Lauren.

Perdí la cuenta de las veces que me imaginé parada frente a tu puerta, pensaba en como me verías, siempre estuviste en mi mente, hasta en mis peores momentos quería que tomarás mi mano.

***

Acepto la uva que me acerca a la boca, mastico lentamente con los ojos cerrados.

-Se nota que necesitabas relajarte -Brad me hace abrir los ojos.

-Mi cuerpo quedó como gelatina, eso es lo que necesitaba -se ríe.

-No me sentiré utilizado solo porque me encantan tus visitas -acomodo mi cabeza en su pecho.

-Lo que me cuesta pasar desapercibida para entrar a tu apartamento -tapo mi cuerpo con las sábanas-, dame otra uva.

-No sé porqué le das tanta importancia a si te ven los medios conmigo, somos amigos -aceptó la otra uva que me da.

-Como si eso es lo que van a decir, además ya tengo mucho escándalo, Brenda quiere que esté lejos de tanto drama y concuerdo con ella, no puedo andar saliendo con el vocalista de una de las bandas más sonadas.

-Ya, ya, entiendo el punto -bosteza-, pero que vengas a las tres de la mañana me afecta, durmamos un rato, me dejaste agotado.

Deja el tazón de uvas en su mesa de noche y apaga la luz, me acomodo de costado y su brazo rodea mi cintura, siento como su cuerpo se va relajando y su respiración se vuelve lenta.

Me gusta la dinámica que tengo con Brad únicamente porque lo conozco desde hace cinco años, tenemos una química tremenda en la cama, pero emocional jamás, en el momento que me intento convencer en tener una relación fue demasiado incómodo y a veces me caía súper mal.

Ya luego solo salíamos con amigos en común y nos llevábamos bastante aceptable, hasta que en una fiesta nos enrollamos, solo porque lo deseábamos y se volvió algo habitual, nos tenemos mucha confianza ahora.

Pasa una hora y sigo despierta, el problema es que si me duermo y se me pasa la hora de irme será un problema para escapar de aquí sin ninguna foto.

Con cuidado me alejo de Brad, alcanzó mi celular en la mesa de noche y vibra en mi mano casi haciéndome gritar, es un mensaje de Camila.

No sería raro si no fueran las cuatro de la mañana.

¿No será raro? Después de todo te di un beso real.

Abro el mensaje y miro el en línea debajo de su nombre.

No tiene que ser raro, prometo que más tarde la sesión de fotos saldrá estupenda.

Enciendo la linterna y comienzo a vestirme, encuentro un papel y bolígrafo, le garabateo un dibujito y le deseo un buen día.

Brad tiene buen trato con los de vigilancia, más con el de la noche que me acompaña al parqueadero y nunca dice que estuve ahí.

Camila no vuelve a escribirme y al llegar a mi departamento son las cinco, después en lo que tardó en tomar una ducha terminó tocando mi cama a las seis de la mañana.

Pongo la alarma a las nueve e inmediatamente caigo en el sueño más profundo que se pueda tener teniendo en cuenta que solo dormiría 3 horas.

-Levanta un poco la cara -con mis ojos cerrados hago lo que me pide.

Estoy en el camerino tratando de no dormirme mientras me maquillan, el repiqueteo de unos tacones me hace concentrarme en la persona que entra.

-Ya sé Sofi, en cuanto termine el trabajo paso por ti -es Camila-, no, sí, no insistas.

Se ríe, se sienta cerca porque logró escuchar demasiado bien su conversación.

-No le diré que nos acompañe, no seas pesada, ella tendrá sus cosas que hacer -habla en español, seguro se imagina que no podemos entenderla, pero de mi parte yo sí-, solo haremos una sesión de fotos.

Abro un ojo y la veo girando su silla de un lado a otro mientras habla, lleva una mano a sus labios y pellizca el inferior distraídamente.

-Puedes ser su fan, no importa, la conocerás luego, seguro tiene algo más que hacer después de las fotos -se nota que aguanta la risa-, no soy una mala hermana.

Es evidente de quién hablan.

