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Capítulo 27

Camila.

Salí corriendo de mi sesión de fotos, no importaba nada, en cuanto ví esa foto, pensé muchas cosas.

No me necesita, tiene a su familia.

Realmente no somos nada.

Tal vez quiere estar sola.

Es probable que se sienta incómoda.

Pero ví esas fotos y simplemente salí sin pararme a procesar los problemas que podía tener después o el escándalo que podía causar.

Cuando la llamo no es solo para saber cómo está, sino porque estoy en mi auto fuera de la casa de sus padres que tiene fotógrafos por todos lados, a veces no tienen ni un poco de consideración.

—Hola —me pican las manos nada más oír su voz, suena tan mal.

—Estoy afuera.

—No creo…

—No sé qué pasó —la interrumpo—, llegue aquí gracias a los chismes, tal vez quieres estar sola o es el peor momento para aparecer, pero conozco bastante la soledad y a veces te carcome.

— ¿No te importa la prensa? 

—Somos amigas, Lauren, solo quiero verte y comprobar por mi misma que estás bien.

—Enviaré a Tay por ti.

Cuelga y minutos después su hermana sale con unas gafas de sol, la reconozco por fotos en las que ha salido con Lauren, no sé qué le dice a los paparazzis pero no se ve muy alegre, localiza mi auto y cuando bajó todo se vuelve peor.

Los flashes salen disparados y las preguntas se enredan entre sí porque todos hablan a la vez, ella toma mi brazo y nos movemos rápido hasta la casa.

—De verdad que no soporto a esa gente —dice entre dientes, se quita las gafas y suspira antes de mostrarme una pequeña sonrisa—, un gusto conocerte en persona, lastima que no sea una bonita circunstancia.

—Eres una mini Lauren —le sonrió—, me alegra conocerte.

—Solo físicamente, mi personalidad sobrepasa la de Lauren —bromea.

— ¿Taylor? —alguien se acerca por un lado de la casa, cuando nos encuentra se sorprende— ¿Camila? 

—Hola, mucho gusto —me acercó nerviosa, es el momento menos indicado para conocer a la familia de Lauren—, disculpe si me entrometo en este momento, pero me preocupé por Lauren, quería saber si estaba bien.

—Tranquila, cielo, ella está… —toma mi mano entre las suyas y le da un leve apretón—, bueno está un poco decaída, seguro le hace bien hablar un poco.

—No ha hablado mucho —agrega Taylor.

La verdad no estoy segura de lo que pasó ¿Una baja de presión? No lo sé, solo salieron fotos de ella en mal estado, la sacaban de su departamento y aunque trataron de hacerlo ver lo más normal, pues se notaba mucho que algo pasaba, estoy tan ansiosa por verla que cuando Taylor me guía a su habitación muevo mis manos inquieta y agradezco que no se hubieran quedado hablando más conmigo.

Ella solo me deja frente a la puerta y se retira, tocó un par de veces, solo recibo un sonido como respuesta y me lo tomo como algo afirmativo, la oscuridad es lo que me recibe.

Cuando estoy dentro cierro la puerta frente a mí, ahora la oscuridad es más intensa, escucho un ruido y una pequeña luz en la mesa de noche se enciende, parece uno de esas lámparas minúscula que te colocan de niña en la habitación para que no le temas a la oscuridad.

—Estoy bien —veo más sombra que Lauren, pero está sentada recostada en el espaldar y suena de muchas maneras menos bien.

— ¿Cómo sé eso sí ni siquiera te veo bien? 

—Me duele la cabeza, no soporto la luz justo ahora —me acerco.

Su ceño está ligeramente fruncido, noto su rostro sin maquillaje y logró fijarme en sus ojos inflamados, hasta creo que sus labios están pálidos.

Hago que mueva sus piernas y me siento en el borde de la cama, cerca de ella, estiró mi mano y dejó una leve caricia a su brazo hasta alcanzar su mano, le doy un pequeño apretón.

— ¿Qué sucedió? —respira hondo.

