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Capítulo 20

Lauren.

Nunca te dije que para mí era más fácil amarte en silencio porque no quería tener que oír lo que hablarán los demás, olvide que la única opinión que me debía importar era la tuya.

***
Nunca pensé que mi día terminaría así o que terminaría besándola, solo ocurrió, todo fue encajando como piezas de un rompecabezas y a pesar de todo, sé que esto nos acercó más.

Horas antes de despertar en el departamento de Camila.

-Deja -lo miró con seriedad-, dame mis bragas, me voy.

- ¿Te vas por lo que dije? -pregunta Brad ahora más serio.

-No, solo me voy porque quiero -termino de colocarme la camisa.

-Lauren, siempre eres sincera o me cuentas tus cosas, somos amigos y esto me hace sospechar algo raro.

Le tiendo mi mano para que me dé las bragas. Estábamos tranquilamente tirados en su sofá después de haber tenido buen sexo cuando comento que Camila le parecía que estaba interesada en él, solté una carcajada tan grande que parece que lo ofendió.

Pero me comenzó a decir sus razones de porque lo creía, lo miraba mucho cuando estaba con él, se volvió incómoda cuando nos vio juntos en la última reunión que tuvimos y luego Connor le comento que preguntó si él y yo teníamos algo, obvio esos comportamientos de Camila elevaron su ego y creyó tener una oportunidad.

Me preguntó si no me importaba que saliera con ella, nunca nos hacemos esa clase de preguntas pero teniendo en cuenta que tengo un contrato con Camila y la colocá en mi vida por un largo tiempo todavía, él pensó que era bueno consultarme.

Sin dudar respondí que no y él dijo que ella era hermosa, que en realidad preguntaba por cortesía y si él deseaba invitarla a salir no era mi problema.

Obvio que sé perfectamente que Camila es hermosa y es en estos momentos en los que no nos hemos llevado de maravilla porque a él solo le importa obtener su oportunidad con Camila.

-¿Qué quieres que te diga? Te respondí que no quería que salieras con ella -más bien no quiero que se le acerque-, no te importó, me incomode y ahora me quiero ir, te estoy diciendo la verdad.

- ¿Estás celosa? -lo miro directo a los ojos, se está haciendo ideas equivocadas otra vez, es lo que siempre me hace alejar un poco, porque yo tracé una línea entre los dos y no dejo que la atraviese.

Podría estar celosa, pero no son dirigidos a él, no quiero que Camila salga con él, me molesta que no dejo que estás cosas me afecten, pero la he visto saliendo con su ex los últimos días y a mí simplemente me dejó a un lado cuando fue ella quien me busco. Diría que tengo la espinita de lo que no sucedió clavada a un costado.

-Tomaré un espacio de esto -digo tranquilamente quitándole mis bragas de la mano.

-Joder, siempre haces lo mismo -resopla. Término de vestirme.

-Siempre te dejo claras las cosas.

Antes de cerrar la puerta de su departamento lo escuchó decir que saldrá con ella. Respiro profundamente antes de hacer mi acto de salida de este lugar.

Estoy casi segura que Camila no tuvo ese comportamiento por Brad, sino por mí.

Lo que me confunde más.






- ¿Compraste lo que te pedí? -miró el asiento trasero de mi auto.

-Sí, ni siquiera quiero saber para qué es, ¿Quieres que lo lleve a tu casa? ¿Me quieres usar de mandadero? -Dinah se ríe.

-Lauren deja el drama, estoy a unas horas de la ciudad por trabajo, no puedo ir por urgencia a llevar las cosas, por eso te pido el favor -pongo el auto en marcha.

-Enviame tu dirección para llevar está tontería que no pudo esperar -resopla y no puedo verla pero seguro está haciendo esa cara de qué no me soporta.

-Te enviaré la dirección y debes subir al décimo piso, el señor de recepción sabe que vas, solo toca la puerta, alguien va a recibirte.

-¿No me digas que llevo esto para una de tus conquistas? No estás haciendo eso.

-No seas perra, Lauren, solo hazme este favor, lo recibirá mi mamá.

- ¿Conoceré a tu mamá? Ni sí quiera me has llevado a cenar -aligeró el ambiente.

-De verdad que me arrepiento de no haber llamado a Ally.

-Lo hubieras hecho, ella es más amable y cariñosa.

-Cállate y gracias -me cuelga.

Además de que le hago un favor, no se aguanta que la moleste.

Cómo ella me dijo el señor me abre las puertas, saluda amablemente y me deja seguir al ascensor, miró los números ir lentamente, nunca me han gustado los ascensores y no porque sea claustrofóbica o piense que se pueda caer, solo que odio ese pequeño balanceo que hace al moverse y detenerse, ese que sientes que te mueve los intestinos y el cerebro.

