvidado —hablo antes que ella, sacó la caja de pendientes de mi bolsillo trasero—, te los envía Shawn, ¿Ibas a decirme algo? 

—No es nada, anda adelantate —frunce los labios como si estuviera disgustada y se mete en el baño.

Saludo a los recién llegados y me uno a su conversación rápidamente, pero ahora ella está diferente, cuando comemos todo es tranquilo y fluye con normalidad, tomando en cuenta que Dinah no para de hacerle preguntas a Dylan.

Ahora soy yo que no para de mirarla, se nota tensa, ha estado comiendo sin hablar demasiado, ni siquiera trata de integrarse a la conversación, lo que me hace sentir un poco culpable, tal vez creé que algo está mal.

Amor, lo siento por estar rara, prometo que hablaremos después, ¿Aún te quieres quedar en mi departamento? 

Miro atenta como leé mi mensaje, levanta la vista y eleva una ceja.

Creo que no me apetece hablar, en otra ocasión.

Joder. La embarre.

L: ¿Estás enojada? 

Pregunta estúpida.

C: ¿Por qué estaría enojada? 

L: Porque he estado siendo una auténtica imbécil.

C: ¿Por qué estabas así? ¿Por los pendientes que me envió Shawn? 

La miró y ella no aparta su vista del celular, ¿De verdad no puede esperar? Shawn me importa poco, pero claro que me dió razones para pensar sobre lo que tenemos, porque no quiero sentirme amenazada, quiero que me elija y que nada más me importe.

L: No tiene nada que ver con Shawn, sino con nosotras, hablemos más tarde.

C: Lauren no tengo mucha paciencia ahora, en realidad nunca la he tenido.

L: ¡Que exasperante! 

Suelta un resoplido que todos escuchamos, cuando lo nota se cruza de brazos y hace como si nada.

—Las personas a veces son exasperantes —menciona negando con la cabeza lentamente.

— ¿Hablas de los fans? —pregunta Ally.

—Sí, ayer solo le dije gracias a un chico en la calle que ayudó a recoger mi celular cuando se me cayó y ya dicen que estamos saliendo en secreto —me intriga como parece tan normal hablando de cosas que no tienen que ver con su reacción.

—Me pasó algo peor —Normani se ríe—, un señor en el supermercado me preguntó dónde estaban las frutas y me fotografiaron hablando con él, ya inventaron miles de teorías, hasta que era mi sugar daddy.

L: ¿Es qué no ves cómo estamos y cómo nos tratamos?

C: ¿Cómo personas que se gustan y se quieren? 

L: ¿Por qué tenemos que hablar esto por mensaje? 

C: Porque no quieres seguir comportándote extraño conmigo y no quieres que me haga ideas equivocadas y que me enfade.

L: Excelente respuesta.

C: Soy bastante efectiva, amor.

L: Ahí está, cómo nos hablamos, nos relacionamos y a dónde nos lleva esto, actuamos como una pareja sin serlo.

C: ¿Qué tiene eso de malo? ¿Te incómoda? ¿Quieres que nos detengamos? 

Escribo y borro el mensaje unas cinco veces, me distraigo un momento en la conversación que tienen los demás, cuando hacemos contacto visual señala su celular.

L: Quiero que seamos novias.

—Lauren, ¿Puedes buscar otro vino en la refrigeradora? Ya que estás muy conversadora —capto el sarcasmo de Dinah.

—Y te haces llamar buena anfitriona —me levanto y veo mi celular todo el transcurso.

¿En serio me hizo hacer esto por mensaje? 

Dejo mi celular sobre la encimera, ahora estoy frustrada, sacó el vino y busco el destapacorcho, pero no lo encuentro en ningún lado.

—Dinah me pidió traerte esto —Camila está en el umbral con el sacacorchos en la mano.

—Gracias… —me acerco para tomarlo y ella lo aleja de mí agarre.

Me toma por sorpresa cuando sujeta mi nuca con su mano izquierda y me planta un beso.

Primero pareciera que siente la suavidad de mi boca, respira hondo sin alejarse y comienza un beso lento y firme, me acoplo a ella llevando una mano a su cintura, muerde mi labio inferior con suavidad y se aleja solo un poco.

—Estaria completamente demente si no quisiera ser tu novia —susurra—, y me encantaría ponerte el título, Lauren Jauregui, la mujer preciosa, despampanante, inteligente, caliente y hermosa novia de Camila, suena más que genial.

—Me obligaste a hacerlo por mensaje —me quejo.

—Es perfecto, solo besa un poco más a tu novia antes de volver a socializar.

—Me encanta esta idea, amor.

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