Lauren.

Me recuerdo a diario que no soy valiente y que el acto más cobarde que tuve en mi vida fue no luchar por ti, aunque las circunstancias se escurrieran entre mis dedos como el agua, debía seguir creyendo en nosotras.

***

Usa el tono exacto para yo darme cuenta a qué se refiere o sobre que desea hablar. Camila esta nerviosa, se le nota un poco, pero sabe cómo mantenerse calmada y eso solo me provoca actuar para saber que tanto se puede calmar cerca de mí.

Dejo un dedo en mi barbilla y finjo pensar, como si estuviera haciéndome la dura, porque sé que quiere hablar de qué la bese hace unos días antes de irme de su casa y sé que dije que íbamos a hablar cuando ella quisiera, pero cuando yo he querido hablar del tema en otras ocasiones ella se negaba.

— ¿Ahora sí te interesa hablar? —dejo en claro con mi tono que la estoy molestando—, ¿Será por las cosas que dije?

—Puede ser porque fuiste muy egocéntrica —enarco una de mis cejas al escucharla—, tan segura de que me gustas.

Por inercia mira a nuestro alrededor pero nadie nos está prestando atención, nunca he salido con una mujer en público y tan poco la prensa estaba detrás de mí en mi época experimental, aún así puedo contar con una mano a las chicas con las que me he involucrado.

Tal vez ella no quiere que sepan lo que sucede aquí porque es muy pronto y la verdad tampoco quiero que la prensa se entere, supongo que estoy de acuerdo con que sea algo entre nosotras.

No me ofende que me diga egocéntrica, sé que le encantó, ahora que la miro estoy completamente segura.

—No me haces difícil que esté segura de que te gustó —solo doy un paso más para intimidarla y me encanta que no se mueva—, vamos a hablar.

La sigo hasta salir de la casa, me intriga que no busque alguna habitación o hasta el pasillo del baño como las chicas de hace un rato.

Terminamos en el garaje de la casa, tiene autos bastante lujosos y todos perfectamente estacionados.

—Es la colección de auto de los chicos, ninguna otra persona aparco aquí, así que nadie vendrá —menciona con cautela.

—Muy conveniente para nosotras —deslizó uno de mis dedos por el frente del auto, es color rojo, pero ni idea de que marca porque no sé nada al respecto, solo sé que se ve bastante llamativo.

Me detengo abruptamente porque chocó con su espalda cuando se detiene.

—Debe ser divertido —dice al girarse, estando tan cerca detalló su rostro con calma, su nariz se acentúa un poco en la punta, su labio inferior solo es un poco más relleno que el superior y sus ojos cafés logran parecerse al color de una madera oscura recién barnizada, brillantes y cautivantes, además su maquillaje sencillo la hace ver hermosa.

— ¿Qué debe ser divertido? —pregunto confundida.

—Esto, no debes ponerme nerviosa o hacerme pensar un millón de cosas en un minuto —levanta sus pulgares y los mueve—, debe ser divertido.

Presionó mis labios para no reírme pero es imposible, así que la imitó riéndome.

—Divertido —sigo moviendo mis manos y exagero mi emoción.

—No entiendes, no te burles —bufa dando un paso hacia atrás.

Me pongo sería cuando la noto algo irritada, no sé qué quiere de mí si no me lo dice, no entiendo y no soy adivina, tal vez deba poner el objetivo en lo que yo quiero. Vuelvo a dar un paso al frente para reducir el espacio que ella dejo.

—Te daré algo divertido —murmuró dejando una mano en su nuca y rozando su nariz con la mía.

Siento su receptividad, o sea que esto le gusta, dejo unos segundos para que me aleje y se arrepienta, pero solo cierra los ojos y entreabre sus labios, así que simplemente los atrapó con los míos entregándome completamente a otro beso.

Uno que de verdad disfruto, sigo con mi mano derecha en su nuca y con la izquierda dejó una caricia en su mandíbula, bajo por su cuello, su hombro y su brazo hasta llegar hasta su mano para entrelazar nuestros dedos.

Se acerca más a mi al profundizar el beso y rozar su lengua con la mía, siento mi corazón palpitar por cada centímetro de mi cuerpo.

Comienzo a retroceder hasta que la presionó en el auto de atrás, me alejo de su boca tomando una respiración profunda, su respiración chocha en mis labios porque no retrocedo lo suficiente, sus ojos se mantienen cerrados y sus labios entreabiertos, dejó un beso en su barbilla y la acorraló colocando mis manos a cada lado de ella sobre el auto.

Sigo un camino de besos desde su barbilla hasta su cuello, escucho su suspiro en mi oído, mis manos se mueven por inercia hacia sus piernas y la elevo hasta sentarla en el capó del auto, me coloco entre ellas y regreso a besar su mandíbula.

