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Capítulo 33

Advertencia ⚠️
Aunque estás cosas no detienen a nadie XD
Contenido +18

Camila.

—Pensaba en comportarme —pasa una mano por su cabello, como me encanta eso—, acompañarte a la puerta, tal vez robarte un beso o dos e irme feliz pero…

— ¿Pero? —trago saliva cuando se acerca haciéndome retroceder un paso dentro del departamento.

—Ya te imagine en una circunstancia diferente—mira la puerta y coloca su mano abierta sobre ella.

—¿Qué imaginaste? —preguntó como si esperara que me diga un secreto.

—Tal vez que entraba —me mira fijamente, así que tomo su mano y tiró de ella para que esté adentro, se gira y al cerrar la puerta hace que  quede presionada en ella—, algo así, me imaginaba besándote, subiendo mis manos por tu cintura y sacandote esa camisa que me ha estado tentando desde que te ví con ese escote tan bonito.

Tomó aire cuando baja su mirada al escote, coloca una mano presionada en la puerta justo al lado de mi cabeza, colocó mi mano en su cintura y la acercó lentamente.

—Entonces… ¿Te imaginaste esa pequeña escena cuando llegamos al aparcamiento? 

—Lamento no ser demasiado romántica para pensar en acompañarte a la puerta y solo irme —su mano libre recorre mi mandíbula y siento la piel de gallina.

— ¿No has imaginado más? —sonríe, ahora creo que me derrito por dentro. 

—Me imagino mil cosas, pero también puedes participar —no logró decir nada porque se presiona contra mí y me besa.

Lo hace como solo ella sabe enloquecerme y en poco tiempo ya estoy respirando irregular, con ganas de mandar todo al carajo y solo vivir de esta sensación que genera en todo mi cuerpo cuando me besa, me toca o me mira como si solo existimos las dos y sintiera con la misma intensidad lo que yo siento.

Baja los besos por mi cuello, ladeo la cabeza para darle más acceso, suelto un suspiro al sentir sus labios y sus manos subir por mi cintura hasta el inicio de mis pechos, besa el inicio de mi escote y luego eleva su rostro para mirarme fijamente cuando baja sus manos y toma el dobladillo de mi camisa.

Está buscando una afirmación de mi parte, y no necesita más que un asentimiento para deshacerse de mi camisa. Apenas logró sentir un roce de sus dedos en mi piel cuando los aleja y me sonríe.

Tiene el cabello un poco despeinado, en algún momento del beso llegue a pasar mis dedos por él, sus labios están más rosas y más llenos, sus ojos brillan y me tiene como una boba.

— ¿Dime qué te imaginas? —susurra.

Tomó sus manos y envuelvo mi cintura, paso mis brazos por sus hombros y le doy un corto beso antes de comenzar a caminar.

—Solo no te vayas a tropezar —me río antes de besarla, para luego hablar entre besos—, vamos a llegar a mi habitación, dónde caerás de espaldas en la cama para subirme sobre tí.

Hacemos exactamente lo que digo y ya cuando estoy sobre ella, me inspecciona mejor, parece grabar todo lo que logra ver de mí en su memoria.

Recargo mi peso en mis brazos a los lados de su cara y bajo para rozar nuestros labios, me encanta tentar a Lauren porque mantiene la calma por poco tiempo y cuando la pierde parece estar dispuesta a arrasar con todo.

Mueve sus manos por mi espalda hasta acunar mi trasero y apretarme contra ella, cuando intenta besarme me alejo y suelta un sonido de disgusto que me hace reír.

—Deja de jugar conmigo.

— ¿Y si no quiero? 

—Ahora no te diré lo que me estoy imaginando, simplemente lo haré —suelto un chillido cuando se da la vuelta dejándome debajo de ella, está entre mis piernas pero se mueve para dejar una pierna entre las mías y tener una mía entre las suyas.

Dejo que mis manos tengan decisión propia y se cuelen debajo de su camisa, me aferró a su espalda cuando se presiona contra mí y su rodilla me tortura. Repite la acción unas tres veces con una lentitud tortuosa que me mantiene con los labios entreabiertos para poder tomar aire.

—Necesito que… la ropa se vaya —mi voz suena ronca.

—Como me órdenes —se aleja de mí, toma el dobladillo de su camisa y la lanza a un lado, mis manos bajan por sus muslos y solo la miro.

Lauren es fascinante de ver, su piel blanca contrasta demasiado con el brasier negro que usa, tiene pequeños detalles de encaje, algo muy discreto, tragó saliva, estoy paralizada.

—Te dejo tocar —aleja el cabello de su rostro.

