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Dan estaba tan nervioso en ese momento que estaba sudando sin saber qué hacer. Los orbes negros de Jaekyung lo enfocaban de una forma penetrante desde abajo y él podía sentir perfectamente sobre que estaba sentado de una manera bastante sugerente.
-Yo, yo- balbuceaba agitando las manos.
-ya que estás ahí y me has usado de almohada toda la noche, has tú trabajo- Jaekyung sonrió de lado cruzando sus brazos por detrás de la cabeza como quien fuera a mirar una película.
Dan sentía que sus manos estaban temblando. Su intención nunca había sido dormir encima del alfa, más bien, no recordaba en que momento lo había hecho. Casi siempre que terminaba desfallecido en la cama de este dormía en su parte con buena distancia del otro, pero ahora... pedirle que tuviera sexo con él, porque eso era lo que estaba esperando el alfa... no creía y menos cuando su mundo comenzó a darle vueltas nuevamente y se tambaleó.
Sus párpados se sintieron pesados nuevamente y se tambaleó hacia un lado casi cayendo de la cadera de él. Jaekyung borró la sonrisa de su rostro y lo agarró del antebrazo antes que cayera a un lado, y por impulso la cabeza de Dan cayó sobre su pecho. Nuevamente estaba jadeando, la temperatura de su cuerpo todavía seguía alta. Todavía tenía fiebre.
-Yo... lo siento- murmuró el mayor sin fuerzas en el cuerpo.
Jaekyung podía sentir el aliento caliente sobre su pecho desnudo, pero lejos de excitarse tenía una ceja levantada.
-Dan, cuando te recuperes te haré pagar por esto y con impuesto- espetó el alfa aunque lo acostó a un lado con más cuidado de lo que se esperó impresionando al mismo Dan que lo miró de reojo cuando quedó de lado sobre la cama. Su cuerpo se sentía realmente pesado. En eso su estómago gruñó y escuchó un gruñido por parte del alfa que tenía los ojos entrecerrados.
Sí, todo eso se lo haría pagar más tarde y Dan sabía muy bien cómo.
***
-Toma, come- Jaekyung había vuelto a la habitación una hora más tarde con una bandeja que tenía un cuenco de ganchas que olían bastante bien, un vaso de agua y un blíster con pastillas.
Lo había puesto encima de la mesita al lado de la cama. Dan se había logrado sentar recostando su espalda en el respaldar y miró la bandeja. Extendió la mano y agarró el cuenco y aunque tenía hambre a la vez no tenía mucho apetito. Era frustrante. Pero si no se lo comía definitivamente el alfa delante de él se iba a molestar.
Al menos este estaba mirando la pantalla de su celular en ese momento, cuando bajó este y lo guardó.
-Que haces. Como de una vez- le peleó como de costumbre.
Dan asintió lentamente y llevó la cuchara a su boca con movimientos lentos y algo torpes dado que sus brazos pesaban. Sí, sabía realmente bien y su apetito se fue abriendo. Sin embargo, su lentitud molestó al alfa que para desgracia de él no se había ido de la habitación.
-Ah, eres tan lento.
Y antes que Dan pudiera decir algo, Jaekyung se había sentado frente a él, le arrebató el cuenco y le metió la cuchara en la boca llena de papilla. El beta se quedó pestañeando confundido ante la acción del alfa
-Mastica y traga- fue casi una orden del otro.
Y eso hizo Dan, Jaekyung ya se encontraba bastante inestable emocionalmente, quizás debido al celo próximo, por lo que era mejor no provocarlo más y seguirle la corriente. Tal vez eso justificaba como se estaba comportando con él, pues solo su abuela lo había cuidado de esa forma cuando estaba enfermo.
Y no se sentía para nada mal. Más bien, era reconfortante, aun cuando era el mismo Jaekyung que él conocía quien lo estaba haciendo. Una leve sonrisa apareció en sus labios junto a un sonrojo aparte del de la fiebre en sus mejillas hinchadas mientras masticaba.
***
A Dan le tomó dos días completos recuperarse y que la fiebre desapareciera. Jaekyung nunca lo reconocería, pero lo había alimentado en todo ese momento y al menos no había sido tan bestia de forzarlo estando en su estado. Agradecía eso.
Por lo que la mañana del tercer día entró junto al alfa al gimnasio sintiendo que la atmósfera cambió en cuanto hicieron presencia. Dan se preguntó que estaba pasando.