Siento la piel de sus muslos y los acarició con lentitud mientras vuelvo a su boca nuevamente, no la beso solo me detengo rozando sus labios con los míos.

— ¿Te parece divertido? —susurro.

Abre sus ojos, totalmente oscuros y dilatados, me miran de una manera arrolladora que enciende todo mi cuerpo, su comisura derecha se eleva.

—Mucho más que divertido —toma mi rostro en sus manos y vuelve a besarme.

Ella me guía mientras me besa con firmeza y las ganas las siento vibrar por todo mi cuerpo, subo mis manos por debajo de su falda hasta sostener sus caderas, la acercó completamente a mi cuerpo, estamos fundiéndonos en una sola persona.

Si me preguntarán cómo es posible que hayamos terminado en esto en realidad no tendría ninguna respuesta porque todo lo que hicimos juntas en nuestro trabajo y lo que era absolutamente nuestro simplemente terminó dándonos un resultado que pareciera inevitable.

Sé que le gustó y que nos estamos dejando llevar, pero también creo que esto para ella es experimentar, probar o conocer lo que le atrae y desea, no me importa saciar esa curiosidad.

Siento sus dedos en mi cabello que me separan lentamente de su boca con un pequeño tirón que no duele para nada, muerde mi labio inferior antes de alejarse un poco.

— ¿Y si nos encuentran? —pregunta aún mirándome, yo solo puedo pensar en tocarla así que muevo mis pulgares en sus caderas y rozo sus bragas.

—Eso lo hace más excitante ¿No crees? O bueno hay mucha más adrenalina —vuelvo a rozar el mismo lugar.

¿Sería tan horrible enrollarnos?

Pienso que nada que me ofrezca Camila sería horrible.

—Este lado de ti es… —mira mi boca y regresa a mis ojos—, nuevo, raro.

Ya que no impide que la toque muevo mi mano derecha por sobre su vientre delineando el inicio de sus bragas, se estremece un poco.

— ¿Raro bien o raro mal? —bajo mi mano por sobre sus bragas pero sin llegar a dónde sus ojos me piden que quiere sentirme.

—Bien —susurra, abre un poco más sus piernas.

Pegó mis labios a la comisura izquierda de su boca.

— ¿Estás excitada por esto? —respira profundo y dejo besos en su mejilla hasta llegar a su oído—, ¿Quieres qué te toque?

Asiente con su cabeza, no la estoy mirando, sus manos aflojan mi cabello y se sostiene de mis hombros, su cuerpo se mueve un poco agitado contra el mío por su respiración rápida.

—Sabes que soy muy directa la mayoría del tiempo así que necesito que lo seas conmigo, con palabras, sé que quieres experimentar y dejarte llevar pero quiero escucharte decir que quieres que te toque o puedes decirme que me aleje, no pasa nada —me aleja para verme a la cara, ya apareció el sonrojo en sus mejillas, sus ojos brillan.

—Quiero que me toques y me beses —relame sus labios.

Vuelvo a besarla y bajo completamente mi mano, tocando dónde desea, dónde está caliente y tan húmeda que mis dedos se mojan de inmediato.

Pretendo quedarme sobre sus bragas, porque es su primera vez en un encuentro con una chica y quiero que esté cómoda, que disfrute y se relaje, aunque me encantaría simplemente quitarle la ropa.

No muevo mis dedos, únicamente ejerzo un poco de presión y vuelvo a besarla, con deseo porque de verdad zumbo con solo tocarla y besarla, me asusta sentirlo tan intenso aunque aguanto la calma, estamos disfrutando un momento.

Cuando comienzo a tocarla de verdad con círculos sobre su clítoris jadea en mi boca dejando de besarme, empiezo lento hasta ir aumentando la velocidad y se remueve contra mi mano. Presiona sus dedos en mi hombro y con sus ojos cerrados mientras muerde su labio inferior deja caer su cabeza hacia atrás.

— ¿Te gusta así? —beso su cuello con lentitud, sin dejar alguna marca, porque sé que no será bueno para ninguna, en los casos que se salen de control es común alguna marca durante el sexo o lo que sea, pero dejarle un chupetón intencionalmente como si la estuviera marcando como animal no es algo que me gusta hacer—, ¿Más lento?

—Más… más rápido —paso mi lengua por su cuello, al estar en este momento únicamente puedo pensar en lo que hago, en cómo me siento, en lo que quiero que sienta, cualquier otra cosa está fuera de mi mente ahora.

Hago lo que me pide, aumento la velocidad, gime y me encanta, no puedo negar lo excitada que me pone, lo increíble que se ve, tal vez sea lo único que pueda recordar por semanas.

Una de sus manos se mueve hacia atrás para sostener su peso cuando se inclina y se mueve contra mi mano, deseo tocarla directamente pero mantengo mi posición.