Desgraciada diosa de la tentación. 

Nunca había sentido tanta necesidad de estar con alguien, o sea el sexo es bueno, si sé, tengo varios años en descanso, pero la química, atracción y electricidad que desprendo justo ahora es indescriptible.

Al notar mi duda, aguanta su peso con sus rodillas, toma mis manos y las guía por su cuerpo, se estremece un poco cuando voy subiendo por su abdomen, sube hasta dejar mis manos sobre sus pechos y deja caer sus manos.

—No tengas miedo de hacer lo que tú instinto ya sabe —se inclina y besa mis labios—, aprenderás muchas cosas, solo necesitamos prácticar.

Me besa lentamente haciéndome nublar la mente de nuevo, vuelve a estar sobre mí, aunque deja un poco de espacio entre las dos, su lengua se desliza sobre la mía de una manera que te hace pensar que no necesitas respirar porque besarse de esta manera es mucho mejor, presionó mis manos en sus pechos y presiona su rodilla en mi entrepierna haciéndome arquear en busca de más fricción.

Siento sus manos a mis costados hasta pasar por sobre mi abdomen y llegar al botón de mis jeans, lo abre, baja el cierre y en un momento se retira y se encarga de mis sandalias para después poder deshacerse de ellos, por un momento pienso en cubrirme, pero ella regresa sobre mí sin detallar mucho mi ropa interior, que no es nada más que una gris súper normal, pero igual siento las mejillas rojas.

—No quiero acabar el momento —suelto un suspiro cuando está dejando besos sobre la cima de mis pechos—, pero estoy sana, mis últimos exámenes fueron… no me acuerdo… hace meses, pero no he estado con alguien en un buen tiempo…

— ¿Estás nerviosa? —Lauren se aleja, vuelvo a sentir ganas de cubrirme, pero no porque no quiero que me mire, sino es que tiene razón, estoy nerviosa porque estoy hablando muy rápido y siento que no me puedo concentrar en una sola cosa—, me hice análisis después de mi último rollo, eh, si quieres te enseño los resultados.

—No, no —me llevo una mano a la frente—, te creo, confío en ti, es que sí estoy nerviosa y pensé que querrías saber esa información.

—No lo pensaba, lo siento, me nuble un poco, somos adultas responsables —asiente efusivamente y me río—, dime ¿Que te pone nerviosa? 

—Primero, no estamos en igualdad de condiciones —la repaso lentamente con la mirada hasta sus jeans.

Se pone de pie, sé saca los zapatos, luego los jeans rasgados, la detallo de pies a cabeza cuando se acerca nuevamente a la cama.

Santa mierda ¿Cómo conseguí tener a esta mujer en mi cama y en ropa interior? 

—Solucionado —esta vez está acostada a mi lado, está lateral a mi recargando su peso en uno de sus codos mientras me mira a los ojos—, ¿Otra razón? 

—Estaba pensando en si no hago algo bien, si no te gustaba, sabes que no sé nada, Lauren.

—Ay, Camila, nada más me miras y haces todo bien —su mano izquierda comienza a hacer círculos en mi abdomen—, me gusta, créeme, todo lo que veo, tocó, siento y pruebo, todo eso me gusta, espera…

Sus dedos suben hasta la orilla de mi brasier, lo delinea, se inclina hacia mí para que su brazo me rodeé, cuando entiendo me lateralizo un poco para que llegue al broche y lo suelta.

—Quiero que me enseñes lo que te gusta y yo te enseñaré lo que me gusta, no te preocupes —saca el brasier de su lugar y siento el frío directo haciendo que mis pezones reaccionen—, tenemos tiempo de sobra.

Baja su mirada y podría jurar que mi sonrojo viaja desde mis mejillas hasta mi pecho, a la mierda yo deseo esto demasiado como para joderlo pensando.

No pierde el tiempo y me tiene temblando apenas acerca su boca a mis pechos, enredo mis dedos en su cabello y la acercó a mi cuando me arqueo buscando más, presionó mis piernas cerradas cuando vuelvo a sentir su lengua rodear mi pezón.

Se mantiene a mi costado mientras que su boca se encuentra succionando uno de mis pezones su mano izquierda juega con el otro, le da un apretón y suelto un gemido.

Su boca me deja ir y sube ahorcajada sobre mí, si fuera artista estoy segura de que llenaría miles de bocetos con esta vista, mi respiración es un asco y siento que no puedo dejar de mirarla en todas partes para tatuarla en mi mente, tampoco dejó de acariciarle los muslos o su cuerpo en sí.