-Oh, Dan, me alegro que ya te encuentres bien- el entrenador se acercó a ellos para verificar su estado, pero se quedó a varios pasos- Dan, camina para acá y aléjate lentamente de Jaekyung
El beta no entendió a qué se refería. Le estaba hablando como si tuviera que huir de una bestia salvaje. Jaekyung no estaba diferente de otras veces, había cocinado el desayuno, lo había traído en el auto, eso sí, había notado que el alfa apenas hablaba o protestaba como otras veces. Y a diferencia de otros días se había rociado más perfume de lo habitual. Uno que nunca antes había olido y que realmente era bastante bueno. NI siquiera le había preguntado cual, pues nunca podría comprárselo en su vida.
-¿Qué ocurre?- miró al otro lado justo donde estaba Jaekyung notando una atmósfera sombría en él. De seguro estaba molesto por algo.
-Dan, es mejor que vengas de una vez- Park Namwook dijo más nervioso- Jaekyung, Jaekyung creo que es mejor que vuelvas a casa- dijo con una gota de sudor corriendo por su sien.
-Tengo una competencia dentro de poco- dijo este con la voz más grave de lo normal y avanzó por el medio del gimnasio.
Los demás comenzaron a alejarse de él para poner la distancia prudencial y Dan podía jurar que se veía más grande e intimidante que otras veces. El entrenador corrió hacia él.
-Estás loco, quieres que te mate- este le espetó agarrándole el hombro con algo de fuerza debido a los nervios.
-Por qué todos están tan alterados- ya comenzaba a preocuparte por la reacción de los demás.
-Dan acaso no te das cuenta- después recordó que era un beta- En estos momentos, Jaekyung está en celo y eso es realmente peligroso para quienes lo rodean.
Oh, sí, estaban en un problema.
***
Nadie fue capaz de acercarse a Jaekyung en todo el entrenamiento, más bien, algunos se habían retirado del gimnasio pues las feromonas del alfa ya comenzaban a afectarlos. Incluso había notado que también ponían distancia de él alegando que olía endemoniadamente al alfa. Cómo si lo hubiera marcado con su olor para que nadie se acercara.
El alfa ya estaba por el tercer saco que rompía tras sus golpes y parecía más agresivo de lo normal.
«Vas a pasar el celo conmigo»
De solo recordar esa frase el semblante de Dan se ponía aún más pálido. Si el sexo con Jaekyung ya era fuerte y tan denso que lo dejaba en cama el resto de la noche, ahora en celo y en el estado que lo estaba viendo... sería un milagro si sobreviviese y más bajo la amenaza de que tenía que pagar los cuidados que le había dado cuando estaba enfermo.
Una mano se puso sobre su hombro y este chilló sobresaltándose.
-Oye Dan- el entrenador le sonrió a modo de consuelo- ya que eres el único que puedes acercarse a él puedes decirle que no destruya más mi gimnasio, los daños los voy a poner a su cuenta.
Lo más sensato sería mantenerse alejado de Jaekyung en ese momento, pero bueno... el entrenador le había pedido algo. Así que apretando el borde de la camisa de uniforme comenzó a caminar hacia él hasta que fue detenido nuevamente.
-Y pase lo que pase, no debes quedarte con él durante su celo. No tengas sexo con él. Es un alfa, podría matarte.
Vaya esperanzas le estaban dando a Dan en ese momento. Las piernas le temblaban después de ese comentario y le tomó bastante tiempo antes de llegar a donde estaba el alfa.
Jaekyung- lo llamó con mesura.
Para su sorpresa el alfa dejó de torturar el saco a punto de romperse y lo miró, más bien, sus ojos cayeron sobre el hombro que había sido tocado con anterioridad y frunció el ceño. Alzó la mirada en torno al entrenador que era el que lo había tocado y este alzó las manos en son de paz y se dio media vuelta para irse. Dan se cubrió esa zona con algo de incomodidad. La atmósfera alrededor de Jaekyung era tan densa que sentía que sus piernas estaban temblando y un jadeo salió de su boca.
La mano del alfa pronto envolvió su nuca y la apretó entre sus dedos.
-No dejes que ninguno de ellos te toque- las palabras de él sorprendieron a Dan.
-Yo... solo vine a decirte que sería mejor que volvieras a casa y descansaras- Dan intentó soltarse, pero era inútil.
Jaekyung entrecerró los ojos.
-Volver a casa- sonrió de lado- Volvamos a casa.
Y Dan se estremeció sabiendo a que se refería. Lo peor es que no podía negarse tan fácilmente como el entrenador le había pedido. Solo le quedaba pasar el celo con el alfa.
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