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Capítulo 31

Lauren.

Deseo que dejes de doler, solo puedo repetir eso en mi cabeza como bucle sin fin, este día solo quiero poder aprender a respirar sin tí.

***

Cuando tomo el último la garganta y el estómago me arden, estoy segura de que podría botar fuego por la boca.

—Hoy somos celebridades ebrias —comienza a reírse, sin poder evitarlo me uno a ella.

—Par de locas —Dinah nos ve desde el umbral de la puerta—, ni siquiera me invitan.

—Otra ronda… —Normani eleva sus brazos y alarga la última vocal—, ven unetenos.

Terminamos haciendo otra ronda mientras Dinah trata de contar un chiste con hipo lo que nos hace revolcarnos de la risa.

—Me bese al guardaespaldas de Lauren —giró la cabeza como la del exorcista hacia Dinah.

— ¿QUÉ? —suelta un hipo y luego una carcajada.

—Caramba que suerte, está bello —Normani llena los shots.

—Lo juro, fue hace —mira su celular—, una hora.

— ¿Llegaste después de besuquearte a mi guardaespaldas? —pregunto como boba, ya siento que hablo más lento de lo normal y cuando me muevo las cosas se balancean.

—Sííí —hipo—, es que acompañe a Camila a tomar aire porque estaba mareada y luego él estaba allí afuera fumando, lo ví, lo aprecie, lo devore con la mirada, me acerque, lo bese y corrí a la casa.

Normani suelta una carcajada tan estruendosa que me tapo el oído porque casi que se ríe sobre mi, del relato solo me quedo una cosa y mi mente no trabaja bien estando alcoholizada.

— ¿Camila está bien? 

—Ah… sí, Shawn le dió agua y creo que Ally le dió una habitación.

— ¿Qué? Me voy —suelto la encimera y me tambaleó.

Mierda.

—Anda —hipo—, haz que te ruegue por tonta.

—Me perdí —dice Normani mirando de una a la otra.

—Vete Lauren, voy a chismear a tus espaldas con Normani.

Abrazo sus cuellos para acercarlas a mi cara, las miro con atención, besó la mejilla de cada una y sonrió.

—Que sea secreto —susurro.

Y como puedo salgo de la cocina, ya hay menos personas, la música está baja como cuando recién llegamos, Ally está haciendo un karaoke improvisado con un control y hasta estando ebria noto que canta bonito, Troy la está grabando y sé que mañana se va a arrepentir de eso.

Me adentro a un pasillo que la verdad no tengo ni la mínima idea de dónde estoy, pero lo más lógico que llega a mi mente es abrir puerta por puerta, de todas formas no encontraré a nadie teniendo sexo porque estamos en una fiesta relajada y estoy cien por ciento segura de que Ally no dejaría a ningún conocido del trabajo hacer esas cosas en su casa.

A menos que Camila y Shawn… ellos son sus amigos.

Ese pensamiento me hace apresurarme, igual no hay muchas habitaciones, creo que es mi condición la que me hace ver esto como un pasillo sin fin.

Dicen que el que busca encuentra y yo estoy muy lista en cuanto la encuentro, está sentada en la cama intentando llegar a sus tacones para sacarselos, pero no llega, así que resopla, noto que está sola, entro y al cerrar la puerta detrás de mí el ruido llama su atención.

Me acerco rogando no caerme de cara cuando me agachó frente a ella, sin decir nada quito el broche de sus tacones y se los sacó dejándolos a un lado.

— ¿Y Shawn? —pregunto mirándola desde abajo.

—Debe estar de camino a su casa —se recarga hacia atrás en sus brazos—, le dije que me podía cuidar sola.

—Ni te podías quitar los tacones —al ponerme de pie me tambaleó un poco.

—Tampoco estás en tus cinco sentidos que digamos —su voz es más lenta y pausada, creo que bebimos de más.

— ¿Necesitas algo más? —enarca una ceja.

—No pedí ayuda para nada ¿Me estabas buscando? —se endereza y me alejo unos pasos.

—Dinah comentó que estabas mareada —me encojo de hombros—, solo quería asegurarme de que estabas bien.

