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Las manos de Dan apretaron fuertemente las sábanas debajo de él, enterrando su rostro en la almohada que mordía para que sus gemidos no fueran más humillantes de lo que eran ya, mientras sentía como sus intestinos eran casi acomodados por el pene del alfa que se movía constantemente detrás de él.
Ya no sabía cuántas horas habían trascurrido y en qué posición estar ya y. Boca arriba, de lado, ahora boca abajo con su cadera alzada entre las manos de Jaekyung. Dan tenía una erección chorreante pues al menos había tenido otro orgasmo durante todo aquel proceso. Su ano tan estirado se sentía adormecido pero lo suficientemente despierto para mandar estremecimientos a cada parte de su cuerpo, sobre todo cuando el glande del alfa golpeaba su próstata y su estómago cada vez que se enterraba hasta la base.
- Jaekyung, Jaekyung- sollozaba temblando deseando tener al menos un respiro, uno que no tendría. Los ojos del alfa a cada segundo se volvían más bestiales junto con sus caninos y debido a eso tanto sus hombros como cadera, nalgas y espalda estaban marcadas de sus dientes como rosas tatuadas sobre su piel.
Y aun, a pesar de todo eso, Jaekyung no se había corrido ni una sola vez. Sí, había sentido el abultamiento en la base de su pene que hacía que sus paredes se estiraran un poco más por el cambio de volumen, pero no era como tal un nudo que impidiera el movimiento. Eso no quitaba que Dan no tuviera su vientre ligeramente hinchado. El alfa soltaba líquido pre seminal como si fuera casi una fuente, esa era la única forma de describirlo. Todo estaba húmedo allá atrás, debajo de ellos y corría por sus muslos temblantes que si no fuera por el agarre del alfa.
También podía escuchar los gemidos de Jaekyung, eran graves pero audibles, no como cuando tenían sexo que solía hablar duro y gruñir, pero ahora también gemía y jadeaba notablemente y de alguna forma Kim Dan se avergonzó de reconocer que era estimulante ese tipo de sonidos. El sonrojo de su rostro era cada vez peor.
Sin embargo, los minutos, las horas, pasaban, ya él no sabía, y parecía que Jaekyung no se cansaría. Dan tenía mucha sed para ese momento, su garganta estaba seca. Su cuerpo dolía enormemente por tanta actividad. Su trasero estaba hinchado de todas las embestidas.
Logró ver a través de sus ojos llenos de lágrimas y la nebulosa de su cabeza y excitación el reloj encima de la cama y apenas tuvo fuerzas para sorprenderse, porque tener un maratón de sexo de más de cinco horas sin descansar, ni él mismo se lo creía. Es que no era naturalmente posible, quizás si para un alfa, pero no para él. Lo peor, aun él tenía una erección que se frotaba contra la sábana ahora que su cuerpo estaba completamente tumbado con el del alfa moviendo su cadera sobre él.
-Ah- jadeó y se estremeció al sentir la boca de este en el costado de su cuello mordiendo su piel, chupando, dejando otra marca. Los gemidos que le había dado contra su oído le habían puesto la piel de gallina. Dan agarró el cabello de la coronilla del alfa entre sus dedos en un intento de tener un soporte, su conciencia amenazaba con esfumarse.
Había perdido la cuenta de los orgasmos ya para ese momento seco, pero la verdad, el desastre debajo de él ya le resultaba incómodo y pegajoso, no al parecer para Jaekyung que estaba más enfocado en aplacar su sed de sexo.
De pronto lo sintió gruñir contra él de forma diferente a como lo había hecho otras veces. El peso del alfa, al menos el superior disminuyó cuando este se alzó en sus brazos poniendo sus manos a cada lado de la cabeza de él. Lo que sí pudo sentir Dan fue que las penetraciones eran cada vez más fuertes y gimió cuando algo mucho más grande chocó contra su agujero y casi no pudo entrar.
-Ah, espera Jaekyung- Dan intentó moverse, pero las penetraciones lo mantuvieron en su lugar contra la cama sin poder luchar. El alfa estaba centrada en meter su nudo a medio formar dentro de él- Jaekyung, yo... no soy omega, me romperá.
-No... lo hará- escuchó por encima de él antes que Jaekyung diera una última estocada y el nudo se metiera por completo dentro de Dan para terminar de crecer, estirando las paredes al punto de límite.
Dan creyó que se estaba desgarrando, incluso el glande dentro de él se sentía mucho más grande y sentía que había roto algo dentro de él, como si hubiera traspasado la pared de su estómago.
-Voy a morir, voy a morir- lloraba escondiendo su cabeza en la almohada abrumado por lo que estaba sintiendo. Era una mezcla de dolor desgarrador y otra sensación que lo llevó a otro orgasmo seco.
Después de eso y de dar un gritó que lo dejó sin voz perdió toda fuerza y su cuerpo se desplomó en la cama. Solo podía sentir además de las pulsaciones del nudo dentro de él, como los chorros calientes se derramaban dentro de él y llenaban su estómago.
No importaba lo que dijeran los libros, no importaba lo que relataban los demás, había que pasar el celo con un alfa para saber lo que realmente era. Después de esto, todo el sexo futuro que tuviera con Jaekyung si era que sobrevivía, sería simplemente vainilla. Porque, además, sabía que el celo del alfa duraba al menos 24 horas. Así que esto se repetiría no una ni dos veces. Sino las suficientes hasta que este cediera.
No pudo moverse, pero tenía tanta sed que sus labios estaban agrietados. Solo podía agradecer que, aunque Jaekyung estaba anudado sobre él no había dejado caer todo su peso sobre su cuerpo más pequeño porque entre su estómago que cada vez se hinchaba más y los cientos de kilos de Jaekyung se asfixiaría.
Lo pudo sentir jadear y gruñir tras cada chorro que daba y al menos deberían estar así como una hora. Era abrumador, pero Dan tendría que aprovechar ese momento para dormir y ganar fuerza como sea. Sin embargo, todo sería mejor si pudiera agarrar alguna de las botellas que estaban tiradas en el suelo. Algunas habían rodado al lado de la cama, pero no las alcanzaba.
No sabía si era que Jaekyung había leído su mente o él mismo lo necesitaba, pero él se movió encima inclinándose para agarrar una de las botellas más cercanas, la facilidad de brazos largos. Dan jadeó ante el leve movimiento de la cadera donde el nudo apretó más su próstata.
Jaekyung se enderezó y abrió la botella para tomar al menos la mitad de un solo sorbo. Algunas gotas de agua corrieron por su barbilla y terminaron sobre la espalda de Dan. Estas las lamió al inclinarse y pasar su lengua caliente.
-Yo...- Dan ni siquiera prestó atención a esto, él solo quería agua y dormir un poco.
No tuvo que terminar la frase. Jaekyung agarró su rostro con la otra mano y alzó su cabeza lo suficiente para poder ponerle la botella de agua en la boca y dejar que el líquido descendiera hacia la garganta seca del beta.
Dan tragó agradeciendo que al menos hubiera tenido esa consideración. De algún modo Jaekyung era una bestia durante el celo, pero hasta cierto punto un poco más considerado de lo que era cuando tenían sexo normal, o eso era lo que quería hacerse creer. Ya a esa altura ni el mismo sabía.
Jaekyung había hecho a su modo más cosas de las que había hecho alguien más en su vida. Pero no era momento de pensar en eso.
Su cabeza cayó de nuevo sobre la almohada empapada de sudor, lágrimas y saliva. Sus párpados no aguantaban más y estos se cerraron sin más, hasta nuevo aviso.
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