Capítulo 17
Lauren.
Extraño cosas absurdas, decirte las cosas más pequeñas que me pasan, te tenía siempre a mi lado y no es hasta ahora que me doy cuenta que nada me devolverá a lo que teníamos, me duele, pero viviré teniéndote en mi corazón.
***
¿Lugar favorito en el mundo?
Leo su último mensaje, me llegó a eso de las dos de la madrugada, me quedé dormida.
Después de nuestras preguntas demasiado extrañas que al final ni siquiera fueron respondidas, solo ignoramos que eso pasó.
Tenía está semana libre de Camila pero igualmente ella estaba a cada instante, nos estuvimos mensajeando desde que nos levantabamos hasta dormir.
Luego el trabajo era normal, solo me preocupaba una cosa, nos estábamos conociendo demasiado bien.
Creo que mi cama.
Respondo dejando mi celular a un lado, prestando atención a lo que hace Lucy.
Estamos haciendo un comercial de shampoo, me acercó cuando me lo indican y digo las líneas con ella.
A Lucy la conozco desde hace unos años, trabajamos juntas en una telenovela que estoy segura nadie veía, además éramos demasiado nulas, a diferencia de ahora que las dos nos abrimos paso por la fama.
Ella decidió irse por el modelaje mientras que yo preferí quedarme en la actuación.
—Entonces… ¿Me contarás quién es tu nuevo ligue? —ella volvió a los Angeles hace poco, perdimos contacto estos años, pero siempre ha sido tan abierta que no me sorprende que me hable como si no nos hubiéramos alejado nunca.
— ¿Por qué todos parecen estar interesados en eso? —se ríe—, no seguirás enamorada de mí, ¿No?
—No seas idiota, fuiste mi primer amor hace década, ya estás superada —suena mi celular y vuelvo a tomarlo.
Mientras hablamos están haciendo un retoque de ambiente para terminar de grabar el comercial.
Sé que puedes darme más, Lauren.
—Si le sonríes al celular debe ser bueno —alejo mi vista del mensaje de Camila.
—No es lo que crees, no estoy saliendo, solo rollos.
—Ah, claro, lo mismo de siempre —lo dice en un tono extraño—, no cambiarás jamás.
—Nadie sabe —respondo distraída volviendo a mi celular.
Sonará tonto, pero está bien, seré honesta y no creo solo tener un lugar favorito, pero uno es, la casa de mis abuelos fuera de la ciudad.
—Chicas acérquense, por favor —al enviar el mensaje vuelvo a dejar mi celular y me concentro en mi trabajo.
—Debemos quedar en vernos más ya que estoy en la ciudad, así como en los viejos tiempos —Lucy habla mientras nos acomodamos.
—Suena bien.
***
Primer show con varios fans y solo puedo decir una cosa.
Todo va mal.
No he llegado al hotel donde se va a realizar y hay un atascón del demonio.
Tantos autos en la entrada no dejan que llegue al estacionamiento y tampoco puedo caminar hasta la puerta sin seguridad
— ¿Vas a enviar a alguien? —le pregunto a Brenda al celular.
—Eso trato, el área de eventos ya está organizada y están entrando todos, hay tantas personas que vas a tener que subir por el elevador directo al lugar.
No entiendo porque parece que siempre estoy en la misma situación.
—No me he cambiado —hago un sonido de disgusto—, tengo que estar adentro ya para poder alistarme.
—Espera —habla con otra persona y regresa a la llamada—, un equipo está buscando a Camila también, pasarán por ti, al parecer viene de una sesión de fotos, las harán entrar y suben hasta el piso diez, las veré ahí, les tendré una habitación para arreglarse.
—Bien, te llamo cuando esté en el ascensor.
Cuando tocan a mi ventana no tardó en salir del auto con mi maleta, reconozco a uno de los hombres.
—Caminemos lo más rápido, en la esquina ya está Camila, nos reunimos y entramos al hotel.
Los sigo, prácticamente me rodean, dos detrás y uno adelante guiando mi camino, al acercarnos a la entrada los gritos son lo primero que escucho.
—Debemos estar acostumbradas, pero juro que no pudo —dice Camila cuando nos reunimos.
—Y vienen hacia acá.
—Tranquilas, ya saben, rápido pero seguro —dice uno de los hombres, en total son cinco.
Mantienen alejados a los fans y la prensa, mientras mantenemos la cabeza abajo.