— ¿Por qué actúas tan normal, Lauren? No hemos hablado en días y estás tan tranquila, tan normal ¿Por qué no me reprochas o dejas de preocuparte por mí? —me mira con el ceño fruncido y una irritabilidad que no comprendo, no sé si es porque mi cerebro está intoxicado pero siento que trabaja con lentitud.

—Somos amigas ¿No? —mi voz es suave pero me cruzó de brazos—, estaré aquí igual cuando quieras volver a hablar, Camz.

Se pone de pie, aún tengo tacones así que estoy a una cabeza más alta, sus mejillas están rosadas, me imagino por el alcohol que ha tomado, su maquillaje no parece para nada corrido, como me imagino que debe estar el mío a las esquinas de mis ojos porque llore un poco al reír tanto con Normani y Dinah.

Solo algo gira en mi cabeza.

¿Cómo puede ser tan hermosa? 

No sé si todos se sentirán de la misma forma cuando están ebrios, pero yo justo ahora siento el cerebro lento, pesado, el corazón me late despacio, como con ecos, siento la boca adormecida y algo seca, mis manos hormiguean, pero los pensamientos me confunden porque no sé si solo hormiguean porque sí o porque puedo simplemente estirar los brazos y tocarla.

Está cerca, pero tan lejos.

—Yo no te entiendo —murmura—, en tu lugar estaría molesta, no me hablaría, pero sigues aquí.

—Estuve molesta, solo unos minutos, pero luego preferí no estarlo, y sí, sigo aquí.

— ¿Eres real? —me mira como si alguna luz celestial estuviera apareciendo detrás de mí por lo que terminó riendo.

—Soy muy real —tomó su mano y colocó su palma en mi mejilla—, un pequeño desastre ebrio frente a ti.

—No debí beber tanto —susurra y se aleja, regresa a la cama, gatea hacia arriba y se acuesta mirando al techo—, ven, aprovecha que no estoy cuerda, hablemos.

Cuando palmea el otro lado de la cama no dudo en luchar contra mis tacones para dejarlos a un lado y después de un tropezón sin ninguna caída sería termino acostada a su lado mirando el mismo techo, aunque no nos tocamos o hablamos por algunos minutos.

—Entonces… ¿Estamos bien? —se remueve un poco—, creo que Brad se saltó un límite grande y la jodió antes de que nos pasará algo peor, será una señal.

—Estamos bien —suspiro—, también tengo miedo, Camila, la verdad no sabes lo que me he esforzado para no huir de ti, aprovecharé la sobrecarga de valor que me da el alcohol para decirte que tengo miedos enormes a sufrir —cierro los ojos porque el techo gira demasiado—, no hago un lazo sentimental y emocional con ninguna persona que me atraiga, solo por el hecho de que tengo la certeza de que terminaré sufriendo, aunque sea un miedo irracional, mi cerebro lo entiende así y manejó las situaciones acoplada a esa creencia, pero cuando se ha tratado de ti… me he quedado, me he mantenido firme y hasta cuando estoy en el límite trato de quedarme en esa línea.

»Estoy clara de que Brad la jodió, fue estúpido y lo primero que quise fue ir a gritarle y reprocharle que no tenía para nada el derecho de jugar con los sentimientos y las carreras de otras personas, pero… muchas veces me hice la ciega y fui egoísta, así que también lo lastime, no es una mala persona, igualmente no lo justifico, pero las cosas pasaron y ya, no hay algo que se pueda cambiar.

Abro los ojos y giró la cabeza porque dura mucho tiempo en silencio y creo que tal vez se durmió, pero me está viendo.

Y es ese tipo de miradas que sabes que está cargada de demasiadas cosas, pero son difíciles de describir.

—A veces pienso tanto en ti —no deja de mirarme—, en estos días ví un vídeo de una chica que se limpiaba las lágrimas con su hamster y solo quería enviártelo para que lo vieras porque me encantó y estaba segura de que te encantaría, pero no hablábamos y me sentí tan tristes, porque luego me di cuenta que solo quería hablar contigo y no podía.

Sin poder evitarlo suelto una carcajada, porque después de todo lo serio que dije su cabeza solo puede pensar en eso y solo me causa gracia.