-Si te atreves a invitarme te aseguro que te digo que sí -habló volviendo a cerrar mi ojo, siendo la más casual.

- ¿Qué? -se escucha pérdida, se escucha un grito por lo bajo, me imagino que proveniente de su celular-, Sofía, ¿Estás loca? Piensas dejarme sorda, niña.

-También hablo español, así que... -ignorando a la maquillista, me incorporó y giro mi silla hacia ella ahora mirándola de frente ¿La pongo nerviosa? -, seré entrometida ya que hablaban de mí, ¿Me invitas?

Se escucha otro grito lo que la hace despegar nuestro contacto visual, frunce el ceño al celular, me muestra su dedo índice y se acerca nuevamente el celular al oído.

-Tenemos una charla pendiente, al parecer se cumplirá tu deseo, déjame trabajar, al salir pasamos por ti -elevo una ceja, se encoge de hombros y cuelga-, ya dijiste que dirías que sí, así que es un hecho, saldremos a comer y conocerás a mi fastidiosa pero hermosa hermana.

-Lo hermosa debe ser de familia -sonrió.

-Debes explicarme eso -se refiere a que sé el idioma.

-Después -me levanto-, me iré vistiendo, ya nos deben esperar afuera.

La maquillista se acerca para alistarla y me alejo al armario por mi ropa.

Nuestra vestimenta es de traje, hay una marca de trajes para mujeres,es una de las mejores y más conocidas, de verdad me tiene asombra que estemos trabajando para ellos promocionando la ropa.

Mi traje es negro, con una camisa de vestir de seda color champán bajo el saco, Camila tiene el mismo color de camisa de vestir pero su traje es de un rosa claro y brillante.

Estamos justas frente a los reflectores y la cámara, nos movemos cómodamente cerca de la otra hasta que nos detiene Ben.

-Chicas ahora necesito algo más sensual -parece tantear, Ben es un fotógrafo respetuoso, nunca se ha escuchado malas críticas de él-, dentro de su comodidad, claro, algo como: meto mi mano dentro de su saco, cercanía de rostros, melenas azotadas, diviértanse, la química la tienen.

-Bien, terminemos esto para ir a comer -le susurro.

Me toma un poco desprevenida cuando relajadamente afloja la corbata de mi traje y tira de mí hacia ella, me recompongo de inmediato cuando su mejilla está tocando mis labios y su vista está hacia la cámara.

Siento el flash, así que sigo el ritmo de las fotos, tomo su mentón y la hago mirarme, luego alejó una parte de su cabello dejando expuesto su cuello y bajando un poco su saco, dejando a la vista el hombro de su camisa.

Su vestimenta es sin corbata así que nos giró y tocó uno de los botones de su camisa como si lo fuera a desabrochar.

-Me encanta, lo hacen increíble -nos alaba Ben-, unas pocas más.

Su mano va a mi cadera, bastante abajo, sus dedos rozando apenas el inicio de mi trasero, sonríe con picardía.

Está mujer encendería en llamas a quien deseé.

Me relajo tanto por la comodidad que hasta terminó riéndome debido a que me tropiezo intentando acercarme más a ella.

Al final no sé cómo nuestros labios se rozan, siento su respiración en mi boca, flash, gira un poco su rostro y flash, tengo mis labios cerca de su barbilla y otro flash.

-Esto sería todo -Ben aplaude-, lo hicieron estupendo, las fotos están despampanantes, en cuanto tenga las elegidas se las haré llegar, son la pareja perfecta.

Se despide con un beso en la mejilla a cada una y así da por finalizada la sesión.

- ¿Nos cambiamos y nos vamos? -pregunta sacándose el saco.

-Está bien.

- ¿Viniste en tu auto? -asiento.

-Sí, pero puedo seguir tu auto.

-Perfecto.

Seguir a Camila es fácil, no sé si es para que no la pierda o es que conduce así, pero va un poco lento, pasamos primero por lo que parece una academia de danza.

Una adolescente sale apresurada hasta su auto y le habla desde la ventanilla, mira hacia mi auto y agita su mano saludando, le regreso el saludo.