Soy dramática con eso.

En el pasillo solo hay dos puertas, reviso el mensaje por cuarta vez para verificar en cuál puerta es y me acerco tranquilamente.

¿Cómo será su mamá?

Según comentó es la mayor de siete hermanos, creo que su madre se aburría mucho en casa o ama las familias grandes.

Tocó la puerta y me quedo inmóvil por la sorpresa, tiene los ojos rojos, un poco inflamados, el cabello en una coleta desordenada, lleva una camisa ancha gris con la palabra Brooklyn en ella, unos shorts pequeños negros apenas se notan por debajo y sus pies con medias de banana.

Ok, acabo de entender que Dinah me mintió e hizo que comprará cosas azucaradas más que todo y viniera a traérselas a nada menos que a Camila.

Salgo de mi estupor para fruncir ligeramente el ceño cuando se muerde el labio inferior para detenerlo porque tiembla un poco.

-Seria estúpido preguntar si estás bien, Dinah me envió, traje estás cosas -las tiendo hacia ella que parece no creer que este ahí y no se mueve-, ¿Quisieras hablar? ¿O me dejarías pasar? No me siento agusto dejándote así aunque ni siquiera sé que tienes ¿O quieres que me vaya?

Pestañea rápidamente como recuperando compostura, toma una bocanada de aire y suspira, toma las bolsas de mis manos.

-Puedes pasar, gracias -se da media vuelta y avanza a su hogar, me quedo un momento en la puerta pero terminó siguiéndola.

Miro alrededor pero no logró absorber mucho, las luces están tenues, las paredes son algo altas y blancas, parece demasiado limpio, hasta huele así, el piso es negro dandole un contraste a tanta palidez, hay una cortina enorme color negro cuando la sigo por la sala de estar, me imagino que habrá un ventanal.

Lo demás es de madera, muebles, mesas, sillas, aunque tiene un juego de sofás color lila que le dan un aire distinto al lugar.

La sigo hasta la cocina, está es de tonos grises y azules oscuros, demasiado linda, yo soy de las que admiran las cocinas pero en realidad ni las usa, no pasó mucho tiempo en esa área de mi departamento, solo cuando el hambre intensa lo amerita, sé cocinar muy pocas cosas.

-No sabía que Dinah me estaba enviando a tu departamento, ella me hizo creer que era el suyo y que su mamá me iba a estar esperando -mencionó cuando creo que hemos pasado mucho tiempo en silencio.

-A mí me hizo creer que era ella la que venía -deja las bolsas sobre la encimera de mármol.

-Si me envió fue por algo, ¿No crees? -asiente sacando cosas de las bolsas, cuando encuentra un paquete de minis galletas rellenas aparece una pequeña sonrisa en sus labios.

No soy tonta, sé que algo le pasa y que estuvo llorando, no debería, ni es de mi incumbencia pero no deseo dejarla sola.

Desde la última vez que nos vimos no hemos hablado, ni siquiera por mensajes y es que yo preferí darnos un espacio para separar las cosas, pero Dinah me puso este gran elefante en la habitación.

-Estoy bien, seguro estabas en algo importante, puedes ir a hacer lo que sea que estabas haciendo.

La verdad no tengo nada programado para hoy, estuve con Brad y al final pensaba ir a casa de mis padres después de nuestra discusión, pero Dinah me intercepto.

-No tengo trabajo hoy.

-Que suerte -susurra-, igual no tienes que vigilarme.

Ella acomoda algunas cosas y otras se las lleva, la sigo fuera de la cocina cuando va a la sala de estar y se sienta en uno de los sofás con las piernas cruzadas sobre él y los dulces en el medio de estás.

- ¿Crees que me mandó a vigilarte? -me siento en la esquina más alejada.

-Es obvio.

-No me siento cómoda dejándote sola ¿No quieres hablar? -estira su mano a la mesa de enfrente y toma el mando de la televisión.

-No tienes ningún compromiso Lauren, te dije que estoy bien y muchas gracias por todo lo que me trajiste, me hace sentir mejor, no deseo hablar de nada en particular, porque no ha pasado nada -miro nuevamente ese gesto de morderse el labio inferior como para retenerse, se aclara la garganta y toma una bocanada de aire-, lo siento, eso sonó pasivo agresivo, viniste aquí engañada y al final te vengo a tratar mal.

-No pasa nada...

-Lo siento, de verdad -asiento cuando me mira.

Nos quedamos en silencio, ella mirando sus manos y yo a ella, no entiendo que es lo que siento, pero no quiero dejarla sola.

- ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor? -susurro, sube su mirada lentamente y vuelvo a mirar sus ojos cafés irritados con bolsas debajo, su nariz roja al igual que sus mejillas.