—Camila, con ese inicio casi creí que dirías algo romántico, pero me sorprendes —me acuesto de costado para mirarla mejor.

—Es romántico, es que no me dejas terminar, solo te ríes, me distraes haciéndome pensar que podría escucharte siempre porque solo ese sonido me alegra el alma —rueda los ojos y también se pone de costado, nos miramos de frente—, Lauren, yo no manejo la presión que me ejerce Simón, los fans y los haters de la mejor manera, siento que no quiero que sepan que me gustas, que pasa algo entre nosotras, también tengo miedos y mi mente me grita de mil formas que si seguimos con lo que sea que pase, no va a funcionar y te voy a perder, pero estoy atraída a ti, te busco con la mirada si estamos en el mismo lugar, me quiero acercar, te quiero tocar, besar y olvidarme de todos, pero cuando pienso en lo malo, si todo se enteran me paralizó y no estoy lista ahora, pero quiero estarlo.

» Me he sentido tan sola la mayor parte de mi vida, tengo a mi familia y los amo, pero si pudiste notar antes de la serie no tenía ninguna amiga o salía a socializar, hice una relación demasiado estrecha con la soledad, pero en una crisis estuviste ahí, nunca espere que sin conocerte tan bien te ibas a quedar en mi departamento y me ibas a aliviar tanto peso.

Nunca llegué a pensar que eso le afectara y que en realidad ese día que estuve en su departamento para ella fue un apoyo.

No quiero que sintamos que tengamos que ocultar esto, pero yo no sé si pueda estar bien con el hecho de que se enteren de nosotras y menos por las últimas cosas que he pasado con respecto al loco del club y al enfermo de la caja.

— ¿Por qué no podemos hacer lo que queramos en nuestra burbuja? —me mira sin entender.

—Porque se estalla —estiró mi mano y con mi dedo índice bajo por el puente de su nariz, pasó por su pómulo derecho y delineó su mandíbula.

—Solo necesitamos práctica —susurro.

— ¿Sabes que me gusta mucho de ti? —relame sus labios.

—No…

—A veces eres tan descarada que me provoca comerte a besos —mira mi boca y luego nuevamente a mis ojos—, y eres lo contrario a cuando actuamos, tus besos en ese momento son más pensados, pero cuando somos tu y yo, lo haces mostrándome lo que te gusta y a la vez aprendes todo lo que me gusta, me molestas tanto como me encantas porque no puedo resistirme a tí.

—Lo sabía pero mentiría al decir que no me gusta lo que dices—terminó acercándome hasta que su nariz roza la mía—, quiero saber que has aprendido de lo que me gusta, no me hagas rogar y muéstrame.

—Te odio, Lauren Jauregui —coloca una mano en mi mejilla y apenas roza sus labios cerca de los míos—, te odio tanto como me encantas.

Sigue jugando conmigo así que muerde mi labio inferior con una suavidad y lentitud que me hace temblar, mi mano llega a su cintura y presionó mis dedos en ella cuando pasa su lengua por mi labio inferior.

—He aprendido…—susurra—, que te gusta que te tenten a perder el control, aunque a veces también eres de besos dulces —presiona sus labios sobre los míos unos segundos y se aleja—, también aprendí que te gusta que hunda mis dedos en tu cabello y en algunas ocasiones si hago esto…

La mano en mi mejilla se desliza hasta que sus dedos entran en las hebras de mi cabello, los mueve un poco y deja cortos besos en mi boca hasta que me toma desprevenida el tirón en mi cabello que hace que mi barbilla se eleve, sin evitarlo se me escapa un leve sonido y la sonrisa de suficiencia que aparece en sus labios me descoloca.

—Camila —besa mi barbilla con lentitud—, bajemos un nivel.

—Note que te gusta tener el control, pero a veces me lo dejas por un rato —termino acercandola completamente hacia mí cuando vuelve a besarme.

Cuando logró tener un poco de cordura me separó de su boca, mantengo los ojos cerrados y solo siento su respiración en mi boca por unos segundos, lo que pasa con los deseos humanos es que harías lo que fuera por tener eso que tanto anhelas, puedo perder la cuenta de las veces en que he querido simplemente existir para conseguir uno de sus besos.