—Hay alguien… un enfermo molestando —su mano se aferra a mi cuando se le corta la voz—, me dió un ataque de pánico, eso fue todo.

Ahora de cerca logró detallar mejor lo cansada que se ve, acerco mi mano libre y alejó el cabello de su rostro.

— ¿Te están molestando? ¿Cómo? Nunca lo mencionaste.

—Me estuvieron llegando paquetes, al principio pensé que era un acosador loco, eran regalos, pero dejaba cartas donde me dejaba claro lo asquerosa que era por ser lesbiana y como me cambiaría porque me ama —hace una pausa—, Brenda se encargo de interceptarlos, mi correo lo revisa ella primero, pero llevaba tiempo sin recibir nada más, creímos que se canso, recibí este paquete con el remitente de mi hermano, no sospeche que sería algo así…

Está asustada aún, lo noto cuando tiembla la mano que sostengo, cuando logra decirme lo que había en la caja me tenso completamente, no me imagino lo que sintió para terminar teniendo un ataque de pánico, pero me siento enojada, no con ella, sino con la circunstancia, no debería sucederle esto a nadie, no deberías salir huyendo de tu hogar con miedo.

La abrazo, se aferra a mí con fuerza, no llora, solo toma respiraciones profundas, aun así su cuerpo tiene leves temblores, acarició su cabello y espalda.

—Lo importante es que estás bien, estás a salvó, que debes descansar —me alejo retiro el cabello de su rostro, dejo mis manos en sus mejillas y me muevo por inercia, dejo un corto beso sobre sus labios—, ya luego pensamos en lo que que hay que hacer, ahora descansa.

Me levanto para darle espacio para acostarse, vuelvo a su lado, recostandome en el lado libre, acarició su cabello hasta que noto como su cuerpo se relaja y su respiración se vuelve acompazada. 

Nunca fui alguien sobreprotector, la verdad creo que nunca hice la conexión sentimental necesaria para preocuparme tanto por alguien, haría lo que fuera por mi familia, pero nunca me había planteado una citación así por una pareja.

Sí, sé muy bien que Lauren no es nada mío y me lo recalcó mucho, pero las ganas de protegerla no son algo que pueda evitar pensar.

Esto hay que denunciarlo, ella no puede volver a su departamento por ahora y menos sin vigilancia, tampoco creo que sea bueno que la prensa se entere o le enviaría un comunicado al infeliz que la acosa.

Yo he caído en leer todo lo malo, he caído muchas veces y me he sentido una basura, pero no recibo la clase de cosas que le están tocando a ella.

Me quedo solo un rato más para comprobar que si está descansando, salgo de su habitación con sumo cuidado, estoy enojada y sé que debo tranquilizarme, me quedo en el pasillo en silencio, intentando pensar que podemos hacer para que esto no vuelva a pasar, pero estoy casi cien por ciento segura de que Simón no se prestará a ayudar y me enoja más.

— ¿Cómo te fue? —me giro hacia Taylor que viene con un plato con galletas.

—Me dice que está bien, pero no sé, sigue nerviosa, ahora está descansando.

—Al menos está durmiendo, desde que llegó solo estuvo en la oscuridad sin hacer nada más.

— ¿Sabes que estan haciendo al respecto? 

—Brenda la trajo y salió como una fiera, aún no se comunica con nosotros, creo que mi hermano está con ella —su hermano abogado, algo estaran haciendo.

Mi celular suena y al ver el número de Simón solo me entran ganas de apagarlo.

—Ya me tengo que ir —me sigue hasta la puerta, no encuentro a la señora Jauregui en el camino—, me despides de tu mamá y cuando Lauren se sienta mejor dile que me escriba por favor.

—Esta bien, hasta luego.

Me vuelvo a enfrentar a los paparazzis, pero llegó a mi auto, les hago señas para que se quiten del camino y cuando ya estoy algo lejos le regreso la llamada a Simón con el manos libres.