Parece desconcertada pero se gira quedando frente a mí y me mira de una forma tan extraña que podría temblar.

-Creo que solo necesito un abrazo -dice en voz baja.

Me pongo de pie y me mira sin comprender, luego parece arrepentirse de haber hablado porque cree que me iré, pero tomó sus manos y hago que se ponga de pie frente a mí.

Guió sus manos rodeando mi cintura, su cuerpo se pega al mío y pasó mis brazos por sus hombros. En un instante está tensa pero se va relajando poco a poco contra mí.

-Está bien necesitar un abrazo -pego mi mejilla a su cabeza mientras hablo-, no estás sola.

Cuando comienza a temblar sé lo que viene, está llorando pegada a mi pecho con sollozos ahogados y solo la sostengo, repitiendole que estoy con ella y no me iré a ninguna parte.

Cuando se calma no nos movemos, seguimos de pie abrazadas y lo único que se escucha es su respiración con un hipo que suelta cada cierto tiempo.

-Estoy avergonzada -murmura.

-¿Por llorar? -asiente levemente.

-Y por ser un koala pegado a tu cuerpo -eso me hace reír y nos sacudimos ambas.

-No me importa que estés pegada a mí -así sea en esta situación habló con honestidad porque Camila tiene algo pasifico en su cercanía que me atrae.

- ¿Aún si llene tu camisa de mocos?

- ¿Qué? No puede ser me estoy quemando, son mocos tóxicos, ayuda -dramatizo y nos sacudimos por su risa, su voz está un poco ronca pero igual se aprecia el sonido, pasó mis manos por su cabello y se separa un poco para mirarme a los ojos -, dejaré la tontería.

-Me agrada -sonríe sin mostrar los dientes-, te quita esa aura de chica mala.

- ¿De qué aura hablas? -enarco una ceja.

-Ya sabes, eso que desprendes -mira al techo-, que luego complementas con esa mirada de superioridad que lanzas que te hace ver tan sexy...

Elevo mis cejas sorprendida pero sonrió, me mira y esquiva la mirada, luego intenta zafarse de mis brazos pero la retengo.

-No huyas cobarde -la molesto-, así que te parezco sexy e inalcanzable.

-Nunca dije fueras inalcanzable -frunce el ceño-, muy alcanzable fuiste para mí.

-Porque quería, sino ni oportunidad tendrías -eso la hace soltar una carcajada, está vez sí se escapa de mis brazos.

-Yo consigo lo que me propongo -regresa al sofá.

-Quisiera ver eso -me siento a su lado y le robó el mando de la televisión-, en fin ¿Qué película veremos? Tengo todo el día para ti, es un gran privilegio.

-Ay, ya no hables -recuesta su cabeza en mi hombro y me acerco a ella para estar más cómoda.

Elijo cualquier película y así empieza mi tarde, comiendo dulces en el mismo sofá que Camila, pero estando muy cómoda para mí gusto.





-Something must've gone wrong in my brain, Got your chemicals all in my veins -Algo debe haber salido mal en mi cerebro, Tengo todos tus químicos en mis venas.

Tarareo la parte que no me sé de la canción mientras muevo la sartén en la cocina.

-Just like nicotine, heroin, morphine, Suddenly, I'm a fiend and you're all I need -Como la nicotina, la heroína, la morfina, De repente, soy un demonio y eres todo lo que necesito.

Me balanceo hacia el refrigerador, sacó unos tomates, lechuga y zanahorias, lavo todo escuchando la música de mi celular.

-It's you, babe, And I'm a sucker for the way that you move, babe, And I could try to run, but it would be useless -Eres tu cariño, Y soy un tonto por la forma en que te mueves, nena, Y podría intentar correr, pero sería inútil.

Comienzo a cortar las zanahorias y me llevo un pedazo a la boca.

-Just one hit of you, I knew I'll never, ever, ever be the same -Sólo un golpe tuyo, supe que nunca, jamás, volveré a ser el mismo.

Balbuceo masticando la zanahoria y llevo todo lo que corte a la sartén, bajo la llama.

-I'll never be the same -Nunca seré el mismo.

Me sobresaltó al escuchar a Camila cantar esa parte, me olvidó de la canción y casi podría sentirme avergonzada por estar invadiendo su cocina, puedo culpar a mi hambre de esto.

-Me gusta esa canción, no recuerdo el nombre de la cantante, pero es buena -tiene mejor semblante, después de dormir.

Nos quedamos dormidas en medio de la película, pero como a la hora me levanté con hambre y después de ver el techo por media hora decidí hacer algo al respecto.

-Es una lista de reproducción que hizo mi hermana -sacudo mi cabeza-, espero que no te moleste mi atrevimiento de cocinar.