No tengo que ser adivina para saber que uno de los encabezados del chisme será: Lauren y Camila llegan juntas al evento.
Nos dejan en el ascensor, el que supongo está disponible únicamente para nosotros ya que está vacío y los otros al final del pasillo tienen unas filas interminables.
—Arriba está otro equipo con Brenda —nos informa antes de que las puertas se cierren.
La llamo inmediatamente.
—Todo perfecto, vamos subiendo.
—Van a tener que alistarse en el ascensor.
— ¿Qué?
—El patrocinador adelantó el show, solo faltan ustedes dos —un ruido me hace dejar de escucharla.
—Mierda —se le escapa a Camila cuando vuelve a sonar el chirrido.
El ascensor se detiene.
En millones de posibilidades estoy segura que nuestra situación está en el uno por ciento.
—Lauren —regreso a Brenda.
—No me lo vas a creer —me pasó una mano por el cabello—, nos quedamos atrapadas, se detuvo el estúpido elevador.
Escuchó silencio en la línea, estoy segura de que ya le explotó la cabeza.
—Este hotel de porquería —dice con los dientes apretados, se nota que camina rápido a donde sea que vaya—, ustedes arreglense, yo me encargaré de sacarlas.
— ¿Estás segura? —miro como Camila camina de un lado a otro hasta que suena su celular y contesta.
—Claro que sí, esto no puede arruinarse… se invirtió bastante —hace un sonido de frustración—, tu solo debes estar lista.
—No te preocupes, espero.
—Me deberás vacaciones —dice antes de colgar.
Tiro mi maleta al suelo y comienzo a sacar la ropa.
—Seguro saldré volando por el techo —Camila dice sarcástica al celular—, no importa lo que quieras reprochar ahora, si tanto te enloquece solo sácame de aquí.
Pisa fuerte con uno de sus tacones, desde aquí abajo me doy cuenta de cómo va vestida, tacones negros y un abrigo café, su cabello está en ondas ligeras y brilla.
—Me hiciste ir a la sesión antes y te dije que no había tiempo —sigue hablando—, ahora no puedo lidiar contigo, Simón.
Cuelga su celular, se toma el puente de la nariz y suspira.
— ¿Todo bien? —el que pregunte hace que recuerde que no está sola.
—Sí, creo —suspira—, al menos no soy claustrofobica.
—Al menos —repito lo que dice porque no sé qué decir—, hay que alistarnos aquí, Brenda busca sacarnos.
— ¿Aquí? —sus ojos se abren un poco, cruza los brazos sobre su pecho.
—Eso me dijo —dejo de mirarla para sacar mi ropa.
Nos quedamos en silencio, cuando tengo todo listo voy a levantar mi camisa y me detiene.
—Espera, aquí hay cámara —su mano se queda en mi brazo, sigo su mirada y tiene razón.
—Lánzale algo —busco con que taparlo—, nos salvaste.
Consigo lanzar una camisa encima.
—Es que estoy paranoica —susurra—, justo hoy.
Me siento en el suelo, sé que no hay tiempo, pero Camila parece estar absorbiendo el aire de este espacio.
—Oye, ¿Qué pasa? Estás algo agitada, toma asiento un momento, te invito a que te acomodes en nuestro lujoso espacio —se detiene mirándome desde arriba, una pequeña sonrisa aparece en sus labios.
—No pasa nada, estoy bien —mueve sus manos nerviosa.
—Vamos, dame más que eso, te conozco —me siento en completa confianza con ella, después de todo hablamos cada día y cada noche, además de compartir bastante tiempo juntas.
—Solo me incómoda la situación —pasa una mano por su cabello, provoca tocarlo.
—El estar encerradas es estresante, lo sé —me pongo de pie, me saco la camisa quedando en brasier y se gira, alejando total vista de mí—, pero hay que alistarnos o nos matarán.
Resopla, término frunciendo el ceño porque no la entiendo, paso mi camisa por mis brazos y sin abotonarla me deshago de mis jeans, noto que se mueve pero no me fijo en que hace.
Alcanzó mis pantalones de vestir, al parecer Brenda eligió para mí un traje sencillo.
—Tienes que comenzar a vestirte —al mirarla me encuentro con sus ojos sobre mí, parece presionar sus labios con fuerza, sus pómulos están un poco rosas, cierro el botón de mi pantalón lentamente—, Camila…
— ¿Haces esto a propósito? —la miro confundida.