Da la vuelta y se sube de copiloto en el auto de Camila, me hace señas con las luces y nos volvemos a poner en marcha.

Al final terminamos en unas calles no tan concurridas, conseguimos aparcar y nos reunimos en la acera.

-Hola, soy Sofía -extiende su mano y la tomo-, soy su hermana pequeña y guao eres más hermosa en persona.

-Un gusto conocerte -no puedo evitar reír-, que halago, cache a tu hermana hablándote en español y la obligue a invitarme.

- ¿Cómo no sabes que habla español? -le pregunta a su hermana-, también es cubana.

- ¿Y cómo sabes eso? -Camila la mira curiosa.

-Está en internet, te besas con esta mujer debes conocerla un poco más -es lo último que dice antes de entrar al restaurante de enfrente.

-Esta niña -susurra.

-Tal vez si deberías conocerme un poco más -le habló en español antes de seguir a su hermana.

Tomamos una mesa algo alejada, parece ser un lugar conocido para ellas y me lo confirman al contarme que es uno de los restaurantes favoritos de su familia y vienen a menudo.

Termino enterándome que sus raíces son cubanomexicanas y por eso hablan español, que sus padres la tuvieron difícil para llegar acá, que Camila entró al mundo de la actuación con la ayuda de Simón porque la vio en obras de la preparatoria y le consiguió audiciones, que a Sofía le encanta la danza pero le gusta mantenerse fuera del radar de la prensa y su hermana trata de no involucrarla en este medio.

Ver a las hermanas interactuar es bonito, es nuevo para mí pero agradable, se nota el amor y la hermandad entre ambas, me he reunido con Camila fuera del trabajo, pero siempre con las chicas, nunca nada personal como convivir con su familia.

-Hablamos mucho de nosotras -murmura Sofía antes de beber de su gaseosa-, le insistía a Camila que vinieras para conocerte, siempre me dijo que eras un amor a pesar de esa aura de chica mala que desprendes.

- ¿Camila dice que soy un amor? Que linda, pero ya te apuesto que leíste cosas sobre mi en internet, ¿Qué deseas saber?

-Sofía no tiene filtros, discúlpame por su comportamiento -se le ruborizan un poco las mejillas y evitó sonreír.

-Digo la verdad -se excusa su hermana-, bueno, ¿Es cierto que estás soltera?

Suelto una carcajada al ver cómo Camila la mira con sorpresa, le hago una señal de que se relaje.

-Sí, últimamente estoy concentrada en el trabajo.

-Suenas como Camila, después del engaño de lo de Austin no volvió a salir con nadie, tantas personas con las que podrían salir -suspira indignada.

Ubico a Austin Mahone en mi mente, sé que es un cantante algo conocido, es apuesto, pero parece algo infantil.

- ¿Te engaño? -se me escapa la pregunta.

-No -se apresura a decir-, no era una relación de verdad, solo era trabajo.

Captó de inmediato que era una relación pública, la verdad no había nada pero frente a la prensa eran todo.

Me niego a participar en esas cosas, pero no juzgo a nadie por hacerlo.

-Comprendo.

-Tanto potencial y sin química -comenta Sofía-, hablando de eso su química en pantalla es abrumadora, me quedo embelesada, me siento orgullosa de mi hermana ha trabajado fuerte y ya está viendo los frutos.

-A veces eres linda -le da un beso en la cabeza.

Pasamos un rato más conversando hasta que es la hora de irnos, en la acera aceptó la petición de abrazo que me pide Sofía como despedida, ella se sube al auto de su hermana.

-La pase genial, gracias por animarte a invitarme.

-Más que animarme me pillaste con las excusas, pero me alegra de que la pasarás bien, a pesar de lo intensa que es Sofía, es la niña especial de la familia.

-Ella me agrada -me acercó y beso su mejilla a modo de despedida-, me alegra conocer un poco más de ti, nos vemos en la última grabación.

Doy tres pasos hacia mí auto sin dejar de verla, me despido con la mano y me giro para irme.

Si me alegra conocerla más.