-No pasa nada -se sienta frente a la encimera-, solo debes servirme y estaré feliz.

-Seremos felices porque tengo mucha hambre -le doy la espalda para estar atenta y que no se me queme-, pero no te ilusiones, no sé mucho de cocina.

-Ya veré qué tal te sale.

Sigo tarareando otra canción que suena de mi celular, trato de no concentrarme en que ella está detrás y siento como sigue mis movimientos.

- ¿Cuéntame de ti? -comienzo a servir la pasta que prepare para dos

-Ya sabes de mí -digo sin mirarla.

-Sí, sé que antes de dormir tomas una ducha relajante y te gusta ver una serie vieja, que te gusta saber cosas extrañas, que en la mañana prefieres algo ligero como frutas para desayunar, que a veces te estresas rápido, que tienes dos hermanos y ahora sé que no sabes mucho de cocina -me volteo a verla-, pero quiero saber más.

-Hablamos mucho por mensaje -murmuró más para mí que para ella, esas pequeñas cosas solo lo sabe mi círculo cercano, menos lo de mis hermanos, eso lo saben todos-, no sé qué más decirte -apago la cocina y me acerco a ella, la encimera está entre nosotras, coloco mis manos en ella - ¿Qué quieres saber? Igual debes darme respuestas a cambio.

Asiente y le enseño mi dedo índice para que entienda que me de un minuto, sirvo la carne con vegetales en cada plato, pongo uno frente a ella y además nos sirvo unos vasos con agua.

-Me gusta esto, deberías venir de ahora en adelante, eres muy atenta -sonrió sentándome frente a ella.

-Bien, ya puedes preguntar -pruebo la comida, me sorprende y alegra que sepa bien, muy bien la verdad.

Miro a Camila cuando prueba la comida y me agrada su gesto de aceptación.

-Está rico, definitivamente te invitaré más -bebe un poco de agua-, ¿Qué tal es tu relación con tus padres?

- ¿Buscas algún trauma de la infancia? -sonrió molestandola-, con mis padres me llevo genial, siempre me han apoyado en todo y apuestan por mis sueños como si fueran suyos, soy la hija del medio pero todos obtuvimos la misma atención, también puedes preguntar cosas que no encontras en internet -la ánimo.

-No te he buscado en internet -se concentra en su comida-, prefiero hacerme una opinión de fuente confiable.

-Chica lista -sonríe.

-Eso me han dicho -toma otro bocado y traga antes de hablar-, ¿Te gusta actuar o ya se convirtió en solo trabajo?

-Digamos que no es como todos se lo imaginan al principio, hay muchas cosas malas pero creo que aunque no es para todos yo encontré un balance adecuado entre mis sueños y la realidad del trabajo.

-Entiendo, yo creo que no he encontrado eso.

- ¿No te gusta tu trabajo? -niega lentamente con su cabeza.

-No, mi trabajo me gusta, solo que a veces se me complican las cosas, como dices hay mucha maldad en este ambiente.

Terminamos de comer mientras hablamos de todo un poco, evitó pensar que esto parece tan cómodo y normal que no se siente como una primera vez, esto no es una cita ni nada extraño, ella estaba triste y Dinah me envió, seguro se preocupaba.

Me ayuda a lavar todo lo que ensucie y me fijo en la hora, son las once de la noche y yo debería estar en mi departamento, porque bueno es tarde y no quiero que esto sea raro.

-Supongo que debería irme -mencionó cuando llegamos a la sala nuevamente-, te estado invadiendo mucho tiempo, hasta me dormí en tu sofá y solo venía a traerte comida, me pase de abusadora.

Bromeó para aligerar la tensión rara en el ambiente, estira su mano y la veo por un momento antes de alcanzarla, le da un leve apretón.

-Gracias por no dejarme sola -me mira como si supiera lo que estoy sintiendo, como si no pudiera esconderme de ella y me aterra tanto que siento el pánico en el pecho.

-Puedes contar conmigo cuando desees -me aclaro la garganta al terminar de hablar.

- ¿Es normal que no quiera que te vayas? -susurra.

Tengo tantas alertas en la cabeza y odio que esto me pase, que cuando siento mucho me de miedo porque yo podré ser lo más directa posible y podré comportarme como si tuviera todo controlado, que mis emociones no me sobrepasan a veces, pero siempre he huido al atarme a alguien más, ni si quiera sé la razón.

-Me puedo quedar si quieres -aun así trato de callar todo eso que parece querer arrastrarme lejos.

-Por favor.

Así de simple, me quedé en su casa sin ninguna otra intención de por medio, solo sin querer dejar de compartir más tiempo con ella, pero terminó en darme un impulso que no sabía que quería.

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