—No te entiendo…
—Te cambias frente a mí como si nada y yo ni puedo, estoy aquí solo mirándote haciendo un nudo en mi cabeza.
— ¿No quieres que te mire? —comienzo a abotonar mi camisa dándome la vuelta—, está bien, no hay problema.
Hace un sonido de disgusto y vuelvo a girar a verla, se está tomando el puente de la nariz y parece murmurar cosas.
Termino con mi camisa, me acerco con un paso largo y levantó su rostro, me mira sorprendida, no alejo mi mano de su barbilla.
—Dime que pasa contigo porque no soy adivina y es la primera vez que te comportas como una niña berrinchuda —habló directamente y con sinceridad—, ¿Vas a hacer que te vista?
—No sé explicar cómo me siento ahora y que estés tan cerca no ayuda —elevo una ceja.
— ¿Qué quieres Camila? Trato de que estemos calmadas a pensar del problema, pero no te entiendo.
— ¿Puedo besarte? —eso me deja completamente descolocada porque me esperaba cualquier cosa menos eso.
— ¿Qué? —murmuró, es lo único que sale de mi boca.
—Es lo que quiero —mira mis labios y regresa a mis ojos.
Me hace pensar en lo tierna que es, creo que nadie pregunta si puede besarte, solo van directo a la acción, tampoco me puedo quedar solo mirándola, quisiera saber que pasa por su mente en este instante.
Muevo mi mano por su mandíbula y le doy lo que quiere, solo porque yo también deseo hacerlo.
Presionó mis labios sobre los suyos, sintiendo la suavidad, mi intención era que fuera despacio, pero ella reacciona al beso moviendo sus labios con necesidad sobre los míos y respondo a ella.
Una de sus manos está en mi nuca con sus dedos perdidos en mi cabello mientras la otra sostiene mi cintura.
Nunca creí que los besos de una misma persona podrían sentirse diferentes, quedé con la duda con el beso que nos dimos mientras veíamos la película, ahora lo reafirmó, Camila Cabello me deja sin habla, sin aire y con ganas de explorar está nueva sensación que me hace sentir.
Solo escucho el sonido de nuestro beso, juega conmigo separándose un poco con los labios entre abiertos rozando los míos antes de atrapar mi labio inferior entre los suyos succionandolo un poco para después simplemente sentir su lengua contra la mía.
Mi celular nos hace separarnos cuando suena, yo estoy desorientada, pero ella se aleja al otro lado del ascensor, me ubico y alcanzó mi celular.
— ¿Sí?
—Veo que taparon las cámaras, ¿Ya están listas? Estoy en la oficina de control con los encargados, tuve que avisar a la prensa que se quedaron atoradas para hacer tiempo ya que es un problema de energía —escucho lo que dice Brenda pero no aparto mi vista del perfil de Camila.
Mantiene su vista hacia abajo apretando su labio inferior con su índice y pulgar.
— ¿Lauren?
— ¿Ah?
— ¿Están listas? Me dicen que en quince minutos comienzan a subir —asiento aunque no me ve.
—Sí, listas, casi listas —digo.
—Bien, nos vemos en unos minutos —me cuelga.
—Tienes que cambiarte, tenemos quince minutos —me coloco los tacones como puedo, ella murmura una cosa que no logro entender— ¿Qué?
—Estoy en lencería —repite pero en voz baja.
— ¿Lencería? —me mira molesta.
—Sí, Simón me hizo correr del estudio de fotografía, no logré ni cambiarme, solo me puse el abrigo —estamos haciendo como si no nos acabamos de besar solo porque no tenemos tiempo, eso quiero creer, pero lo de la lencería después del beso y este espacio cerrado con la tensión que hay, no sé cómo no me asfixio.
—Ok, no te voy a ver —le doy la espalda, caigo en cuenta de algo— ¿Por eso estabas tan inquieta?
Resopla, la escucho moverse así que espero pacientemente mirando al piso porque no quiero ni encontrarme con una silueta de ella en el metal, no porque no quiera verla, sino por respeto.
—Sobre lo del… —trato de hablar pero me interrumpe.
— ¿Todo bien? Fue como en el set, no hay que agrandar la situación ¿No?
Me giro y de inmediato me doy cuenta cerrando los ojos, voy a disculparme aunque no llegue a ver nada pero se me atascan las palabras cuando con un solo paso sé que está frente a mí, su respiración golpeando mis labios y quiero seguir con lo que estábamos haciendo hace unos minutos.