—Dime que estoy alucinando y no te saliste de una sección de fotos, Camila ¿Qué mierda tienes en la cabeza?

Y seguro no han subido mis fotos en la casa de los padres de Lauren.

—Tenia algo que hacer, ellos entendieron, ya voy de regreso.

— ¿Sabes lo mal que te deja eso? ¿Lo mal que me deja? 

— ¿Me llamaste para gritarme? 

—Tienes que aprender a respetarme de una puta vez —mis nudillos se vuelven blancos por lo fuerte que presionó el volante.

—Tienes que aprender a hablarme bien.

—Deja de creer que tienes el control, yo manejo tu carrera y tu harás tu maldito trabajo.

¿Primera vez que me habla así? No lo es.

Solo ha pasado pocas veces pero ya he visto como es Simón realmente y cada vez se fuerza menos en engañarme, ya no le importa su fachada frente a mí.

—Voy en camino —termino la llamada.

***

—¿Cómo manejas tu estrés? —papá le da un sorbo a su café.

Tuve un espacio antes de ir al set y papá casualmente estaba cerca de la dirección que me encontraba así que estamos tomando un café.

—Estoy bien, he tenido mucho trabajo, pero es bueno ¿No? 

—No sí te hace mal —me mira preocupado.

Él sabe que me presionó demasiado, siempre ha sido así.

— ¿Qué tal va el taller? —se le dibuja una amplia sonrisa, el taller es su sueño y también los trabajadores son como su familia.

Que mis padres mantengan su vida de los más normal cuando su hija es una figura pública que puede darles una gran comodidad es algo que me pelearon, para ellos que yo gane más o pueda mantenerlos no indican que lo acepten.

Mi madre sigue siendo maestra y mi padre maneja su taller, no viven nada mal y al menos aceptaron la casa que les regale, de igual forma en lo único que les aporto es para la educación de Sofía.

—Va viento en popa, sabes que haremos una parrillada, debes venir a la casa, tu mamá se queja de que no nos estás visitando tanto —se acomoda como si fuera a decir un secreto—, está preocupada de que estés mucho tiempo sola.

—Ni siquiera tengo tiempo para estar sola —trato de bromear.

Les asusta mi soledad, que a veces me siento vacía y que esos pensamientos fueron de conflicto en mi adolescencia.

—No te sorprendas que llegue tu hermana a tu puerta con una maleta, tu madre hará que te fastidie por lo que resta del año.

—No se lo permitas —me río—, nadie aguanta a Sofi tanto tiempo.

—Dimelo a mí, es mi hija y la amo, pero a veces no para de hablar.

Es cierto, habla demasiado, es como un muñequito de cuerda sin fin, solo se calla cuando duerme.

—Bueno iré a la casa para la parrillada.

—Entonces ¿Con quién sales? He leído la sección de chismes en el periódico y nombran a muchas personas, como si mi hija fuera una sinvergüenza —suelto una carcajada.

—Por favor papá, no creas en lo que dice esas cosas, solo son amigos —miro mi jugo de fresas.

—Puedo presentarte a un buen chico, es nuevo trabajando con nosostros, vive hablando de que no cree trabajar para el padre de la actriz y bla, bla, bla.

—No me vas a emparejar con un fan, además no necesito pareja —bufa.

—Desde esa falsedad con el muchacho ese no has llevado a un novio a casa.

Mi celular se ilumina sobre la mesa y logró ver qué es un mensaje de Lauren.

—No necesito un novio, papá —digo distraída leyendo el mensaje.

A penas llegues al set ve a mi camerino, quiero verte.

— ¿Y sonríes como boba por quién? 

Dejo mi celular a un lado y chasquo la lengua hacia él.

—Por nadie —estrecierra sus ojos hacia mí.

—No te creo nada.

— ¿Ahora soy mentirosa? —me hago la ofendida.

— Sí, pero lo aceptaré por ahora y vas a tener que conocer a Brendan —frunzo el ceño.

—Papá…

—Es buen chico —asiente intentando convencerme—, le cumplirás su deseo al conocerte.