Mi sangre corre a lugares que necesitan atención y respiro irregularmente solo viendo lo sexy que se ve, nunca llegue a imaginarme algo así, Camila es una fantasía.

—Lauren… —susurra entre gemidos.

Sé que puedo hacerla venir solo con un poco más de estimulación, saco mi mano libre de debajo de su falda y tomó uno de sus pechos, noto que debajo de su body lleva puesta una banda que cubre su pezón, pero logró sentirlo, así que lo muevo con mi pulgar y pellizco.

Da un leve salto y trata de cerrar sus piernas pero yo interfiero en el medio de ellas, levanta su cabeza mirándome con sus ojos entrecerrados, muerde su labio inferior.

—Ya casi ¿Verdad? —vuelvo a darle un pequeño pellizco.

Asiente, subo la mano que está en su pecho a su nuca y la beso, solo dura unos minutos, hasta que tiembla sobre mi mano, cierra sus ojos con fuerza y entreabre sus labios, sale un quejido.

Y yo sigo moviendo con más rapidez para alargar su orgasmo, hasta que escucho que la llaman, se escucha un poco lejos, pero siento que se acerca.

Camila no se da cuenta de nada, está en una nube y aún no baja, alejo mi mano de ella, sacándola de debajo de su falda, con la mano que está en su nuca la guío para que me mire.

—Camz, escucha —parpadea mirándome, habló suavemente aunque es un hecho que no nos pueden encontrar así, pero tampoco la trataré bruscamente—, viene alguien, voy a mentir, puedes esperar detrás de un auto.

Eso parece hacerla espabilar, regresando a ella se endereza, me alejo un poco para que baje del auto pero al hacerlo la sostengo porque sus piernas flaquean, no puedo evitar sonreír.

—Estuvo bueno ¿No?.

—Camila, ¿Estás aquí? —golpea mi brazo.

—No es momento para tu ego —se aclara la garganta porque suena ronca—, ¿Es Zayn? Yo le mentire, tu escondete.

— ¿Luciendo así? —acomoda su falda rápidamente, se aleja de mí y también peina su cabello, acomodo el mío por inercia.

—Mirate la boca Lauren tampoco estás tan presentable que digamos, a menos que digas que estuviste chupando naranjas —suelto una carcajada sin poder evitarlo y me tapa la boca.

— ¿Estás loca? —me mira alarmada, siento que comenzará a tener un ataque de ansiedad así que me pongo seria.

—Ya me debió escuchar, anda detrás del auto, yo lo arreglo, tranquila, no nos convienen los chismes —me mira insegura pero asiente y se esconde.

Salgo de entre los autos junto cuando Zayn va entrando, me mira con el ceño fruncido.

— ¿Qué haces aquí? —no suena molesto pero uno nunca sabe.

—Louis me dijo que podía tener privacidad aquí para hacer una llamada, ya iba de vuelta a la fiesta.

—Aah, sí este lugar está prohibido para los ebrios —levanto mis manos.

—No he bebido nada hoy, me toca conducir.

— ¿Has visto a Camila? Gigi me envió a buscarla, quiere tomarse unas fotos con ella, bueno con todos la verdad.

—Antes de entrar me la encontré, creo que dijo que iba al baño —asiente.

— ¿Me ayudas a buscarla?

—Claro, vamos —no me agrada mucho la idea de dejarla sola después de lo que pasó y menos sin hablar porque lo que menos hicimos fue eso.

Le envio un mensaje que la esperaría en el baño y es lo que hago cuando me deshago de Zayn, lavo mis manos y me quedo esperando, pero cuando ya es demasiado tiempo salgo.

Puede que se haya asustado, tampoco merezco que me dejen esperando como una tonta y me siento usada, pero yo sabía lo que ella quería así que no debo darle mucha más importancia.

Me quedo frente a mi auto esperando a Normani que cuando le envié un mensaje de que me iba quizo que la deje en su residencia.

— ¿Qué pasa? —me encojo de hombros y entro al auto—, pensé que ibas a quedarte más tiempo.

—Estoy cansada, también tengo trabajo mañana.

— ¿Pasó algo con Camila? —giro mi cabeza hacia ella sin disimulo, pero ella no se da cuenta porque está concentrada en colocarse el cinturón.

— ¿Por qué iba a pasar algo con ella? —pongo el auto en marcha y me concentro en parecer normal.

—Es que… no sé, yo ví que ambas desaparecieron del grupo, luego no volviste, ahora nos estamos yendo temprano y Camila llegó al grupo con un comportamiento raro, tal vez me hice una película —se ríe—, sabes que soy muy observadora.

—Estamos bien, no pasa nada.

— ¿Sí?

—Ujum.

Estamos lejos de estar bien, porque pasamos una línea, yo quiero ser lo más calmada, si fue un rollo de una vez, lo aceptaré y lo dejaré ir.