—Imaginate que solo nos salimos un poco del libreto —susurra Camila, relamo mis labios sin abrir mis ojos.
—Esto no es…
—Solo sígueme la corriente —me interrumpe otra vez.
Deja un suave beso sobre mi boca que me tiene hormigueando los dedos.
¿Qué carajos le pasa a mi cuerpo de la nada?
Cuando se separa me muevo hacia adelante buscando su boca, pero ella agarra mi mandíbula y siento un beso en mi mejilla, luego otro cerca de mi oído.
—Puedes abrir los ojos, ya estoy vestida —me habla al oído y juro que mi estómago tiembla.
Parezco una puberta. ¿Desde cuándo soy tan sumisa?
El ascensor se mueve y abro los ojos, ella ya se volvió a alejar. Lleva un vestido negro ajustado a su cuerpo, mueve su cabello hacia un lado y termina de cerrar su maleta.
Cuando las puertas del ascensor se abren no tengo oportunidad de mirarla a los ojos o hablarle, unos guardaespaldas alejan a la prensa.
—Este escándalo era lo que menos quería —escucho la voz de Simón.
Cómo por inercia salgo encontrándome con Brenda, ellas nos guían entre las personas para poder llegar al salón del evento.
— ¡Lauren! ¡Lauren! —cometo el error de voltear hacia el reportero—, ¿Qué pasó en el ascensor?
—Sin comentarios —habla Brenda por mí.
Cuando llegamos el elenco ya está en sus puestos, Brenda se queda con mi maleta y me acerco a las escaleras del escenario, pero me detengo a esperar a Camila.
Tiendo mi mano y ella la toma sin dudar para ayudarla a subir, el público grita, me toca estar dos asiento lejos del de ella, pero igualmente puedo verla desde donde estoy.
¿Tengo que pedir alguna explicación? ¿Puedo querer más? O sea ya me ha besado dos veces de manera no profesional ¿Qué debo esperar de eso?
Un toque en mi brazo me hace apartar la mirada.
— ¿Qué haces? —susurra Normani a mi lado.
— ¿De qué?
—Vamos a empezar, mira al frente —hago lo que me dice.
El evento comienza.
Hacemos chistes y respondemos las preguntas que tienen los fans, algunos reporteros y hasta contamos anécdotas.
—Tenemos una duda —dice un reportero.
—Veré si puede ser resuelta —habla Ally.
Es la que más ha hablado de nosotros, se nota la experiencia en ella.
— ¿Planean la segunda temporada? —todos reímos, levanto mi mano.
—Quiero agregar algo —miro al público con mi mejor sonrisa—, la segunda temporada solo la pueden conseguir los fans.
Comienzan los gritos emocionados, pasamos a firmar autógrafos y tomarnos fotos con ellos.
Un día largo y trabajoso que me deja totalmente agotada, solo con ganas de llegar a casa.
Cuando termina el evento me despido de todos hasta llegar a Camila y apartarla un poco.
— ¿Hablaremos? —murmuró disimulando que solo me despido.
—No creo que… necesito pensar —mira a los lados aunque estamos ya lejos de cualquier cámara y persona.
—Ya veo —sonrió—, no hay problema, nos vemos para la sesión de prueba que quieren hacer los chicos.
Me mira confundida o eso creo.
No sé que pasará por su cabeza pero esto lo entiendo como que solo fue un momento fugaz que seguro quedará atrás.
No es la primera vez que una chica me besa solo para aclarar sus dudas de lo que le gusta, me pasaba en la adolescencia, aunque sí es la primera vez que pasa siendo una figura pública.
—Lauren…
Un beso no tiene significado alguno cuando no hay química, emociones, vibraciones, hasta ganas.
A mí me ha encantado de verdad, pero a ella al parecer no, igual fingía tan bien, su trabajo de actriz no puede ser juzgado cuando me engaño tan bien.
Antes de que pueda decir algo Brenda lo impide.
—Ya tenemos que irnos —se ve cansada, seguro estuvo actuando con autoridad todo el día, no le gusta que piensen que porque es mujer pueden pasar sobre ella—, en el aparcamiento de abajo nos espera un auto, te dejaré en tu apartamento.
Me despido de Camila como siempre y ella solo me imita.
No me niego o me he negado a los besos de Camila porque además de conocerla mucho en ese aspecto, dejarme llevar no es una tortura para mí, me gusta disfrutar de las oportunidades de la vida y cómo podría negarme a un buen beso.
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