—Bien, igual no seré muy amable.

—Maleducada.

—Tu me educaste —eso lo hace reír.

—Ya, olvídalo, vamos a tomarnos una foto para enviarle a tu mamá.

—Para su colección.

Tomo mi celular, me acomodo un poco a su lado y nos saco la foto, se la envío a su celular, termino enseñándole como enviársela a mamá y luego me acompaña hasta las afueras del set.




—Camila, Camila, Camila —me detengo algo inquieta.

—Dinah, Dinah, Dinah —muevo mi pie con impaciencia—, ¿En qué te puedo ayudar, corazón? 

— ¿Te estoy interrumpiendo? ¿Tienes prisa? —me mira con una amplia sonrisa, obviamente este no es mi pasillo, sabe a dónde voy.

No he visto a Lauren desde la última vez en casa de sus padres, no ha vuelto a su departamento y solamente hemos hablado por mensajes, claro que tengo prisa por verla.

—No, que va, para nada, voy de visita a este pasillo y luego al mío ¿Qué necesitas? 

—Un labial que tienes ¿Me lo prestas? —busco en mi cartera saco las llaves de mi camerino y tomo su mano.

—Anda sin miedo, no hay nadie que te coma —dejo la llave en su mano.

— ¿No me acompañas? —se burla de mí.

—Deja de joder —le doy la vuelta y un empujón hacia el lado contrario.

—No quiero escuchar ruidos raros por ahí.

—Cállate —suelta una carcajada alejándose.

Retomó mi camino, al llegar a la puerta me quedo un momento mirándola, paso las manos por mi cabello y tocó.

Aún no sé cómo hace que ansie tanto verla.

—Pasa —me sonríe al notar que soy yo.

Si parece bien, nada más lejos de la chica que ví hace unos días, está radiante, sin los ojos hinchados, sin la palidez, hasta su cabello brilla.

Cierro la puerta detrás de mí y la detengo con mi mano en su brazo cuando se va a alejar, su mirada se suaviza, mi mano libre va a su mejilla.

— ¿Estás mejor? —no me parece tonto preguntar porque a veces no importa lo bien que te veas por fuera cuando lo de adentro está apagado.

—Sí, ya todo lo está manejando mi hermano, no te preocupes, no te escribí para hablar de eso —su mano va a mi cintura y doy un respingo—, quería verte y contarte mi propuesta.

Gira su rostro y le da un beso a mi mano, acción que tiene a mi corazón revolucionado, subo mis brazos rodeando su cuello.

— ¿Qué propuesta? —mis ojos van a su boca por un segundo.

Estamos muy cerca y mentiría si no viene a mi cabeza el día de la fiesta, porque mi cuerpo desea volver a sentir lo mismo, desea quedar en la misma posición con esta deslumbrante mujer que pone todos mis sentidos en descontrol.

—No hables así —su comisura derecha se eleva—, lo haces sonas a algo sucio.

—Me parece que la que tiene esos pensamientos eres tu —la molesto.

Es normal esto ¿Cierto? Es normal desear tanto a alguien que no tienes la idea de ni siquiera como moverte.

—Regresando a mi propuesta —susurra acercando su boca a la mía—, después de grabar te vas conmigo.

— ¿Me voy contigo? —cierro los ojos al sentir el roce.

—Tendremos una cita —eso me hace abrir los ojos.

— ¿Una cita? 

—Sí —besa la comisura de mi boca.

—Pero ni siquiera me avisaste antes para prepararme, porque…

—Porque necesitas pensarlo mil veces antes de ir —termina por mí—, no te preocupes, con respecto a nosotras es mejor no pensar, Camila.

Es cierto, en todo lo que dice, prefiero tomar las decisiones respecto a Lauren sin pensar, solo doy  por  hecho de que he  acertado en cuanto me encanta.

—Bien.

Esa parece también ser la respuesta a qué me bese, yo respondo gustosa.

~
Feliz Navidad 🎄🎆

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