Cuando se saca el brasier, entre abro mis labios y se me escapa un jadeo cuando pega su cuerpo al mío, creo que voy a morir, porque nunca he experimentado tanta excitación en un encuentro pero ni loca me perdería está experiencia.

Sus labios rozan los míos y una pequeña sonrisa aparece en ellos, la sensación de sus pechos pegados a los míos me tienen la cabeza zumbando.

—Mentiría si digo que no he imaginado esto —susurra antes de besarme, un beso profundo, húmedo y complementado con mordidas tentativas.

Presionó mis manos en su trasero y me vuelve loca comenzar a sentir la humedad que traspasa su ropa interior hasta la mía, hace un movimiento sobre mi cuerpo y las dos gemimos en la boca de la otra.

Beso su cuello mientras hace una fricción tortuosa sobre mi, nunca en la vida he metido un pezón en mi boca pero ni lo pienso cuando hago que se eleve un poco y succionó uno de los suyos.

—Espera… —jadea—, no tan fuerte, cielo.

Hago círculos con mi lengua y vuelvo a succionar, está vez la escuchó gemir, le doy atención al otro pecho y siento que mis dedos quedaran marcados en su trasero porque la presiono a moverse más.

Se aparta y vuelve a besarme, es un descontrol de sensaciones y necesidades.

Cuando se aleja me siento agitada, relamo mis labios y la miro bajar sus manos por mi cuerpo hasta alcanzar mis bragas, las saca sin perder el tiempo, hace malabares sobre mí y saca las suyas.

Término riéndome.

—La hubiera roto, hubiera sido más sexy —nos reímos ambas, está nuevamente sobre mí, con sus piernas a cada lado de mi cuerpo.

—Podemos ambientarnos —me da besos cortos.

— ¿Más? —se mueve sobre mí y jadeo al sentirla directamente, ya no hay nada entre las dos y sentir su humedad mezclarse con la mía es de las mejores torturas que pueden existir.

Solo logró gemir, cerrar mis ojos con fuerza y sentir como se acumula la tensión en mi vientre, escucho cuando maldice por lo bajo y sigue con sus movimientos lentos, me retuerzo debajo de ella para encontrar la mejor fricción.

— ¿Y el ambiente? —jadea sobre mi boca.

Abro mis ojos para verla, se sujeta de mi cintura para manejar los movimientos a su antojo, su cabello está hacia un lado cae sobre sus hombros, sus pechos se balancean, su ceño está levemente fruncido y muerde su labio inferior, al mirarme, el verde de sus ojos se ve tan cristalino y sus pupilas están dilatadas.

¿Cómo podría borrar está imagen de mi cabeza? 

—Alexa, reproduce la última canción que escuche… en la mañana —logró murmurar antes de dejar mi mano en su nuca y atraerla hacia mí.

La música llena la habitación y se entremezcla con el ruido que hacemos, logró escuchar un fragmento a pesar de estar perdida en lo que siento.

Right now, I’m shameless
Screaming my lungs out for you
Not afraid to face it
I need you more than I want to
Need you more than I want to
Show me you’re shameless
Write it on my neck, why don’t you?
And I won’t erase it
I need you more than I want to
I need you more than I want to

Ahora mismo, no tengo vergüenza,
gritando a pleno pulmón por ti.
No tengo miedo a afrontarlo,
te necesito más de lo que quiero,
te necesito más de lo que quiero.
Muéstrame que no tienes vergüenza,
escríbelo en mi cuello, ¿por qué no lo haces?
Y yo no lo borraré.
Te necesito más de lo que quiero,
te necesito más de lo que quiero.

Una de sus manos se cuela entre las dos y cuando siento que dos dedos entran en mí no tardó demasiado en comenzar a temblar cuando comienza con el vaivén al entrar y salir de mí.

Sé que digo incoherencias y me aferró a su cuerpo cuando llegó al punto alto del éxtasis y caigo, apenas logró sentir cuando se estremece sobre mí.

Me quedo flotando en esta nube por unos eternos segundos, llevo una mano a mis ojos y respiro por la boca para recuperar el aire.

Logró ubicarme al escuchar la música, que ahora es alguna canción lenta.

Lauren gira quedando a mi lado, me siento exhausta de repente, me muevo cerca de su cuerpo, pasa un brazo por detrás de mí cabeza y me acurrucó en su hombro.

— ¿Quieres dormir? —susurra, pasó un brazo por sobre su abdomen.

—No puedo abrir… los ojos —su risa me sacude—, descansemos un momento.

—Descansemos —besa mi cabeza.

Esto es algo que pensaré como un ciclo sin fin, no me preocupa mi último pensamiento antes de quedarme dormida envuelta en su olor.

Lauren es especial y la quiero.

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