—Estamos ebrias, deberíamos mantener las aguas tranquilas —susurro después de un rato.

—O podríamos dejarnos llevar —la miro, deja una caricia en mi rostro y tomo su mano llevándola a mis labios—, ¿Te vas a arrepentir mañana si algo sucede? Porque yo estoy segura de que no.

—Por supuesto que no me arrepentiría —beso sus dedos—, solo no quisiera olvidar nada.

—Si eso pasa, yo te lo recordaré con todos los detalles —sonrió y me coloco sobre su cuerpo.

—Y después yo soy la descarada —digo con sarcasmo.

—Es el alcohol… —la callo con un beso, está vez soy yo quien tiene el control.

Mantengo mis brazos a cada lado de su cabeza para no aplastarla, pero nuestros cuerpos emanan calor contra el otro, abro mis piernas a cada lado de su cuerpo y sus manos mueven la falda para poder tocar mis muslos.

Bajo los besos por su mandíbula hasta su cuello y de ahí hasta llegar cerca de su oído.

— ¿Qué tan lejos quieres llegar, Camila? 

—Creo que deberías ir bajando la cremallera de mi vestido —me empuja levemente, termina sentada y yo ahorcajada sobre ella, sus manos le dan un leve apretón a mis muslos.

Muevo mis manos a su cremallera tal como ella lo desea, me tomo mi tiempo y deslizó mis dedos por su espalda mientras la miro comenzar a acumular la anticipación en sus ojos.

Me doy mi tiempo porque no quiero apresurarme, hay necesidades y gustos, para mí Camila es una mujer que te hace sentir con suerte cuando se topa en tu camino, y creo que gaste toda mi suerte encontrándola.

Bajo los besos por su cuello mientras dejo caer las tiras de su vestido dejándola expuesta, con mi mano acarició su cuello y bajo entre sus senos, torturánonos a ambas.

El sonido de la puerta me hace enderezarme de golpe y hago contacto visual con Ally, que de inmediato se tapa los ojos.

—Grandísimo Dios, eres todo poderoso, te agradeceré eternamente por no haber permitido que llegara más tarde —Camila tiene los brazos sobre su pecho, me bajo de ella y me acercó a Ally—, te rezaré dos veces al día solo por el hecho de que no me dejaste ver a mis dos amigas teniendo sexo, ahora dejémos que prosigan con su demostración de amor en privado.

La pequeña se tropieza hacia atrás, logra salir sin vernos, pero no sin antes colocar el seguro de la puerta, me muevo incómoda y saco mi celular de mi escote, solo miro la pantalla hasta que escuchó una estruendosa carcajada.

—No puede ser, tuvo que ser Ally quien casi me ve las tetas —la miro más relajada, tal vez los nervios de que alguien nos pudo descubrir en algo se apoderaron de mí sin yo darme cuenta, pero Camila parece tan normal, sigue tapándose mientras ríe—, regresa a la cama ¿Qué haces ahí? 

—Solo pensé que me dirías que te ayudará a subirte el vestido para correr detrás de Ally para explicarle que lo que vio fue un error —hace una mueca con su boca cuando me siento frente a ella.

— ¿Y qué buscabas en el celular? —lo tiendo hacia ella.

—Nada, solo fue para evitar mirar tu reacción.

—Lo siento, Lauren.

—No pasa nada, creo que mejor pasamos la borrachera durmiendo —asiente lentamente.

La ayudó a colocarse el vestido de vuelta a su lugar y le doy un corto beso hasta que nos acostamos en la cama, está vez con las luces apagadas.

—No sé cómo decirte cómo me siento cuando estoy contigo —susurra—, no quiero asustarte.

—Recuerda que aunque esté al límite de la línea, lo que yo siento ahora hace que me quedé y no corra.

La abrazo y nos quedamos en silencio, porque no hay palabras que podamos decir o tal vez sí, pero ahora no son necesarias, no sería el momento indicado.

Aún retendre para mí las palabras, estoy comenzando a querer a Camila.

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